Arabia Saudita recibió con beneplácito la más reciente ronda de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Teherán con cierto grado de satisfacción. Analistas sauditas opinaron que las sanciones eran una señal del fracaso de la diplomacia iraní y algunos llegaron incluso a sugerir que las sanciones marcaron el comienzo del fin del actual régimen.
Los saudíes enfatizan que tratan de hacer caer al régimen en lugar de perjudicar al pueblo iraní. Asimismo, reiteran su postura de que el expediente nuclear de Irán no debe abordarse exclusivamente, sino como parte de un plan global para el desarme nuclear en el Medio Oriente.
No obstante a su satisfacción por las sanciones, los sauditas también estaban preocupados por lo que cabe esperar el momento cuando los Estados Unidos se retiren de la región e Irán obtenga capacidad nuclear. Cabe señalar que durante las deliberaciones del Consejo de Seguridad durante los últimos meses, Arabia Saudí ha endurecido considerablemente su postura respecto a Irán.
A continuación se presentan extractos de las declaraciones de funcionarios sauditas y artículos sobre este tema en la prensa saudita:
Altos funcionarios sauditas expresan sus preocupaciones por la amenaza iraní
En una conferencia de prensa tras su reunión con la Secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, el canciller saudita príncipe Saud Al Faisal, reiteró la postura tradicional de Arabia Saudita en apoyo a los esfuerzos diplomáticos de los 5 +1 y de una solución pacífica a la crisis nuclear iraní. Al-Faisal hizo hincapié, tal como los estadistas sauditas siempre han hecho hincapié, en que la solución a esta crisis debe ser parte de un plan global para el desarme nuclear y de las armas de destrucción masiva en el Medio Oriente, especialmente para Israel. [1] Sin embargo, en la misma conferencia de prensa esta también tomó una postura firme contra Irán, diciendo que su rechazo a las propuestas de las superpotencias aumentaban las amenazas a la región.
Al-Faisal dijo que la historia demuestra que cualquier tipo de arma introducida en la región ha sido en última instancia utilizada y que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad deben por lo tanto comprender la amenaza que constituye la proliferación de armas nucleares en el Medio Oriente. Este dijo que gradualmente las sanciones a largo plazo no fueron efectivas y que se necesitaba una solución rápida e inmediata. Él ha enfatizado específicamente el papel de China y su responsabilidad en el asunto. Entre los informes sobre las declaraciones de Al-Faisal, el diario saudita Al Watan destacó recordándole a China – el país más reticente a apoyar las sanciones – de su dependencia en el petróleo saudita. [2]
Dado que el Consejo de Seguridad se acercaba a una decisión, el príncipe Turki Al-Faisal, ex jefe de inteligencia saudí y embajador de Arabia Saudita en los Estados Unidos, apoyó la postura firme del canciller, llamando a las superpotencias a establecer una protección nuclear para los países del Golfo y ofrecer una opción militar para tratar con la amenaza iraní. Este presentó tres principios que dijo deben guiar a la comunidad internacional a partir de ahora: «En primer lugar, nadie puede exigirle a Irán que juegue de acuerdo a ciertas [reglas], mientras que Israel, India, Pakistán y Corea del Norte se les permite jugar con [reglas] diferentes. [Todos] deberían estar jugando en el mismo campo. Segundo, un paraguas nuclear a nivel global debe ser establecido para los países de la región [es decir, los países del Golfo], que con razón se sienten amenazados por sus vecinos que ya poseen o están por poseer armas nucleares [es decir, Israel e Irán, respectivamente]. En tercer lugar, existe una necesidad de una opción militar de alta calidad con el fin de disuadir a cualquier elemento que se niegue a cooperar en librar a la región del peligro de las armas nucleares y para que el desarme [nuclear] en lo posible de sus frutos. La opción militar y la protección nuclear deben ser acordados conjuntamente por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad». [3]
