Mahmoud Al-Habbash, Juez Supremo de la Autoridad Palestina y asesor del Presidente Mahmoud ‘Abbas para asuntos religiosos, dijo en una conferencia el 4 de junio, 2018 que la lucha en Jerusalén es entre los dueños legítimos de la ciudad, los musulmanes y los cristianos y «Algunos imperialistas occidentales extranjeros que no tienen conexión a esta tierra». Agregó que el estado de Israel es una empresa occidental imperialista cuyo propósito es debilitar y dividir al mundo árabe y que lo afirmado por los judíos de que poseen una conexión histórica con Jerusalén no es más que una distorsión de la historia.

La conferencia en la que habló Al-Habbash, organizada por «el Consejo Musulmán-Cristiano para la Salvación de Jerusalén y los Santos Lugares» y la Organización para la Cooperación Musulmana (OCM) bajo el título «Las Religiones Monoteístas Contra la Judaización de Jerusalén y sus Lugares Santos», también asistieron otros funcionarios de la AP, incluyendo al muftí palestino, así como también otros líderes religiosos cristianos y musulmanes junto a embajadores.

Mahmoud Al-Habbash (imagen: Palsawa.com, 4 de junio, 2018)

Al-Habbash (segundo a la derecha) en la conferencia con otros participantes (imagen: Alquds-online.org, 5 de junio, 2018)

Los siguientes son extractos traducidos de las declaraciones de Al-Habbash en la conferencia:[1]

«La batalla por Jerusalén no es religiosa, es una batalla política entre los propietarios legítimos [de la ciudad] y los imperialistas. Esto nos obliga a elevar la conciencia del mundo árabe y musulmán sobre la identidad árabe, musulmana y cristiana de Jerusalén…

«Debemos ser muy cuidadosos al utilizar un término o palabra en particular en relación a Jerusalén, porque esto no es un conflicto con los judíos, sino una lucha entre los residentes [verdaderos] y los propietarios de Jerusalén, siendo estos musulmanes, cristianos y árabes y algunos imperialistas occidentales extranjeros que no tienen conexión a este suelo. La catástrofe de Jerusalén no comenzó en 1967 o 1948, o con la Declaración Balfour. Comenzó mucho antes, hace unos 450 años, cuando los llamados imperialistas comenzaron a escucharse en Occidente.

«Palestina no es la Tierra Prometida [judía] ni la tierra de los antepasados ​​[judíos], porque si lo fuera, ¿por qué la consideraron como [solo] una de varias opciones cuando comenzaron a buscar un lugar para su estado?…

«Existe diferencias entre la fe y el reclamar territorio basado en un falso pretexto judío o bíblico cuyo único propósito es apoderarse del lugar. El Muro de Al-Burak [es decir, el Muro Occidental] no tiene nada que ver con un templo [judío] y [los judíos] no tienen ningún derecho sobre estas piedras. Este es un mito imperialista que se aprovecha y distorsiona la historia y los lugares sagrados para avanzar y justificar dichos proyectos imperialistas.

«El paso tomado por el Presidente Trump [en reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la embajada al lugar]… no es más que la consolidación del plan imperialista de sembrar un estado [en la región] que causara ira y malestar entre las partes asiática y africana del mundo árabe, para de esta manera mantener a los árabes divididos, retrógrados ​​y muy fácilmente controlados…

«[La Embajada de Estados Unidos en Jerusalén] es un asentamiento estadounidense en Jerusalén y un emblema del imperialismo. Nosotros, los 13 millones de palestinos, decimos que Jerusalén no será judaizada y su identidad y cultura no se verán alteradas. Esta seguirá siendo la capital eterna del estado palestino…»


[1] Palsawa.com, 4 de junio, 2018.