Introducción
La banca islámica está basada en la ley islámica y los principios conocidos como sharia, un sistema de normas derivadas de los principios islámicos y de la jurisprudencia dictada por una moderna y a veces antigua interpretación del Corán. Esta es equivalente a la banca convencional, salvo que el inversor se ve recompensado a través de una participación en el beneficio en lugar del pago de intereses o de la riba (usura), lo cual está prohibido por el sharia. La banca islámica prohíbe la inversión, o los préstamos a las empresas que hacen negocios o comercian carne de cerdo, alcohol, el juego, la pornografía y una amplia gama de actividades de entretenimiento. Por otra parte, las finanzas islámicas no incluyen existencias, las inversiones en bienes raíces, los seguros, los canjes de divisas, los sukouk (bonos islámicos basados en la distribución de beneficios en lugar del pago de intereses) y el murabaha (una transacción comercial, cuando un banco vende un producto específico a un precio más los beneficios específicos acordados de antemano). Hay también otros vehículos financieros, tales como el wadi’a y el mudharabah, los cuales fueron examinados en un informe anterior de MEMRI. [1]
Algunos banqueros musulmanes mantienen que los principios económicos islámicos van más allá de la estricta cuestión de la riba en ámbitos más amplios. Ellos argumentan que estos principios son aplicables a todos los aspectos de la actividad económica, y la «guía de la relación del individuo con su Creador (Alá) con respecto a su riqueza, así como también su relación con la sociedad, con sus socios, y con sus herederos legales y sus relaciones en general con ellos». Los banqueros musulmanes argumentan además que «el Islam ha establecido los principios generales para todos los aspectos de la actividad económica, grandes o pequeños, los cuales son aplicables a todas las situaciones en todo momento». [2]
El sistema islámico no permite la creación de la deuda a través de préstamos directos y el pedir prestado, sino que requiere la creación de la deuda mediante la venta o el arrendamiento de bienes e inmuebles. Enumerando los regímenes de reglamentación en el sistema islámico, un economista de Arabia Saudita, y ganador del Premio Internacional Rey Faisal de Estudios Islámicos, ofrece esta explicación: «El activo que está siendo vendido o arrendado debe ser real, y no imaginario o ficticio; el vendedor deben poseer y tener los bienes vendidos o arrendados, la transacción debe ser genuina con la plena intención de dar y recibir la entrega, y la deuda no puede ser vendida y por lo tanto el riesgo asociado con esta no puede ser transferida a otra persona». [3]
Este documento afirman que: a) la banca islámica es relativamente pequeña para los activos estándares globales de los activos bancarios, y que b) existe una cantidad considerable de decepción en muchas de las prácticas de los bancos islámicos, tales como afirma un número de críticos árabes y musulmanes.
La banca islámica en un contexto global
La banca islámica se ha expandido a un ritmo considerable desde el inicio de la primera institución de la banca islámica en Malasia hace tres décadas, y ya no está limitada a los bancos de propiedad u operados por musulmanes. Un número de bancos multinacionales, particularmente en el continente europeo, han abierto sus propias oficinas o ventanas dedicadas a la práctica de la banca islámica. Según un estudio realizado en el año 2005 por el Fondo Monetario Internacional, el número de instituciones islámicas subió de 75 en 1975 a más de 300 en el 2005, en más de 75 países. Al momento del estudio, el total de activos en todo el mundo fue estimado en $ 250 billones, y creciendo en aproximadamente 15 por ciento anual. [4] En el 2008, antes del advenimiento de la crisis financiera mundial, los 100 mayores bancos islámicos, clasificados por activos, tenían aproximadamente 520 billones de dólares en activos, el 90,8 por ciento de los cuales era propiedad de los países del Golfo con los bancos islámicos de Arabia Saudita controlando un 49,5 por ciento, los Emiratos Árabes Unidos alrededor del 20 por ciento, 17,4 por ciento de Kuwait y Bahrein el 11 por ciento. [5] Omán es una excepción, siendo el único miembro del Consejo de Cooperación del Golfo, que no permite el establecimiento de bancos islámicos en su territorio. El gobernador del banco central de Omán explicó diciendo que no hay diferencia entre los bancos islámicos del país y los bancos convencionales. [6]
Cuando se contrasta con los 50 principales bancos del mundo, el total de activos de los bancos islámicos no son muy significativos. Medidos por su hoja de balance de diciembre del 2008, los activos de los 10 principales bancos en la lista del Almanaque de Banqueros varió de 3.483 billones de dólares para el Grupo Royal Bank of Scotland Plc (el cual es el número uno de la lista) a $ 1.456 billones para UniCredit, Milán (que es el número 10 en la lista). En conjunto, los 100 mayores bancos islámicos tienen activos equivalentes a los del banco no. 48 en la lista del Almanaque de Banqueros de Diciembre del 2008, a saber, el National Australia Bank Ltd., con activos de 512 billones de dólares. [7] En la segunda mitad del 2009, los activos totales de los 25 principales bancos islámicos en el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se situaron en 218,76 billones de dólares. [8] Estos datos indican claramente que ni un solo banco islámico es probable que sea incluido en la lista mundial de los 50 principales bancos comerciales en un futuro previsible. Por supuesto, los bancos centrales en la mayoría de los países islámicos, los cuales son bancos convencionales, presentan un panorama diferente. Por ejemplo, el banco central de Arabia Saudita, la Autoridad Monetaria de Arabia Saudita, sería clasificado con una alta puntuación en una escala global.
