«Le decimos mil veces: ‘No, no y no, al Acuerdo del Siglo’… Nuestro pueblo lo arrojará al cesto de basura de la historia, donde todos los planes conspiratorios para eliminar nuestra causa han ido a parar». Esta fue la declaración que el Presidente de la OLP Mahmoud ‘Abbas, pronunció en una conferencia de prensa en Ramala el 28 de enero, inmediatamente después de la presentación del plan estadounidense «Paz a la Prosperidad» propuesto por el Presidente Donald Trump.

La vigorosa objeción de Abbas a la acción estadounidense es comprensible. Representa un retiro concreto de algunos componentes importantes de las propuestas hechas por los Estados Unidos e Israel en los últimos 20 años en sus esfuerzos por lograr un acuerdo de paz entre las partes. Pero el hecho es que incluso la más reciente de estas propuestas, que considerablemente se desvió de las posturas oficiales de Israel hasta el año 2000, no produjo el esperado acuerdo. Por lo tanto, siendo realistas, vale la pena analizar de nuevo la reacción de la OLP a la última propuesta israelí, presentada por el primer ministro de Israel para ese momento Ehud Olmert, a Mahmoud ‘Abbas el 16 de septiembre del 2008, una propuesta que fue incluso mucho más allá del compromiso presentado por el Presidente estadounidense Bill Clinton en el año 2000, aceptada por el entonces primer ministro israelí Ehud Barak.

La OLP rechazó la amplia propuesta de Olmert del año 2008

Los puntos principales de la propuesta de Olmert fueron los siguientes: (1) Israel cedería el 97% del territorio de Judea y Samaria. [1] Además, los intercambios de tierras con Israel garantizarían que el área bajo la soberanía de la OLP tuviese el mismo tamaño que el área bajo control de Egipto (la Franja de Gaza) y el Reino Hachemita de Jordania (Judea y Samaria) en junio de 1967. Cabe señalar que la Franja de Gaza ya estaba bajo el control de Hamas para el momento de dicha propuesta. (2) Una ruta de «paso seguro» bajo control de la OLP conectaría Gaza con Judea; (3) Jerusalén sería dividida en dos capitales, una bajo la soberanía israelí y otra bajo la soberanía de la OLP; (4) Israel cedería su soberanía en el Monte del Templo, el Monte de los Olivos y la Ciudad de David, los cuales serían administrados conjuntamente por Arabia Saudita, Jordania, la OLP, los Estados Unidos e Israel; [2] (5) Aproximadamente 5.000 refugiados serían admitidos en Israel durante un período de cinco años, de acuerdo a consideraciones personales y humanitarias, en lugar «del derecho al retorno» o la «unificación familiar»; (6) La OLP firmaría su compromiso poniendo «fin al conflicto y el fin de los reclamos». [3]

Desde que las negociaciones entre Israel y la OLP fueron descontinuadas en el 2008, los círculos académicos y políticos han debatido acaloradamente el tema de si ‘Abbas’ no aceptó la «propuesta de Olmert, o si realmente la «rechazó». Algunos le atribuyen importancia política a esta distinción, argumentando que ‘Abbas no rechazó la propuesta, sino que simplemente se abstuvo de aceptarla porque Olmert estaba a punto de renunciar y por lo tanto, su propuesta en cualquier caso, era discutible. Este argumento llevó a algunos a concluir que un acuerdo de paz permanente entre Israel y la OLP finalmente sería firmado de acuerdo a la propuesta de Olmert presentada en el año 2008. El propio Olmert argumentó [4] que si su propuesta «volviese a ser colocada en la agenda, sería esta la que se convertiría en el acuerdo de paz».

En los últimos años, los líderes de la OLP también han argumentado que las negociaciones del 2008 pudieran haber conducido a un acuerdo. Pero en los meses posteriores al estancamiento de las conversaciones, sus posturas eran diferentes. Para explorar esto, echemos un vistazo a aquellos días.

