Un ensayo de Yan Xuetong, decano del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de la Universidad de Tsinghua y destacado experto en política exterior china y en las relaciones chino-estadounidenses, publicado el 15 de julio, 2021 en Guanchazhe (mejor conocido como Guancha) fue titulado «¿Cómo deberíamos hacer escuchar la voz de la diplomacia china en esta nueva era?»[1]

Yan escribió en el ensayo que en el último año hubo un «cambio de paradigmas» en la diplomacia china: China cree que su alto estatus de gran potencia le concede autoridad para desempeñar un nuevo papel en todos los temas internacionales, «uno que no puede reconciliarse» con la hegemonía estadounidense. El lineamiento del ensayo de Yan parece seguir el recurrente refrán del Partido Comunista de China, «Oriente sube mientras Occidente va en descenso». Este afirma explícitamente que el «orden unipolar» liderado por Estados Unidos se está «desintegrando» gradualmente y que un nuevo «orden multipolar» surgirá en su lugar, «con China y Estados Unidos en su centro».

Al señalar que China desafiará la hegemonía estadounidense en áreas donde tiene o puede obtener una ventaja en lugar de escalar una rivalidad hacia una Guerra Fría en toda regla, este agregó que una «guerra en caliente» no está siendo cuestionada a menos que Taiwán declare su independencia, en cuyo caso. China «puede que no le quede otra opción» que unificarse con la isla por la fuerza.

Yan Xuetong (Fuente: Caixin Global)

A continuación se muestra el ensayo de Yan Xuetong:

‘China cree que su elevado estatus de gran potencia le otorga autoridad para desempeñar un nuevo papel en los asuntos internacionales’

«Un discurso de Yang Jiechi, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China y director de la Oficina de la Comisión Central de Relaciones Exteriores, se volvió tema candente en las redes sociales chinas en el mes de marzo. Hablando en una reunión del 2+2 de alto nivel en Alaska, Yang Jiechi les dijo a los funcionarios estadounidenses que «Estados Unidos no está calificado para tutear a la poderosa China».[2]

«A pesar de las crecientes tensiones entre China y los Estados Unidos, la declaración de Yang Jiechi fue inusualmente dura, dado que él es el funcionario de más alto rango a cargo de la diplomacia china. El contexto de su discurso también es digno de mención, ya que fue la primera cumbre de alto nivel entre China y los Estados Unidos desde que Biden se hizo cargo de la Casa Blanca. Como resultado, el mundo interpretó las declaraciones de Yang Jiechi como advertencias a la administración Biden.

«Las palabras de Yang Jiechi circularon ampliamente en las redes sociales chinas, donde han tocado fibras sensibles de muchos; China finalmente está haciendo oír su voz en el escenario internacional. Los medios de comunicación internacionales interpretaron sus comentarios como señal de que China está intentando convertirse en líder global en la era post-Covid.

«Sus declaraciones demuestran un cambio de paradigma en la diplomacia china. China cree que su alto estatus de gran potencia le concede autoridad para desempeñar un nuevo papel en los temas internacionales, un papel que no puede ser conciliado con el sin igual dominio estadounidense. El optimismo inicial de que la administración Biden reducirá las tensiones con el país se ha desvanecido. En cambio, China percibe que la administración Biden intenta aislarlo, lo que representa una seria amenaza para el país.

«La nueva confianza por parte de Pekín no significa que se enfrentará cara a cara con los Estados Unidos en todos los dominios. China se opone al liderazgo estadounidense en algunas áreas, pero como país en desarrollo, este ha demarcado la competencia China-Estados Unidos. En áreas en las que cree posee ventaja, tal como con la pandemia del Covid, alivio a la pobreza, comercio, desarrollo de infraestructura, pagos digitales y tecnología 5G. En general, China hará escuchar su voz con mayor determinación en la era posterior al Covid y se opondrá enérgicamente a cualquier intento de contener el país».

