En un artículo del 2 de mayo, 2009 publicado en el portal liberal www.elaph.org, el director del Foro Libertad para el Medio Oriente, el periodista copto egipcio Magdi Khalil [1], escribió acerca de la actividad de los representantes musulmanes en las organizaciones internacionales de derechos humanos. Él argumentó que esos representantes estaban tratando de subvertir el sistema de derechos humanos desde dentro usándolo para sofocar las críticas hacia los países musulmanes y el Islam, mientras promocionaban la hostilidad hacia Israel.

A continuación se presentan extractos del artículo: [2]

«Los estados árabes e islámicos ejercen su influencia dentro del Concejo de Derechos Humanos de la ONU para afectar la legislación… y fijar criterios menos estrictos a los Derechos Humanos, o negar esos derechos»

«La actual situación del sistema internacional es inestable, lo que es posiblemente un signo de los cambios por venir. El orden mundial puede desviarse del liderazgo unipolar hacia la multi-polaridad, y el orden establecido tras la Segunda Guerra Mundial podrá ceder su lugar a uno nuevo en esta al paso de la era post-globalización. La incertidumbre también puede anunciar una guerra global dando lugar a un nuevo orden mundial. Alternativamente, esta puede anunciar un estado de caos mundial y la posterior caída de la plena soberanía del estado, o un cambio en las normas que permitan a las distintas entidades de los estados nacionales a que se les unan, tales como mega-empresas, instituciones regionales, prominentes organizaciones de la sociedad civil y facciones poderosas como las de Hamas y Hezbollah que controlan estados de una forma efectiva.

«En cualquier caso, el sistema internacional está pasando por una confusa transición – que puede durar varios años o incluso décadas – y a través de todo este período, las naciones del mundo continuarán variando en sus percepciones y en sus acciones mientras representan sus [varias] funciones en desarrollar y moldear el nuevo orden.

«Las acciones de la mayoría de los estados islámicos dentro de las diversas organizaciones internacionales y conferencias sugieren fuertemente que están tratando de aprovecharse de esta confusión internacional para arruinar totalmente el sistema de derechos humanos. El Instituto del Cairo para los Derechos Humanos señaló en su informe del 2008 sobre las condiciones de los derechos humanos en los estados árabes: Los estados árabes e islámicos están ejerciendo su influencia en el seno del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para afectar la legislación y formular nuevos criterios internacionales que establecen niveles inferiores para los derechos humanos, o negar estos derechos’.

«Las acciones de los representantes árabes e islámicos en los foros internacionales están diseñadas para prohibir la crítica contra el Islam y defender su reputación, para apoyar la causa palestina y promover la hostilidad hacia Israel y también para bloquear cualquier intento de condenar a los estados árabes y musulmanes, incluso cuando son responsables de grandes masacres, tales como el genocidio en Darfur».

«Los estados árabes e islámicos que impulsaron la Resolución [contra la difamación de la religión] están en su mayoría interesados en intimidar y chantajear a Occidente – mientras que ellos mismos continúan demostrando un irrespeto por la diversidad religiosa»

«El 27 de marzo del 2009, después de dos años de dura campaña, los estados árabes e islámicos lograron aprobar una resolución contra la ‘difamación de la religión’ en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH). Veintitrés de los miembros del CDH votaron en favor de la resolución. Esta fue defendida por Egipto, Arabia Saudita, Qatar, Jordania, Palestina, Malasia, Indonesia, Bangladesh y Pakistán, y apoyada por Rusia, China, y un número de estados africanos, mientras que 11 miembros, la mayoría de Occidente, se opusieron a la resolución y 13 se abstuvieron.

«La resolución establece que el respeto por todas las religiones y la protección contra la difamación son fundamentales para la libertad de expresión, palabra, pensamiento, creencia y religión. Asimismo, dispone que el Comité de Derechos Humanos ‘toma nota con profunda preocupación la intensificación de la campaña de difamación a las religiones, y la incitación al odio religioso en general, incluyendo los perfiles étnicos y religiosos de las minorías musulmanas a las secuelas de los trágicos acontecimientos del 11 de Septiembre del 2001′. Esta hizo hincapié en que «toda persona tiene derecho a sostener opiniones sin interferencias, y tiene derecho a la libertad de expresión, cuyo ejercicio conlleva deberes y responsabilidades especiales y puede, por lo tanto estar sujeto a las limitaciones previstas por la ley y que son necesarias para el respeto de los derechos o la reputación de los demás, la protección de la seguridad nacional o del orden público, la salud o la moral y el bienestar general’.