Cabe señalar que la mayor parte de la prensa saudita se rehusó a citar estas declaraciones de Turki Al-Faisal, que fueron realizadas en un evento en honor al diario saudita en inglés Arab News, en presencia de numerosos diplomáticos extranjeros, para quienes estas declaraciones estaban destinadas. En una ocasión posterior, Al-Faisal, advirtió que si Irán lograse capacidad nuclear no habría vuelta atrás y su amenaza para el mundo árabe se incrementaría. Por lo tanto dijo, los árabes tienen que impedir que Irán, por cualquier medio obtenga armas nucleares. También reiteró sus críticas a los Estados Unidos por no hacer lo suficiente para desarmar al Medio Oriente de armas nucleares y exhortó a los países árabes a presionar a los miembros del Consejo de Seguridad para avanzar sobre este objetivo. [4]
Al-Madina expresa una postura de línea dura: Las sanciones son inevitables
Entre los diarios sauditas oficiales, el diario Al-Madina mostró la postura más firme contra Irán. Tras la firma de la Declaración Nuclear de Teherán – un acuerdo de intercambio de uranio de Irán con Turquía y Brasil – el diario publicó una serie de editoriales presentando el acuerdo como una artimaña iraní. Al-Madina dijo que si Irán no cumple con las exigencias de la comunidad internacional, sin duda se enfrentaría a sanciones y la opción militar sería mantenida sobre el tapete: «… Es evidente que, en luz de los acontecimientos en el [expediente] nuclear de Irán, la alternativa militar contra Irán sigue existiendo, al menos por el momento. Según analistas, aunque el Consejo de Seguridad ha aplazado la imposición de severas sanciones contra Irán, debido a la retirada del [apoyo de China y Rusia a las sanciones] y la aceptación de la ONU a la Declaración Nuclear de Teherán, en última instancia, no habrá más remedio que imponer estas sanciones. Las sanciones obligarán a los iraníes a cumplir con los principios internacionales legítimos y garantizar que su programa nuclear tenga fines pacíficos. Este debe también aplicar el acuerdo de intercambio de uranio que firmó hace unos días [es decir, la Declaración de Teherán], fortaleciendo sus lazos con sus vecinos, sin interferir en sus asuntos internos y respeto a los principios fundamentales del derecho internacional. [5]
«La verdad es que nadie le cree a los iraníes. El [portavoz iraní de la cancillería] dijo que el acuerdo no significa que Irán deje de enriquecer uranio en su territorio. [El acuerdo] no incluye garantías tangibles que evitan que Irán enriquezca uranio, ni tampoco obliga a [Irán] a abrir sus instalaciones [nucleares] a la supervisión de la OIEA con el fin de verificar que cumple con el acuerdo. Los iraníes, por su parte, dijeron que no confían en nadie y que no tienen garantías decisivas de que Francia, los Estados Unidos y Rusia… cumplirán su parte en la recepción y entrega de uranio, que según el acuerdo, se llevará a cabo en Turquía… La demagogia no beneficiará a Irán o la protegerá de las sanciones internacionales que pesan sobre ella». [6]
Al-Hayat: Irán perdió la oportunidad que le ofreció Obama
Un editorial en el diario de Londres Al-Hayat declaró que Irán había perdido la oportunidad que Obama le había dado y que su diplomacia exterior había fracasado: «… El régimen iraní ha perdido la oportunidad que Barack Obama le dio al extenderle la mano. El Presidente norteamericano tenía un interés verdadero en hacer progresos en esta área, a fin de demostrar que su política es diferente [de la de su predecesor], pero el régimen iraní no aprovecho esta oportunidad, [basando] su comportamiento en una [estrategia] del ‘todo o nada’.
«El año pasado ha sido un año de oportunidades perdidas para Irán: esta no logró disipar las dudas de la OIEA [en cuanto a su intenciones], sino que fue demasiado lejos en sus maniobras y tácticas [dilatorias]…; y no logró convencer a Rusia de que no había necesidad a una nueva serie de sanciones internacionales contra esta. [De hecho], parece ser que [Irán] no se percató de la mejora en las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia, [que resultó de la flexibilidad] de los Estados Unidos sobre el despliegue de los sistemas de defensa antimisiles en Europa Oriental. [Además], la diplomacia iraní parece haber sufrido otro fracaso aún mayor: no pudo convencer a China a que se abstenga de apoyar la resolución a las [sanciones], a pesar de toda la charla sobre la importancia del mercado iraní para China, la cual está hambrienta de petróleo y de oportunidades de inversión. La [postura] inflexible de la comunidad internacional [también] vació de contenido del éxito de Irán en la firma del acuerdo con Turquía y Brasil.
