El Dr. Abd Al-Hamid Al-Ansari, ex decano de la facultad de leyes y del shari’a en la Universidad de Qatar, ha publicado recientemente varios artículos en los periódicos del Golfo sobre terrorismo y sus causas. Según Al-Ansari, el terrorismo es el resultado de una cultura de odio en los países árabes, y para eliminarlo, debe ser eliminada la cultura de odio.

Lo siguiente son extractos de los artículos:

Excusas infundadas por el terrorismo

En un artículo titulado «Cómo Explican los Árabes el Fenómeno del Terrorismo» en el diario de Qatar Al-Raya, Al-Ansari criticó las formas en que el mundo árabe niega e ignora el fenómeno del terrorismo, y refutó los argumentos políticos y socio-económicos que lo justifican:

«… No entiendo el desdoble de personalidad en algunas personas; ellos describen al terrorista en Irak como un mártir y un combatiente de la resistencia…Como podemos llamar a alguien mártir cuándo vuela escuelas y hospitales, no respeta la santidad de los sitios religiosos, y aun peor, se vuela a si mismo en restaurantes y en estaciones de autobuses abarrotados de trabajadores?!…

«Por qué ha aumentado la violencia terrorista? ¿Y por qué ha alcanzado un nivel de tal locura y barbarismo? ¿Por qué no estamos nosotros tratando de manejar este asunto? Por qué es que existe un surgimiento en las operaciones terroristas que apuntan a inocentes?!

«A mi manera de ver, la [respuesta] yace en nuestra incapacidad de explicar el fenómeno del terrorismo, y dividirlo en sus causas internas estructurales y en los elementos del medio ambiente que apoyan su existencia. [Esta incapacidad] emana de lo siguientes tres causas principales que son comunes en la arena árabe como las explicaciones del terrorismo:

«La primera es el discurso de la negación… es decir, exonerar a los musulmanes de [cualquier] acusación por [perpetrar] operaciones terroristas, y [en cambio] acusar a sus enemigos – usualmente al Mossad y al servicio de inteligencia de los Estados Unidos. Un sector extenso de clérigos prominentes, elites intelectuales, y las masas todavía están convencidas que el 11 de Septiembre fue una operación del Mossad o de la inteligencia norteamericana…. Igualmente, muchos niegan que Al-Zarqawi [siquiera] existió, y culpan a Israel y a los Estados Unidos por lo qué está sucediendo en Irak.

«La segunda causa es el discurso defensivo, tal como es manifestado en las repetidas declaraciones de que el terrorismo no tiene religión, patria o nacionalidad, sino que es un virus transeúnte que es ajeno [al mundo árabe] – o que el Islam es inocente [del terrorismo].

«La tercera causa es el discurso de justificación, que es extremadamente común en los canales religiosos y mediáticos. Este discurso intenta unir al terrorismo con los factores políticos, conflictos internacionales o factores socio-económicos internos – diciendo que el terrorismo es el resultado de la represión política por algunos regímenes que estrangulan las libertades y son hostiles a la democracia o que el terrorismo es una respuesta a las injusticias americanas y occidentales, a la política de discriminación [contra los musulmanes], al ciego prejuicio pro-Israel, y a la conspiración global contra los musulmanes…

Hay también aquéllos que exoneran al terrorismo debido al desempleo y la pobreza, o usan como excusa el esparcir la corrupción, el permisivismo, las mujeres que se adornan en público, [y mujeres] que logran derechos políticos y son nombradas a cargos importantes, lo cual es considerado perverso ante los ojos de aquéllos [quiénes exoneran el terrorismo].

«Todas estas excusas son infundadas. Primero, no somos la única nación que padece de injusticia – después de todo, naciones y pueblos en África, América y Asia padecen de una más grave injusticia que nosotros.

Segundo, a lo largo de la historia musulmana – desde los días de los Califas Virtuosos a nuestro propio tiempo – la injusticia por parte de los musulmanes contra otros musulmanes es mayor que las injusticias por parte de los enemigos [de los musulmanes] contra ellos.

