El politólogo ruso Aleksey Makarkin en una entrevista realizada con Mk.ru, reaccionó ante la caracterización que hizo el ex-presidente Dmitry Medvedev a los líderes en Occidente de bastardos y degenerados. Durante su presidencia, Medvedev fue el buen policía en las relaciones con Occidente en contraste con el policía malo Vladimir Putin y también fue la gran esperanza de los liberales rusos, quienes creían que sería una fuerza para implementar reformas al sistema. El ‘blando’ Medvedev según el archí-conservador Tsargrad endurecía sus posturas y su retórica porque sólo faltan dos años para las elecciones presidenciales del 2024 y Medvedev se preparaba para entrar en la contienda.[1] Makarkin descartó las posibilidades de Medvedev ya que sus puntos de vista siguen siendo muy sospechosos entre los conservadores y ahora ha alienado a los liberales. Además, con su cambio radical de postura, Medvedev se ha excedido y ha perdido credibilidad. Sin embargo, el querer favorecer a Ucrania, Medvedev ha asegurado su supervivencia como miembro de la élite superior.

La entrevista con Makarkin puede leerse a continuación:[2]

Dmitry Medvedev (Fuente: Kommersant.ru)
Dmitry Medvedev (Fuente: Kommersant.ru)

«‘Les odio. Son unos bastardos y degenerados…’ Los discursos de Dmitry Medvedev en las redes sociales son cada vez más implacables contra Occidente y contra la ‘quinta columna’ dentro del país. Y cada vez más estos discursos, digamos, están emocionalmente cargados. El señalado liberal y ‘pacifista’ se ha convertido ante nuestros ojos en un ‘halcón’ reaccionario. Y la última publicación citada asombró, tal vez, incluso al bando ‘hawkish’. Alexei Makarkin, primer vicepresidente del Centro de tecnologías políticas, reflexiona sobre las razones de la metamorfosis en una entrevista con MK.

Alexey Vladimirovich, una explicación bastante popular y común por las cada vez más frecuentes y cada vez más incendiarias publicaciones de Medvedev es que este gana puntos en un esfuerzo por retornar al estatus de sucesor de Putin. ¿Está él trabajando, digamos con esta perspectiva en mente? ¿Tiene esto algún sentido?

– Yo no estoy muy seguro de que merezca la pena centrarse ahora en el tema de la sucesión. Ahora se están resolviendo problemas inmediatos. Incluyendo – francamente las tareas de Medvedev. Además, en lo que se refiere a la sucesión, su última publicación es contraproducente desde este punto de vista. Los deberes del presidente están relacionados, entre otras cosas, con el hecho de que tiene que comunicarse con los líderes en Occidente.

¿Cuánto tiempo lleva hablando el actual presidente ruso con Macron? Según Macron, unas 100 horas. Y esta comunicación continuará. Imagínese: Medvedev se convierte en presidente y tendrá que comunicarse con aquellos a quienes este descartó. Pero, ¿cómo se comunica uno después de eso? ¿Cómo construir relaciones? No, yo no creo que sea un tema de sucesión.

¿Y luego qué?

– Yo creo que todo es mucho más simple. Se trata del rol y el lugar en el equipo. Y en general de pertenencia al equipo. Medvedev tiene reputación de occidental, la cual se estableció durante su presidencia. Y en realidad hizo mucho para establecer esto. Uno puede recordar su relación personal con Obama y ??el reinicio y las declaraciones sobre la libertad… Y cuando dejó la presidencia, tampoco se convirtió inmediatamente en un conservador. Hubo, por ejemplo, si recuerdan, un proyecto tal como el «gobierno abierto».

Pero lo que alguna vez fue una ventaja competitiva se ve totalmente diferente ahora. En las condiciones de una operación militar especial, en las condiciones de una ruptura con Occidente, tal pasado, tal trasfondo, plantea un problema bastante serio. Medvedev invirtió demasiado en su época en modernización, en occidentalizar. Y ahora su tarea no es la sucesión. La tarea es mantenerse en la élite. Incluso yo diría, en la súper-élite: después de todo, él es el vicepresidente del Consejo de Seguridad.

