El 19 de abril del 2007, Sidi Ould Sheikh ‘Abdallahi fue jurado como el primer presidente de Mauritania elegido en elecciones democráticas libres y justas. Mientras que a la ceremonia asistieron muchos jefes de estado de los países africanos sub saharianos, ningún jefe de estado árabe asistió al evento (el país de la Liga Árabe con la mayor representación en la ceremonia fue Marruecos que envió a su primer ministro). Este hecho fue comentado en la prensa mauritana y por los liberales árabes en el Medio Oriente, que lo interpretaron como una señal del temor de los líderes autocráticos a la democracia. En contraste, los demócratas árabes alabaron los planes mauritanos, diciendo que era la primera vez que un país árabe había depuesto, totalmente bajo su propia voluntad, a un dictador e instalado una verdadera democracia.

El entusiasmo de los liberales árabes sólo fue compartido en parte por sus colegas de Mauritania. Mientras la mayoría le dio la bienvenida a las elecciones y reconoció la legitimidad de sus resultados, muchos opinaron que el nuevo gobierno es en esencia sólo un re acomodamiento de poder dentro de la elite árabe berebere del país, dejando al haratin – la anterior categoría de esclavos de habla árabe [1] – y otras etnias africanas negras en los bandos políticos.

Lo siguiente son algunos puntos de vista en la nueva democracia en Mauritania de la prensa mauritana y árabe: [2]

Diario mauritano Nouakchott Info: Mauritania ha «despertado la ansiedad entre ciertos regímenes árabe totalitarios»

Bakari Gueye, escribiendo en el diario mauritano Nouakchott Info el 20 de abril del 2007 el día después de la inauguración del periodo presidencial de Sidi Ould Sheikh ‘Abdallahi, notó que los jefes de estado árabes habían decidido omitir la ceremonia: «El proceso [democrático] [en Mauritania], que fue seguido de cerca por la comunidad internacional, despertó la admiración de todos, y ahora hablan del ‘ejemplo de Mauritania’. Con su nuevo estatus, que no es para todos los gustos, Mauritania ha hecho olas, quizás despertando la ansiedad entre ciertos regímenes árabes totalitarios, que podrían mirar muy fríamente el establecimiento de un régimen democrático [en Mauritania]…

«El reciente arranque del coronel Qaddafi… traduce bien el malestar que se ha colocado entre los líderes árabes». (Esto fue una referencia al empequeñecimiento público de Qaddafi a la democracia mauritana, que él llamó «una farsa y un chiste», produciendo una enfadada respuesta del gobierno interino de Mauritania. [3] ) «De hecho, el presidente libio – que a pesar de todo envió a su representante personal [a la inauguración] – se atrevió a decir fuerte lo que todos los autócratas árabes están pensando…»

Gueye luego denota los varios niveles de representación enviados por los países de África del Norte, y continúa: «En cuanto a los otros países árabes, brillaron por su ausencia – una fuerte ausencia con significado». Contrastando esto con la presencia de encabezados de estado africanos, él concluye que Mauritania ha consagrado demasiado esfuerzo diplomático al mundo árabe, en detrimento de su identidad como estado africano. [4]

Los jefes de estado árabes no vinieron a la inauguración porque le «temían a la contagiosa democracia mauritana

La explicación de Gueye por la ausencia de los jefes de estado árabes se hizo eco en el periodista egipcio Suleiman Gouda, quien escribió en el diario independiente Al-Masri Al-Yawm: «El nuevo Presidente de Mauritania Sidi Ould Sheikh ‘Abdallahi tomó anteayer el juramento constitucional… Esta es la primera vez que un jefe de estado árabe se ha comprometido, bajo juramento, a defender la democracia por el tiempo de su periodo, y no manipular la constitución para prolongar su estadía en el poder. Esta es también la primera vez en 50 años que el mundo árabe ha visto a un jefe de estado civil llegar al poder a través de una transición pacífica, verdaderas elecciones, y debates entre candidatos, a la manera europea.