«Echando un vistazo a estas declaraciones, es posible pensar que se originaron con el Ministerio de Información de Egipto o en el parlamento paquistaní, en lugar de un concilio, cuya misión fundamental es salvaguardar los derechos y libertades – principalmente la libertad de pensamiento y de expresión. el activista de los derechos humanos con sede en Ginebra profesor Elham Manea describe apropiadamente a la resolución como escandalosa, preguntando sarcásticamente si el concilio ha dejado algo de trabajo para la Autoridad Saudita en la Promoción de Virtud y Prevención del Vicio.

«Los países occidentales tienen el privilegio de tener constituciones que están en armonía con los estatutos internacionales de derechos humanos, incluyendo la Declaración Universal, la cual sostiene el máximo respeto por la libertad de expresión. Por lo tanto, no le prestaran atención a una resolución que niega el derecho básico de pensamiento, de expresión y de libertad de conciencia. En cuanto a los estados árabes e islámicos que impulsaron la resolución, estos están en su mayoría interesados en intimidar y chantajear al mundo occidental, mientras que ellos mismos siguen sin mostrar respeto por la diversidad religiosa en sus propios estados, tal como lo demuestra la diaria difamación contra todas las religiones – excepto el Islam – en esos estados.

«Las naciones islámicas y árabes son expertas en usar tácticas de intimidación para influir en el procedimiento y manipular las decisiones en el mundo civilizado. Uno de estos casos tuvo lugar en un período de sesiones del Comité de Derechos Humanos en junio del 2008. El Consejo estuvo examinando informes de los derechos humanos que tratan con tales cuestiones como la situación de la mujer en los estados musulmanes, las disposiciones del shari’a islámico en relación con las mujeres, la lapidación de los adúlteros, y los matrimonios infantiles. Durante el debate, el delegado egipcio interrumpió, diciendo: «La ley del shari’a no será objeto de debate, y el Islam no será crucificado en este consejo’. Sus palabras tuvieron el efecto deseado, ya que el presidente del consejo cedió y levantó la sesión. La ex Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU Louise Arbour comentó sobre el incidente diciendo: «Es muy preocupante que un consejo que debería ser el guardián de la libertad de expresión [señale] limitaciones o prohibiciones, o temas que se han convertido en tabú para la discusión'».

«Los estados árabes e islámicos [miembros del CDH] se esforzaron por proteger el régimen sudanés ofreciendo pocas y engañosas explicaciones por la situación en Darfur»

«A continuación se presentan algunos nuevos incidentes, señalados por el Instituto del Cairo, a comportamientos subversivos de delegados árabes y musulmanes [miembros del CDH] en el Consejo de Derechos Humanos en el 2008. En la mayoría de los casos, estos estados pretenden defender al Islam o proteger los derechos de los palestinos, pero los hechos indican que su verdadero objetivo era debilitar el legado internacional de derechos humanos que el consejo tiene como objetivo defender.

«- Egipto, respaldada por la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), se opuso firmemente a enviar un equipo de expertos para investigar más a fondo la situación de Darfur.

«- Los estados árabes e islámicos se esforzaron por proteger al régimen sudanés ofreciendo pocas y engañosas explicaciones por la situación en Darfur.

«- Realizaron esfuerzos similares para proteger el golpe de estado del régimen en Mauritania.

«- La mayoría de los estados árabes votaron en contra de la creación de un mecanismo de revisión periódica y completa, que permitiría a las organizaciones no gubernamentales y expertos independientes comentar sobre las prácticas de los derechos humanos en el país objeto de examen.

«- Los estados árabes e islámicos utilizaron el tema palestino para distraer al consejo de la deteriorada situación de los derechos humanos en sus propios estados. En el 2008, tres de los cinco períodos extraordinarios de sesiones para discutir temas críticos fueron dedicados a Palestina y, además, los países árabes e islámicos lograron dedicar una sesión de audiencia sobre la causa palestina en cada reunión del consejo.

«- Los estados árabes e islámicos fueron hostiles a las ONGs (organizaciones no gubernamentales) e hicieron todo lo posible para marginar su papel dentro y fuera del consejo.

«En total, los estados árabes e islámicos llevaron a cabo una agenda negativa en lo que respecta a los derechos humanos, ya sea dentro del seno del Consejo o en diversos foros internacionales. Impidieron en lugar de ayudar, justificaron las violaciones en lugar de lamentarlas, y trataron de exportar sus valores regresivos en lugar de interactuar positivamente con los valores del resto del mundo.