El resto del equipo presidencial no tiene que probar nada, no tiene que repudiar nada. Estos han estado criticando a Occidente durante mucho tiempo, ellos se han pronunciado durante mucho tiempo a favor de la propia forma de desarrollo de Rusia. Medvedev, para ser parte natural del equipo, debe en cierto sentido recuperar el tiempo perdido. Que es lo que está haciendo ahora. Este demuestra que es igual a todos, que lo que estaba conectado con Obama, con el reacondicionamiento, es un pasado lejano. De que este quemó todos los puentes.

¿Actúa este así, ante un peligro real de ser expulsado de la súper-élite o, como suele decirse, por si acaso?

– Por si acaso, creo. Pero si Medvedev se hubiese comportado como solía hacerlo, como correspondía a su imagen, el peligro probablemente existiría realmente. A menudo tomamos a la ligera a Medvedev y esto se intensificó aún más después de su última declaración. Pero este siguió siendo presidente durante cuatro años y primer ministro durante casi ocho. Esta persona, sin importar cómo la trates, tiene cantidad de experiencias que muy duras. Este entiende las reglas del juego. Y entiende que ahora todos deben ser consolidados, todos deben estar en un equipo, todos deben ser críticos contra Occidente.

Es decir, desde el punto de vista de la lógica del equipo, ¿resulta que este hace todo correctamente?

– Yo diría esto: la dirección que este ha definido actualmente, la dirección de un patriotismo enfatizado, es bastante correcta desde el punto de vista de la lógica del equipo. Pero existe dirección y hay métodos. Medvedev claramente exagera. Cuando la imagen cambia tan bruscamente, siempre crea disonancias.

Aquellos que alguna vez simpatizaron con él, definitivamente los apartó. En cuanto a los representantes del otro bando, aquellos que lo trataron con sospecha, por supuesto, no se toman todo esto en serio. El cambio de imagen es demasiado brusco, demasiado demostrativo.

Pero por otra parte, es una demostración de fidelidad, una demostración de lealtad. Si la tarea es seguir en la súper-élite, seguir siendo miembro del equipo, entonces creo que el tema está resuelto. Él permanecerá con ellos.

Y, sin embargo, si dejamos de lado las experiencias personales de Dmitry Anatolyevich (Medvedev) y el momento político actual y tratamos, por así decirlo, de mirar más allá del horizonte: ¿Tiene Medvedev posibilidades de heredar la silla presidencial?

– Bueno, todavía no tenemos una monarquía. Un presidente no puede simplemente señalar con el dedo a una persona y decir: mañana será presidente. Según todas las encuestas, la gente quiere que el jefe de estado, como antes, sea elegido por el pueblo. Esto ha echado raíces durante 30 años. En otras palabras, el tema no es solo de hardware, sino también de carácter público y político. Cualquier sucesor debe acudir a elecciones.

Está claro que si las elecciones se celebraran hoy, la gente votaría por el gobierno, sin importar quién lo represente. Ahora, como siempre sucede en Rusia en situaciones de emergencia, existe una consolidación en torno a la bandera, una movilización pro-gubernamental. Pero la emergencia no puede durar para siempre. Con el tiempo, desaparecerá. Hablando del futuro, me cuesta imaginar a Medvedev como candidato presidencial.

Todos empezarán a recordar. Para algunos, es el primer ministro, asociado con el aumento de la edad de jubilación. Para otros, será para siempre el presidente que se reunió con Obama y anunció el reinicio. El anti-occidental ruso no olvida nada. Para aquellas personas que tratan a Occidente como lo hace ahora Medvedev, siempre será una figura sospechosa. Todavía otros recordarán estas, sus últimas declaraciones: ¿cómo representará este a Rusia en las relaciones con Occidente después de estas?

Es decir, por decirlo suavemente, ¿no es la opción más dulce?