‘El orden unipolar liderado por Estados Unidos se está desintegrando gradualmente’

«China ha comenzado a llamarse a sí misma el ‘mayor país en desarrollo’ del mundo, lo que solía significar que era más capaz que otros países en desarrollo; ahora, significa que es el segundo después de Estados Unidos. El éxito de China en la lucha contra la pandemia contrasta fuertemente con el fracaso de los Estados Unidos, en donde China sufre el menor daño de los países importantes y ser la única economía importante que logró un crecimiento económico positivo el año anterior.

«El PIB de China alcanzó el 71% del PIB de los Estados Unidos a finales del año 2020, frente al 66% del 2019. Además, los responsables en formular políticas chinas creen que la brecha entre las economías de Estados Unidos y China continuará cerrándose durante la próxima década. China, en su opinión, ha progresado desde las etapas de ‘ponerse de pie’ y ‘enriquecerse’ a una etapa en la que se ve ‘fortalecido’.[3] El orden unipolar liderado por los Estados Unidos se ha ido desintegrando gradualmente y su desaparición se ha acelerado por el ascenso de China y el descenso relativo de Estados Unidos y será reemplazado por un orden multipolar, con China y los Estados Unidos en su núcleo.

«Hace unos años, China todavía era optimista sobre el período de ‘grandes cambios no vistos en un siglo’, imaginando el ‘gran rejuvenecimiento de la nación china’.[4] Sin embargo, la turbulencia en las relaciones entre Estados Unidos y China durante la administración Trump, particularmente la decisión de Washington de etiquetar a China de ‘competidor estratégico’ en el año 2017, ha enfriado el entusiasmo de los funcionarios chinos.

«En su decimocuarto plan quinquenal,[5] el gobierno chino adopta un tono mucho más sobrio, enumerando oportunidades en tecnología y desarrollo mientras advierte que el ‘unilateralismo, proteccionismo y hegemonía’ alimentarán la inestabilidad. Sin embargo, ante la vista de Pekín, el principio permanece sin cambios: China ha emergido como potencia global capaz de tutear en igualdad de condiciones con otras potencias.

«El alcance global de China todavía tiene sus límites y a pesar de ser una gran potencia, también se le considera un país en desarrollo y con razón, considerando que su PIB per cápita aún está muy por debajo del de las economías más desarrolladas.

Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB per cápita de China en el año 2020 fue de solo $10.484, mientras que el de Japón fue de $40.146, el de Alemania de $45.733 y el de Estados Unidos $63.416.

«El término ‘país en desarrollo’ también se refiere a la orientación geopolítica de Pekín: incluso cuando China llegue A alcanzar económicamente a Occidente, permanecerá firmemente en las filas del mundo en desarrollo tal como dijo el presidente chino Xi Jinping, en el año 2018, China ‘siempre será miembro de la familia de las naciones en desarrollo'».

‘Como una gran potencia, China no seguirá el ejemplo de los Estados Unidos; En algunos temas, la competencia entre Estados Unidos y China es inevitable’

«En la era posterior a la pandemia, la política exterior de China se verá influenciada por esta identidad dual en todas sus dimensiones. Como país en desarrollo, China aún carece de los recursos necesarios para ser un verdadero país líder mundial y asumir su responsabilidad en el mundo, particularmente en el área militar. Sin embargo, como gran potencia, China no seguirá el ejemplo de los Estados Unidos. En algunos temas, la competencia entre Estados Unidos y China es algo inevitable.

«Tomemos por ejemplo la competencia ideológica. Por una parte, China desea evitar enmarcar su relación con Occidente como una nueva Guerra Fría. Los líderes chinos creen que el expansionismo ideológico al estilo soviético pudiera provocar una reacción violenta que impediría un sostenido crecimiento económico en China y no esperan que su ideología se expanda por el mundo tal como lo ha hecho el liberalismo occidental. Destacan que China es un país en desarrollo con «características chinas», lo que implica que otros países no pueden simplemente replicar su sistema político y modelo de gobernabilidad.

