Recientemente varios líderes iraquíes sunitas han hecho declaraciones beligerantes contra las fuerzas del gobierno iraquí. El 7 de enero, el Mufti sunita de Irak Rafi ‘Taha Al-Rifai Al-Anim, dijo en un comunicado difundido por la red Al-Jazeera: «Oh pueblo de Samarra y Tikrit… Escuchemos el silbido de sus balas». El 3 de enero, en un comunicado difundido por la televisión iraquí Al-Fallujah, Ali Hatem Suleiman, el Emir de las Tribus Dulaym, dijo: «Hemos decidido luchar para proteger a nuestro pueblo de las fuerzas invasoras del [gobierno]».

Lo siguiente son extractos:

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Red Al-Jazeera, 7 de enero, 2014

Mufti sunita de Irak Rafi ‘Taha Al-Rifa’l Al-Anim: «Oh hijos de las seis provincias en rebelión, queremos que se comporten como verdaderos hombres, como vuestros padres siempre lo hicieron. En lo que respecta a las [manifestaciones] pacificas que algunos continúan parloteando – ese capítulo se ha cerrado, y no debe ser mencionado mas, en un momento en que los cañones de la milicia del ejército están bombardeando las ciudades. La rebelión contra los opresores, que demuestra su poderío hacia ellos de una manera que haría las delicias de los creyentes y la desgracia a los apóstatas injustos.

«¿Dónde están, Oh pueblo de Samarra y Tikrit? ¿Dónde están? Permítannos escuchar el silbido de tus balas. Este sueño no se convierte en ustedes. Muéstranos tu poderío!» […]

Al-Fallujah TV 3 de enero, 2014

Jeque Ali Hatem Suleiman, Emir de las Tribus Dulaym: «Hemos decidido combatir para proteger a nuestro pueblo de las fuerzas invasoras. Esta es una lucha para defender el honor y las vidas del pueblo. Al-Maliki llegó a Al-Anbar, bajo el pretexto de luchar contra Al-Qaeda en el desierto occidental, localizado a unos 400 kilómetros de Ramadi. Pero detuvo su progreso en Ramadi, donde es un invitado no deseado y deshonrado. Por lo tanto, nos ha traicionado, así como también al ejército iraquí – especialmente a los miserables soldados, a los que llevó por mal camino, y a una batalla contra los hijos de Al-Anbar.

«En segundo lugar, fue Al-Maliki, quien decidió emprender la guerra, pero la decisión de poner fin a la guerra no será suya. […]

«No permitiremos que ninguna bandera en lo absoluto, bajo ningún pretexto, sea izada en Al-Anbar, a excepción de la bandera de las tribus. Dirijo esto a quien intente secuestrar esta revolución honorable y pura contra el ataque de las fuerzas de Al-Maliki en Al-Anbar.

“Quisiera resaltar que vamos a tratar a cualquier persona que levanta el estandarte de la llamada jihad, o cualquier otra bandera, al igual que tratamos enemigos. Esta decisión se tomó por consenso de todos los hijos de Al-Anbar. [.. ]

«Llamo a todos los hombres de la región sunita, sin excepción, a prepararse para reunirse, y evitar las elecciones en su totalidad, debido a que estas elecciones no traerán nada más que desgracia a los sunitas. Finalmente, hago un llamado a todos aquellos que desacreditan nuestra símbolos religiosos: les cortaremos la lengua, quienquiera que sean». […]