El 16 de septiembre, 2008 ‘Abbas le prometió a Olmert que enviaría al día siguiente a su asistente para discutir más profundamente lo presentado, pero a la mañana siguiente, el jefe negociador de la OLP Saeb Erekat, le informó a Olmert que hubo un error – se olvidaron que él y ‘Abbas se dirigían a Amman y sugirieron posponer la reunión para la semana siguiente. «Nunca más lo volví a ver», dijo Olmert. [5] Varios meses después, se le preguntó a ‘Abbas por qué rechazó la propuesta de Olmert. ‘Abbas no afirmó que los tecnicismos del itinerario lo hubiesen impedido, o que Olmert estaba a punto de renunciar. ‘Abbas respondió: «Las brechas eran demasiado extensas». [6]

Un mes después, Erekat dio su propia versión al secreto tras el rechazo palestino a la propuesta de Olmert, diciendo: «Al principio nos dijeron que administraríamos hospitales y escuelas. Luego estuvieron dispuestos a darnos el 66% [del área, una referencia al plan de autonomía de 1977 del primer ministro Menachem Begin]. En Camp David, ellos llegaron al 90% [la primera propuesta de Barak, en 1999] y hoy han llegado al 100%. Entonces, ¿por qué apurarnos, después de toda la injusticia que se nos ha infligido? [7]

Otro mes pasó y Ehud Olmert escribió en un artículo de opinión [8]: «Hasta el día de hoy, no puedo entender por qué el liderazgo palestino no aceptó la incomparable e influyente propuesta que les ofrecí… Valdría la pena explorar las razones por las que los palestinos rechazaron mi ofrecimiento y en cambio prefirieron retrasar y evitar tomar decisiones más realistas».

Por lo tanto, durante dos meses en el 2009, ambas partes admitieron que la OLP de hecho rechazó la propuesta de Olmert en septiembre del 2008 y dos años después, la ex-secretaria de estado estadounidense Condoleezza Rice, reveló en su autobiografía ‘No existe mayor honor’ que la OLP continuaba rechazando el ofrecimiento, incluso en noviembre y diciembre del 2008. Ella escribió que ya había discutido la propuesta de Olmert con ‘Abbas en mayo del 2008, lo que significa que ‘Abbas no estaba realmente sorprendido por la propuesta de Olmert en septiembre. Ella sugirió que la propuesta y ‘la aceptación de ‘Abbas a ello, fuese acordada en secreto – pero ‘Abbas se negó. Cuando llegó a Washington en noviembre del 2008 para despedirse del Presidente Bush, «el presidente se reunió con ‘Abbas a solas en la Oficina Oval y le pidió que lo reconsiderara. El palestino se mantuvo firme y la idea murió», escribió Condoleezza.

Desde el año 2008, el liderazgo de la OLP ha insistido en que las ya renovadas negociaciones con Israel sobre un acuerdo permanente deben comenzar donde se interrumpieron las negociaciones con Olmert, es decir, con la propuesta que Olmert puso sobre la mesa el 16 de septiembre del 2008. ‘Abbas reiteró recientemente esta postura en una conferencia de prensa conjunta del 11 de febrero, 2020 con Olmert en Nueva York, donde declaró que este estaba «totalmente» listo para reanudar las negociaciones desde ese punto. Una semana después, un funcionario cercano a ‘Abbas aclaró la intención detrás de esta declaración. Este divulgó que durante una reunión celebrada antes de la conferencia de prensa, Olmert una vez más instó a ‘Abbas a que acepte su plan, a fin de frustrar el plan de paz estadounidense. Pero ‘Abbas se negó, lo que indica que los temas relacionados a la frontera, Jerusalén y los refugiados aún necesitaban ser discutidos y negociados antes que los palestinos pudiesen aprobar el plan. [9] Por lo tanto, el liderazgo de la OLP todavía muestra su falta de voluntad en aceptar incluso la propuesta de Olmert y por lo tanto, de manera realista, cualquier propuesta concebible a un acuerdo radical permanente con Israel. Pero eso no debería sorprendernos en lo absoluto, si recordamos la fascinante y triste entrevista [10] con el canciller de Barak, el profesor de historia Shlomo Ben Ami, quien negoció con la OLP en el año 2000 en un intento por lograr un acuerdo histórico entre las partes.

