En una serie de artículos en el diario oficial egipcio Al-Watan, el Dr. ‘Imad Gad, un parlamentario copto del Partido de Liberación Egipcio y director adjunto del Centro de Estudios Estratégicos y Políticos Al-Ahram, llamó a la separación de religión y estado como condición primordial para la democracia y el progreso en el país. De acuerdo con Gad, la conexión histórica religión-estado no ha conducido a nada más que opresión y siempre ha surgido de los muy estrechos intereses de los regímenes que buscan la bendición de los clérigos para establecer su dominio. Apuntando a la Edad Media en Europa, este señaló que esta conexión obstaculizó el pensamiento, la ciencia y la creatividad, conduciendo a la quema de libros y el asesinato de los científicos y escritores. Europa dijo, emergió de esta época oscura sólo cuando sus pueblos se alzaron y separaron la religión de la política, conduciendo al Renacimiento, el progreso democrático y el avance de los derechos humanos. Este hizo hincapié en que no existe pueblo que pudiera jamás revivirse a sí mismo y alcanzar el desarrollo democrático hasta que separó la religión de la política.

Dirigiéndose a la situación en Egipto, Gad dijo que en lugar de avanzar hacia esa separación y un estado civil, Egipto se iba moviendo hacia la dirección opuesta, estableciéndose a sí mismo como un estado religioso. Este argumentó que Egipto actualmente posee atributos de un estado religioso plagado de fanatismo religioso y extremismo y que los ciudadanos de Egipto eran ahora testigos de «antiguos lugares de interés que pertenecen al pasado». Añadió que a lo largo de su historia, los gobernantes egipcios tales como los presidentes Gamal Abdel Nasser, Anwar Sadat y Gamal Hosni Mubarak se habían aprovechado de la religión a fin de establecer sus regímenes y permitió que el Islam político emergiera y operara en el país. La eliminación del régimen de la Hermandad Musulmana (HM) encabezado por el presidente Muhammad Morsi le dio al pueblo egipcio esperanzas de que su nuevo presidente ‘Abd Al-Fattah Al-Sisi, trabajara para establecer un estado civil moderno, pero estas esperanzas dijo, seguían siendo falsas, mientras que el extremismo religioso continua prevaleciendo en las instituciones estatales.[i]

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Imad Gad (Copts-United.com)  

Lo siguiente son extractos de artículos de Gad:

Egipto posee características de un estado religioso – que pertenecen al pasado

En un artículo el 20 de junio, 2016, Gad escribió: «A pocos días desde el inicio del mes de Ramadán, Egipto ha sido testigo de varios fenómenos que pertenecen a tiempos pasados, otros pueblos y culturas diferentes [y que tienen como base] un entendimiento rígido y monolítico de la religión, sectas y pensamiento. En esas culturas, el extremismo y fanatismo jugaron un papel central. En nuestro país, hubo varias incursiones por [las fuerzas de seguridad leales al] régimen sobre cafés que operan durante Ramadán. Cuando [comenzaban] las llamadas a los rezos matutinos, la policía perseguía a los ciudadanos egipcios a través de las calles del antiguo Cairo, obligándolos a orar en las mezquitas o irse a casa… [Además], las fuerzas de seguridad están claramente purgadas en sus tratos con el crimen sectario y la violencia religiosa y con ataques a las iglesias y a sus instituciones. Estos son los atributos de un estado religioso – antiguos puntos de vista que pertenecen al pasado, cuando el régimen mesclaba religión y política y perjudicaba a ambos en el proceso…

«A lo largo de la historia, el mandatario siempre necesitó del clérigo para bendecir a su régimen y prohibir rebelarse en su contra. Lo mismo ocurrió en el antiguo Egipto con los faraones y sacerdotes, [para ese entonces] los faraones eran tratados como dioses. En el caso de las religiones monoteístas, la conexión religión-política se encuentra en las primeras etapas históricas del judaísmo. En el cristianismo, los reyes utilizaron a los papas católicos para [sus propios] intereses y en el Islam los emires y gobernantes utilizaron la religión [también].