«Lo que es verdaderamente entristecedor es la ausencia de todos los jefes de estado árabes en la ceremonia de inauguración del nuevo presidente, la cual fue asistida por siete jefes de estado africanos, representantes de 20 países, y las organizaciones regionales e internacionales, y representantes de Asia y Europa…

«La ausencia de los jefes de estado árabes deja mucho espacio para sorpresas y es inmensamente asombroso. Los medios de comunicación árabes ignorando el pionero experimento mauritano despierta dudas… Mauritania es, en la actualidad, el único estado árabe cuya constitución define un período específico para el [periodo] del presidente… y es el único estado árabe en que el Coronel Mohamed Ould Vall llegó al poder y luego lo dejó voluntariamente, bajo su propia voluntado, y decidió celebrar elecciones justas y transparentes a través del cual los asuntos de estado son transferidos de los militares a los civiles, de una manera pacífica, por primera vez en alguno de los estados árabes, desde un confín [del mundo árabe] al otro, con la excepción de Sawar Al-Dhahab en Sudán.

«Fue esta la razón por el cual los jefes de estado árabes estuvieron ausentes [de la inauguración]? Habría causado su presencia una gran pena? ¿Habría sido su presencia a la ceremonia de inauguración – qué fue presentado por las estaciones de televisión internacionales, pero ignoradas por las estaciones árabes – indicado a sus pueblos que una transición pacífica de poder es posible, y que las elecciones que expresan la voluntad del pueblo son algo de lo qué nosotros somos capaces? [Habría esta indicado] que la denuncia de nuestros pueblos no está todavía madura para las verdaderas prácticas democráticas es una denuncia vacía y falsa? Ellos siempre nos dijeron: ‘No nos comparen con Inglaterra, Francia, y América. Éstos son países avanzados, y su experiencia con la democracia es profunda y firmemente establecida’. ¿Qué dirán ellos si uno de nosotros va y compara lo qué está sucediendo [en nuestros países] con lo qué está sucediendo en Mauritania?

«Al-Jazeera Tv le preguntó a Mohamed Fall Ould Oumeir, jefe de redacción del diario mauritano La Tribune, en cómo él y sus compatriotas explican la ausencia de todos los jefes de estado árabes de la ceremonia… Él dijo que [los mauritanos] no pueden encontrar ninguna explicación razonable o lógica de esto, pero que al parecer los jefes de estado árabes temían – tal como él lo puso – a la contagiosa democracia de Mauritania… » [5]

«Mauritania y su hermosa experiencia democrática es el mayor destello de esperanza… en la negra oscuridad árabe»

Antes, durante las elecciones presidenciales mismas, los liberales a través de África del Norte y del Medio Oriente hubieran alabado la experiencia mauritana y evaluado sus implicaciones para el resto del mundo árabe.

El saudita liberal Hussein Shabakshi, en un artículo del 15 de marzo en el diario Al-Sharq Al-Awsat, escribió que Mauritania estaba haciendo surgir expectativas a lo largo del mundo árabe y demostrando que la democracia es posible:

«… La experiencia mauritana refuta poderosamente la demanda de que las sociedades árabes no están preparadas ni están listas para la democracia, ya que aquí tenemos a la sociedad mauritana, hombres y mujeres, participando por igual como candidatos y votantes en esta experiencia, en una sociedad con una delicada mezcla de africanos y árabes, pero con lo mejor del país que permanece siendo la consideración decisiva.

«Mauritania y su hermosa experiencia democrática es el mayor destello de esperanza y una vela que ilumina en la negra oscuridad árabe… Muchos países [árabes] precedieron a Mauritania en el camino a la reforma política, y tienen mucha experiencia en las acciones parlamentarias e igualmente en la libertad de prensa y en la libertad de opinión (aunque de una manera relativa); pero todo esto no inspiró, en estos países árabes, un grado de fe en los regimenes políticos… debido a que la experiencia, en la mayoría de los casos… estuvo limitada y no alcanzó a que se completara, un hecho que convenció a observadores de que estas experiencias eran, en realidad, limitadas, y para propósitos específicos.

