Introducción

Diez meses después de haber sido encargado por el Presidente libanés Michel Suleiman con la formación de un nuevo gobierno en el país, el 15 de febrero del 2014, el primer ministro libanés Tammam Salam anunció que un nuevo gobierno había sido establecido. Este incluye a casi todas las facciones políticas del país, a excepción del partido Fuerzas Libanesas de Samir Geagea del que forman parte las Fuerzas 14 de Marzo. Este gobierno, que comprende a 24 ministros (8 de las Fuerzas 14 de Marzo, 8 de las Fuerzas 8 de marzo y 8 del bloque central, que incluye a representantes del presidente Michel Suleiman, el Primer Ministro Salam Tamman y el líder druso Walid Jumblatt) – se espera sirvan hasta que termine el periodo del Presidente Suleiman el 25 de mayo, 2014.

El gobierno de Salam sustituye al del ex primer ministro Najib Mikati, que estuvo en efecto formado por Hezbolá en el 2011. Este gobierno, que se convirtió en un gobierno de transición tras la renuncia de Mikati en marzo del 2013, había excluido a las Fuerzas 14 de Marzo.[1]

El nuevo gobierno, que incluye elementos tanto de las Fuerzas 8 de marzo y 14 de marzo, refleja la realización de Hezbolá, que llegó en su mayoría el último año, de que es incapaz de gobernar al país por sí mismo y de mantener a las Fuerzas 14 de Marzo – especialmente la importante corriente sunita de Al-Mustaqbal – fuera del gobierno.

Lo que hizo posible el establecimiento del nuevo gobierno fueron las concesiones de los dos bandos rivales del Líbano – las Fuerzas 14 de Marzo encabezadas por Al-Mustaqbal, y las Fuerzas 8 de Marzo encabezadas por Hezbolá – cada uno de ellos respaldados por condiciones que se había fijado desde el nombramiento de Salam. Las Fuerzas 14 de Marzo, a excepción de Geagea, retiraron su demanda a que Hezbolá retirara sus combatientes de Siria y Hezbolá abandonara su demanda que debe dársele más de un tercio de las carteras del gobierno – que habría dado su poder de veto sobre algunas decisiones del gobierno. Al mismo tiempo, las partes acordaron discutir los principios fundamentales del gobierno tras su constitución, y presentarlos al parlamento para su aprobación, de conformidad con la constitución – a pesar de que en los últimos meses, las Fuerzas 14 de Marzo han estado exigiendo que estos principios fundamentales deberán adoptarse antes de la creación del gobierno.[2]

En los próximos meses, las Fuerzas 14 de Marzo y las Fuerzas 8 de Marzo tendrán que discutir varios puntos importantes de discordia, tales como la inclusión o exclusión al tema de la resistencia – es decir, si debe o no legitimar las armas del Hezbolá – en los principios fundamentales. Otro tema polémico es la inclusión de los principios de la Declaración de Baabda, elaborado por el Presidente Suleiman en junio del 2012, y el artículo 12 de esta declaración establece la neutralidad del Líbano en la lucha entre ejes regionales e internacionales, y las Fuerzas 14 de Marzo afirman que esto requiere que los combatientes de Hezbolá se retiren de Siria.


El gobierno de Tammam Salam (imagen: Al-Sharq Al-Awsat, Londres, 16 de febrero, 2014)

¿Por qué se formó el gobierno de Salam

Hubo una serie de razones del por qué las partes abandonaron las condiciones y exigencias para la formación de un gobierno, y casi todos ellos están relacionados a la estabilidad política y la seguridad del Líbano.

El temor a un vacío en las instituciones estatales

La principal y más urgente razón, parece ser la inminencia de las elecciones presidenciales; las campañas están listas para comenzar el 25 de marzo, 2014. Muchos de los elementos internos del Líbano, así como las regionales e internacionales, temían que en una ausencia continuada de un gobierno, estas elecciones no se llevarán a cabo, haciendo que el régimen se deslice en el caos. Las instituciones del estado podrían dejar de funcionar, lo que, a su vez, daría lugar a un deterioro de la situación de seguridad ya inestable. En ausencia de un nuevo gobierno y de presidente, hubiese habido dos opciones principales: o bien la autoridad presidencial habría tenido que ser trasladada al gobierno interino de Mikati – que tal como se mencionó carecían de las Fuerzas 14 de Marzo y de una representación sunita, un resultado temido por las Fuerzas 14 de Marzo – o el Presidente Suleiman hubiese designado, antes del final de su mandato, tal como amenazó, un gobierno tecnócrata, un resultado temido por el propio Hezbolá.

