El 6 de enero del 2010, vísperas de la Navidad copta, tres musulmanes armados dispararon indiscriminadamente contra un grupo de civiles cristianos coptos que salían de una iglesia en la ciudad de Nag Hammadi en los Altos de Egipto. El tiroteo dejó seis coptos y un musulmán muertos, y a muchos otros heridos. [1] Las autoridades de Egipto, entre ellos el presidente Hosni Mubarak y el Jeque de Al-Azhar, se apresuraron en denunciar el incidente, haciendo hincapié en la importancia de mantener la unidad nacional, así como también la igualdad y la falta de discriminación entre los ciudadanos, asegurando al mismo tiempo que los responsables del ataque serán tratados con toda dureza. [2] Las autoridades egipcias sostuvieron de forma consistente que el tiroteo no estuvo motivado por la hostilidad sectaria, sino que fue un acto de venganza a la violación de una muchacha musulmana por un copto en la ciudad cercana de Farshut en noviembre, 2009. El Comité de Derechos Humanos del parlamento llegó a la conclusión de que el crimen no fue financiado con fondos el exterior, ni tampoco fue el resultado de la incitación y que los acusados no tienen conexiones con elementos extranjeros. [3]

En la prensa del gobierno egipcio, varios escritores exigieron que el incidente no sea encubierto, y llamaron a responder con más que mera retórica y reconocer el ambiente de odio, tensión y discriminación social que existe entre los musulmanes y coptos en el país y que es probable haga incitar nuevos incidentes de este tipo.

Lo siguiente son extractos de las declaraciones oficiales y artículos sobre este incidente:

Mubarak: Los corazones de los musulmanes y los coptos están sangrando

El Presidente Mubarak respondió al incidente en un discurso motivado al Día de la Ciencia en Egipto: «Aspiramos [a ser] una sociedad avanzada y un estado civil moderno el cual es intolerante con el pensamiento desviado que confunde la religión con la política, la ignorancia, el extremismo o la incitación sectaria, una sociedad que inculca los valores de [igualdad] ciudadana entre sus miembros, en teoría y en la práctica, y que no distingue entre [ciudadanos] musulmanes y coptos… El acto criminal en Nag Hammadi causó que los corazones de Egipto – tanto musulmanes y coptos – sangren. Todos los predicadores sensibles, intelectuales y miembros de los medios de comunicación en este país tienen la gran responsabilidad de [combatir] las luchas civiles, la ignorancia y el extremismo ciego, y luchar contra las despreciables tendencias sectarias que amenazan la unidad de nuestra sociedad y dañan la imagen de Egipto…» [4]

En un discurso con motivo del Día del Policía, Mubarak comentó sobre el incidente de nuevo: «El acto criminal en Nag Hammadi conmovió la conciencia de la patria… Este acto atroz contra los coptos en Nochebuena requiere del auto-control de todos [nosotros] – musulmanes y coptos… Estamos luchando contra los acontecimientos y fenómenos atípicos de nuestra sociedad, que son impulsados por la ignorancia y el extremismo y alimentados por la falta de un discurso religioso iluminado por parte de Al-Azhar y la iglesia, un discurso religioso que debe ser apoyado por el sistema educativo y los medios de comunicación, así como también por nuestros autores e intelectuales y que debe insistir en los valores de ciudadanía y [el principio] de que la religión le pertenece a Alá y la patria a todos…» [5]

Jeque de Al-Azhar: El Islam condena a los asesinos

El jeque de Al-Azhar, Muhammad Sayyed Tantawi denunció el incidente y lo calificó como un crimen de acuerdo con el Sharia. Según su declaración, todos los ciudadanos egipcios – ya sean musulmanes, cristianos u otros – son iguales en derechos y deberes. [6] En una entrevista para Al-Ahram, Tantawi declaró que el aspecto penal es decir, la violación de una niña musulmana por un joven copto, no debe ser confundida con el aspecto de las tensiones religiosas. «Este crimen individual no garantiza el castigo colectivo, lo cual está prohibido por el Corán…» [7] El jeque de Al-Azhar y el Ministro de Dotaciones Religiosas condujeron los rezos del Viernes en una mezquita de Nag Hammadi, en esperanza de restablecer la calma. Ofreciendo sus condolencias a las familias de las víctimas, Tantawi declaró que la vida cristiana está protegida al igual que la vida musulmana, y que los asesinos no tienen religión y son renunciados por el Islam. [8]