Lecciones de las negociaciones Israel-OLP del año 2000

Ben Ami dijo: «Eventualmente, incluso el negociador más moderado llega a un punto en el que se da cuenta de que esto no tiene fin. Otro empujón y otro empujoncito, pero nunca están satisfechos. Nunca termina». Ben Ami luego dio un ejemplo, describiendo sus conversaciones sobre el tema Jerusalén con representantes de la OLP en el año 2000: «En esta etapa, habíamos acordado la división de la ciudad y la plena soberanía palestina sobre Haram Al-Sharif [el Monte del Templo], pero nosotros insistimos en que se reconociera alguna afinidad nuestra al Monte del Templo. Recuerdo que cuando mantuvimos conversaciones con Yasser ‘Abed Rabbo, Saeb Erekat y Muhammad Dahlan en la Base de la Fuerza Aérea Bolling, yo planteé la siguiente idea sin consultarle a nadie: Los palestinos hubiesen tenido soberanía sobre el Monte del Templo, pero se comprometerían a no realizar excavaciones allí porque el lugar era sagrado para los judíos. Los palestinos acordaron no excavar, pero bajo ninguna circunstancia aceptarían otorgarnos esa mínima declaración, «porque el lugar es sagrado para los judíos». En ese momento comprendí que no estaban dispuestos en avanzar hacia nuestra postura ni siquiera a nivel emocional y simbólico. A un nivel más profundo, ellos no están listos para reconocer que al menos poseemos algún tipo de título con esta [tierra]».

El desilusionado Ben Ami luego explicó su conclusión: «Lo que Ehud [Barak] y yo vimos de repente es el muro con el que se había enfrentado el proceso. De que no es un tema de territorio a cambio de paz, nada de presunciones y supuestos. A lo que nos enfrentamos es al tema de si existe un reconocimiento palestino al derecho de un estado democrático judío y que este exista en esta parte del mundo». Este agregó: «Al final del proceso, es imposible no dar la impresión de que los palestinos no desean una solución tanto como desean arrojar a Israel al mar. Quieren denunciar nuestro estado más de lo que ellos desean su propio estado. Al nivel más profundo poseen un espíritu muy negativo… Por lo tanto, desde su punto de vista, el proceso no trata de una conciliación sino de vindicación, de corregir la injusticia, de socavar nuestra existencia como estado judío».

La negación de la OLP a la esencia del Estado de Israel

Este enfoque de la OLP no se limita a negar cualquier afinidad histórica del pueblo judío con la Tierra de Israel. Ellos también rechazan la existencia misma de una nación judía, que define al judaísmo únicamente como una religión, que no califica al derecho nacional de establecer y mantener un estado. En respuesta a la demanda israelí del 2008 para que la OLP reconozca a Israel como el estado-nación del pueblo judío, ‘Abbas la rechazó, con el argumento de que aceptarlo implicaría la renuncia a cualquier reasentamiento de refugiados a gran escala [en Israel]. [11] Erekat explicó un mes después [12]: «Exigir que se reconozca un estado judío es [prácticamente] pedirles que soliciten membrecía en el movimiento sionista. Este movimiento posee la idea de que la religión es igual a la nacionalidad». Dos meses después, el 13 de agosto, 2009 Fatah publicó las resoluciones de su Sexto Congreso en Belén, [13] incluyendo «una objeción absoluta, que no puede ser retirada, de reconocer a Israel como «estado judío» [y esto] para proteger los derechos de los refugiados y los derechos de nuestro pueblo más allá de la Línea Verde [es decir, los ciudadanos árabes de Israel]».