«… En los últimos años, hemos leído mucho sobre la eficacia del equipo de negociaciones de Irán, y [estas afirmaciones] fueron ciertas. Pero el año pasado terminó con un fracaso de esta experiencia también. La política de tensión constante de [Irán] resultó de su aislamiento. Las [nuevas] sanciones son probable que doblen [sus] dificultades económicas y el grado de tensión. El primer año del segundo mandato de Ahmadinejad en el poder estuvo marcado por aventuras que no es probable hayan contribuido a la estabilidad de Irán o de la región». [7]
Director General de Al-Arabiya: Las sanciones benefician al régimen iraní
El Director General de Al-Arabiya TV ‘Abd Al-Rahman Al-Rashed escribió que, mediante la transferencia del expediente nuclear de Irán al Consejo de Seguridad, los Estados Unidos han sacado la opción militar fuera del tapete, lo que ha ayudado a Irán a completar su programa nuclear: «No sólo se trata de sanciones muy limitadas en su impacto, estas en realidad hacen mucho para ayudar al régimen iraní… Los iraníes pueden refugiarse en sus hogares, con la seguridad de que los bombarderos invisibles [estadounidenses] y misiles Tomahawk no tendrán como objetivo Teherán. Al pasar la [resolución] a las sanciones, el Consejo de Seguridad ha adoptado efectivamente el cargo de decidir [cómo responder] al programa nuclear de Irán, mientras que [previamente] esta decisión estaba en manos de los Estados Unidos, el cual declaró explícitamente de que la opción militar para detener el programa nuclear de Irán estaba sobre la mesa. Hoy día la opción militar ya no está sobre la mesa, porque [el asunto] está en manos del Consejo de Seguridad – y ya que los Estados Unidos le ha pedido a este órgano, está obligada a [dejar el asunto en sus manos] por un período de tiempo bastante largo. La decisión del Consejo de Seguridad de imponer sanciones económicas [contra Irán] ha dado un respiro a los iraníes, protegiéndolos de un [ataque] punitivo militar de los Estados Unidos e incluso de Israel… [Por lo tanto], Irán no está obligado a cumplir con las exigencias internacionales. Por el contrario, este considera que, al protegerla de posibles represalias militares, la decisión internacional ha concedido una prórroga para completar su [proyecto] nuclear». [8]
Diarios sauditas: Israel también debe ser desarmada
El diario saudita Al-Watan declaró en un editorial: «El programa nuclear militar de Irán es ilegítimo, así como el de Israel es ilegítimo. Si el tiempo de las sanciones ha creado una impresión entre el público de que el [programa nuclear de Irán] es ilegítimo, mientras que el de Israel si es legitimo, se debe aclarar que ambos [programas] amenazan al Medio Oriente, que debe estar libre de armas nucleares…» En referencia a la Declaración de Teherán, el editorial afirma: «El tema iraní ha llegado a una etapa delicada. Resulta que no hay más espacio para iniciativas adicionales, especialmente teniendo en cuenta que algunas iniciativas reflejan las aspiraciones políticas de jugar un papel más importante en la región a expensas de la anarquía liderada por los iraníes. Irán tiene una responsabilidad moral y política en materia de seguridad y estabilidad en la región y es evidente que no hay espacio en esta situación para maniobras». [9]
Un editorial en el diario Al-Medina afirmó que las sanciones sólo pueden ser consideradas una victoria parcial, siempre y cuando la comunidad internacional se abstuviese en tratar con las armas nucleares de Israel. «La decisión del [Consejo de Seguridad] es un logro para la administración de Obama y para la comunidad internacional, pero está incompleta mientras no forme parte del esfuerzo colectivo en desarmar al Medio Oriente de armas nucleares y romper el silencio sobre las [armas] nucleares de Israel. Uno puede encontrar algunos indicios positivos acerca de esta cuestión en las declaraciones del Presidente Barack Obama tras el anuncio de la resolución, en el sentido de que las sanciones son un mensaje claro respecto a la determinación de la comunidad internacional de prevenir la proliferación de armas nucleares. [10]
El diario en idioma inglés Arab News expresó una postura diferente, oponiéndose a las sanciones sobre la base de que no reflejaban las aspiraciones de Arabia Saudita y árabes en aprovechar la crisis nuclear iraní con el fin de avanzar hacia el objetivo de desarmar al Medio Oriente de armas nucleares, es decir tratar con las armas nucleares de Israel. El diario dijo que Rusia y China se arrepentirán por su apoyo a la política de confrontación de Washington.