Todo esto sucedía mientras el parlamento libanés, que en junio, 2013 amplió su propio plazo hasta octubre del 2014, no se ha reunido en meses, ya que varias de las facciones grandes están boicoteándola, cada uno por sus propias razones.[3]

Lucha conjunta contra el terrorismo y las organizaciones jihadistas

También empujando a las partes a ponerse de acuerdo sobre la formación de un gobierno está la necesidad de luchar contra las organizaciones jihadistas sunitas que se han infiltrado en el Líbano durante el último año, tales como Jabhat Al-Nusra. Estos grupos se han unido a grupos extremistas sunitas locales y a algunos refugiados sirios en el Líbano para tomar represalias contra Hezbolá por luchar en Siria junto a las fuerzas del Presidente sirio Bashar Al-Assad. En los últimos meses, se han llevado a cabo numerosos ataques suicidas contra objetivos de Hezbolá, y en particular contra la población chiita, plaza fuerte de su apoyo, al sur de Dahiya en Beirut y al noreste del Líbano, y han prometido continuar con los ataques. Se trata de una amenaza sin precedentes a Hezbolá, y la organización se encuentra así misma en territorio desconocido.

Hezbolá, en su lucha contra las organizaciones jihadistas sunitas en el Líbano, requiere de la cooperación de Al-Mustaqbal – la mayor corriente sunita del Líbano – ya que dicha cooperación otorga legitimidad a la lucha, pues ya no sería un enfrentamiento entre sunitas y chiitas, sino más bien una campaña conjunta chiita-sunita contra corrientes extremistas sunitas.

Además de las necesidades urgentes de seguridad, Hezbolá también desea aliviar las tensiones sectarias en el país, que ha alcanzado nuevos topes, y teme que las corrientes extremistas sunitas del país podrían ganar fuerza y por lo tanto debilitar a Al-Mustaqbal, considerado el representante de los sunitas moderados. Estos extremistas sunitas, algunos de los cuales están armados, tienen su sede en Trípoli, Sidón, y el valle de Bekaa, y constituyen un poderos e intransigente rival sunita de Hezbolá; si se le obliga a enfrentarse a estos, Hezbolá podría volver a ser obligada a entregar sus armas a elementos dentro del Líbano, y por ahora esta no desea hacer esto.

Al-Mustaqbal también busca combatir estas corrientes extremistas sunitas, ya que están socavando su estatus e influencia entre los sunitas del Líbano, por lo que en este punto en el tiempo, Hezbolá y Al-Mustaqbal tienen un objetivo común en la lucha contra estos grupos.

Esta tendencia Al-Mustaqbal está en línea con la reciente decisión de Arabia Saudita – el patrón del líder de Al-Mustaqbal Saad Al-Hariri – para luchar contra el extremismo islámico y el terrorismo, y también con una prohibición emitida a principios de febrero del 2014 por el rey saudita ‘Abdallah bin ‘Abd Al-‘Aziz contra ciudadanos sauditas que van a unirse al jihad en Siria.

Un nuevo gobierno puede apoyar la estabilidad del Líbano en varios otros aspectos también: Los desacuerdos pueden ahora ser discutidos por el gobierno y el parlamento puede reunirse de nuevo. Además, el nuevo gobierno puede recibir y distribuir la ayuda humanitaria internacional a los muchos refugiados sirios en el Líbano, y también recibir financiamiento internacional y otras formas de apoyo para el ejército libanés.

Las debilidades del nuevo gobierno y sus ventajas y desventajas para cada bando

El gobierno de Salam tiene varios puntos débiles evidentes: Sus principios fundamentales no están claramente establecidos, y la falta de consenso en torno a ellos podría conducir a su caída, y su plazo será corto – sólo hasta mayo, cuando el próximo presidente asuma el cargo – y no está claro que vendrá después, y, al igual que sus predecesores, se verá afectado por elementos regionales e impactado por lo que sucede en Siria.