El Séptimo Congreso de Fatah, celebrado en diciembre del año 2016, aprobó esta resolución, cuyo significado práctico fue explicado posteriormente por Hafez Al- Barghouti, editor del diario de la Autoridad Palestina Al-Hayat Al-Jadida [14]: «Todavía nos esforzamos [por obtener] la patria, fuera y dentro y nunca nos desesperaremos». La expresión común «dentro» significa dentro del área delineada por la demarcación del armisticio de 1949, es decir, el área del Estado de Israel.

Pasaron años y, respondiendo al plan del Presidente Trump en una conferencia de prensa celebrada el 28 de enero, 2020 en Ramala, Mahmoud ‘Abbas expuso el pliego más profundo de las creencias de la OLP, diciendo: «Queridos hermanos, considero este acuerdo como la culminación de la Declaración Balfour. Esto era lo que buscaban en la Declaración Balfour… El Acuerdo del Siglo tiene su base en la Declaración Balfour, creada por Estados Unidos y Gran Bretaña. Algunos pueden ver esto como extraño. ¿Estados Unidos? ¡Sí, Estados Unidos y Gran Bretaña! Fueron los Estados Unidos quienes formularon [la Declaración Balfour], en acuerdo con Gran Bretaña y fueron los Estados Unidos quienes lo incorporaron al Pacto de la Liga de Naciones… Estados Unidos fundó la Declaración Balfour y ahora ha comenzado a implementarla».

De hecho, en concordancia con el Artículo 20 del Pacto Palestino de 1964, «La Declaración Balfour, el Mandato para Palestina y todo lo que ha sido basado en estos, se le considera como nulo y sin valor alguno». Y así, incluso 22 años después de la ceremonia en que fue «abolida» la Carta Magna Palestina, la OLP continúa considerando la Declaración Balfour del 2 de noviembre de 1917 como una continua fuente de injusticia que se les ha infligido a los árabes palestinos.

Es de esta manera que Mahmoud ‘Abbas declaró lo siguiente en su discurso del 22 de septiembre, 2016 en la Asamblea General de las Naciones Unidas: «Han pasado cien años desde la notoria Declaración Balfour, por la cual la Gran Bretaña le concedió, sin ningún derecho alguno, autoridad o consentimiento de nadie, la tierra de Palestina a otro pueblo. Esto allanó el camino al Nakba del pueblo palestino y su despojo y desplazamiento de su tierra». Al año siguiente, el 17 de noviembre, 2017 con motivo del centenario de la Declaración Balfour, ‘Abbas escribió en un artículo titulado «La carga de Lord Balfour» [15]: «Lord Arthur Balfour fue un secretario de Asuntos Exteriores británico que decidió cambiar el identidad y destino de Palestina, una tierra que no era suya, prometiéndosela al movimiento sionista y alterando dramáticamente la historia del pueblo palestino… La Declaración Balfour de 1917 simboliza el papel internacional en la catástrofe y el éxodo palestino, el Nakba de 1948».

‘Abbas luego se quejó de que la comunidad internacional había persistido en este enfoque a lo largo de los años: «Treinta años después, el 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 181 (II), pidiendo la partición de Palestina en dos estados. Una vez más, esta decisión no tuvo en cuenta los deseos, aspiraciones y los derechos de la población autóctona de Palestina… que condujo al Nakba (catástrofe), que llevó a más de dos tercios de los palestinos a convertirse en refugiados, incluyéndome». Esta denuncia por la resolución de partición tomada por la ONU en 1947 es cónsona con la «Declaración de Independencia» de la OLP de 1988, [16] según el cual la resolución de partición es una herramienta táctica que «continúa atribuyéndole condiciones a la legitimidad internacional que garantizan al pueblo árabe palestino el derecho a la soberanía y a la independencia nacional». Pero, en contraste con la visión optimista en algunos círculos, la negación de la OLP a la resolución de partición es expresada claramente en el mismo párrafo, que denuncia «la injusticia histórica cometida contra el pueblo árabe palestino en su desplazamiento y en la privación del derecho a la auto-determinación tras la aprobación de la resolución 181 (II) de la Asamblea General de 1947, que dividió a Palestina en un Estado árabe y uno judío».

