En abril del 2004, el diario de la Autoridad Palestina Al-Ayyam publicó un suplemento titulado «El Camino a la Independencia y a la Paz,» por la Coalición Palestina para la Paz. Esta coalición fue establecida el 25 de abril, 2003 por orden del Presidente de la Autoridad Palestina Yasser Arafat, y está encabezada por el anterior ministro palestino Yasser Abed Rabbo, uno de los arquitectos de la Iniciativa de Ginebra. El suplemento ofreció varios artículos que llaman a poner un alto a la violencia palestina y por una lucha sin armas en contra de Israel. Lo siguiente son citas de los artículos [1]

‘La resistencia no-violenta – el camino seguro a la victoria’

En un artículo titulado «La Resistencia No-violenta – el Camino Seguro a la Victoria», el redactor para el diario de la Autoridad Palestina Al-Ayyam Muhammad Yaghi escribió: «…Las [recomendaciones del documento de la Comisión] Mitchell… abrieron con una exigencia para que el lado palestino ponga un alto a los actos de violencia… El documento del [Plan] Tenet… comienza exigiendo que la Autoridad Palestina ponga fin a todos los actos de violencia y terror… «

«Está claro que la política empleada a la fecha por la resistencia palestina en respuesta a los crímenes israelíes… sólo ha distanciado al pueblo palestino de su meta de lograr la libertad y la independencia. En Europa, la cual es nuestra aliada, las operaciones militares [palestinas] dentro de Israel son representadas como terrorismo, mientras en los Estados Unidos, todas las operaciones militares, ambas dentro de Israel y en los territorios ocupados, son [representados] como terrorismo. La política de respuesta [palestina] no beneficia a ningún otro que el gobierno de extrema derecha en Israel.»

«La respuesta al desafío que ha sido impuesto sobre nosotros, es decir, estar confinado a la hoja de ruta y al mismo tiempo resistir a un gobierno arrogante cuya meta es asesinar y expropiar las tierras palestinas, yace en un cambio fundamental en la naturaleza violenta de la resistencia, tal que llevará un carácter no-violento.»

«La transición a la resistencia de una naturaleza no-violenta pavimentará la vía hacia el aislamiento del gobierno israelí en el mundo, y demostrará que la Autoridad Palestina se ha adherido a la hoja de ruta sin necesidad de conflicto con ningún elemento combatiente palestino. Igualmente, tal transición motivará a las fuerzas de la paz en Israel de representar su parte, la cual se ha extinguido seguido a la continua violencia del conflicto.»

Más importante aun, la naturaleza no-violenta de la resistencia restaurará el conflicto a su estado natural, [es decir], el conflicto entre un pueblo que busca librarse de la ocupación y un gobierno que quiere continuarlo, para librarse de los [palestinos], y para expropiar sus tierras.»

«El cambio [en la naturaleza de la resistencia] no signifique un alto a la lucha, más bien la cooperación de muchos más sectores de la población palestina en la lucha, por medio de marchas diarias al cerco de separación racista y a las barricadas… y protestas en las tierras amenazadas por la expropiación. Esta forma de lucha exige un alto a toda la coordinación oficial con el gobierno de ocupación israelí, incluyendo la negativa de negociar con este, porque la meta es aislarlo en el mundo… y sólo cuando reconozca los legítimos derechos del pueblo palestino a la libertad e independencia en las áreas ocupadas en 1967 la negociación será posible.»

«Esta lucha exige también no estar en contacto con las oficinas civiles [de la ocupación] y no comprar productos de la economía de Israel. La lucha no-violenta significa una lucha comprensiva, apuntada a levantar la tensión del conflicto al máximo, para que le sea difícil al enemigo y al mundo de ignorarlo. En términos simples, la meta es prevenir a la maquinaria de destrucción israelí, tanques, y aviones de actuar en contra de un pueblo que [lo] confronta solamente con las manos.»

‘Hay dos caminos: la lucha por una meta política, y la lucha como una meta en sí misma, y de si misma’

En un artículo titulado «El Dilema en la Lógica del Suicidio,» Ahmad Daoud escribió: «… Quienquiera que haya decidido despachar a los perpetradores de operaciones militares ha comenzado a huir del mundo de la política, debido a las consideraciones y complejidades de un mundo oculto, transfiriendo el conflicto de un estado de conflicto de intereses entre las actuales fuerzas sociales y políticas a un estado de confrontación de dos religiones. Es decir, hemos entrado en un nuevo conflicto – caracterizado por la política que vierte el [yugo de] la decisión racional y entra en un círculo de fatwas y consignas [religiosas].»

