En respuesta a la aplastante condena en el mundo árabe y musulmán por las acciones de Israel en Gaza, y las llamadas a llevar a juicio a los líderes israelíes por crímenes de guerra, escritores árabes liberales han acusado a los árabes y musulmanes de hipocresía. El portal liberal www.elaph.com ha publicado dos artículos sobre esta materia, del liberal egipcio Kamal Ghobrial y el del liberal kuwaití Fahker Al-Sultan. Ambos escritores señalan que el mundo árabe y musulmán es rápido en expresar su estupor por las atrocidades y violaciones de los derechos humanos cuando los árabes o musulmanes son víctima de los no-musulmanes, pero se hacen la vista gorda – o incluso perdonan las violaciones – cuando las víctimas son no-musulmanas, o cuando los musulmanes enjuician a sus propios hermanos, tal como ha sucedido en el Irak de Saddam y está sucediendo hoy día en Darfur. Los escritores argumentan que este doble discurso proviene del problema del odio por el otro, y en especial hacia los judíos. Al-sultán enfatiza al papel de la mentalidad islámica tradicional – y del Islam político, que se aprovecha de esta mentalidad – promoviendo actitudes xenofóbicas inflexibles y antisemitas.

A continuación se presentan extractos de los dos artículos:

«Según estos valerosos jihadistas, sólo la sangre [musulmana] es valiosa, mientras que la sangre de otros no tiene valor y puede ser derramada sin náuseas; más así, el derramar sangre es un tipo de sacrificio a través del cuál uno puede alcanzar el Paraíso»

Kamal Ghobrial escribió: «… [Existen] [héroes] valerosos quiénes celosamente [defienden] [los valores] humanos, especialmente en lo que refiere a la sangre musulmana – ya que, según estos valerosos jihadistas, sólo la sangre [musulmana] es valiosa, mientras que la sangre de otros no tiene valor y puede derramarse sin náuseas. Más así, el derramarla es un tipo de sacrificio a través de cuál se puede alcanzar el paraíso.

«[Me gustaría recordarle] a toda esta gente… que el [Presidente de Sudan Omar Al-Bashir] esta acusado de derramar la sangre de su propio pueblo musulmán sunni. El brazo de la justicia lo ha detenido para que responda por los crímenes perpetrados durante su presidencia contra miles de inocentes. [Estos crímenes] han dejado estupefactos a todos – excepto, claro, a los árabes, los cuales sólo muestran estupor en circunstancias específicas y en respuesta a la incitación deliberada.

«Nosotros testimoniamos protestas en las capitales musulmanas y árabes y en ciudades requiriendo que la justicia internacional sea llevada a cabo y exigiendo que el acusado [e.d. Bashir] sea inmediatamente entregado a la corte [internacional] para recibir el castigo que se merece…? O veremos lo contrario?

«[Yo creo que], una vez que nos tranquilicemos por nuestra reacción emocional [a la condición de] nuestros hijos y hermanos en Gaza, cuya sangre está siendo derramada… veremos a los ángeles vengadores de los canales de la televisión [árabe], que apoyan el terrorismo, girar en un circulo [ideológico] por segunda vez este año. Ellos dejarán los refranes sobre el defender los derechos humanos, y se reunirán para la defensa del acusado [e.d. Bashir]. Más así… denunciarán que los alegatos contra él son parte de la conspiración global contra los árabes y los musulmanes.

«La cuestión esencial y desconcertante es esta: El estupor [árabe y musulmán] que está siendo testimoniado por la región y el mundo – lo hace brotar [realmente] del sentimiento humano y de solidaridad con el pueblo palestino? Si la respuesta es sí, esperaríamos ver la misma reacción a [la suplica de los] ciudadanos de Darfur… [Sin embargo, resulta ser que la reacción árabe a las atrocidades depende de quién es el perpetrador].

«Los palestinos fueron victimados por el enemigo sionista y norteamericano… mientras que los ciudadanos de Darfur fueron hechos víctima por su propio líder [quién es musulmán sunni. Esto da continuación para decir que el apoyo para el pueblo palestino] no proviene del amor por los palestinos… sino del odio por el otro… los sionistas o cristianos.

