En un artículo titulado «El Aspecto Constitucional de la Controversia sobre el Velo en G. Bretaña y en otros Lugares» en la edición inglesa en Internet del diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, el ya mayor periodista británico Adel Darwish discute los comentarios del líder del Parlamento Británico [House of Commons] Jack Straw en contra del uso del velo. Darwish argumenta que Straw, como un MP elegido en un distrito electoral mayormente musulmán, es un representante mucho más legítimo de la comunidad musulmana que los grupos musulmanes y figuras que lo critican – ya que el último no fue elegido por la comunidad musulmana. Él luego dice que muchos de los críticos de Straw – que lo acusan de violar los derechos democráticos de las mujeres musulmanas – son hipócritas, ya que ellos mismos rechazan el principio de libertades individuales.

Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

«La controversia hizo surgir asuntos constitucionales”

«La reciente conmoción sobre el uso del velo empezó cuando el líder del Parlamento Británico Jack Straw reveló que durante las reuniones entre él y las votantes musulmanas en su Distrito Electoral en Blackburn al noroeste de Inglaterra, les pidió de una manera educada y sin insistencia que pensaran en el velo desde una perspectiva más amplia, como una barrera entre ellas y sus compatriotas británicos masculinos y femeninos, y un impedimento en la interacción cara a cara entre individuos.

«El alboroto hizo surgir asuntos constitucionales, incluyendo una demanda al gobierno democráticamente electo para hacer cumplir el contrato constitucional entre este y los votantes, que son realmente sus patrones y le pagan los sueldos a los ministros y a los empleados del gobierno de sus propios impuestos. Este también planteó la cuestión de la responsabilidad del gobierno por la coherencia social, protegiendo las normas culturales aceptadas y los modos de conducta, equilibrando esto en contra del sagrado derecho de los individuos a la libertad de expresión y a la libertad de elegir y al punto de que las condiciones legales y circunstanciales estén presentes para garantizar que las decisiones de un individuo, sea hombre o mujer, sean libres…

«Siguiendo a la cobertura de los medios de comunicación sobre este asunto y también durante mi participación en un programa de la BBC en vivo para responder las preguntas de los espectadores en la materia; noté que la inmensa mayoría del coro anti-Straw consistió en hombres, aunque el asunto es un problema femenino. Ninguno de los que respondieron fueron mujeres musulmanas del Distrito Electoral de Blackburn. Aquéllos que atacaron a Jack Straw se llaman a si mismos, con la aprobación del gobierno laboral de Tony Blair, los líderes de la comunidad musulmana.

«La mayoría de ellos son verdaderos expertos en hacer objeciones toscas, hacer un alboroto de todo, y condenar a cada artista, escritor, o académico a quienes juzgan, según sus propios decretos religiosos [fatwas] o edictos que se les entregan, como alguien que ataca al Islam. En tales casos, ellos emprenden un tribunal de inquisición en contra del individuo en cuestión, para abortar su idea o creación artística antes de que esta sea incluso completada. En la mayoría de los casos ni siquiera leen o ven la sustancia de su expresión creativa. Simplemente quieren confiscar su derecho de hacer tal expresión».

«Cual de las dos plataformas es más legítima… el MP que es elegido democráticamente… o los centros islámicos… manejados por personas no electas?»

«Los ‘líderes musulmanes’ condenaron a Straw porque propuso una revisión del uso del velo desde la ‘plataforma equivocada’. En sus propias palabras, la plataforma que ellos aceptan debe ser una mezquita local o una institución islámica o centro lejos del Parlamento y de los distritos electorales. Éste es el ejemplo de un doble discurso, ya que éstos ‘líderes musulmanes’ no son elegidos y solo se representan a si mismos. Las mezquitas locales en cuestión están bajo el control de imams que no hablan el idioma del país y de quienes toda la biblioteca de referencia consiste en los libros usados en el penúltimo año de las escuelas coránicas de Pakistán. La mayoría de los así llamados centros culturales islámicos se dan a las agendas políticas de la gente que les proporciona dinero, y que viven fuera de G. Bretaña, lejos de cualquier vigilancia de los votantes británicos.

«El segundo diálogo entre las que llevan puesto el velo y el diputado a quienes ellas libremente eligieron para representarlas en el parlamento ha seguido durante años. Si Straw no hubiera publicado la historia en un periódico local, la verdad no habría salido a la luz pública. Siguiendo una vieja tradición democrática, el MP usa su oficina [para recibir]… como una cirugía del cuerpo electoral [es decir clínica]… un día a la semana dónde recibe a sus votantes, escucha sus agravios, trata con sus problemas, y en su nombre, entrega preguntas al Parlamento. En el caso de Straw, un tercio de su cuerpo de votantes electorales son musulmanes.

«Yo les pregunto con total seriedad: ¿Cual de las dos plataformas es más legítima y representativa cuándo se refiere a discutir temas que le interesan a los votantes? ¿Es la oficina del MP que es elegido democráticamente la que representa a los ciudadanos, incluyendo a los musulmanes, o los centros islámicos que sólo Dios sabe quién los financia y que son manejados por gente que no fue elegida?