Sin embargo, un examen de las ventajas y desventajas para cada bando en el nuevo gobierno actual muestra que, aunque tanto Hezbolá y Al-Mustaqbal tuvieron que hacer concesiones sustanciales, también ambos ganaron. Aunque Hezbolá tuvo que renunciar a su demanda de más de un tercio de las carteras del gobierno, lo que le habría dado poder de veto, también impidió con éxito la formación de un gobierno tecnócrata que no le habría incluido, y ahora es parte del gobierno aunque sus fuerzas sigan combatiendo en Siria. Además, en un discurso el 16 de febrero del 2014, el Secretario General del Hezbolá Hassan Nasrallah dio a entender que su organización había recibido otras «garantías» a cambio de abandonar su demanda de un poder de veto en el gobierno. Este dijo: «Tras las consultas entre Hezbolá y Amal, acordamos conformarnos con un ministro chiita menos. Las garantías que solicitamos se pueden lograr de una manera diferente».[4] Nasrallah no dio más detalles sobre este punto, pero el diario pro-Hezbolá Al-Safir sugirió que las Fuerzas 8 de Marzo ejercerían un poder de veto en el gobierno por medios del ministro chiita en representación del Presidente Suleiman, que tendría el efecto de servir como representante de las Fuerzas 8 de Marzo.[5]

Al-Mustaqbal, por su parte, tuvo que abandonar su condición de que Hezbolá retire sus fuerzas de Siria antes de que sea parte de algún gobierno, y también se retractó de su exigencia de que los principios fundamentales sean dictaminados antes del establecimiento de cualquier gobierno. Sin embargo, recibió varias carteras importantes en el nuevo gobierno, entre ellos los Ministerios de Comunicaciones, Interiores y Justicia, y designó con éxito a varios cargos individuales al que Hezbolá se había opuesto por mucho tiempo, entre ellos el ex director de las fuerzas de seguridad interna Ashraf Rifi como ministro de justicia. También es posible que Al-Mustaqbal incluso ha recibido garantías de que su líder Sa’ad Al-Hariri encabezará el próximo gobierno.

Otros elementos también se están beneficiando del nuevo gobierno: el líder del Movimiento Patriótico Libre y aliado de Hezbolá Michel Aoun recibió carteras prominentes e incluso obtuvo el consenso de que él será el próximo presidente, el Presidente Suleiman ha entregado con éxito su promesa de establecer un gobierno antes del final de su mandato; el líder druso Walid Jumblatt está complacido con un gobierno amplio, después de trabajar duro para su establecimiento, y Samir Geagea, quien no es parte del gobierno, ha mantenido sus principios y anunció que él podría participar si sus principios fundamentales reúnen su aprobación.

Michel Aoun y Sa’d Al-Hariri se acercan

Otro aspecto interesante de este gobierno se refiere al aumento en la cercanía a Michel Aoun, aliado de Hezbolá, a Arabia Saudita y a Al-Mustaqbal. Al parecer, la ambición de Aoun a ser el próximo presidente del Líbano, junto a las decepciones políticas que ha sufrido debido a su alianza con Hezbolá y las Fuerzas 8 de Marzo, le han llevado a una mayor apertura hacia algunos de los que hasta hace poco se consideraba sus rivales. Parece ser que Aoun se ha dado cuenta que, sin el consentimiento de las Fuerzas 14 de Marzo, encabezados por Al-Mustaqbal, sus posibilidades de llegar a la presidencia son escasas. Los contactos entre los bandos de Aoun y Al-Hariri, que comenzaron de bajo nivel, se han convertido en conversaciones telefónicas directas entre los dos,[6] y los dos incluso se reunieron en Roma.[7] Este calentamiento en las relaciones es casi seguro que contribuyó a la formación del nuevo gobierno, al parecer, los dos han enderezado algunas de las diferencias que los sostenían. Por otra parte, Aoun afirma que sirvió como principal mediador entre Al-Hariri y Nasrallah.[8]

Desempeñan Arabia Saudita e Irán un papel en la formación de Gobierno?

Al igual que en todos los gobiernos libaneses anteriores, los factores regionales también estuvieron en juego en la creación de éste. Parece ser que seguido a la presión internacional, Arabia Saudita e Irán dieron su consentimiento a Al-Hariri y al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah respectivamente, para establecer el nuevo gobierno, aunque ningún patrocinador se fajó duro por su establecimiento. De hecho, se considera que este gobierno fue establecido como parte de un acuerdo general entre Arabia Saudita e Irán, no sólo respecto al Líbano, sino en relación a una serie de cuestiones regionales.[9] También se cree que Irán hizo concesiones a Arabia Saudita en el Líbano y en otros lugares para preparar el terreno a un acuerdo en Siria.[10]

Cabe señalar que este es el primer gobierno del Líbano desde 1976 en el que el régimen sirio no posee parte alguna – como han señalado fuentes de la embajada francesa en Beirut[11] – que podría indicar una nueva tendencia en el Líbano que refleja una fuerte influencia iraní y una influencia más débil siria allí.