«Por otra parte, China trabajará para fomentar un entorno ideológico propicio para su ascenso mientras se opone a los valores occidentales. Por ejemplo, en Estados Unidos, la democracia y la libertad son definidos en términos de política electoral y de expresión individual, mientras que en China, democracia y libertad se definen en términos de seguridad social y de desarrollo económico. En lugar de imponer sus propios puntos de vista, Washington debería aceptar estas diferencias de opinión.

«La misma convicción guiará la estrategia diplomática post-pandemia de China. Contrariamente a la creencia popular en Occidente, China en realidad no se opone a las reglas e instituciones multilaterales; más bien, le molesta que Estados Unidos establezca reglas sin consultar a China. El objetivo de China es aplicar normas que tengan como base un multilateralismo inclusivo. Esto es lo que realmente cree el gobierno chino cuando establece foros multilaterales con una amplia gama de países y regiones, tales como los foros de cooperación separados de China con África, los países árabes, latinoamericanos, las islas del Pacífico y las naciones del Sudeste Asiático.

«Al mismo tiempo, tal como lo demuestra la dura estrategia en sanciones de represalia por parte de China, China desea ser tratada por otras potencias sobre algo más que la igualdad y el respeto mutuo. Cuando la administración Trump sancionó a 14 altos funcionarios chinos por descalificar a algunos legisladores de Hong Kong, China sancionó a 28 Funcionarios estadounidenses, incluyendo al entonces secretario de Estado Mike Pompeo. Del mismo modo, Pekín se apresuró a tomar represalias contra el Reino Unido y la Unión Europea por las sanciones impuestas a Xinjiang. El gobierno chino considera que cualquier sanción o crítica es injerencia en sus asuntos internos.

«Las políticas económicas de China también están cambiando. El Covid-19 ha destacado la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales a medida que Estados Unidos intenta desacoplarse económicamente de China. El proteccionismo, la recesión económica mundial y la contracción de los mercados mundiales, según el gobierno chino, superarán los efectos negativos» efectos de esta pandemia mundial.

Por lo tanto, en mayo, 2020 China anunció una nueva estrategia de ‘circulación dual’ destinada a reducir la dependencia de China en los mercados extranjeros, fortalecer el gran mercado interno de China y construir cadenas de suministro, distribución y de consumo nacionales sólidas, reduciendo así la vulnerabilidad de China a los choques exógenos, en particular los de Estados Unidos. Los temas de ciencia y de tecnología serán fundamentales para la estrategia de «circulación dual», sentando las bases para la expansión futura. El gobierno chino espera que la prosperidad interna resultante mejore las relaciones económicas con otros países y ayudará a la recuperación de la economía mundial.

Pekín también buscará mitigar el impacto de las sanciones financieras estadounidenses, incluso promoviendo la internacionalización del yuan en el comercio exterior y la inversión saliente. En el año 2020, China comenzó a probar el yuan digital en algunas ciudades importantes, una innovación que pudiera algún día permitir que China y sus socios comerciales realicen transacciones de divisas fuera del sistema SWIFT controlado por los Estados Unidos, que actualmente vendría a ser su manivela geopolítica clave.

«Por supuesto, China no se volverá totalmente hacia adentro y continuará promoviendo la Iniciativa Franja y Ruta, a pesar de que el progreso en ello ha sido lento durante la pandemia de Covid-19. Dado que la estrategia de ‘circulación dual’ enfoca esfuerzos de China en el mercado interno en lugar del mercado global, los futuros proyectos de la Iniciativa Franja y Ruta estarán impulsados ??por la demanda del mercado en lugar de consideraciones políticas. China también continuará buscando cooperación tecnológica con otros países siempre que puedan resistir la presión estadounidense.

«La estrategia militar de China, por otro lado, se mantendrá prácticamente sin cambios en la era posterior a la pandemia. Pekín desea transformar al Ejército Popular de Liberación (EPL) en una fuerza de combate de clase mundial alistada para la guerra, enfatizando calidad sobre cantidad, capacidades de guerra cibernética sobre capacidades convencionales y sistemas de armas basados ??en sistemas de inteligencia artificial sobre capacidades de combate individuales Dicho todo esto, la misión del EPL seguirá siendo una de disuasión en lugar de expansión extranjera.