«El actual ataque israelí sobre el pueblo palestino no revoca la importancia de reconocer la responsabilidad de algunas de las facciones palestinas por ser ellos los cautivos de una única visión con respecto al conflicto – una que percibe la sociedad, los partidos políticos, y corrientes en Israel como un solo bloque en pensamiento, identidad, y decisión.»

«A [los palestinos] se les permite exigir una distinción entre dos caminos. Uno mantiene que la lucha es un medio a una meta política que se debe ganar el amplio acuerdo general popular. El segundo ve la lucha como una meta en sí misma, y por si misma, y es al parecer una manera preferida entre algunas facciones palestinas que exaltan las operaciones militares y glorifican las operaciones suicidas.»

«Éste no es el momento de discutir el fenómeno de estas operaciones, pero es esencial discutir la razón política que justifica el uso de estos medios en cualquier momento y bajo cualquier condición, que no tiene en cuenta los cambios políticos. Esto, incluso antes de que discutiéramos la severidad de propagandizar de estas operaciones [e.d. las operaciones de martirio] entre el pueblo, tratándolas todas como victorias en el camino para el fin de la ocupación – mientras de hecho lo contrario era verdad.»

«Además, un fatwa que eleva a estas operaciones al nivel de santidad lleva parte de la responsabilidad por la diseminación de la cultura de asesinato… El compañero natural a esta cultura es la política extremista israelí saturada de sangre.»

‘La militarización de la Intifada fue el Factor Principal en la desaparición del orden [en la Autoridad Palestina]’

En su artículo «Una Descripción de Nuestra Situación…», Ziyad Barham escribió: «Aparentemente, la política palestina ha perdido el fino hilo que trajo el orden en ella… La militarización de la Intifada fue el factor principal en la desaparición de este orden. A pesar de todo lo dicho al principio de la Intifada – en público por los israelíes y en un murmullo por los palestinos – sobre la capacidad del liderazgo de controlar las operaciones militares, se ha puesto en claro muchas veces de que esta capacidad no previene las iniciativas espontáneas u organizadas que avergüenzan a la Autoridad Palestina.»

«Igualmente, la niebla que envuelve a las Brigadas de Mártires Al-Aqsa ha alcanzado el punto de crear un cuadro incompleto de la situación en el campo. Estas brigadas se han revelado, más de una vez, actuando en desconexión desde la línea política, comenzando con su desobediencia, a la primera provocación, la orden para detener el fuego, e incluyendo la participación en las operaciones suicidas en contra de centros poblados israelíes – como si no fuera suficiente que las organizaciones más activas en las operaciones suicidas, Hamas y el Jihad [islámico], se hayan declarado a si mismos fuera de la línea política aprobada por la Autoridad Palestina.»

Hay muchas razones profundas para mirar la viabilidad y beneficiarse de estas operaciones, aun cuando ellos tengan razones, tal como responder a los crímenes israelíes, operaciones aventureras espontáneas, o la contagiosa enfermedad de Qa’ida [e.d. bajo la influencia de Al-Qa’ida]. Hay una necesidad urgente de reexaminar estos métodos. El comunicado oficial el cual llevó las firmas de los representantes del sector académico y financiero, y el cual exigió un alto a las operaciones en contra de civiles israelíes, puede constituir una buena introducción para un dialogo y una discusión nacional responsable, el cual será unificado en la visión y en los planes para la lucha nacional, y en maneras y medios por realizarla….» [2]

«Las circunstancias son indudablemente difíciles, pero cuándo serán fáciles? La escuadra que está destinada a ser la más consciente de la peor situación en todos los niveles es, desafortunadamente, el liderazgo del movimiento Fatah, quienes luchan por el control dentro de sus ramas y corrientes y la desgarran y la dejan sin ningún control en absoluto.»


[1] Al Tariq Nahu Al-Istaqlal Wa Al Salam (El Camino a la Independencia y a la Paz), Al-Ayyam (AP), abril 2004.

[2] Véase MEMRI Despacho Especial No. 698, abril 21, 2004, ‘La No-violencia y el Destino del Proceso de Paz en los Medios de Comunicación Palestinos:,’ http://www2.memri.org/bin/articles.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP69804.