Hashem Saleh, intelectual árabe de origen sirio que actualmente reside en Marruecos, escribió en su columna en el diario londinense Al-Sharq Al- Awsat el 10 de agosto, 2013 que para librarse de las crisis, el atraso y las guerras internas, el mundo árabe y musulmán debe someterse a una revolución teológica-cognitiva. Este explicó que se debe descartar el enfoque del rechazo al otro y adoptar un enfoque más tolerante e ilustrado – igual que la revolución experimentada por Europa hace tres siglos. Saleh añade que, dado que estamos en la era de la revolución de la información y globalización, este proceso puede darse con mayor rapidez de lo que le tomó a Europa, y puede ser completado en tan sólo tres décadas.

Lo siguiente son extractos de su columna:[1]


Hashem Saleh (imagen: Al-Sharq Al- Awsat, Londres, 30 de agosto, 2013)

«En Europa, tres revoluciones ideológicas de liberación se produjeron antes de que el cristianismo hiciera las paces con la modernidad – mientras que en el mundo árabe o musulmán no ha ocurrido nunca tal revolución»

«¿Podemos saltarnos las etapas históricas [que tuvo que pasar Europa]? Si sólo eso fuera posible! Por desgracia, esto es imposible. Me gustaría poder cerrar los ojos y abrirlos de nuevo para ver a Siria transformada en un país tranquilo y próspero como Holanda, o Egipto semejándose a Francia o Túnez verde como Suiza, etc. [Ojala] pudiera saltar más de 300 años de tiranía política, guerras civiles, matanzas sectarias y fundamentalismo grosero…

«En Europa, tres revoluciones ideológicas de liberación se produjeron antes de que el cristianismo hiciese su paz con la modernidad, mientras que en todo el mundo árabe o musulmán no ha ocurrido nunca tal revolución. Es por eso que hay actualmente enfrentamientos aterrantes [entre el pueblo y el régimen] en Egipto y en otros países [árabes] – porque la HM está frenando el progreso nacional hacia la modernidad, la tolerancia y la libertad.

«¿Cómo podemos hacer las paces con nosotros mismos ¿Cómo podemos resolver el problema de las luchas religiosas y sectarias mientras que todavía estamos atrapados en la etapa teológica del takfir [acusar a otros musulmanes de apostasía] – una etapa que Europa pasó hace por lo menos 150 años?

«Cuando dos alemanes se reúnen en China, Japón o en los extremos de la tierra, ¿creen que la primera pregunta que viene a la mente es la religión del otro – de si es protestante o [tal vez] un católico terco. Por supuesto que no! Esto no les entra en sus mentes en lo absoluto, mientras que esta sería la primera pregunta en la mente de un sirio o un libanés, o cualquier árabe, al encontrarse con un [compañero árabe] en París… la razón de esto es que Alemania resolvió el problema del sectarismo – en primer lugar, desde un punto de vista teórico, gracias a los [filósofos Immanuel] Kant, [ George Wilhelm Friedrich] Hegel y [Johann Gottlieb] Fichte y otros iluminados, y, posteriormente, desde el punto de vista político, [gracias a] Bismarck[2] y sus sucesores.

«Por lo tanto, este problema está resuelto actualmente [en Alemania] y totalmente arraigado [en la mente] del pueblo alemán y en sus planes de estudio, y no representa ningún impedimento en Alemania, [ya] que es algo que dejaron atrás. Todos son ciudadanos con igualdad de derechos y obligaciones, todos son alemanes del mismo rango: no hay alemanes de primera clase y otro que de segunda o tercera clase… Por lo tanto, la unidad nacional alemana es tan sólida como una montaña. Lo mismo se aplica a la unidad nacional francesa, etc.

«[Sin embargo], sólo tenemos que regresar al siglo 17 a fin de encontrar un fango de guerras religiosas destructivas, cuando un protestante no podía contener a un católico, y vise versa. Ellos lucharon y se mataron uno a otro sobre [el tema de] la identidad, tal y como lo estamos haciendo. Esta [intolerancia] continuó afectándolos durante todo el período del siglo 18. De lo contrario, no habría surgido la necesidad de la Iluminación».

«¿Debemos esperar 200 años para resolver el problema del sectarismo? La respuesta es no…»

«Alguien debería preguntarse: ¿Tenemos que esperar 200 años para resolver el problema del sectarismo? La respuesta es no, [y esto] por dos razones: la primera, porque estamos viviendo en la era de la revolución de la información, lo que abrevia tiempo y distancias. Por lo tanto, algo que una vez tomó 200 [años] en digerir [ahora] puede ser digerido en medio siglo. Segundo, porque estamos [actualmente] inmersos en la modernidad global, y por lo tanto el desarrollo se acelera. Las potencias occidentales y orientales están pendientes de nosotros y no podemos hacer o decir nada [sin su conocimiento]. Hasta hace poco, en particular, antes del 11 de septiembre [2001], los jeques de las mezquitas podían malograr a otras religiones [y decir] lo que les apetecía, sin críticas. Pero ahora hay conferencias internacionales para el diálogo interreligioso, para el acercamiento entre las distintas escuelas islámicas de pensamiento, etc.

«Existe una tercera razón también – es decir, que los logros de los países avanzados nos son disponibles, lo que nos ahorra la no necesidad de inventar o reinventar nada [Estos logros] son nuestros [pata que nos beneficiemos, nada menos] que el resto de la humanidad. Las filosofías de Kant o Hegel o [Jürgen] Habermas no son propiedad sólo de los alemanes, [así como] la filosofía de Ibn Rushd,[3] en su momento, fue propiedad de todos los europeos.