«Los rusos y chinos tendrán que lamentar su apoyo aunque sea a regañadientes por la política de confrontación de Washington. Lo que han hecho es inscribirse a la larga hipocresía estadounidense que condena el sospechoso empuje de Irán para adquirir armas nucleares, mientras ignoran totalmente que Israel ya es una potencia nuclear… La existencia del arsenal nuclear de Israel y la determinación de Washington de ignorar por completo socava cualquier unidad de persuadir a los iraníes a abstenerse de cualquier programa de armas atómicas por sí mismos. Sin embargo, la administración Obama no puede, o no quiere reconocer cuán fatalmente daña esto a sus argumentos contra Irán.
«Y los rusos y los chinos se han permitido ser engañados en un enfrentamiento defectuoso con el régimen del Presidente Mahmoud Ahmadinejad. Lo peor es que la imposición del Consejo de Seguridad a una nueva ronda de sanciones va más allá de los esfuerzos de Brasil y Turquía de proporcionarle a Teherán una manera honorable de salir del impasse… Tal vez porque la solución no fue inventada en Washington, los estadounidenses eligieron ignorarla y seguir presionando con sus nuevas llamadas a sanciones.
«Luego está la posibilidad extrema de que estas últimas sanciones no funcionen, pero, al igual que Irak, en realidad perjudicará a iraníes comunes y corrientes. Ahmadinejad y su gente desde hace mucho tiempo esperan por estas últimas restricciones y han establecido normas para eludirlas en caso necesario. Estos desviarán cualquier recurso que necesiten lejos de la gente común para sus propios fines. Sin embargo, más siniestramente, es casi seguro que utilizaran el aumento de la tensión para reforzar su operativo de seguridad a los líderes de la oposición y sus partidarios. Voces disidentes dentro del país se asemejaran cada vez más en traición a la patria y esto será tratado duramente». [11]
Al-Riyadh: Estamos siendo sitiados desde varias direcciones
Un editorial en el diario Al-Riyadh refleja el temor de Arabia Saudita por las consecuencias de las armas nucleares iraníes. Se dio a entender que los estados del Golfo no podían confiar exclusivamente en las grandes potencias occidentales para garantizar su seguridad e instaron a que aúnen sus esfuerzos y desarrollen una defensa unida contra la amenaza iraní: «El principio de las superpotencias defendiendo a [países] más pequeños está condicionada a un mayor interés, así como el país más pequeño que esta en un lugar estratégico que afecta el comercio mundial, o la posesión de grandes recursos naturales, o [siendo anfitrión] de bases militares contra las [superpotencias] rivales. De lo contrario, los países grandes, aquellos con flotas marinas, satélites y tecnologías avanzadas, no tienen ningún interés en lo absoluto en [defender] a los países pequeños…
«Nosotros [los] países árabes somos vulnerables, tal como lo demuestran los [poderes] de los rivales compitiendo sobre nosotros y el esfuerzo para atraernos bajo sus auspicios o para obligarnos a someternos a su voluntad. La [competencia] es entre tres países: Turquía, Irán e Israel. Lo que tienen en común son sus aspiraciones en la región y lo que los diferencia es [la cuestión de] quién obtendrá la mayor parte del pastel árabe… Actualmente nos enfrentamos a retos y amenazas existenciales de defensa en los ámbitos de economía e identidad nacional. Parece ser que nuestras preocupaciones no han ascendido a una constatación de que estamos sitiados desde varias direcciones. De hecho, la rivalidad entre nosotros sobre el [cómo] responder o emitir una declaración o hacer algún movimiento extingue cualquier esperanza para la coordinación de defensa o de acuerdos económicos. Tal vez son los estados del Golfo sobre todo los que deben ver la amenaza y llevar a cabo un plan de defensa política que no será dominado por las emociones y la voluntad de no rendirse ante cualquiera que [se compromete a] defender [estos estados] en caso de una emergencia». [12]