«El presupuesto militar de China para el año 2021, si bien es mayor que el de otras potencias importantes, es menos de un tercio del de Estados Unidos. Aparte de la brecha presupuestaria, el ejército de China carece de experiencia en combate. Como resultado, Pekín desconfía de los conflictos militares directos y continuará rechazando las alianzas militares que pudieran arrastrarla hacia una guerra sin sentido. Por la misma razón, China ha evitado la escalada de conflictos en el Mar de China Meridional y a lo largo de la frontera entre China e India».

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/renowned-chinese-academic-yan-xuetong-china-will-work-foster-ideological-environment


[1] Guancha.cn/YanXueTong/2021_07_15_598492_s.shtml, 15 de julio, 2021. Foreign Affairs julio/agosto del año 2021 publicó una versión traducida del ensayo de Yan Xuetong que difiere de esta traducción de MEMRI en formas sutiles. Por ejemplo, lo que se tradujo aquí del chino como «China trabajará para fomentar un entorno ideológico propicio para su ascenso mientras se opone a los valores occidentales» fue menos directo en tono en la versión en inglés de Foreign Affairs, en la que se tradujo como «China intentará darle forma a un entorno ideológico favorable a su ascenso, rechazando la noción de que los valores políticos occidentales poseen un atractivo y validez universal». Foreignaffairs.com/articles/united-states/2021-06-22/becoming-strong. 22 de junio, 2021.

[2] Véase también la serie de MEMRI Despacho Especial No. 9245 – En la reunión entre Estados Unidos y China, el alto diplomático chino Yang declara: Estados Unidos lanza guerras, mientras que China promueve la paz; Estados Unidos debe dejar de promover su propia democracia sobre el resto del mundo y centrarse en su propio historial de derechos humanos, 22 de marzo de 2021; serie de MEMRI Despacho Especial No. 9249 – Cancillería China en referencia a la reunión Estados Unidos y China: Nuestro desarrollo no puede lograrse sin el liderazgo del PCCh; Estados Unidos debería tener ‘una visión correcta de la influencia de China en el mundo’, 23 de marzo, 2021.

[3] La historiografía contemporánea del Partido Comunista de China divide los primeros cien años del partido en cuatro etapas históricas:

1) Durante el primer período de la Revolución Democrática (1921-1949), desde el establecimiento del Partido, pasando por Mao Zedong tomando el timón desde la Conferencia de Zunyi y finalizando con la creación de la República Popular China en 1949, en la que «los chinos dejaron de ser víctimas de acoso y asesinatos «y» se pusieron de pie».

2) El segundo período de la revolución socialista de Mao Zedong y su construcción (1949-1976), durante el cual el pueblo chino «construyó un nuevo mundo socialista».

3) El tercer período de Reforma y Apertura al mundo bajo Deng Xiaoping y sus sucesores (1978-2012), durante el cual China «cerró la brecha con los tiempos» y «se enriqueció».

4) El cuarto período del socialismo chino en la nueva era bajo Xi Jinping (2012-presente), en el que China marcó el comienzo de «un gran salto de ponerse de pie, hacerse rico, volverse fuerte», «al darse cuenta del gran rejuvenecimiento de la nación china en una «tendencia histórica irreversible». Xinhuanet.com/politics/xxjxs/2021-07/10/c_1127640633.htm, 10 de julio, 2021.

[4] Desde enero del año 2017, la frase clave de Xi Jinping, «grandes cambios no vistos en un siglo», se ha utilizado ampliamente en discursos de liderazgo y en documentos políticos. Esta se refiere a la confluencia de dos tendencias globales: una China en ascenso (Oriente) y un declive de los Estados Unidos (Occidente), un período de gran incertidumbre y riesgo, pero también un sentido de urgencia y oportunidad para que China esté a la altura de las circunstancias e influya a nivel de gobernabilidad mundial, logrando para el año 2049 el objetivo del segundo centenario del «gran rejuvenecimiento de la nación china», cien años después de la creación de la República Popular China.

[5] En.qstheory.cn/The14thFiveYearPlan.html9