En un artículo el 25 de noviembre, 2017 que conmemora el aniversario No. 100 de la Declaración Balfour y publicado en el diario de Londres Al-Hayat, el periodista libanés Karam Al-Hilu comparó los escasos logros del mundo árabe en el siglo pasado con los del resto de los países del mundo, particularmente Israel. Señaló que la superioridad de Israel en las áreas de ciencia, economía, sociedad y política es la fuente de su fortaleza, así como también la fuente del fracaso de los árabes en confrontarlo.
Karam Al-Hilu. Fuente: Madardaily, 15 de mayo, 2017
Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]
«Un siglo después de la Declaración Balfour… los árabes no han logrado construir un estado [único] que posea conocimiento, justicia y capacidad económica, social y humana para enfrentar al sionismo. Se han desperdiciado cien años, en todos los aspectos: durante los cuales los árabes han confrontado a Israel mientras su infraestructura cultural se hallaba en crisis, en las áreas de conocimiento, política, economía, sociedad y pensamiento. Según el informe de la [ONU] del 2014 sobre el conocimiento en el mundo árabe [el Informe sobre el Conocimiento Árabe], a pesar de las 500 universidades árabes, con una matrícula de nueve millones de estudiantes y un profesorado de 220.000 conferencistas, la educación superior en el mundo árabe es muy escasa en el área de la investigación científica, en su incapacidad de adaptarse a la cultura digital y en su incompatibilidad con la cultura científica y humana [universal]. El gasto en investigación científica es extremadamente insignificante. Incluso en Egipto, el país árabe donde el despertar [cultural] es el más arraigado, [solo] el 0.43% del producto nacional [bruto] [es asignado a la investigación científica], frente al 4,04% en Corea del Sur y el 3,39% en Japón. Por lo tanto, los científicos y centros de investigación son una rareza en el mundo árabe y las investigaciones publicadas [allí] constituyen solo el 0.8% del promedio mundial. El número de patentes registradas por los árabes en los últimos 50 años no excede [el número de las] registradas únicamente por Malasia.
«Ni una sola universidad árabe se encuentra entre las 500 mejores del mundo, mientras que Israel sobrepasa a los árabes a un ritmo astronómico, en inventos y en exportaciones de alta tecnología. Israel ha eliminado totalmente el analfabetismo [entre sus ciudadanos], mientras que entre los árabes, El 23% sigue siendo analfabeto
«Los árabes no han logrado, durante el siglo pasado de conflicto con el sionismo, construir un estado [único] de leyes y justicia. El informe de transparencia internacional del 2017 mostró que seis de los 10 países más corruptos del mundo son árabes. Países tales como Egipto y Túnez ocupan el puesto 108 en corrupción y el Líbano ocupa el puesto 136, mientras que Israel ocupa el lugar 33, ubicándolo dentro de los países más desarrollados.[2]
«[Los árabes] tampoco han logrado construir una ‘nación’, una ‘patria’ o una ‘sociedad’, en palabras de Constantin Zureiq,[3] porque la división tribal todavía los aleja de [lograr] la unidad pan-árabe. Tampoco han logrado establecer un país [en el que exista] justicia económica, las brechas de clase [entre los árabes] son enormes y el desempleo, especialmente entre los jóvenes, alcanza el 35,7% en Egipto, 32,1% en Irak y el 45.3% en Mauritania.
«La resistencia de los árabes contra Israel debe comenzar con su lectura de estas cifras y estos hechos. Ciertamente, ellos no han escatimado sangre, martirios ni auto-sacrificios, pero han sido negligentes en las áreas de ciencia, economía, sociedad y política que son fuente de la fortaleza de Israel, así como son fuente de nuestro fracaso en confrontarlos».
[1] Al-Hayat (Londres), 25 de noviembre, 2017.
[2] Una referencia al Índice de Percepción sobre Corrupción 2016 de Transparency.org, publicado en enero, 2017. La clasificación de Egipto, Túnez y Líbano dada en el artículo es precisa, pero la de Israel no lo es, en realidad se encuentra en el puesto No. 28. Transparency.org/news/feature/corruption_perceptions_index_2016#table.
[3] El intelectual sirio Constantin Zureiq fue un pionero en investigación sobre el tema del nacionalismo árabe.