Redactor egipcio: Las declaraciones oficiales no reflejan la realidad

En su columna en Al-Ahram, el periodista y escritor egipcio Sharif Al-Shoubashi, ex subsecretario del ministerio de cultura de relaciones exteriores, acogió con satisfacción las declaraciones oficiales destacando la igualdad entre musulmanes y coptos, pero alegó que estas no reflejan la situación sobre el terreno: «Me pregunté a mi mismo, si yo fuese copto, cuales serian mis sentimientos sobre este ataque [en Nag Hammadi], y al estado emocional que llevó a sus autores a tomar las armas para los fines de su fútil crimen, llamados ‘crímenes de odio’? ¿Qué pasaría por mi mente después de la respuesta inicial de rabia? me encontré respondiendo que, si yo fuese copto, me diría a mí mismo: La postura oficial del estado, según lo expresado en las declaraciones de los altos funcionarios, están basadas, hasta donde sé, en [el principio de] la indiscriminación entre musulmanes y cristianos. La constitución y las leyes en general en teoría tratan a cada individuo en la sociedad por igual…

«[Sin embargo], esperamos con impaciencia la ratificación de una ley uniforme para la construcción de casas de culto en Egipto… Por otra parte, exigiría eliminar la cláusula de la religión en los documentos oficiales, especialmente de los carnets de identidad y pasaportes, que sirve como un medio injusto de discriminación entre los ciudadanos. Si yo fuera copto, también me diría a mí mismo: Las declaraciones oficiales son satisfactorias, pero la realidad es totalmente diferente. Día a día los acontecimientos demuestran que muchos [egipcios] sostienen una visión diferente de los coptos, una visión basada en la discriminación, la desconfianza y la duda.

La razón principal de esto, en mi opinión, es el constante adoctrinamiento de los medios de comunicación, que no han cesado ya durante 30 años. [Este adoctrinamiento] esta basado en la noción básica de que la primera identidad de un ciudadano no reside en su identidad nacional como egipcio, sino en su identidad religiosa como musulmán… Esto ha dado lugar a una terrible mezcla de religión y política, mientras que le causa al ciudadano común el comenzar a ver a cualquier no-musulmán como a un no titular de los derechos del ciudadano que cree en el Islam… El problema no es, principalmente, las leyes [mismas], sino la actitud general de la sociedad, y una atmósfera general que difunde [algunas] nociones y creencias… Si yo fuera copto, me diría a mí mismo que mi principal problema radica en este ambiente, el cual se ha intensificado en los últimos 30 años y ha dado origen a las corrientes extremistas que definen la ciudadanía sobre la base de la religión. Esto al parecer excluye a los coptos del [círculo de] ciudadanos, y les priva de una manera distorsionada y agresiva, del título de ‘egipcio’, a los que se adherirá más que a nada…

«Esta atmosfera provoca sentimientos hostiles hacia los coptos y los relega a la posición de ciudadanos de segunda clase en relación con la mayoría musulmana. Si yo fuera copto, estaría sorprendido por la clasificación sectaria tan desenfrenada en los medios de comunicación, que propaga el veneno que ha estado contaminando las mentes [de los egipcios] durante muchos años, durante el cual ciertos propagandistas del odio, de la guerra civil y el extremismo, llegaron a monopolizar la escena. Si yo fuera copto, me diría a mí mismo que, sin duda, los autores del despreciable crimen que cobraron vidas inocentes en Nag Hammadi, en ningún caso representan al pueblo egipcio y son una minoría anómala.

«La tragedia es que ellos [mismos] son víctimas de la misma atmósfera de odio de la que hablé, la cual ha dividido a Egipto en dos bandos, después de 100 años de vida [juntos] bajo la consigna de ‘Solidaridad de la Media Luna y la Cruz’. Por lo tanto, la tragedia de Nag Hammadi puede producirse en cualquier momento… Si yo fuera copto, me diría a mí mismo que he escuchado con mis propios oídos a aquellos que gritan en plena luz del día que los coptos son herejes, que su lugar es en el infierno y que su final será amargo… Sin embargo, quisiera elevar mi voz y con todas mis fuerzas declarar que Egipto es mi patria querida y que no estoy dispuesto a reemplazarla con cualquier otra… Si yo fuera copto, estaría hoy enojado y aprensivo. ¿Qué me tranquilizaría? No son las palabras, sino las acciones». [9]

Redactor egipcio: tenemos discriminación aquí, al igual que en el resto del mundo