Público sunita: Furia en acusaciones de traición contra Al-Hariri

En el Líbano, tanto las comunidades sunitas y chiitas, especialmente pro-Hezbolá chiitas, están descontentos con el nuevo gobierno, cada uno por sus propias razones. Muchos de los sunitas, especialmente en Trípoli, Sidón y el Bekaa, se han sentido marginados y han culpado a Al-Hariri por esto. Ellos afirman que Hezbolá y los chiitas están asesinando sunitas en ambos Siria y en el Líbano – en Siria con su lucha contra los rebeldes anti- Assad y en el Líbano con el asesinato en el 2005 del ex primer ministro Rafiq Al-Hariri, los acontecimientos del 7 de mayo, 2008 (la toma de control por Hezbolá en Beirut), el asesinato en el 2012 del director de la rama interna de información sobre seguridad en el Líbano Wissam Al-Hassan, y el asesinato hace dos meses del asesor político de Al-Hariri Mohamad Chatah. Ahora, después de una larga campaña de propaganda anti-Hezbolá de un mes por Al-Mustaqbal, y luego de su firme negativa a unirse a un gobierno con Hezbolá a menos que y hasta que este último se retire de Siria, Al-Mustaqbal ha desistido de esta demanda. Esto ha asombrado a muchos sunitas, que sienten que al hacerlo Al-Mustaqbal y Saad Al-Hariri han legitimado al asesino, Hezbolá. Estos estaban aún más sorprendidos por la ubicación y el momento del anuncio de Al-Hariri de que estaba dispuesto a servir en el mismo gobierno como Hezbolá. Este anunció esto en una entrevista que dio al margen de debates por el tribunal internacional que investiga el asesinato de su padre, Rafiq Al-Hariri, que comenzó en enero del 2014.[12] Unos días después, el 20 de enero del 2014, Al Hariri le dijo a Radio Europe 1: «Nunca olvidaré o perdonare [el asesinato de mi padre], pero el Líbano es más importante que yo y existe una necesidad de formar un gobierno para que las elecciones presidenciales puedan celebrarse»[13]

Grupos sunitas extremistas afirmaban que Al-Hariri estaba traicionando a los sunitas, e incluso a su propio padre, para ganar un asiento en el gobierno, y algunos incluso lo rechazaron como representante de los sunitas.[14] Estos grupos extremistas, en particular los comandantes sobre el terreno en Trípoli que dirigen a las milicias armadas involucradas en enfrentamientos con partidarios alauitas y de Hezbolá en la ciudad, también temen por sus propios destinos luego de las declaraciones de Al-Hariri de que cualquier atentado a la seguridad de la ciudad debería ser decapitado. Al parecer, existe una grieta en la comunidad sunita, que ha escalado ahora hacia los temores reales de asesinatos a los dirigentes sunitas y al aumento de las medidas de seguridad.[15] No obstante, parece ser que el nombramiento del ex director de seguridad interna Ashraf Rifi, quien es de Trípoli, como ministro de justicia estaba dirigido a tranquilizar a los sunitas, algunos de los cuales tienen buenas relaciones con Rifi.

Decepción entre partidarios de Hezbolá

Parece ser que los partidarios de Hezbolá también están decepcionados con la manera en que la organización se unió al gobierno, y sobre todo con el abandono de los expedientes importantes a la rama de línea dura de Al-Mustaqbal, que incluye a Ashraf Rifi, conocido por sus críticas a Hezbolá. Esto se expresó en un discurso pronunciado por Hassan Nasrallah, el 16 de febrero, el día después que el nuevo gobierno fue anunciado, en la que trató de calmar a sus seguidores diciendo: «Es natural que hay desacuerdos entre los aliados «y» no sentimos que hay algo errado con la formación del gobierno».[16]

La decepción fue reflejada también en el diario libanés Al-Akhbar, que apoya a Hezbolá. El 17 de febrero del 2014, dos días después de la formación del gobierno, ha publicado muchos artículos que trataban de convencer a los partidarios de Hezbolá que consentir en la formación del gobierno fue una decisión inteligente, detalló los logros de Hezbolá en el gobierno de Salam, y respondió a la críticas manifestadas en los círculos chiitas sobre las concesiones dadas por la organización a las Fuerzas 14 de Marzo. Por ejemplo, un artículo escrito por el columnista Sami Kulaib explicó que el eje de la resistencia, encabezado por Siria, ahora es más importante que los asuntos libaneses internos del Hezbolá.[17]

