En un reciente artículo publicado por el diario Londinense en idioma Arabe, Al-Hayat, el escritor liberal Egipcio Amin Al-Mahdi[1] criticó a los regimenes Arabes por su explotación del problema palestino y su papel en el rechazo de Palestina a la propuesta de paz del Presidente Clinton en Julio del 2000. A continuación, citas de los artículos:

Arafat y Campo David 2000
«Los momentos históricos, generalmente forzan a los pueblos y sus líderes a hacer una elección fatal, -participar en la creación de la historia o caer bajo sus ruedas.

No hay duda que la segunda mitad del año 2000 fué un momento fatal y peligroso en la historia del pueblo de Palestina, y sus consecuencias se han extendido a través de todo el mundo Arabe. Los resultados muestran que el liderazgo Palestino, y detrás de él la atmósfera política y de los medios de información, no se han elevado al nivel requerido para poder hacer una elección [histórica correcta]. «

«Una de las consecuencias fué, que el asunto Palestino se ha revertido a un punto bajo cero. No solo perdieron los Palestinos una oportunidad genuína para un acuerdo razonable, que les hubiera permitido integrarse a la edad moderna, tomando las riendas del cambio [en sus manos]; perdieron sus ganancias previas: Las negociaciones de Campo David II».

«El pueblo Palestino se encontraba en un estado en el que claramente se había progresado. [Este estado] incluía ocho grandes ciudades y 400 villas, y serias negociaciones iban en camino con respecto a dos villas dentro de Jerusalem… [Tenía] un puerto, un aeropuerto, una aerolínea y jefaturas en Jerusalem… un edificio parlamentario estaba en construcción en Abu Dis; turismo activo; captación fiscal razonable; industria creciente; comercio considerable con Jordania, Israel, y la Union Europea; agricultura que había acumulado mayores conocimientos. Tenía… 127,000 trabajadores en Israel con un ingreso promedio de $100 [al mes]… instituciones educativas estimables y una identidad; [Tenía] policía, aparatos de inteligencia y prisiones (más de las necesarias); medios informativos; una administración gubernamental; y el apoyo económico y político internacional»

«Lo más importante, había una entidad y una élite urbana capaz de guiar la primera intifada con éxito, algo raro en el mundo Arabe. Esta élite, era capaz de convocar al pueblo Israelí y movilizar amplios sectores de él, para apoyar la causa Palestina. El Presidente Arafat poseía el record de visitas a la Casa Blanca. La entidad nacional Palestina fué visitada por muchos presidentes, encabezados por Clinton y Chirac, y la mayoría de primeros ministros y cancilleres del mundo. La declaración del estado estaba al alcance de las manos – o más cerca aún. Las propuestas del Presidente Clinton … abrieron la puerta a una oportunidad para el cambio y el progreso.»

«Aunque el Presidente Arafat ha admitido que se equicocó al rechazar la propuestas de Clinton (Haaretz, Junio 21, 2002), sus palabras no son de utilidad. Por el contrario, debería de haber explicado honestamente por qué rechazó estas propuestas, por qué fué un error, y por qué admitir el error le ha tomado tanto tiempo. Pienso que la situación se deterioró a un punto que excede al error de haber rechazado la propuesta de paz de Clinton. Ese rechazo, fue solo un eslabón en la trágica cadena de errores, que incluyen: el volver a la violencia. (como está escrito en el Reporte Mitchell que fué aceptado por ambas partes), formar una alianza orgánica y directa con las facciones políticas del Islam previa a las negociaciones, y transferir el liderazgo de las calles Palestinas a ‘los pillos de la república Al-Fakahani‘.[2] Así pues, el principio de las negociaciones de paz estaba totalmente derrotado. Esto ayudó significativamente a la caída de la izquierda Israelí – el centro de gravedad [del apoyo Israelí] para una resolución pacífica. – y con éllo cayó el campo de paz.»

«En el clamor de la batalla mundial contra el terrorismo, la violencia con una naturaleza religiosa – particularmente aquélla impulsada por jóvenes hombres y mujeres que vienen de la pobreza, la opresión y y la desesperanza, a quienes se les ha lavado el cerebro para efectuar ataques suicidas en contra de civiles con resultados criminales – se ha convertido en una réplica de los eventos, y en un permanente recordatorio al mundo, de que el terror es Arabe e Islamita. Así, el peso moral del asunto Palestino comenzó a erosionarse; la diferencias entre la violencia de Sharon y la violencia Palestina se desvanecieron; y la tercera vía de transferencia palestina – ésto es, la solución Jordana – se volvió mas inminente que nunca, especialmente, si consideramos el clima político que se crearía si el régimen Iraquí fuera forzado a ser remplazado.»