«La conexión religión-política fue puramente en aras de los intereses. Los gobernantes necesitaron constantemente que los clérigos bendijeran su régimen, prohibieran la rebelión en su contra y proporcionaran justificación religiosa [para el pueblo] en aceptar la autoridad del gobernante. El punto álgido de esta conexión… se produjo en la Europa medieval, entre la Iglesia y los reyes católicos y gobernantes. Este hecho arrastró consigo a la Edad Media en el continente europeo, durante el cual el pensamiento y la ciencia eran limitados, la creatividad era considerada un delito y los científicos y escritores fueron asesinados y quemados junto a sus libros, que fueron vistos como herejes o que se desviaban de la tradición…

«Europa surgió de estos tiempos oscuros sólo después de que sus pueblos se levantaron en contra de esta conexión [religión-política] y decidieron separar la religión de la política. Debido a la pesada carga impuesta [sobre estos pueblos] por el uso de la religión en la política de todos las formas, la respuesta popular contra la religión era general muy dura: los movimientos ateos [emergieron], la religión fue atacada y la gente la abandono – todo porque fue utilizado para beneficio de los gobernantes en todas las áreas… 

 «Los pueblos de Europa surgieron, separaron religión de la política y empujaron a los clérigos hacia dentro de las iglesias. Luego comenzó el Renacimiento, la democracia comenzó a desarrollarse y los derechos humanos prosperaron.

«Ningún país o pueblos pueden revivir o actualizar su desarrollo democrático hasta que separe la religión de la política – [Hasta que separe] la absoluta santidad de la religión de las relativas [leyes] políticas creadas por el hombre, En general el separar religión de la política tiene como objetivo preservar la santidad y el honor de la religión y el estatus de los clérigos y evita que el gobernante utilice la religión para justificar la opresión y agresión contra los derechos humanos. La separación tiene como destino restaurar el estatus de la religión en las almas del pueblo y de los fieles, al tiempo que pavimenta el camino de los regímenes políticos hacia la democracia – que, en esencia, es un régimen del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

«[Pero] existen algunos entre nosotros que no han aprendido esta lección y que desean utilizar el mismo enfoque [de vincular la religión y la política], mientras esperar por resultados diferentes…»[ii]

El fanatismo religioso jugó un papel central en la historia política de Egipto y aun hoy es altamente prominente

En otro artículo, publicado el 25 de junio, 2016 Gad escribió: «Uno de los atributos de un país democrático es el secularismo – es decir, un país que separa la religión de la política, trata a todas las religiones, credos y opiniones por igual y no distingue entre sus ciudadanos en función de su religión, fe o secta. El papel central [de un país democrático] es la defensa de los ciudadanos y satisfacer sus necesidades como mejor pueda… Un país no posee derechos y no es su papel exponer una selección de religiones y creencias del cual el ciudadano puede elegir y no es su papel favorecer a una religión particular sobre otra o elevar una secta a expensas de la otra.

«Tras amargas experiencia y crudas guerras… Europa decidió separar la religión de la política y comenzó a experimentar con la democracia y el progreso.

«La situación aquí en Egipto es totalmente diferente. Después del período semi-liberal que finalizó con el golpe de estado de 1952, la religión fue mezclada a la política cuando el régimen de julio [de Gamal Abdel Nasser][iii] utilizó la religión al servicio de la política. La situación de Egipto comenzó a deteriorarse con la llegada del presidente Anwar Sadat, cuyo destino estaba llamado a sustituir a un líder carismático. Este buscó respaldo o una base [de apoyo] para su régimen, pero no encontró ninguno – mientras que las organizaciones nacionalistas y los [grupos] de izquierda en las universidades egipcias trabajaban contra este. Por lo tanto, Sadat decidió colocarse un sombrero religioso y establecer organizaciones islámicas armadas en las universidades egipcias con el fin de atacar contra las corrientes nasseristas y de izquierda…

«Sadat consiguió islamizar los espacios públicos de Egipto y al cabo de unos años, también tuvo éxito en dividir las filas en Egipto. Este se describió a sí mismo como un presidente piadoso y Egipto como un país de fe y de ley religiosa. Se denominó a sí mismo un presidente musulmán y a Egipto un país islámico. [Como resultado], los grupos violentos entraron en acción y continuaron asesinando coptos, especialmente en el Alto Egipto. A finales de los años 70, Egipto estaba al borde de una conflagración religiosa y el asesinato de Sadat por las organizaciones que este mismo estableció impidió [efectivamente] una conflagración [religiosa], la guerra civil o las generalizadas querellas vengativas en Egipto.

[i] Para más información sobre la decepción con el régimen de Al-Sisi, véase MEMRI Despacho Especial No. 6549, Tres años después: Partidarios del Presidente egipcio Al-Sisi expresan su decepción y llaman tirano a su régimen, 29 de julio, 2016.

[ii] Al-Watan (Egipto) 20 de junio, 2016.

[iii] Nasser llegó al poder mediante un golpe militar en julio, 1952.