La crítica del consentimiento de Hezbolá a la formación del gobierno también fue expresada por conocidos miembros de las Fuerzas 8 de Marzo. El ex ministro druso Wiam Wahhab, un conocido partidario de Hezbolá, expresó furia por las concesiones de Hezbolá,[18] y Jamil Al-Sayyed, otro prominente partidario de Hezbolá y ex jefe de seguridad general del Líbano, incluso anunció que cortaban lazos con las Fuerzas 8 de Marzo siguiente al establecimiento del gobierno.[19] La crítica de estos funcionarios, que son conocidos por apoyar al régimen sirio, puede indicar que Assad, también, está descontento con el gobierno de Salam, en cuyo establecimiento, al parecer no tenía ninguna influencia. Esta evaluación se apoya en un artículo del diario Al-Akhbar, que cita a elementos pro-sirios en el Líbano furiosos por la formación de este gobierno. Dicen que, al aceptar formar un gobierno con Al-Hariri, Hezbolá y Aoun le han exonerado a él de «sus hechos en Siria».[20]

*E. B. Picali es investigador en MEMRI.


[1] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 967, Con el aumento de las tensiones entre sunitas y chiitas en el Líbano, Arabia Saudita Renueva participación en el país, 9 de mayo, 2013.

[2] La constitución libanesa exige que los principios fundamentales de un gobierno sean llevados

a la aprobación del parlamento en el plazo de un mes después de su creación.

[3] La constitución libanesa establece que el presidente necesita de la aprobación de dos tercios del parlamento.

[4] Al-Akhbar (Líbano), 17 de febrero, 2014.

[5] Al-Safir (Líbano), 17 de febrero, 2014.

[6] Al-Akhbar (Líbano), 13 de febrero, 2014.

[7] Al-Akhbar (Líbano), 18 de febrero, 2014.

[8] Al-Akhbar (Líbano), 18 de febrero, 2014. Cabe señalar que el diario Al-Mustaqbal confirmó, citando una fuente de alto rango de la facción Al-Mustaqbal, que Aoun y Al-Hariri se habían reunido, pero negó que hubiera mediado entre Aoun Al-Hariri y Nasrallah. Al-Mustaqbal (Líbano), 18 de febrero, 2014.

[9] Al-Safir (Líbano), 15 de febrero, 2014.

[10] Al-Akhbar (Líbano), 17 de febrero, 2014.

[11] Al-Akhbar (Líbano), 17 de febrero, 2014.

[12] Al-Mustaqbal (Líbano), 18 de enero, 2014.

[13] Al-Mustaqbal (Líbano), 21 de enero, 2014.

[14] Lebanondebate.com, 18 de enero, 2014.

[15] Al-Akhbar (lLíbano), 25 de febrero, 2014.

[16] Al-Safir (Líbano), 17 de febrero, 2014.

[17] Al-Akhbar (lLíbano), 17 de febrero, 2014.

[18] Al-Mustaqbal (Líbano), 17 de febrero, 2014.

[19] Al-Mustaqbal (Líbano), 16 de febrero, 2014

[20] Al-Akhbar (Líbano), 17 de febrero, 2014.

Artículo anteriorObra antisemita egipcia en televisión: Agentes del Mossad detrás de la Primavera Árabe
Artículo siguienteLa fisura en el movimiento del jihad global
El Instituto de Investigación de Medios de Información del Medio Oriente (MEMRI) explora el Medio Oriente a través de los medios informativos de la región. MEMRI establece un puente entre el vacío idiomático existente entre Occidente y el Medio Oriente, proporcionando traducciones oportunas de los medios árabes, hebreos y farsi, así como un análisis genuino de las tendencias políticas, ideológicas, intelectuales, sociales, culturales y religiosas del Medio Oriente. Fundado en Febrero de 1998 para informar sobre el debate de la política estadounidense en el Medio Oriente, MEMRI es una organización 501 (c)3, independiente, no partidista, sin fines de lucro. MEMRI mantiene oficinas en Berlín, Londres y Jerusalén y traduce su material al inglés, alemán, italiano, francés, hebreo, español, turco y ruso.