«… El daño externo [Palestino] es peor aún. La nueva administración Norteamericana está formada de neo-conservadores… de acuerdo con aquéllos en cuya mentalidad, el liderazgo Palestino es incapaz de elegir el camino de la paz. Cuando [la administración] exigió que el Presidente Arafat combatiera el ‘terror’, pidieron lo imposible, porque [Arafat] ya se había alejado por un camino del que no hay retorno…»

Los Regimenes Arabes y Campo David II
«Cuando Arafat regresó de Campo David, sus masas lo cargaron en hombros, como un símbolo de respeto por haber logrado nada, los aparatos propagandistas Arabes y las declaraciones por funcionarios de alto rango en algunos países Arabes, jugaron un significante papel en estas extrañas festividades. Era el momento justo para sumar condiciones, haciendo el problema irresolvible,, tales como la adherencia al derecho de los refugiados de regresar a Israel – significando, simplemente, el establecimiento de dos estados Palestinos. Mas aún, un ataque demagógico careciendo de una base objetiva [fué lanzado] en contra de Clinton y la política de EE. UU. (hay muchas razones para criticar a la política Norteamericana, pero no pienso que el plan de paz de Clinton sea una de ésas).»

» Todo ésto era evidencia de la dirección retrógrada en la que el proceso de paz había ido… Junto con ésto, estaba el exagerado engrandecimiento de la victoria del Hizbullah [en el sur de Líbano], que tomó proporciones casi mitológicas – mientras que era una victoria meramente táctica que no cambió para nada la balanza del poder. Esto continuó por seis miserables meses, hasta que se perdió toda esperanza de conservar los principios de negociación pacífica, cuando Sharon llegó al poder – puesto que Sharon el posiblemente la mejor pareja para este baile mortal…»

«… En mi opinión personal, no importa cual propuesta de paz presentara Clinton a los Arabes, seguramente hubiera sido rechazada. Esto es, porque el asunto Palestino fué siempre la fuente principal de legitimidad para los regimenes revolucionarios [Arabes] que establecieron repúblicas rurales o tribales militares. El asunto Palestino fue siempre el ‘Lema No. 1’ de todos éstos [golpes militares Arabes]. Más importante, fué el apoyo a la guerra declarada a la democracia y modernización [por los regimenes Arabes], un pretexto externo para el acta de divorcio del mundo libre y para la imposición de diversas leyes, de leyes de emergencia a través de leyes militares.»

«Puesto que la tensión regional, incluyendo el conflicto Arabe-Israelí, fueron uno de los frentes de la Guerra Fría, cuando comenzó la reorganización del mundo… las democrácias militares [exrevolucionarias] sufrieron la presión causada por esta reorganización – por ejemplo, con la erosión de la soberanía nacional, el libre mercado, la globalización de los derechos humanos, [el establecimiento de] cortes internacionales y el nacimiento de la era del pueblo. El régimen Arabe intentó crear una especie de nueva Guerra Fría, formando una alianza con el fundamentalismo Islámico y estableciendo un nuevo imperio de sombras en Asia Central.»

«Los puntos de tensión, tales como el asunto Palestino, [la guerra en] Sudán y la fricción en el Golfo, tomaron el lugar de la Cortina de Hierro y el Muro de Berlín, haciendo ésto posible, dar refugio a las barricadas, acercarse más ellos mismos y crear polarización con el mundo entero… La situación se tornó tan extrema, que estas repúblicas militares se dieron el lujo de convertirse en casas reales, donde era permitido el clonamiento político a través de la sucesión..»

«La propuesta de Clinton no era más que una ofensiva de paz en contra de este régimen Arabe y en contra de su cortina de hierro en Palestina y el sur de Sudán. El propósito [de esta ofensiva] era abrir la región a los cambios posteriores a la era de la Guerra Fría. Era un logro Estadounidense perfecto, y aún así encontró cruel resistencia, sin examinarse lo que era bueno para el pueblo Palestino. Cuando el Presidente Clinton dejó la Casa Blanca, se llevó sus propuestas consigo, dejándo todo a sus nuevos ocupantes, que no creen [en su manera]… «

«De tal forma, Abu Ammar [Arafat] convirtió nuevamente al pueblo Palestino, en un escudo humano protegiendo al régimen Arabe de las agresiones del modernismo y de la libertad. Es decir, en realidad, revirtió el asunto Palestino en [un asunto] Arabe. Si tan solo se hubiera fijado en ésto – pero el compensó al Islam político por su humillante derrota en Afganistán y el sudeste de Asia, por su mala reputación y por su persecución a través del mundo entero…»[3]


[1] Para leer otros artículos escritos por Amin Al-Mahdi, vea el Comunicado Especial No. 104 de MEMRI y el Comunicado Especial No. 169 de MEMRI

[2] Una referencia al fallo de la OLP en Beirut Oriental durante los ’80s.

[3] Al-Hayat (Londres), Septiembre 9, 2002.

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