«Sin embargo, esto no significa que el problema sectario, que nos hace perder el sueño y desgarra nuestra unidad nacional, se resolverá dentro de dos o tres años. Este es un problema histórico enorme y crítico que no se resuelve fácilmente, [cierto] no en el espacio de una o dos generaciones. Quisiera estar equivocado, pero lo aumenta mi pesimismo es que, hasta ahora, ha sido un tema tabú en el mundo musulmán de aplicar el método de [análisis histórico crítico y utilizarlo para cuestionar] nuestro arraigo en la tradición. Sólo el pakistaní Fadl Al-Rahman[4] y el argelino Muhammad Arkoun[5] hicieron esto, pero [trabajaron] fuera del mundo musulmán: el primero en la Universidad de Chicago y el segundo en la Sorbona. Si los dos hubiesen permanecido en sus países, habrían sido incapaces de llevar a cabo libremente una investigación en [este] campo tan sensible, y no hubiesen podido habernos concedido todas sus obras innovadoras y prominentes. Hay que añadirle a este dúo el autor Abdelwahab Meddeb[6], con sus espléndidas obras liberales».

«Sin la aplicación del método deconstruccionista a la tradición, no seremos capaces de deshacernos del alienante enfoque takfiri de la religión»

«Sin la aplicación del método deconstruccionista[7] a la tradición, no seremos capaces de deshacernos del alienante enfoque takfiri de la religión que excluye al otro [y que fue creado] en la época medieval. Una vez que nos desprendamos de esta perspectiva, podemos reconocer el hecho de que existe una serie de caminos hacia Dios, en lugar de un único camino que los extremistas argumentan. Más sorprendente, el [propio] Corán reconoce la legitimidad del pluralismo religioso, [ya que afirma:] ‘Si Alá hubiese querido, Los hubiese creado con una sola religión’ [Corán 42:8]. Pero los clérigos en los canales por satélite no [reconocen esto]. Son las palabras de los mortales más elevadas que las palabras del Corán?

«Este salto cognitivo decisivo en el occidente cristiano tomó más de 300 años, hasta que [la Iglesia] se atrevió a ponerlo en práctica en el Segundo Concilio [Ecuménico] del Vaticano[8] en 1962-1965, cuando el Vaticano por primera vez abandonó la teología que acusó al otro de herejía y adoptó en su lugar la teología de la liberación y la fe iluminada, una fe de enorme extensión que contiene espacio para toda la creación digna de Alá, sea cual sea su fe o creencia».

«Podemos hacer este salto en los próximos 30 años, y no se requieren 300 años [para este propósito] – [aunque] signifique saltarse o acortar etapas [históricas]»

«Podemos dar este salto en los próximos 30 años, y no se requerirán 300 años [para ello] – [aunque] signifique saltar o acortar etapas [históricas]. Sin embargo, el digerir tal gran revolución religiosa por las masas populares tome mucho más tiempo. Además, no sólo las masas [simples] requieren de emancipación, sino también muchos intelectuales o pseudo-intelectuales y activistas políticos oportunistas. Algunos son mucho más peligrosos [que las masas], porque profesan la modernidad y la democracia, pero luego, a la primera oportunidad, se someten a los jeques del takfir y a la oscuridad.

«Los plazos que he presentado sobre las perspectivas de desarrollo árabes son [meras] estimaciones. En algunos casos he dicho 30 años, en otros 50 o incluso 70 años. [Pero lo que] quiero decir es que, sin duda, algo ocurrirá en el mundo islámico en el curso de los próximos años – algo que el mundo está anticipando con mucha emoción».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 10 de agosto, 2013.

[2] Otto von Bismarck (1815-1898), canciller del Imperio prusiano y luego de la Alemania imperial. Fue uno de los estadistas más importantes de Alemania y el arquitecto de la unificación alemana.

[3] Abu Al- Walid Ibn Rushd ( 1126-1198 ), también conocido como Averroes, un médico musulmán y filósofo nacido en Córdoba que influyó grandemente en la filosofía europea medieval. Escribió sobre muchos temas, pero es famoso principalmente por sus comentarios y crítica sobre la teoría aristotélica.
[4] Fadl Al-Rahman (1919-1988), destacado intelectual pakistaní cuyos estudios sobre el Islam son ampliamente distribuidos en universidades occidentales y círculos culturales.

[5] Muhammad Arkoun (1928-2010), Destacado investigador argelino de la historia islámica y filosofía, que estudió y luego enseñó en la Sorbona de París y posteriormente en Berlín y Londres. Sus investigaciones se caracterizan por una crítica a los principios islámicos, y abogó por el secularismo, humanismo y un enfoque moderno al Islam.

[6] Abdelwahab Meddeb (nacido en 1946), intelectual de Túnez y autor que vive en Francia, quien enseña literatura comparada en la Universidad de París. Este se opone al fundamentalismo islámico y exhorta a los árabes educados a adoptar los valores progresistas de pensamiento independiente en lugar de la dependencia a la religión y la tradición.

[7] Deconstrucción: un movimiento filosófico y teoría de la crítica literaria que cuestiona las hipótesis tradicionales sobre seguridad, identidad y verdad.

[8] El Segundo Concilio del Vaticano fue un concilio ecuménico de la Iglesia católica (que involucró a obispos de todo el mundo cristiano) que se formó bajo la directiva del Papa Juan XXIII en 1962. Este discutió la modernización de la Iglesia: su nuevo papel en el mundo moderno, un enfoque moderno de las escrituras, una mayor apertura a otras corrientes del cristianismo y la relación con los miembros de otras religiones.