En su columna en Al-Akhbar, Ibrahim Sa’ada, ex presidente de la junta directiva del diario de gobierno Al-Yawm, criticó la afirmación de que el tiroteo no fue cometido sobre premisas sectarias: Nos estamos auto-engañando cuándo nos referimos a lo que ocurrió en Nag Hammadi fue sólo un incidente aislado [en lugar de una reflexión de hostilidad sectaria]?’… [10] Lo que sucedió en Hag Hammadi debe verse como extremismo y racismo por parte de estos tres hombres, que han admitido su crimen… Yo no sé por qué dudamos en admitir esta verdad. Después de todo, el extremismo aquí en nuestro país es similar a los de la mayoría, si no todos los otros países del mundo. Todas las naciones padecen del extremismo de individuos o grupos que actúan en violencia contra otros individuos y grupos que difieren de ellos en color, cultura, valores, creencias o religión. Es más, los conflictos surgen [incluso] entre los seguidores de la misma religión, si existen diferencias de opinión con respecto a la interpretación… por qué [negarlo]? Por qué ignorarlo en lugar de discutir [los asuntos] abiertamente, con la meta de un [mutuo] acercamiento?» [11]

Editor de semanario del gobierno: El asesinato – un resultado del fanatismo religioso

Salah ‘Issa, editor del semanario del ministerio de la cultura egipcio Al-Kahira, escribió en su columna regular en el semanario gubernamental Al-Ahram Al-Arabi: Afirmar que el incidente no es sectario, simplemente porque sus perpetradores no tienen ningún lazo fuerte a su religión, es adoptar una definición estrecha de cuales crímenes son sectarios y cuales no lo son, y es de hecho una simplificación de asuntos, que probablemente nos lleve al abismo… El incidente de Hag Hammadi fue un crimen sectario obvio, uno que no involucra ninguna disputa personal pre-existente entre el acusado y aquéllos sobre quienes abrieron fuego en dónde [los atacantes] no conocían a ninguna de [las víctimas] personalmente o intentaron asaltar a uno de ellos específicamente. La única razón por la que escogieron a estas [víctimas] específicas como blancos para descargar sus balas fue que venían en dirección de la iglesia dónde se estaban realizando los rezos. Ellos los escogieron por su religión, no por cualquiera otra razón. En otras palabras, lo que define un crimen como sectario no es solamente las motivaciones de su perpetrador, y si es miembro de una organización religiosa fanática, una persona religiosa común o un criminal cuya conducta no tiene ninguna relación en lo absoluto a ninguna religión, pero también la denominación e identidad de las víctimas del crimen, en especial cuando no existe ninguna motivación personal para su ejecución…

«Lo que ocurrió en Navidad no es un crimen sectario en el sentido clásico, sino un incidente sectario mucho más peligroso a lo que [anteriormente] nos hemos encontrado… La violencia sectaria en los casos en este y los anteriores no fue llevada a cabo por grupos con una ideología organizada. Este se originó en un ambiente de fanatismo religioso, el cual se ha extendido entre muchos y conlleva al extremismo de algunos. Si permitimos que esto [continúe] sin la intervención decisiva y con estrategias a largo plazo en todos los niveles, nos transformaremos de egipcios [unidos] a sectas [divididas]». [12]


[1] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 8 de enero, 2010.

[2] Los que dispararon serán llevados a juicio por cargos en uso de la fuerza y la violencia amenazar la seguridad y el orden público, perturbar la paz y asesinato premeditado. Una fuente mayor en la Oficina del Fiscal General afirmó que los acusados podrían ser condenados a muerte. Al-Gumhouriyya (Egipto), 17 de enero, 2010.

[3] Al-Gumhouriyya (Egipto), 17 de enero, 2010.

[4] Al-Ahram (Egipto), 22 de enero, 2010.

[5] Al-Gumhouriyya (Egipto), 25 de enero, 2010.

[6] Al-Gumhouriyya (Egipto), 11 de enero, 2010.

[7] Al-Ahram (Egipto), 20 de enero, 2010.

[8] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 16 de enero, 2010.

[9] Al-Ahram (Egipto), 27 de enero, 2010.

[10] El autor se refiere al anuncio del Parlamento Europeo del 17 de enero, 2010 de que el asesinato fue un «hecho aislado». Al-Misriyoun (Egipto), 18 de enero, 2010.

[11] Al-Akhbar (Egipto), 7 de febrero, 2010.

[12] Al-Ahram Al-Arabi (Egipto), 16 de enero, 2010.