En un artículo en el diario saudí con sede en Londres Al-Sharq Al-Awsat, la académica y escritora saudita Amal ‘Abd Al-‘Aziz Al-Hazzani llamó en los gobernantes árabes a que aprendan la manera en que Israel maneja las protestas sociales allí, en contraste con las rápidas medidas adoptadas por el gobierno israelí y el Primer Ministro Binyamin Netanyahu al uso de la fuerza militar del Presidente sirio Bashar Al-Assad contra su propio pueblo.
Criticando a aquellos que declaraban que las acciones de Israel en respuesta a los ataques en Eilat habían sido con la intención de distraer la atención de las protestas en la calle israelí, la Sra. Al-Hazzani preguntó cómo los palestinos y los árabes podían condenar esta respuesta esperada mientras mantienen silencio al bombardeo del ejército sirio al campamento de refugiados palestinos Al-Ramal en Latakia. Esta añadió que en contraste con el gobierno israelí, que claramente definió y tomó medidas contra sus enemigos pero mantuvo el respeto por sus propios ciudadanos, el régimen sirio definió a los ciudadanos sirios que amenazaban la legitimidad del régimen como el enemigo, pero había renunciado a sus fronteras legítimas en los Altos del Golán
A continuación se presentan extractos del artículo de la Sra. Al-Hazzani: [1]
«Nos regocijamos cuando el contagio de las revoluciones árabes llegó a Israel. Dijimos que se trataba de un golpe directo no intencional, que la calle israelí se revelaría y demandara derrocar al régimen – lo que llevaría a Netanyahu, que [para el momento] estaba de viaje, a correr de vuelta a Tel Aviv y movilizar el ejército israelí con toda su fuerza para reprimir a los manifestantes. [Dijimos que] dispararía balas verdaderas sobre ellos y los humillaría golpeándolos con zapatos, lanzándolos en prisión y enviándoles los cadáveres mutilados de sus hijos. Luego, [dijimos], el estado hebreo se derrumbara, se debilitara y colapsara y le pediría ayuda a los Estados Unidos; surgirán disputas entre los líderes [de Israel], [Israel] pasara de ser fuerte a débil y la larga historia de la tiranía de Israel llegara a su fin, sin que ningún árabe pestañee.
«Pero esta alegría no se materializó. Desafortunadamente, Netanyahu nos decepcionó. Mientras lo hacía, de hecho, despertar y regresar [a Israel], no fue para masacrar a sus ciudadanos, sino para contener la crisis y proponer soluciones rápidas a lo que la calle estaba exigiendo. Este sintió preocupación por la ira [pública] hacia él. Se dice que él y sus ministros no durmieron durante una semana, permaneciendo despiertos por las noches para estudiar los planes tácticos y estratégicos con el fin de satisfacer las demandas de los manifestantes. Y, temiendo que la gente pensara que no era en serio, estableció un comité de académicos de las universidades de Haifa y Tel Aviv y de la Universidad Hebrea de Jerusalén para que sirvieran como su portavoz respecto al pueblo y se comprometido a aceptar lo que [este comité] propusiese.
«Fueron los manifestantes que establecieron las exigencias, acusando al gobierno de Netanyahu de no [garantizar] una justicia social y de no darse cuenta que la juventud de entre el pueblo de Israel había crecido enormemente con el tiempo – y que estos mismos jóvenes se casaran y necesitaran salarios más altos, más viviendas a precios razonables, una asistencia sanitaria avanzada y una reducción en los impuestos.
«[Estas] protestas no tenían nada que ver con las revoluciones en contra del miedo, el abuso, la intimidación o las amenazas, sino que [nacieron] del deseo a una vida mejor. Netanyahu, que ama la disputa y la lucha, quien está dispuesto a entrar en una guerra brutal para rescatar a un [sólo] soldado israelí y apoderarse de tierras vecinas por el bien del futuro de su país, se vio obligado a ‘bajar el ala de la sumisión a través de la misericordia’ [Corán 17:24] sobre el ciudadano israelí y apaciguarlo cortejando sus afecciones – porque sabe muy bien que este ciudadano lo llevó al poder y puede [con la misma facilidad] sacarlo de este.
«En Siria, increíblemente, Bashar Al-Assad recientemente ha desplegado sus tanques, casi oxidados [en sus lugares] por la inactividad, en contra de su propio pueblo que reclamaba reformas – y [sólo] ha apretado su puño sobre el trono presidencial, a pesar que los sirios en todas las ciudades de Siria han llamado a su derrocamiento.
«Los extraños comentarios políticos que provinieron de Gaza… según el cual los últimos ataques israelíes en Rafah, que causaron la muerte de seis palestinos, eran para que el gobierno de Netanyahu distrajera la atención de la revolución [dentro de Israel] y para distraer a los israelíes de sus demandas no fue ninguna sorpresa – a pesar de que estos ataques fueron como una cortina de humo contra los ataques a dos autobuses israelíes en Eilat.
«La verdad es que Netanyahu es un hombre que honra a su pueblo así quiera o no y no se atreve a engañarlos con tales maquinaciones… con la esperanza de eludir su responsabilidad. El pueblo israelí no se deja engañar por los políticos. Estos no son como algunos residentes del sur de Líbano utilizados por el [líder del Hezbolá Hassan] Nasrallah como escudos humanos en la guerra del 2006, [este] destruyó sus casas y pueblos mientras que aplaudían junto a sus himnos de resistencia.
«Es cierto que los ataques de Israel en Gaza llegaron para distraer al pueblo de la revolución, pero cual revolución? No la revolución en Tel Aviv, Jerusalén, Acre y Haifa – sino la revolución en Homs, Der’a, Hama y Deir Al-Zour. En un momento inoportuno, hombres armados no identificados atacaron dos autobuses israelíes cerca de Eilat, matando a seis israelíes. Luego, lo esperado se produjo – Israel respondió doblemente. Naturalmente, Netanyahu no recompensó a Gaza con dulces turcos y pistacho iraní y cuándo actuó y Gaza fue destruida por misiles y los inocentes palestinos fueron despedazados, los árabes se apresuraron a condenar a [Israel], la Liga Árabe se despertó de su letargo para condenar y censurar y la presidencia palestina incluso se quejó ante el Consejo de Seguridad por el ataque opresivo.
«No hemos escuchado ninguna voz fuerte cuando las fuerzas sirias aplastaron el campamento de refugiados de Al-Ramal en Latakia. Es más, el miembro del Comité Central de Fatah ‘Azzam Al-Ahmad se atrevió a dar explicaciones por este crimen que no tenía [de hecho] base alguna – [por ejemplo], que el ejército sirio no pudo evitar el campamento ya que se encontraba en su camino y que por esta razón se vio obligado a incluirlo en su actividad militar!
«Si sólo algunos de los líderes árabes emularan a los líderes de Israel en su precisión en definir y lidiar con sus enemigos. Los israelíes ven a cualquiera que trate de revocar su derecho a la tierra como un enemigo y los tratan como a un enemigo en sus discursos y acciones – pero consideran los derechos de los ciudadanos israelíes de ser una línea roja.
«En contraste, los líderes sirios ven como enemigo a cualquiera que represente una amenaza a su permanencia en el poder, incluso si este es ciudadano sirio – mientras que las tierras del Golán, por desgracia, son una línea verde».
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 23 de agosto, 2011.