«Los mauritanos experimentan aumentos en el nivel de expectativas y las perspectivas de lo que es posible y lo que no es posible, y dejan los experimentos que les precedieron muy atrás de ellos…» [6]

Al siguiente día en Al-Sharq Al-Awsat, Sayyed Wild Abah, en un artículo titulado «Primavera Democrática en Mauritania», escribió que la experiencia de Mauritania es comparada favorablemente no sólo con el mundo árabe, sino también con la de otros estados africanos. Él atribuyó esto al énfasis en la edificación de un consenso durante el período de transición, y al hecho que el gobierno militar interno había mantenido su neutralidad a lo largo de la transición. [7]

El redactor Mustapha Hammouche, escribiendo en la edición del 12 de marzo del diario liberal argelino Liberte, también alabó al concejo militar interino gobernante (CMJD, Conseil militaire pour la justice et la democratie): «En verdad, tomó un deseo verdadero para la emancipación política nacional por parte del CMJD para que un proceso de transición democrática auténtica y creíble tenga éxito en tal corto tiempo, en un país que siempre había ‘reelegido’ sus autócratas.

«El hecho que los miembros del CMJD emprendieron el no tomar parte en ninguna competencia electoral [e.d. parlamentaria o presidencial], [para garantizar] la libertad en proponer la candidatura, e introducir medidas anti-fraudes… alentó la participación popular y descorazonó, en la administración, la eventual tentación de estafar.

«Nadie puede predecir [con certeza] que el presidente que surja de esta hermosa aventura se mantendrá en el curso de la democracia, pero [Ely Mohamed Ould] Vall y sus compañeros habrán demostrado que, cuando un gobierno militar sinceramente lo desea, una transición democrática es posible en el Sur». [8]

Editorial en Nouakchott Info: «El tan esperado repunte político no tuvo lugar en realidad»

En la propia Mauritania, la presentación de la democracia fue bienvenida, pero algunos expresaron desilusión de que el paisaje político no cambió más de lo que este hizo. En particular, muchos observaron que las elecciones no habían alterado significativamente el equilibrio de poder entre las elites árabes beréberes por una parte, y los anteriores esclavos negros y sus descendientes (conocidos como haratin, sing: hartani) y los grupos africanos negros por el otro. El nuevo presidente, Sidi Ould Sheikh ‘Abdallahi, reconoció la salida de este asunto cuando, en su discurso inaugural, señaló como el primer elemento en su programa de reforma «la consolidación de la unidad nacional para lograr la armonía entre los elementos constituyentes de nuestro pueblo, anular las consecuencias negativas heredadas del pasado, y traerle a todo los mauritanos… amplias posibilidades para la participación en la edificación de su país…» [9]

Mohamed Ould Ahmed Elkoury, escribiendo en un editorial en primera página en Nouakchott Info el 17 de abril, estaba menos convencido de que esto iba a ser el caso. Él escribió que la transición al principio había inspirado esperanza: «… La rapidez de acción y el realismo del [CMJD], el acuerdo general nacional que surgió de días de consulta con los partidos políticos y la sociedad civil, y la actitud del más o menos esperar y ver de la comunidad internacional todos dieron espacio para el optimismo…»

Pero Elkoury reprochó al CMJD por decidir permitirles a los candidatos independientes participar fuera de las estructuras del partido. A su manera de ver, esto abrió la puerta a la clase de tratos tras bastidores que permitieron que la raza fuese un factor firme en las elecciones: «No obstante, y contrario a las expectativas, una alquimia secreta preparada entre los militares [e.d. el CMJD] llegó… e hizo sonar la doble muerte de la neutralidad de los militares, que ellos habían declarado desde cada azotea.

«La puerta se abrió entonces de par en par a los independientes, al mayor detrimento de los partidos políticos bien estructurados… En esta fase de la evolución de los mauritanos en la escena política, [uno habría tenido que ser] bastante inteligente para imaginar las futuras repercusiones de esta opción para todo el proceso de transición democrático. En esencia, nadie pensó por un solo momento que los independientes iban deliberada y descaradamente a aprovéchese de lo que mayormente divide al país, y todavía permanece en nuestros días una deficiencia en el camino al progreso económico y social – a saber, el camino del regionalismo y el tribalismo…

«El nuevo mapa político en Mauritania tomó forma bastante naturalmente en función de estas alianzas ocultas, algo que es inoportuno y anacrónico en el alba del siglo 21 – pero notablemente eficaz.