«Si el perpetrador de las masacres contra los kurdos y chiítas en Irak, y luego [de las masacres] en Kuwait, e.d. Saddam Hussein… es [considerado] nuestro héroe y un líder de la nación árabe, entonces nosotros [obviamente] nos olvidaríamos de sus crímenes, y sólo nos despertaríamos cuando algunos [no-musulmanes] vienen a rescatarnos de sus brutales mandíbulas…

«[Otro] ejemplo es la Hermandad Musulmana. Hoy, están reclutando a miles en cada ciudad egipcia y recolectando dinero para los residentes de Gaza… Sin embargo, ellos, el Gama’a Al-Islamiyya, y el Jihad [Islámico] ni pestañearon [por los crímenes de Bashir y Saddam]. En cambio, alientan el terrorismo en Egipto, matan a sus ciudadanos, soldados y funcionarios de seguridad, y especialmente apuntan a coptos y extranjeros…» [1]

«Por qué es que las ofensas contra la dignidad de los árabes y musulmanes son ‘ruidosas y obvias’ sólo cuándo el ‘perpetrador’ es Israel? Por qué esta discriminación racial en defender los derechos humanos?»

En su artículo, Fakher Al-Sultan acusó al Islam tradicional y político, así como también a sus líderes, de alentar el odio hacia el otro, y en especial hacia los judíos. También argumentó que es la identidad del perpetrador que determina si el mundo árabe y musulmán condenará las violaciones a los derechos humanos o ignorará (o incluso los alienta).

Él escribió: «La guerra del verano 2006 entre Israel-Hizbullah en el Líbano es un ejemplo llamativo que muestra la necesidad de [examinar] la esencia de una perspectiva religiosa popular [prevaleciente] entre los árabes y los musulmanes – es decir la tendencia que fue legitimada [por el principio religioso] de rechazar a todos los no-musulmanes. [Esta tendencia es parte de] la perspectiva religiosa tradicional de [varias] ramas [del Islam]. Esta es manifestada en [la ideología del] Islam político y es llevada al extremo en las acciones y políticas del Hizbullah…

«El aplastante apoyo popular disfrutado por el Hizbullah [en el 2006] – fue sincero y natural, o provino del hecho que el enemigo era el estado de Israel, ‘el [estado] religioso racista judío?’ Quizás tuvo que ver con la perspectiva religiosa tradicional del Islam político – [es decir] con la manera [en qué el Islam político] ve a otras religiones, en especial la judía israelí?

«De hecho… por qué están los musulmanes y árabes categóricamente interesados en el destino de los libaneses y palestinos, pero no están tan intensamente interesados en el destino de otros pueblos árabes y musulmanes, tales como los iraquíes, sudaneses, afganis, somalíes y otros, quiénes han enfrentado una persecución mucho más severa, terrorismo y [violencia] militar?…

«La perspectiva religiosa tradicional que está siendo manipulada por las [fuerzas] políticas, ha categóricamente concedido legitimidad religiosa a cualquier lucha contra los judíos o Israel. También ha infectado a los árabes y musulmanes con la ego-manía, para que todo el atraso y todas las matanzas sean [automáticamente] culpadas al otro – en el extranjero o el no-musulmán, y en especial al judío.

«Las naciones [árabes], otras que la libanesa y los palestinos, no están confrontando al ‘enemigo’ israelí, sino que están combatiendo un enemigo doméstico. Por consiguiente, el interés árabe y musulmán en su destino… es vergonzosamente [despreciable], y en la mayoría de los casos, [la reacción es una total] indiferencia…

«Cuando Saddam Hussein invadió y se devoró Kuwait en 1990, deliberadamente evocó el conflicto palestino-israelí, exigiendo que el camino a la liberación de Jerusalén pasa a través de Kuwait… [Hizo] esto porque le era claro que el punto de vista musulmán popular, que está arraigada a la perspectiva histórico-religiosa tradicional de [los musulmanes], descansa en un principio básico que intensifica la hostilidad hacia los judíos y el estado de Israel.

«[Saddam] tomó plena ventaja [de este hecho]… [De esta manera,] el tirano iraquí… pudo alistar el apoyo de los pueblos árabes y musulmanes, en especial los sunnis [quiénes se esposaron] a la perspectiva religiosa tradicional. Sin embargo, al mismo tiempo, él accidentalmente expuso la falacia y arbitrariedad de esta perspectiva, y de la devoción políticamente manipulada, que está basada en el principio ‘de apoyar a su hermano, así sea él el oprimido o el opresor’, especialmente cuando el ‘enemigo’ es Israel».

«Nosotros por consiguiente tenemos que preguntar: ¿Cuál será el destino de los pueblos musulmanes que están condenados a [ser víctimas de] la opresión por cosecha propia, el terrorismo, la tiranía y el extremismo? ¿Por qué no deberían ellos recibir la misma cantidad de ayuda popular y apoyo religioso [que los libaneses y palestinos], para confrontar a sus propios regímenes dictatoriales y opresivos?