«Desafortunadamente, los estados islámicos se basan en un ‘bloque de votantes’, que posee más semejanza con el modus operandi de las bandas ilegales que la de las naciones respetables. Por ejemplo, el primer artículo de la carta constitucional de la OCI establece el concepto del ‘voto unificado’, mientras que los estados musulmanes deben presentar un frente unificado y votar juntos como un bloque. Este principio está basado en una interpretación de un dicho en árabe, «Celebra la causa de tu hermano musulmán así sea él opresor u oprimido». Dado que grupos de países árabes e islámicos, poseen 26 de los 53 escaños en el Consejo de Derechos Humanos… estos tienen mucha influencia y pueden dirigir al consejo en la dirección deseada.

«Si Suiza, que permite la construcción de mezquitas y la libre practica de culto de todas las religiones, es etiquetada racista y anti-islámica, estaremos en dificultad de encontrar una denominación adecuada para la actitud de los estados islámicos hacia otras religiones»

«El enfoque fanático y despectivo de los estados árabes e islámicos emite su sombra no sólo en el Consejo de Derechos Humanos, sino en varias otras organizaciones internacionales y foros también. Sin embargo, mucho más peligrosa es su capacidad de agitar a las comunidades musulmanas en Europa e incitarlas al odio y la violencia.

«El Ministro del Exterior egipcio Ahmad Abu Al-Gheit desempeñó un papel bien conocido en acentuar la crisis de las caricaturas danesas, y Siria utilizó el incidente para impulsar la plebe en atacar a las embajadas extranjeras en Siria y el Líbano como un mensaje de advertencia a los estados occidentales. Este comportamiento histérico recientemente alcanzó un nuevo nivel de absurdez cuando la Liga Musulmana de Suiza organizó una manifestación en Ginebra, el 19 de abril, 2009, para protestar contra el racismo suizo! Si Suiza, que permite la construcción de mezquitas y la libre practica de todas las religiones, está siendo etiquetada como un país racista que discrimina en contra del Islam, será difícil encontrar una denominación adecuada para la actitud de los estados islámicos hacia otras religiones.

«Los estados árabes e islámicos usan una estrategia de ofuscación y chantaje para impedir que el resto del mundo discuta los desenfrenados problemas en los estados islámicos, tales como la violencia contra la mujer, la falta de libertad religiosa, la distribución de textos religiosos que promueven la violencia, el odio y la percepción de los no musulmanes como infieles, la discriminación contra las minorías no musulmanas, la intimidación de los intelectuales a través de amenazas de encarcelamiento, el asesinato y la confiscación de bienes, actos de violencia contra los no musulmanes, el uso de castigos prohibidos internacionalmente dictada por el shari’a; los matrimonios infantiles, la violación de menores y el acoso de las mujeres no musulmanas, la integración de la religión y el estado de forma que refuerce una cultura de opresión; violaciones de los derechos humanos bajo pretextos religiosos, la justificación de actos terroristas cometidos por los movimientos islamistas; y la presentación del jihad como un concepto sagrado islámico que debe estar por encima de la crítica. (Téngase en cuenta que todavía no hemos visto un solo fatwa en contra de Bin Laden).

«Para concluir, quisiera reiterar una observación del Instituto de Estudios de Derechos Humanos del Cairo respecto a las acciones de los estados árabes e islámicos en el Consejo de Derechos Humanos: ‘Los estados árabes están agrupados en bloques regionales políticos dentro de la Comisión de Derechos Humanos. Son más activos e influyentes, y también están más decididos a manipular las resoluciones del Consejo con el fin de proteger a sus propios gobiernos y a los gobiernos de sus aliados de las críticas. Los estados miembros del grupo de la OCI y el grupo árabe son los más vociferantes dentro de la bloques de África y Asia, y tienen la ventaja de ocupar 26 del total de 53 escaños’.

«Cuando se despertará el mundo al peligro que les espera al legado de los derechos humanos internacionales y a las constituciones de derechos humanos?»


[1] Magdi Khalil es director ejecutivo del Foro Libertad para el Medio Oriente, y editor ejecutivo del semanario copto egipcio Watani Internacional. Un columnista asociado a varios diarios en idioma árabe, también ha escrito y co-escrito 20 libros y numerosos artículos sobre los temas del Medio Oriente, las relaciones árabe-occidentales, el extremismo islámico y la situación de las minorías no musulmanas en los Estados islámicos. También es un destacado comentarista político en una serie de canales por satélite árabes.

[2] http://www.elaph.com/Web/ElaphWriter/2009/5/435596.htm.