«El pueblo de Mauritania aceptó estoicamente las nuevas reglas del juego… aun cuando se merecían un escenario mucho más en línea con los ideales de justicia y democracia…»

Elkoury mantiene como ejemplo el nacionalismo de Mauritania que acompañó la independencia a comienzos de los años 60s: «Es esta Mauritania… donde la transición democrática del CMJD debería de haberse llevado hacia adelante, en lugar de actuar imprudentemente sobre la historia y los mitos de la colectividad inconsciente del pueblo de las grandes extensiones arenosas [e.d. de la elite árabe beréber].

«De cualquier manera que se mire, los mauritanos escogieron con el voto, libre y transparentemente. Pero el tan esperado repunte político no tuvo lugar en realidad…» [10]

El activista de color Abou Hamidou Sy: «Hoy, al final de esta transición sin ruptura, todo indica que los viejos demonios regresarán

El portal del FLAM (Fuerzas de Liberación Africanas de Mauritania), un movimiento fundado en 1983 para luchar por la igualdad racial, fue aun más pesimista. En un articulo del 23 de marzo titulado «La Transición se Quedo Corta», Abou Hamidou Sy, periodista del FLAM y activista que vive en el extranjero, escribió:

«Después de la caída de Bagdad en abril del 2003, Paul Bremer… tomó una serie de medidas, la más espectacular de las cuales fue el desmantelamiento del ejército iraquí y la prohibición del partido Ba’th. Mientras que estas medidas despertaron mucha controversia para el momento, no obstante fueron justificables: [el objetivo fue] el anticipar cualquier regresión. Fueron estos tipos de precauciones que el CMJD no quiso emprender, y hoy, al final de esta transición sin ruptura, todo indica que los viejos demonios regresarán.

«Por supuesto que no hubo necesidad de ser tan radicales y estropear todas nuestras instituciones. Pero la gangrena debió haberse extirpado, a saber: el chauvinismo árabe de los Ba’thistas y elementos nasseristas que han infiltrado todos los niveles del estado…

«Cuando Ely [Mohamed Ould Vall] dice que no habrá ninguna caza de brujas… y propone las candidaturas independientes para los barones del antiguo régimen, esto dice mucho sobre sus intenciones… Lo qué está sucediendo [en Mauritania] no es democracia ni su ‘prima’. No es nada más que una evolución de los mecanismos de distribución de poder entre las tribus árabe beréberes. Nosotros hemos ido del golpe de estado… a las alianzas tribales con un ungüento democrático, como para no alienar a la comunidad internacional…» [11]

* Daniel Lav es Director del Proyecto de Reforma en MEMRI.


[1] Muchos desafiarían la caracterización del haratin como una anterior y no actual, categoría de esclavo. La pagina principal de un grupo llamado S.O.S. Esclaves Mauritanie, un grupo activista que lucha contra la esclavitud, señala que la esclavitud ha sido abolida en Mauritania tres veces, pero nunca ha habido un intento por implementar estos decretos o castigar a aquéllos que lo violan (http://www.sosesclaves.org ) Véase también el informe de Amnistía Internacional «Mauritania: Un Futuro Libre de Esclavitud? «7 de noviembre del 2002, y el portal de la Asociación des haratine de Mauritanie en Europa: www.haratine.com.

[2] Véase también MEMRI Despacho Especial No. 1304, «Presidente Mauritano Ely Ould Mohamed Vall sobre la Reforma en Su País: ‘Era Necesario Romper… la Lógica del Mandato de Por Vida,'» 4 de octubre del 2006, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP130406

[3] www.elaph.com, 10 de marzo 2007.

[4] Nouakchott Info (edición francesa) (Mauritania), 20 de abril, 2007.

[5] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 21 de abril, 2007.

[6] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 15 de marzo, 2007.

[7] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de marzo, 2007.

[8] Liberte (Argelia), 12 de marzo, 2007.

[9] Nouakchott Info (edición francesa) (Mauritania), 20 de abril, 2007.

[10] Nouakchott Info (edición francesa) (Mauritania), 17 de abril, 2007.

[11] http://www.webzinemaker.com/admi/m1/page.php3?num_web=27374&rubr=4&id=325003, 23 de marzo, 2007.