«Por qué [damos nosotros testimonio de] estos ataques populistas islamistas sobre las acciones y políticas de Israel y los Estados Unidos – [quién está acusado de violar] los derechos de los pueblos, tales como el palestino y el libanés – mientras al mismo tiempo existe un silencio eminente ante las atrocidades inhumanas y torturas llevadas a cabo en casi todas las prisiones en los países árabes y musulmanes? ¿Por qué este extraño silencio ante las violaciones de los derechos humanos de todo tipo, incluyendo los derechos de las mujeres y los niños, los derechos de los trabajadores extranjeros, y los derechos políticos y sociales de individuos y pueblos?

«¿Por qué es que las ofensas contra la dignidad de los árabes y musulmanes son ‘ruidosas y obvias’ sólo cuándo el ‘perpetrador’ es Israel? ¿Por qué esta discriminación racial en defender los derechos humanos? ¿Por qué distinguir a un enemigo del otro cuándo los resultados de la opresión son los mismos?

«[Este acercamiento] es principalmente el fracaso de la perspectiva religiosa tradicional y del Islam político. Los estudiosos religiosos que promueven este tipo de perspectiva e interpretación son responsables de perpetuar este [acercamiento] discriminatorio, que puede ser caracterizado simplemente como racismo inhumano. [Los defensores de] este acercamiento no salen contra los opresores y contra los varios actos de opresión [como tales], sino sólo contra los actos de opresión perpetrados por los judíos, y sólo porque corresponde a su perspectiva [religiosa] y les sirve a sus metas populistas y conduce más allá su agenda política.

«Este acercamiento… encuentra en la lucha contra Israel tierras fértiles para promover sus consignas religiosas totalitarias que corresponden a su ideología. Esta caracteriza cada crisis como una lucha entre lo que completamente está faltando en la validez religiosa y lo que es la verdad religiosa absoluta. Según el shari’a, [esta verdad] debe ser defendida incluso si contradice nuestros intereses nacionales y sociales y llega a costa de miles de vidas inocentes.

«Siempre que haya una confrontación que involucre al estado de Israel, la mentalidad religiosa tradicional políticamente manipulada… siempre debe deducir una dicotomía entre los creyentes, en los representantes de Alá y los representantes de Satanás, [quiénes son] traidores, agentes, infieles y politeístas. Esta mentalidad [siempre] discierne en una lucha entre las fuerzas de la verdad y las fuerzas de la falsedad, y usa los textos religiosos como un látigo [para dar fuerza a sus puntos de vista]. Esto es con el objeto de prevenir alguna crítica potencial contra el bando musulmán de esta confrontación religiosa ardiente entre los judíos y los musulmanes…

«Por consiguiente, los defensores de este tipo de devoción religiosa, [e.d.] aquéllos que esposan la perspectiva religiosa tradicional [y los defensores del] Islam político en algunos de los países árabes y sociedades que están controlados por consignas religiosas y fantasías místicas, de imponer el viejo [método familiar de] resolver su confrontación con los no-musulmanes, y en especial los judíos. Es decir, ellos [sostienen que] el público musulmán debe escoger entre unirse al lado musulmán [de la lucha] que está del lado de la verdad y unirse al bando [opuesto], el cual es el lado de la falsedad – ya que no hay espacio para ningún punto de vista intermedio de ‘área gris’.

«En su opinión, cada individuo [es una de dos cosas]: o un sionista, agente y traidor, o un musulmán que creen en Alá y en el plan del Islam tradicional políticamente guiado, y quién está convencido que Alá quiere [eventualmente] darle la victoria a los musulmanes y eliminar a los judíos y su estado…

«El secuestro por Hizbullah de los dos soldados israelíes en el verano del 2006, así como también las acciones de Hamas [en el 2009, y su decisión] de continuar disparando sus infelices cohetes [sobre Israel] – no deberían estar sujetos a la critica objetiva y comprensiva?

«Más que eso – no deberíamos nosotros exponer a estos dos movimientos [como un todo], a sus líderes y su ideología, a la crítica? ¿Es correcto tratar con tal profundidad y crisis violentas sólo criticando el bando israelí, mientras desatendemos la conducta política de los grupos religiosos..?

«[Estos grupos] claman que su conducta y política está basada en métodos religiosos transcendentales que no pueden ser criticados, ya que estos [emanan] de la verdadera y original [fuente] divina, y representa una postura divina que se opone a la postura del diablo». [2]


[1] www.elaph.com, 13 de enero, 2009.

[2] www.elaph.com, 12 de enero, 2009.