Por: Alberto M. Fernández
Observando a los medios de comunicación pan-árabes tal como yo los veo y como lo he hecho de manera regular durante décadas, dos cosas me llamaron la atención esta semana. Una fue la condena de la cancillería de Qatar al ataque del EIIS contra los cristianos coptos en Al-Minya.[1] El segundo hecho fue ver a Al-Jazeera TV destacar las declaraciones oficiales por parte de Qatar sobre la estrecha cooperación antiterrorista entre ese país y los Estados Unidos. Las dos declaraciones, siendo estas bastante ordinarias, eran alarmantes porque Qatar apoya o acoge muy a menudo a una gama de islamistas regionales quienes creen sinceramente que ambos los cristianos como los estadounidenses son enemigos, a los que hay que oponérseles, subyugarlos o destruirlos. Por supuesto, existe un trasfondo a estas noticias.[2]
Por lo general, las noticias falsas buscan engañar y presentar lo contrario de la realidad, propagar información falsa. Tales causas no parecen ser el caso en la amarga controversia actual entre Qatar y sus vecinos del CCG en Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.
La crisis, que se remonta a décadas atrás, fue desencadenada por algún material publicado, supuestamente a través de la piratería en la red, en el portal de la Agencia de Noticias de Qatar, el 23 de mayo, 2017, diciendo que el emir del país había realizado una serie de declaraciones polémicas.[3] Entre ellas se incluía que Qatar retiraba a sus embajadores de Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos; de que este se opuso a una postura hostil contra Irán; y que veía favorablemente a la Hermandad Musulmana (HM), Hamas y a Hezbolá.
Las observaciones, que supuestamente fueron realizadas en una graduación militar por el Emir Tamim bin Hamad Aal-Thani, también reconocieron las tensiones con los Estados Unidos por el tema del terrorismo. Los medios de comunicación del Golfo respondieron enérgicamente, detallando la historia de Qatar en apoyar a grupos terroristas tales como el Talibán y Jabhat Al-Nusra de Al-Qaeda y del cómo el país se separaba del «consenso árabe» oponiéndose a la agresión regional iraní.[4] Un diario saudita presentó alegremente el titular de portada «Qatar se ha vuelto loco».
La crisis, dondequiera que haya comenzado, es una repetición de una que ocurrió en el 2014 por muchos de los mismos temas. Y ese enfrentamiento fue una continuación de las tensiones que supuestamente se resolvieron en una reunión del 2013 y un acuerdo entre los gobernantes de Arabia Saudita y Qatar. La postura de Qatar sobre la HM y sobre Irán se ha extendido a lo largo de todos los ámbitos, ya que continuó siendo parte agresiva de la postura de muchos de sus vecinos. En el 2014, los qataríes reconocieron francamente este hecho, señalando que «Qatar ha optado por no ser históricamente un país marginado sino que desempeñó un papel importante en los asuntos mundiales».[5] Una vez más, tal como en el 2014, Qatar está buscando la mediación de Kuwait, a fin de cerrar la brecha entre sí mismo y sus enojados vecinos.
No existen dudas de que el Estado de Qatar, un pequeño país con mucho dinero, intenta desempeñar un papel mucho mayor en los asuntos mundiales. Es sede de la Copa Mundial de Fútbol del 2022 y ha tratado de llevar la paz y el desarrollo a la problemática región sudanesa de Darfur. En el Medio Oriente, esta apoyó firmemente al gobierno de la HM del presidente egipcio Morsi y al gobierno del partido AKP del Presidente turco Erdogan. Este albergó durante años y todavía lo hace en cierta medida, a los líderes de la oposición de la HM de la región (algunos de los egipcios se marcharon recientemente a Turquía). A pesar de reconocer esta presencia en suelo de Qatar, el canciller de Qatar declaró recientemente: «No apoyamos, ni apoyaremos ni nunca hemos apoyado a la Hermandad Musulmana».[6]
Qatar financia profusamente una red de televisión árabe regional muy influyente, Al-Jazeera, que constantemente se apega a una línea islamista, particularmente pro-HM, en su giro. Por supuesto, Al-Jazeera fue conocida mundialmente por su difusión inicial de los primeros videos de Osama bin Laden, pero en fechas tan recientes como el 2015 se transmitían largas entrevistas nada críticas con el encabezado de Al-Qaeda en Siria Abu Muhammad Al-Julani. Una fuente describió estos como si parecieran que estuviesen «charlando entre dos amigos cercanos, en lugar de ser una entrevista».[7]
También, recientemente esta comenzó a financiar otro conglomerado mediático, Al-Arabi Al-Jadeed, en Londres, encabezado por el ex miembro del Knesset árabe israelí Azmi Bishara, supuestamente para proveer un medio de comunicación que sea menos pro-HM que Al-Jazeera.[8] Irónicamente, Bishara, un cristiano de Nazaret cercano a los qataríes, huyó de Israel en el 2007 y encontró refugio en Doha debido a las acusaciones de que este colaboró con el grupo terrorista libanés Hezbolá, el cual había lanzado una amarga guerra contra Israel solamente el año anterior.[9]
Como si fuese a hacer alarde de sus lazos con Irán, el Emir de Qatar habló con el presidente de Irán en el apogeo de la controversia con sus vecinos del CCG.[10] Según los medios de comunicación iraníes, el Emir llamó a la expansión de lazos. Este es un acto que parecía tener garantizado verterle más gasolina a los fuegos que ya están ardiendo.