El miembro del Consejo Shura saudita Al-Zuheir Harathi y columnista de Al-Riad, expresó su preocupación por los Estados Unidos e Irán en llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear de Irán: «La crítica de Ahmadinejad hacia los Estados Unidos es absurda… en luz de [la posibilidad de una tratado] estadounidense-iraní sobre las armas nucleares de [Irán]. A pesar de la resolución 1929 [que impuso una cuarta ronda de sanciones contra Irán]… noticias filtradas a los medios de comunicación señalaron las conversaciones directas estadounidenses-iraníes, que aún se celebran en Washington por una comisión conjunta. Es posible que esta cuestión pueda demorar o prevenir una [confrontación militar entre los Estados Unidos e Irán], como lo demuestran las llamadas de los miembros del Congreso [norteamericano] para negociar con Irán, o lo que se conoce como el ‘gran acuerdo’, según el cual Washington se compromete a abstenerse de atacar a Irán a cambio de proyectos y contratos que debe dársele a las empresas estadounidenses. [Este trato] está siendo discutido ahora y puede ir en detrimento de los pueblos en el Golfo». [13]
«Aaidh Al-Qarni: Irán se convertirá en potencia nuclear y estaremos en las fauces del león
El temor de los sauditas a un Irán con capacidad nuclear es más explícitamente expresado por el predicador popular ‘Aaidh Al-Qarni. En un artículo titulado «O Árabes, Irán Viene», advirtió que Occidente no haría nada para impedir que Irán obtenga armas nucleares y que éstas serían apuntadas no a Israel, sino a los árabes: «Digo con certeza que Irán será una superpotencia nuclear. Cuando esto suceda, Occidente lo reconocerá [como] tal, y delegaciones serán enviadas allí de acuerdo con el principio de «si no puedes con ellos, estrecha su mano». Irán no atacará a Israel y nunca irán a la guerra con esta. Esto es un secreto que les estoy revelando a los árabes por primera vez… Los gobernantes de Teherán son inteligentes. Cuando [el segundo Califa], ‘Omar bin Al- Khattab, escuchó a un hombre maldecir a [los persas], dijo: «No digas eso, los persas tienen las mentes más agudas de todos los pueblos». Les digo a los árabes, despierten!… ¿Qué harán los árabes cuando existen armas nucleares iraníes en nuestro norte y armas nucleares israelíes al sur y nos encontramos en las fauces del león? Irán conoce el juego y sabe que el fuerte sobrevive y es superior. Cuando esta se impone [sobre el mundo], el mundo, la saluda con respeto y admiración. En cuanto a reproches y condenas del Consejo de Seguridad, son palabras vacías que no valen ni el papel en que fueron escritas. El Consejo de Seguridad ha condenado a Israel 72 veces y [nunca] un solo israelí fue muerto por estas condenas…» [14]
Redactor saudita: debemos aceptar a un Irán con capacidad nuclear
‘Abdallah Hamid Al-Din, columnista en el diario Al-Hayat, expresó una opinión diferente, diciendo que Arabia Saudita podría encontrar una manera de vivir con una Irán con capacidad nuclear: «A pesar de la compleja situación, nosotros e Irán podemos vivir de acuerdo con un interés común, porque a la larga, lo que nos duele les duele a ellos también y viceversa. Si bien durante la Guerra Fría era fácil clasificar los países como aliados o enemigos, hoy día ningún país es totalmente un enemigo y ningún país es por completo un aliado. Ya no es posible buscar un enemigo en la forma de un país. Cada país representa una combinación de amenazas y beneficios [para otros países]. Mientras [más amenazante es un] determinado país en varios niveles, mayor representa este grandes oportunidades. En el futuro, nuestra política exterior debe ser transparente y ofrecer una ecuación que reduzca al mínimo la amenaza y el beneficiarse de las oportunidades». [15]
*R. Green es compañero de investigación en MEMRI.
[1] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 16 de febrero, 2010.
[2] Al-Watan (Arabia Saudita), 16 de febrero, 2010.
[3] Al-Iqtisadiyya (Arabia Saudita), 16 de mayo, 2010.
[4] Al-Watan (Arabia Saudita), 21 de mayo, 2010.
[5] Al-Madina (Arabia Saudita), 19 de mayo, 2010.
[6] Al-Madina (Arabia Saudita) 27 de mayo, 2010.
[7] Al-Hayat (Londres), 14 de junio, 2010.
[8] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 10 de junio, 2010.
[9] Al-Watan (Arabia Saudita), 13 de junio, 2010.
[10] Al-Medina (Arabia Saudita), 11 de junio, 2010.
[11] Arab News (Arabia Saudita), 10 de junio, 2010.
[12] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 16 de junio, 2010.
[13] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 22 de junio, 2010.
[14] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 15 de junio, 2010.
[15] Al-Hayat (Arabia Saudita), 30 de marzo, 2010.