«Tercero, a lo largo de la historia [nunca] ha sido probado que cualquier operación terrorista haya restaurado lo que fue saqueado o logrado como meta política. Con respecto a [la denuncia de que] la falta de democracia y libertades es la causa del terrorismo, [el hecho es que] nada en ninguna de las publicaciones de Al-Qaeda incluye ninguna demanda por la democracia – y además, Al-Qaeda odia la democracia y la ve como herejía.

«Con respecto a la [excusa del] desempleo, esta demanda se contradice por la buena situación [financiera] de los líderes y miembros de Al-Qaeda, así como también de [otros terroristas] que poseen fondos, municiones, armas, y equipos.

«De igual manera, mucha gente, pasado y presente, han padecido situaciones difíciles – aun así no han empujado a sus hijos a volarse a si mismos entre inocentes tal como nosotros lo hacemos. Estoy seguro que si la ocupación americana fuese a desaparecer mañana, el terrorismo en Irak no se detendría – de hecho, se tornaría aun más violenta y brutal.

«Respecto al problema palestino, ninguno de los planes y publicaciones de los grupos terroristas incluye ninguna demanda conectada de forma alguna a Palestina. Y en lo referente a las mujeres que salen de sus hogares y se adornan en público – cómo puede esto de alguna manera posible explicar el por qué el terrorismo ha invadido a Arabia Saudita?…

«Mientras no adoptemos un acercamiento auto [-crítico], la enfermedad [del terrorismo] permanecerá, y se tornará aun peor…» [1]

Terrorismo – El resultado de una cultura de odio

En un artículo titulado «Cómo Hacer Para Que Nuestros Jóvenes Amen la Vida» en el diario kuwaití Al-Siyassa, el Dr. Al-Ansari declaró que es la cultura del odio y el extremismo en los países árabes que causa el terrorismo:

«El terrorismo es el fruto del odio – el odio a la vida, el odio a la civilización y a la era [moderna], odio a la sociedad y al estado, odio a los que viven. La gente joven que se han convertido en herramientas de asesinato y bombas humanas son los hijos de la cultura del odio, y el resultado de una cultura fanática e ideología extremista que ve la vida, sus placeres, y su belleza como insignificante. Finalmente los motivos políticos, económicos, sociales, y religiosos que empujan a los [jóvenes] a volarse a si mismos yace en una sola causa principal – y ésa es la cultura del odio.

«Estos jóvenes, en edad de florecer, se han vuelto en enemigos de su sociedad, vengando, odiando, y explotándose. Son nuestros hijos terroristas, educados en nuestros pechos, amamantados por nuestra cultura, enseñados en nuestras escuelas, y enseñados con la ley religiosa de nuestros púlpitos religiosos y por los fatwas de nuestros clérigos.

«Qué, entonces, les ha hecho preferir la muerte a la vida? No tengo respuesta excepto el hecho que nosotros no hemos podido hacerles amar la vida. Les hemos enseñado a morir por la causa de Alá, pero no les hemos enseñado a amar, a construir, a crear, y a ayudar a la sociedad por la causa de Alá. Les hemos enseñado que el nacionalismo [significa] atacar a América y oponerse al imperialismo, pero no les hemos enseñado que el nacionalismo es amor, lealtad, y pertenencia a la patria…

«Cómo puede esta criatura miserable llamada individuo árabe y musulmán no volverse hacia el extremismo, cuándo está rodeado por una atmósfera global de extremismo, limitada por los grilletes de la represión y prohibiciones, y ceñida por las ideas de intimidación y terrorismo, y de un tormento casi interminable? Éstos acompañan a esta criatura desde el nacimiento hasta la muerte, empezando con las horrendas advertencias sobre los tormentos de la tumba y complots enemigos que están en espera para el Islam y los musulmanes, [así como también] la larga lista de prohibiciones que han hecho de la vida bendita – el regalo del Creador – en una prisión de dolor, del cual el individuo busca escapar al Paraíso y a las encantadoras doncellas en este.