La historia de Qatar de darle a los financistas terroristas una considerable libertad está muy bien documentada y su historial desde que el Emir Tamim asumió el poder en el 2013 es, en el mejor de los casos, mixto[11]. La administración Trump ha estado promocionando un nuevo acuerdo de lucha contra el financiamiento del terrorismo con los estados del CCG, incluyendo Qatar, firmado durante la reciente visita del presidente, pero es demasiado pronto para decir si esto presagiará un cambio verdadero en el comportamiento de Qatar.[12]
Si uno tuviera que escoger a un bando en esta lucha, uno tendería a inclinarse hacia la crítica de los que desaprueban a Qatar quienes se encuentran generalmente sobre una base más sólida que la franca e increíble confesión de Qatar de que nunca ha apoyado a los islamistas y yihadistas. Sin embargo, esto debe ser regulado con la realización de que casi todos los regímenes árabes en el Medio Oriente han jugado al doble discurso y algunos todavía lo hacen. Estos denuncian la intolerancia y el yihadismo por una parte, pero muy a menudo le ofrecen por el otro lado, un espacio al fanatismo islámico.
Pocos están dispuestos a cuestionar la diferencia entre los llamados a la violencia y el fanatismo procedente de la HM y las llamadas a la intolerancia y la violencia procedente de los salafistas que a menudo son consentidos por estos mismos regímenes. Ambos ocurren con cierta frecuencia. Un cristiano copto o un ex-musulmán ateo van a encontrar poco consuelo en su vida amenazado por la ira de un salafista en lugar del de un Ikhwan (miembro de la HM), o viceversa.
Los críticos de Qatar se aferraran a un suelo más sólido si ellos mismos no persiguieran con demasiada frecuencia a liberales, laicos y librepensadores musulmanes en sus propios países, lo cual de manera muy real realiza por ellos el trabajo sucio de los islamistas. Si los últimos años del mandato salafista-yihadista del EIIS demuestra algo, debería ser que los gobiernos de la región permitieron que sus medios de comunicación, púlpitos, libros de texto y escuelas fomenten una generación de escorpiones.
En lugar de limitarse solo a enfocarse en los verdaderos fracasos de Qatar, un esfuerzo regional más agresivo, a fin de crear un ambiente más amplio para una tolerancia real a las voces liberales y a la verdadera diversidad religiosa e intelectual mostrara el apoyo de Qatar a las voces intolerantes y violentas en un alivio aún mayor. En lugar de argumentar sobre a quién debe honrársele con nombrar a la gran mezquita de Doha, tal vez las potencias regionales finalmente puedan estar de acuerdo en que el legado político de Muhammad Ibn Abdul Wahhab, al igual que el fundador de la Hermandad Musulmana Hassan Al-Bana, ambos pertenecen al sombrío pasado de la región y no a su futuro esperanzador.[13]
*Alberto M. Fernández es Vicepresidente de MEMRI.
[1] Dohanews.co, 27 de mayo, 2017.
[2] Bloomberg.com, 31 de mayo, 2017.
[3] English.Alarabiya.net, 24 de mayo, 2017.
[4] MEMRI Investigación y Análisis No. 1315, Conmoción en el Golfo tras supuestas declaraciones del Emir de Qatar condenando a los estados del Golfo, alabando a Irán, Hezbolá, la Hermandad Musulmana y Hamas, 25 de mayo, 2017.
[5] MEMRI Investigación y Análisis No. 1075, Tensión sin precedentes entre Qatar y Arabia Saudita/UAE/Bahréin amenaza con separar el Consejo de Cooperación del Golfo, 14 de marzo, 2014.
[6] Arabnews.com, 17 de mayo, 2017.
[7] Now.mmedia.me, 15 de junio, 2015.
[8] Thenational.ae, 5 de mayo, 2014.
[9] Ynetnews.com, 28 de mayo, 2017.
[10] Presstv.ir, 27 de mayo, 2017.
[11] Defenddemocracy.org/media-hit/david-weinberg-qatar-and-terror-finance/, 18 de enero, 2017.
[12] Weeklystandard.com, 31 de mayo, 2017.
[13] Dohanews.co, 29 de mayo, 2017.