«Straw es un político sutil que sabe que el criticar al Islam significa el suicidio político y la pérdida de su puesto en el parlamento. El hecho de hacer surgir el asunto fue un paso calculado que disfrutó del apoyo de los musulmanes en su distrito electoral. Las mujeres votantes a quienes Straw pidió que volviesen a pensar sobre el uso del velo como una barrera a una libre discusión cara a cara se quitaron sus velos de buena gana. Algunas de ellas dijeron después que revelar sus caras podría «avergonzar» a un hombre como Straw como si la cara de una mujer fuese una parte privada del cuerpo, según la explicación engañosa dada a ellos por los imams de la decepción…

«Cuando Straw escuchó los deseos de las votantes, paso por encima a los intermediarios no elegidos y a agentes incluyendo al Concejo de Musulmanes Británicos, o al parlamento islámico, y a otros cuerpos que no tienen ninguna capacidad constitucional porque no representan a nadie, musulmán o no-musulmán.

«Espero que todos los MPs sigan el ejemplo de Straw e ignoren a estas organizaciones ‘islámicas'»

«Yo espero que todos los MPs sigan el ejemplo de Straw e ignoren éstas organizaciones, concejos y congregaciones ‘islámicas’, especialmente aquéllas que son financiadas desde el extranjero, porque les falta la legitimidad constitucional. Yo espero que se dirijan a si mismas a los centenares de miles de musulmanes británicos razonables y silenciosos y discutan asuntos con ellos como individuos, tal como lo hizo Straw, en darles la oportunidad de expresarse a si mismos lejos de la dominación y el gritar bullicioso de una minoría de no elegidos que consisten en demagogos que buscan un enfrentamiento entre musulmanes y no-musulmanes, o mercenarios que justifican el que consigan dinero en el extranjero pretendiendo que los fondos sean para apoyar a centros culturales islámicos ficticios.

«El gobierno de Blair debe dejar de tratar con organizaciones que no representan a nadie, y compensar a los ciudadanos por violar las condiciones del contrato electoral removiendo todas las barreras étnicas e instalar la armonía social entre la gente, comenzando con exigirle a los estudiantes varones y hembras a que lleven puesto el mismo uniforme escolar, que es la exigencia de la mayoría de los padres de todas las religiones. Esto es necesario para restaurar la disciplina, tal como fue hace un cuarto de siglo cuando las estudiantes hembras llevaban puesto el uniforme y nunca escuchamos hablar de llevar puesto algo para taparse la cabeza, un velo que le cubra el rostro, o una jellaba [capa musulmana]. Hoy estas ex estudiantes son buenas madres, profesionales, y mujeres de negocios exitosas. Algunas de ellas son miembros de la Casa de los Lores».

«La mayoría de aquéllos que entonan la consigna ‘El derecho de una mujer a llevar puesto el velo’ son fundamentalistas salafi…»

«Yo apoyo la libertad de una mujer, musulmana o no-musulmana, a que lleve puesto cualquier cosa que quiera, con tal de que las condiciones para tal libertad existan. Más importante, ella debería, cuando sea adulta, poder escoger entre varias opciones disponibles.

«Le da la domesticación de muchachas menores de cinco años y el erradicar su carácter independiente detrás de un velo parecido al del taliban la libertad de decisión cuándo crezcan – es decir, si al menos alcanzan la madurez antes de que sean forzadas a un matrimonio que no tiene ninguna conexión en lo absoluto con la libertad de decisión?

«La mayoría de aquéllos que entonan la consigna ‘el derecho de una mujer en llevar puesto el velo’ son fundamentalistas salafi que rechazan el principio de la libertad de decisión de una persona para empezar. La prueba es que ellos declaran inmediatamente nulo la vida de una persona porque se atreve a interpretar un texto del Corán de cierta manera que contradice su ideología – aunque el Islam rechaza el concepto de un sacerdocio o intermediarios entre Dios y el ser humano, así sea un hombre o una mujer. Es el derecho de una persona de hacer esfuerzos mentales personales para interpretar los versos del Corán. A propósito, nada en el Corán le exige a una mujer que lleve puesto el velo. Por consiguiente, no hay necesidad alguna, de una intervención o un fatwa de Al-Mahallawi, Al-Qaradhawi, o de alguien más.

«Por qué no intentan aquéllos que escogen venir a vivir a G. Bretaña entender ciertos conceptos culturales básicos de este país…?»

«La minoría bulliciosa acusa a Occidente de no entender ‘la cultura del pueblo musulmán’. ¿Han tratado ellos de entender la cultura británica? Por ejemplo, mi esposa no sueña con recrearse a si misma en un bikini en los jardines de Islamabad. Al mismo tiempo, en la cultura británica, no es nada cortés ni diplomático conversar con otra persona mientras uno usa lentes de sol, y menos esconder todo el rostro detrás de un velo. Por qué aquéllos que escogen venir a vivir a G. Bretaña no intentan entender ciertos conceptos culturales básicos de este país incluyendo la libertad de expresión y de pensamiento, los esfuerzos personales en la interpretación, e igualdad entre los dos sexos en lugar de mostrar desprecio por la cultura del país bajo el pretexto del derecho de una minoría dentro de una minoría?»


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de octubre del 2006, http://www.asharq-e.com/news.asp?section=2&id=6730.