En su columna del 15 de enero, 2013 en el diario saudita con sede en Londres Al-Sharq Al-Awsat, la académica saudita Amal ‘Abd Al-‘Aziz Al-Hazzani mencionó la erosión del estatus de la mujer en el mundo árabe durante el último año, diciendo que muchas habían sufrido agresiones verbales o físicas. Sin embargo, dijo, el trato negativo y abusivo a la mujer es histórico y no tiene originen en la Primavera Árabe.

También en su columna, Al-Hazzani criticó a las propias mujeres, y señaló que algunas no ponen en práctica sus derechos y no tienen oportunidades para mejorar sus vidas, por temor a la censura. Esta hizo hincapié en que las mujeres deben hacer frente al cambio y la dificultad si quieren mejorar su situación.

Lo siguiente son extractos de la columna:

«Durante el año pasado, muchas mujeres en el mundo árabe, en diversas profesiones, sufrieron agresiones verbales o físicas. Médicos, personalidades de los medios de comunicación y académicos se enfrentaron a diatribas que alcanzaron el nivel de calumnias y acusaciones de infidelidad y corrupción. [Esto fue] aparentemente en Internet, que permite a los [usuarios] maldecir libremente; Las sociedades [árabes] son nuevas a la libertad de expresión y todavía tienen que aprender a utilizar este don.

«Cuando la activista político ‘Ola Shahba convocó a una conferencia de prensa,[1] su apariencia nos aterrorizaba: su rostro estaba hinchado por los golpes recibidos, y tenía los ojos morados. Hablaba en silenciosa desesperación y con la sabiduría de los oprimidos.

«[En la conferencia de prensa,] Shahba, quien cayó víctima cuando salió a protestar contra el proyecto de constitución egipcia en las afueras del Palacio Al-Ittihadiya, condenó la detención, el acoso y las golpizas – ante la vista de la policía – por los partidarios del Presidente Mursi. Aparentemente, ella esperaba que los [activistas islámicos] la trataran como si fuese algo de valor, tal como se establece en la ley islámica, [pero] sus esperanzas se vieron frustradas. [Sus atacantes] resultaron ser personas comunes y corrientes que no habían oído hablar de esta directiva a través del Profeta.

«‘Ola Shahba no es la única mujer en ser atacada por elementos islámicos o por otros durante los meses de la revolución egipcia. Históricamente, las mujeres han sido siempre el mayor botín de guerra, y la principal debilidad de cada rival, hasta la aparición, en la década de los 50, de leyes que protegen los derechos humanos.


La activista egipcia Ola Shahba tras ser golpeada por partidarios de la Hermandad Musulmana[2]

«En Túnez la situación es aún más fea: Las mujeres son juzgadas por cargos ridículos, con el fin de humillarlas y borrar los logros que han hecho desde la época del fallecido presidente Habib Bourguiba Incluso durante el gobierno de Ben ‘Ali, las mujeres tunecinas no se enfrentaban a tales condiciones sociales duras.

«En Arabia Saudita, el estado pretende [crear] oportunidades de trabajo a causa del terriblemente [alto] desempleo entre las mujeres, que no tiene parangón en el mundo. [Pero] este desempleo no es un desempleo verdadero; No quiere decir que no hay oportunidades de trabajo. Significa que hay barreras culturales, pozos, y obstáculos que impiden que [las mujeres] tengan acceso a estos.

«No quiero detenerme en [la situación] de Yemen, porque existen allí historias que parecen fantásticas – pero suceden todo el tiempo, por ejemplo, la historia [relatada en] el libro del 2010 titulado Mi Nombre es Najoud, Tengo 10 Años y Estoy Divorciada, sobre la situación inhumana social que enfrentan las mujeres en remotas zonas rurales de Yemen y en otros lugares de los países árabes. Esta situación convierte a la chica en novia que se somete a consejos sobre el parto y en obedecer a su marido – en una edad en que sus pares en otras partes del mundo derraman… chocolate sobre sus rostros.

«En Kuwait, las mujeres fueron excluidas del parlamento [en febrero del 2012], tras la victoria de [una mayoría islámica], que las considera inferiores. [El bloque islámico] se burlaba audazmente de ellas, y aceptó su salida [del parlamento] como algo natural. Lo único que las trajo de nuevo al parlamento, en las recientes elecciones de [diciembre] del 2012, fue un decreto del emir en el que presentó una enmienda a la ley electoral…

«Lo que sucedió en Kuwait es lo que está sucediendo ahora en otros países del Golfo. La mujer obtiene derechos sociales como resultado de una decisión política, no por la voluntad popular.

«Lo primero que le ocurre a una persona civilizada es que los problemas de la mayoría de las mujeres pueden comenzar a resolverse por la legislación para protegerlas. Pero en realidad, la mayoría de los países árabes siguen discutiendo sobre la importancia de la aprobación de leyes que penalizan el acoso, la violencia contra la mujer, y los matrimonios de menores – [leyes que] conducen a la persecución de aquellos que maldicen a [la mujer]…

«El panorama en la región árabe podría no ser tan negro como la de los países de Asia Oriental, donde a las chicas se les dispara por querer estudiar, un marido le corta la nariz y las orejas a su esposa por desobedecerlo, o [una mujer] se auto-inmola porque no puede soportar su vida. Pero tampoco es tan color de rosa como lo es para las mujeres europeas y norteamericanas, a pesar de que muchos no saben que la mujer aún no tiene pleno derecho en Occidente [ya sea], en cuanto se refiera a trabajo… Por lo tanto, es evidente que existe una relación directa entre la condición de la mujer y el progreso de las naciones…

«Lo absurdo es que muchas mujeres árabes no tienen una relación armoniosa con las [ventajas ofrecidas por] este desarrollo tecnológico [es decir, Internet] que permite la transparencia y la franqueza. [En cambio,] algunos han desenvainado sus espadas en contra de la sociedad, conduciendo sus asuntos argumentativamente y defendiendo sus derechos atacando.

«Otras mujeres tienen la idea de que este clima de apertura es [realmente] perjudicial para la mujer. [Piensan esto] porque viven en sociedades conservadoras, y en algunas de estas sociedades es inaceptable que un nombre de mujer aparezca en público. Este ha disuadido a un amplio sector de mujeres, haciendo que teman la crítica pública haciendo que se retiren, o se escondan tras de un hombre.

«Ningún logro llega sin un precio, y no ocurre ningún cambio sin una razón. Esta es la cocina caliente de la vida pública, y las mujeres deben interiorizar y pacientemente acostumbrarse a los cambios y dificultades que implican. Ellas pueden aceptar [estas dificultades] o sentir lástima de sí mismas y reconsiderar irse de sus casas.

«Las que tienen el coraje de superar estas [dificultades] deben luchar por [sus derechos]».


[1] A principios de diciembre del 2012, la activista político liberal ‘Ola Shahba convocó a una rueda de prensa en la que relataba cómo había sido abusada por partidarios de la Hermandad Musulmana (HM) después de participar en una protesta anti-HM, mientras que miembros de las fuerzas de seguridad no hacían nada, léanse fragmentos en albedaiah.com.

[2] Imagen: albedaiah.com, 7 de diciembre, 2012.