Tras informes de que un riñón de un cerdo modificado genéticamente fue adherido con éxito al cuerpo de un paciente en los Estados Unidos,[1] las autoridades religiosas en Egipto debatieron si el islam permite realizar trasplantes de órganos de cerdo a humanos. El Centro Global del Fatua Al-Azhar se apresuró a emitir un fatua (dictamen religioso) en el que indica que el islam ordena salvaguardar la vida y la salud humana, pero que «el sharia prohíbe el tratamiento médico utilizando elementos impuros y dañinos». El fatua agregó que «el tratamiento con órganos de cerdo, por ejemplo, el trasplante de un riñón de cerdo a un ser humano, está prohibido por el sharia, excepto en casos esenciales o de necesidad urgente. En esos casos, está permitido pero con dos condiciones: primero, que no exista otra alternativa pura y segundo, que el daño causado por el trasplante sea menor que el daño causado evitando se realice el trasplante del órgano».[2] Dar Al-Ifta, el organismo oficial de emisión de fatuas en Egipto, también declaró que los trasplantes de órganos de cerdo están permitidos si no existe ninguna otra alternativa al respecto, ya que la santidad de la vida es uno de los principios fundamentales del sharia.[3]
Otros clérigos egipcios también expresaron opiniones similares.[4]
Otros clérigos no estuvieron de acuerdo. Por ejemplo, el Dr. Ahmad Karima, profesor de derecho islámico y de jurisprudencia comparada en la Universidad Al-Azhar, dijo que está prohibido trasplantar un órgano de cerdo a un ser humano y se preguntó el por qué no existen centros de investigación islámicos que realicen investigaciones compatibles con la ley islámica.[5] ‘Atiyya Lashin, miembro del Comité Central del Fatua en Al-Azhar, también dijo que tales trasplantes son incompatibles con el sharia y son esencialmente considerados como pecado.[6]
Respondiendo a este debate, el periodista y médico liberal egipcio Dr. Khaled Al-Montaser se manifestó en contra de la contundente intervención de las instituciones religiosas en Egipto sobre este tema médico-científico, afirmando que la religión y la ciencia aplican criterios diferentes. La participación de los clérigos en los temas médicos no solo es inútil sino que complica las cosas, dijo Al-Montaser. Este le pidió a los árabes y musulmanes que aprendieran de Europa, que experimentó estas mismas luchas hace mucho tiempo y finalmente las resolvió separando religión de la ciencia y evitando que los clérigos se entrometieran en las investigaciones médicas. En otro artículo que este publicó un día después, Al-Montaser escribió que la ciencia busca salvar a la humanidad y «superar el miedo crónico del hombre al cambio y a la innovación».
Lo siguiente son extractos traducidos de los artículos de Montaser.
«Recientemente vi un programa sobre el trasplante de un riñón de un cerdo modificado genéticamente a una mujer que padecía muerte cerebral en los Estados Unidos, un caso que preocupó a la comunidad médica esta semana e hizo los titulares en las noticias y en los diarios. Esperando ver a médicos y expertos entrevistados en el programa, me sorprendió ver que dos de los invitados eran jeques pertenecientes a Al-Azhar. Jeques discutiendo un tema médico tan complicado, es decir, el trasplante de un órgano extraño que había sido modificado genéticamente para eliminar una molécula de azúcar llamada alfa-gal de la superficie de las células que pudiera provocar el rechazo del riñón trasplantado, y el control de los niveles de creatinina del paciente durante 54 horas. Estos sutiles detalles médicos… requieren proveerle a los espectadores con una excelente explicación científica, pero en cambio solo se encontraban en el lugar dos jeques. Uno de ellos dijo que el islam prohíbe el uso de órganos de cerdo para cualquier propósito médico. Para ser justos, permítanme decir que, independientemente de este programa, se ha vuelto lugar común que la gente solicite un fatua sobre cada pequeño detalle, desde entrar al baño hasta los detalles de sus relaciones más íntimas. Cuando se trata del tema medico en particular, encontramos para nuestro asombro que todos nuestros temas médicos son objeto de fatuas, aunque no entiendo cómo los dos bandos están conectados.
«Cuando uno pide por un fatua sobre un tema médico, uno es como alguien que intenta medir el largo de un vestido en kilogramos. Estas son medidas diferentes. Hacer esta distinción no significa que la ciencia sea mejor que la religión. Pero sus criterios son totalmente diferentes: la ciencia aplica el criterio del escepticismo, mientras que la religión se ocupa de las certezas.
«Esta práctica de buscar fatuas médicos nos ha perjudicado en el pasado. En lo que respecta a la mutilación genital femenina (MGF), nos sorprendió cuando un ex-jeque de Al-Azhar emitió un fatua que complicó el asunto al afirmar que la MGF debería ser realizada.[7] Si le hubiésemos prestado atención a su fatua, no hubiésemos aprobado la importante ley que criminaliza esta práctica brutal. También se encuentra el tema de la cirugía de reasignación de sexos que algunos clérigos han prohibido,[8] un doloroso problema psicológico… Estos pacientes transgénero son víctimas de una rigidez religiosa que los trata como si fueran una verdadera maldición. Muchos de ellos se suicidan en un intento por resolver el conflicto y escapan de la situación en la que todas las puertas se les cierran frente a ellos.