Cabe señalar que todas las cifras sobre el tamaño y el crecimiento de la banca islámica deben ser tratadas con cierto grado de cautela. Tal como declaró Mahmoud Al-Jamal, profesor de economía islámica en la Universidad Rice (Texas), ninguna autoridad oficial es capaz de proporcionarle al Fondo Monetario Internacional, con datos fidedignos sobre los productos financieros y de inversión de los bancos islámicos. Tal como él dice, no existen «estadísticas claras sobre las actividades de los bancos islámicos, su número y sus filiales». [9]
Crítica a la banca islámica – humo financiero y espejos
Las instituciones económicas islámicas afirman operar sobre la base de «cero interés». Sin embargo, los críticos de la banca islámica argumentan que la práctica fundamental de la percepción del interés (por ejemplo, cobrando una prima sobre el importe principal del préstamo, por el valor tiempo del dinero prestado) no es verdaderamente eliminado en la banca islámica, sino que es simplemente re-etiquetado y encubierto utilizando diversas artimañas legales. El Financial Times, basándose en el libro La Banca Islámica – Una Decepción de $ 300 Billones por el ex asesor de la banca islámica, Mohammad Salim, [10] se refiere a estas prácticas como «espejos y humo financiero». [11] árabes y musulmanes críticos han comparado a «contractum trinius», un método ideado por los banqueros europeos en la Edad Media para eludir las leyes de la iglesia contra el cobro de intereses sobre el dinero prestado. [12]
En un artículo en el diario kuwaití Al-Qabas, titulado «La Decepción de la No-Usura», el banquero kuwaiti, Ahmad Al-Sarraf sostiene que negociar con los bancos convencionales es menos costoso que lidiar con los bancos islámicos. Fundada sobre los principios y prácticas desarrolladas durante siglos, los bancos convencionales conocen su camino, mientras que los bancos islámicos todavía tienen que encontrar su rumbo, en la ausencia de tradiciones para guiar sus actividades. Citando al clérigo fundamentalista Profesor Hamid Al-Ali, profesor de cultura islámica en una universidad en Kuwait, Al-Sarraf explica que los bancos islámicos disfrazan la usura mediante la invención de documentos que aparecen en la superficie como documentos de ventas, pero que en realidad son préstamos con intereses. Por lo tanto, cualquier persona que distinga entre bancos tradicionales e islámicos es un ignorante, dice. Al-Sarraf, añade que la mayoría de los bancos islámicos están guiados por clérigos bien pagados que son empleados por el banco y emiten resoluciones de acuerdo a las necesidades del banco. Todo el corpus de la documentación creado por estos bancos islámicos, Al-Sarraf, concluye, está en violación a las normas del sharia y es de por sí engañoso. [13]
Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www2.memri.org/bin/latestnews.cgi?ID=IA55209
* El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior (emérito) en MEMRI.
[1] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 297, «La Banca Islámica – Una Industria en Rápido Crecimiento,» 29 de septiembre del 2006, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA29706.
[2] Arab News (Arabia Saudita), 12 de septiembre, 2008.
[3] Arab News (Arabia Saudita), 23 de octubre, 2008.
[4] Fondo Monetario Internacional, «Finanzas Islámicas se Encaminan”, Financiamiento del Desarrollo, Vol. 42 No. 4, 2005.
[5] Al-Watan (Jordania), 10 de agosto, 2009.
[6] www.alaswaq.net/save_print.php?print=1&cont_id=22947
[7] www.bankersalmanac.com/addcon/Infobank/banco-rankings.aspx.
[8] Emiratos, Business 24-7, 31 de agosto, 2009.
[9] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 26 de mayo, 2009.
[10] Salim, Mohammad 2006, La Banca Islámica – Una Decepción de $ 300 Billones, XLibris Corporation.
[11] El Financial Times (Londres), 23-24 de septiembre, 2006.
[12] http://en.wikipedia.org/wiki/Islamic_banking
[13] Al-Qabas (Kuwait), 15 de agosto, 2009.