En ese artículo, ‘Abbas también propuso una solución al tema de los refugiados: «También reiteramos que, para poner fin a los reclamos con Israel, debe haber una solución justa para los siete millones de refugiados palestinos basada en la escogencia de cada refugiado», es decir, su elección entre regresar a su hogar de origen familiar en Israel y el aceptar una compensación financiera. El significado de esta demanda permanente es que la OLP no está autorizada a representar la voluntad de cada refugiado individualmente y por lo tanto, la OLP no puede acordar con el gobierno israelí ninguna cuota de refugiados a quienes se les permita establecerse en Israel. Por lo tanto, la OLP no puede incluir en ningún acuerdo el componente vital del «fin mutuo de los reclamos». Esta barrera se suma al continuo reclamo en toda el área de Israel, un reclamo que la OLP continúa inculcándole a sus jóvenes.

El nuevo plan estadounidense «Paz a la Prosperidad» anticipa implícitamente que dentro de los próximos cuatro años el liderazgo de la OLP volverá a la mesa de negociaciones. Con el fin de evitar futuros errores, debemos abandonar la errónea teoría de que «la OLP es la solución». Esta suposición es mera ilusión, en concordancia a la aguda observación de Julio César: «Algo que un hombre desea, también lo cree de buena gana». Por lo tanto, no debemos cerrar los ojos ante el simple hecho de que, para la OLP, el verdadero problema, fundamental, profundo y central es la «injusticia» centenaria incrustada en la propia existencia de la soberanía judía en cualquier parte de Palestina. Esta brecha no puede ser cerrada y ningún plan que algún gobierno israelí pueda aceptar hará que la OLP declare el fin del conflicto y el fin de sus reclamos frente a Israel. Por lo tanto, un tratado de paz con la OLP no puede ni nunca será firmado.

*Ze’ev B. Begin es compañero sénior en MEMRI. Este artículo fue publicado por primera vez en hebreo en el diario israelí Haaretz el 6 de marzo, 2020.


[1] Según ‘Abbas, The Washington Post, 31 de mayo de 2009

[2] Puntos 2-4 según Olmert en una entrevista realizada el 28 de noviembre, 2009 con el diario The Australian.

[3] Puntos 5-6 según la charla de Olmert realizada el 17 de enero, 2012 en el Foro MEMRI.

[4] Foro MEMRI, 17 de enero, 2012.

[5] Ehud Olmert, una entrevista con The Australian, 28 de noviembre, 2009.

[6] Mahmoud ‘Abbas, en entrevista con The Washington Post, 5 de mayo, 2009.

[7] Saeb Erekat, en entrevista en el diario Al-Dustour, 25 de junio, 2009.

[8] Ehud Olmert, The Washington Post, 17 de julio, 2009.

[9] Al-monitor.com, 17 de febrero, 2020.

[10] Shlomo Ben Ami, una entrevista, Haaretz, 12 de septiembre, 2001.

[11] ‘Mahmoud ‘Abbas, en una entrevista con el diario The Washington Post, 5 de mayo, 2009.

[12] Saeb Erekat, en una entrevista en Al-Dustour, 25 de junio, 2009.

[13] Véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 541 – Resoluciones de la Sexta Conferencia General de Fatah: Búsqueda de la opción de paz sin abandonar la resistencia o el derecho a la lucha armada, 31 de agosto, 2009.

[14] Hafez Al- Barghouti, Al-Hayat Al-Jadida, 7 de julio, 2012.

[15] Mahmoud ‘Abbas, The Cairo Reviews of Global Affairs, The American University in Cairo, 2017.

[16] Declaración de Independencia de Palestina, https://fmep.org/resource/palestinian-declaration-of-independence/