«Como si todo esto no fuera suficiente, hasta empleamos una policía religiosa para seguir a la gente, restringir sus libertades, espiarlos, e interferir en sus asuntos personales. Entonces cómo puede no haber fenómenos extendidos de tensión y preocupación en las almas [del pueblo]?…

«Vayan a escuchar un sermón del Viernes, y encontrarán a un predicador que está enfurecido con el mundo, enfadado con la civilización, esparciendo el veneno del odio y la enemistad. Luego usted saldrá de [la mezquita] tenso y enfadado!…

«Los jóvenes del mundo se entregan a la música, al arte, y gozan de los placeres de la vida. Ellos crean, descubren, y participan construyendo la fuerza y la cultura de su sociedad – mientras nosotros comprometemos a nuestros jóvenes en disputas de la ley religiosa sobre el velo, la barba, cuan larga nuestras vestimentas deben ser, y cómo saludar a los cristianos – o comprometemos a nuestros jóvenes en disputas políticas e ideológicas de adultos, o los empujamos a ir a Irak y Afganistán a suicidarse!

«El odio es una cultura de prohibiciones, y el resultado de nuestra manera de ver el mundo como un enemigo que yace en espera [de nosotros.] Muchos factores han jugado una parte en [formar esta manera de ver global], incluyendo los mensajes religiosos fijados en los miedos de los complots [contra nosotros], los mensajes educativos que han producido en la alienación de la gente joven de la era [moderna], y un gran número de publicaciones de la Hermandad Musulmana y por los nacionalistas, que han durante los últimos 50 años, esparcido el odio del otro y las teorías de conspiración [contra los musulmanes].

«Necesitamos una cultura que restaurará la importancia de la vida y el valor del individuo, y hará que los jóvenes amen las artes y las humanidades…» [2]

Deberían implementarse los valores de la tolerancia

En un artículo titulado «Nuestros Hijos y la Cultura de Tolerancia» en el diario de los EAU Al-Ittihad, Al-Ansari llamó en las sociedades árabes a abandonar la cultura del fanatismo y adoptar el principio de tolerancia para destruir el extremismo y el terrorismo:

«… Que es lo qué ha convertido a algunos de nuestros hijos en presa?… Qué es lo que ha hecho que amen la perdición y la muerte?… Es la herencia del fanatismo que viene a nosotros del alba de la historia, que fue fundada y consolidada, y se expandió y se basó a si misma, en la infraestructura social, a lo largo de la historia musulmana, en la sombra de los regímenes tiránicos que reprimieron, discriminaron, y marginalizaron a [ambos] musulmanes y no-musulmanes.

«Desafortunadamente, los comentarios religiosos inhumanos los han apoyado… La tradición fanática y discriminatoria – qué contradice los principios musulmanes – es del cual algunos de nuestros hijos han bebido…

«En esta era actual en la cual nosotros vivimos, no necesitamos todo lo que está en los libros de nuestros antepasados. Más bien, [necesitamos] leyes religiosas que abracen al individuo como individuo, y llevarán a nuestros jóvenes a que amen la vida, la cultura, y el avance de las artes.

Segundo, debemos dejar de alabar y enorgullecernos a nosotros mismos en la ‘tolerancia’, cuando continuamos viviendo sin tolerancia. Si somos verdaderos, y si somos fieles a nuestros principios, debemos traducir [los principios de tolerancia] en una conducta verdadera…

«En mi opinión, la educación es la clave y el verdadero principio para reforzar los valores de tolerancia: [la educación] en el hogar, [la educación] en la familia, por la tolerancia de los padres hacia nosotros y hacia sus vecinos, por la tolerancia mutua de los [miembros] de la familia, y por su tolerancia hacia los sirvientes en el hogar – tolerancia que se extiende a las instituciones educativas y al resto de las instituciones de la sociedad civil y del gobierno, en todos sus aspectos políticos, culturales, y religiosos.

«De esta manera, la elite religiosa y cultural implementará la cultura de tolerancia, y desarraigará las acusaciones de traición, de herejía, y de espionaje [que los musulmanes nivelan entre sí]. Así, la sociedad será gobernada por un sistema de leyes que son justas hacia los grupos étnicos, y habrá un régimen político que asegurará derechos por igual y libertades para todos». [3]


[1] Al-Raya (Qatar), 23 de abril, 2007.

[2] Al-Siyassa (Kuwait), 15 de mayo, 2007.

[3] Al-Ittihad (EAU), 18 de mayo, 2007.