– Incluso diría que de todos los candidatos a sucesores que nombran nuestros asesores políticos y hay bastantes nombres, en mi opinión, esta es la opción menos satisfactoria. Habrá una gran variedad de quejas de una variedad de lados. Todos acusarán a Medvedev de algo propio.

Las declaraciones de Medvedev recuerdan los famosos ‘modismos’ utilizados en política exterior de Nikita Khrushchev: ‘¡Les enterraremos!’, ‘¡Les mostraremos a la madre de Kuzka!’ (Les mostraremos qué es golpear los zapatos en la ONU)… Y, por cierto, el político tampoco fue el más popular.

– La gente estaba insatisfecha con Jruschov por muchas razones. En primer lugar, por supuesto, por razones socioeconómicas. Pero su retórica realmente no mejoró su popularidad. Existe un punto de vista generalizado de que un político debe estar cerca de las masas, hablar su idioma. El mismo Jruschov enfatizó de todas las formas posibles que trabajaba al igual que un mecánico. Pero esto provocó una reacción ambivalente en la gente. Y luego, con el tiempo, una más negativa. Ya que, si eres cerrajero, ¿por qué te metiste con los jefes? ¡Ve y trabaja de cerrajero!

Al menos, Nikita Sergeevich, a diferencia de Dmitry Anatolyevich, no aparentó ser otro.

– Sí, la demostración acentuada de Jruschov a su poca educación, de ser gente común, estaba infinitamente más de acuerdo al carácter de Jruschov que la forma en que Medvedev se está comportando ahora y al carácter de Medvedev. Medvedev es un individuo que proviene de un medio educado e inteligente. Y cuando trata de dirigirse a otras audiencias, parece, digamos, no del todo natural.

Pero repito: incluso la imagen de Jruschov fue imperfecta. La gente no quería ver al líder de aquel que se comportaba con ellos de una manera tan familiar. No solo algunas figuras culturales, artistas de la Galería Manezh, se sintieron ofendidos por sus declaraciones, sino también la misma mecánica. Por lo tanto, cuando llegó Leonid Brezhnev, como el líder más sólido, respetable y equilibrado, fue recibido muy bien en contraste. Durante mucho tiempo, hasta mediados de la década de los años 1970, Brezhnev fue muy popular.

El estilo de comunicación es una cosa muy importante para un político. Daré un ejemplo histórico de hace más de cien años. Sergei Yulievich Witte fue uno de los funcionarios más inteligentes del Imperio ruso. Fue, quizás, el primer funcionario que intentó introducir elementos de política pública en la monarquía rusa.

En 1905, como presidente del Consejo de Ministros, Witte escribió un llamado a los trabajadores, para que no se rebelen, sino que cooperen constructivamente con las autoridades. Antes, visitó los Estados Unidos, donde negoció la paz con Japón. Allí le estrechó la mano a un conductor de tren, concedió entrevistas… En general, encantó a los estadounidenses.

Después de ello, Witte decidió encantar a los trabajadores rusos. Pero fue ‘cortado’ en la primera frase. Este comenzó: ‘Hermanos trabajadores…’ El Soviet Delegados Obreros de San Petersburgo, en el que el joven León Trotsky desempeñó un papel clave e importante, declaró en su respuesta oficial: ‘Los proletarios no poseen ninguna relación con el conde Witte’. Independientemente de cómo uno se relacione con Trotsky, la respuesta, hay que reconocerlo, fue realmente brillante.

El conde Witte (Fuente: Iton.tv)
El conde Witte (Fuente: Iton.tv)

Es decir, el entonar es una ventaja verdaderamente importante en política. No existe necesidad alguna de coquetear con el electorado o con el público objetivo. Uno necesita tener su propio estilo y no dejarse llevar. Y lucir como alguien sólido que puede resolver problemas verdaderamente serios.

Aleksey Makarkin (Fuente: Yeltsin.ru)
Aleksey Makarkin (Fuente: Yeltsin.ru)

 


[1] Tsargrad.tv, 8 de junio, 2022.

[2] Mk.ru, 11 de junio, 2022.