«Los intentos por aprobar una ley de trasplante de órganos en Egipto fueron detenidos hace más de 25 años y luego, después de que la ley fue finalmente aprobada en el año 2010, su implementación fue retrasada otra década debido a un fatua que declaró que el cuerpo le pertenece a Alá y por ende, que la donación póstuma de órganos está totalmente prohibida.[9] Todos recordamos que, cuando aparecieron los primeros tratamientos de fertilización in vitro (FIV), hubo muchas objeciones religiosas, hasta que la realidad se impuso a sí misma.
Europa pasó por estas luchas antes que nosotros y las resolvió hace cientos de años separando la esfera científica de la religiosa y evitando que los clérigos se inmiscuyan en las investigaciones científicas. Europa sufrió por la intromisión de los clérigos en la medicina. Hubo objeción al estudio de anatomía, así como también a la vacuna contra la viruela, e incluso a la administración de analgésicos durante el parto, porque la Biblia dice ‘Con mucho dolor darás a luz a tus hijos’, etc.
«Fue una lucha larga y amarga, pero estos lograron terminarla con una victoria a favor de la ciencia. Pero nosotros los árabes todavía estamos atrapados en el mismo laberinto y seguimos regresando al principio yendo a los mismos fatuas e ideas, como si estuviésemos atrapados sin fin en una rueda que extrae agua de un pozo y la vierte sobre el mismo pozo. ¿Cuándo se decidirá la lucha? Alá sabe».[10]
En un artículo publicado al día siguiente en el diario Al-Ahram, Montaser escribió lo siguiente: «Evitar el consumo de carne de cerdo es un tema religioso. ¿Pero la antipatía hacia el cerdo como animal es un tema religioso? El tema de trasplantar un riñón de cerdo a un paciente como tratamiento para la insuficiencia renal desató estupor y feroces ataques en Egipto, en donde la gente demostró un grado alarmante de desprecio y agresión hacia este pobre animal, ¡como si este fuese el motivo de todos los desastres del mundo!
«Cualquier informe médico acerca del tema de la contribución beneficiosa que aporta el cerdo a la humanidad todavía molesta y repugna a los egipcios. Por esa razón debemos comprender este experimento médico revolucionario que abrirá nuevos horizontes en el trasplante de órganos y comprender el importante papel de este animal en la salvación de la humanidad…
«La ciencia trata de lanzarle un salvavidas a la raza humana. Esta procede sin prestarle ningún tipo de atención a los pronunciamientos que realizan los amarillentos libros o los de las más rígidas tradiciones, buscando superar el miedo crónico del hombre al cambio y a la innovación. Su filosofía es cuestionar e indagar, en lugar de ofrecer certezas y un aprendizaje memorizado».[11]
[1] Véase nytimes.com, 21 de octubre, 2021.
[2] Facebook.com/fatwacenter, 25 de octubre, 2021.
[3] Facebook.com/EgyptDarAlifta, 1 de octubre, 2021.
[4] La Dra. Amna Nasir, profesora en la Universidad Al-Azhar, dijo que Alá prohíbe comer carne de cerdo pero no prohíbe utilizar los órganos del cerdo y por ende, este tipo de trasplantes está permitido si los médicos lo declaran necesario y su beneficio es mayor que el daño causado. El Dr. ‘Abdullah Al-Najjar, miembro de la Academia de investigación islámica Al-Azhar, también afirmó que dicho trasplante está permitido si no existe otra alternativa. Al-Watan (Egipto), 25 de octubre, 2021.
[5] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 28 de octubre, 2021.
[6] Raialyoum.com, 25 de octubre, 2021.
[7] La ??referencia es a un fatua dictado por el jeque Jad Al-Haqq ‘Ali Jad Al-Haqq, quien se desempeñó como jeque de Al-Azhar entre los años de 1982-1988. Véase facebook.com/Alsha3bany, 7 de febrero, 2014.
[8] El ex-muftí egipcio ‘Ali Gum’a, por ejemplo, dictaminó que el sharia prohíbe la cirugía para reasignar el sexo. Al-Yawm Al-Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 15 de marzo, 2019.
[9] El fatua fue emitido por Muhammad Metwalli Al-Sha’rawi, quien fue ministro de dotaciones religiosas de Egipto entre los años 1976-1978 y presentó un popular programa de televisión sobre el islam. Este decidió que los trasplantes de órganos están prohibidos. Véase Al-Watan (Egipto), 26 de octubre, 2021.
[10] Al-Watan (Egipto), 26 de octubre, 2021.
[11] Al-Ahram (Egipto), 27 de octubre, 2021.