Las negociaciones entre Finlandia y países junto a la Alianza de la OTAN concluyeron en Bruselas el día 4 de julio. El 5 de julio, los cancilleres de Suecia y Finlandia firmaron un protocolo de adhesión en la sede de la OTAN. En una conferencia de prensa el día 29 de junio del presente año 2022, cuando el resultado final de las negociaciones ya estaba del todo claro, se le preguntó a Vladimir Putin si su guerra en Ucrania diseñada para frustrar la expansión de la OTAN ante las fronteras de Rusia estaba funcionando ahora que Finlandia y Suecia se unían a esa alianza. Putin trató el tema de la membrecía de Suecia y Finlandia en la OTAN sin darle mucha importancia: «Por otra parte, respecto a Suecia y Finlandia, no tenemos problemas con Suecia y Finlandia como los que tenemos, lamentablemente con Ucrania. No tenemos problemas territoriales ni disputas con ellos». No hay nada que pueda inspirar nuestra preocupación respecto a la adhesión de Finlandia y Suecia en la OTAN. Si lo desean, pueden hacerlo».[1]

En una entrevista realizada con Olga Bozheva de Moskovskiy Komsomolets, Ruslan Pukhov, analista militar y director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías (CAST) en Moscú, discrepó con la evaluación optimista de Putin y calificó el desarrollo de deterioro ante la posición estratégica de Rusia. A diferencia de muchos de los nuevos miembros de la OTAN, Suecia y Finlandia eran países ricos, con ejércitos modernos y capacidades de producción en el área de defensa. La segunda ciudad de Rusia, San Petersburgo, estaba ahora bajo la amenaza naval de la OTAN.

Pukhov también señaló otro punto no-complaciente ante un liderazgo ruso que se enorgullece de evitar una carrera armamentista que llevó a la bancarrota a la Unión Soviética. Pukhov señaló: «Tendremos que gastar más en defensa que antes de febrero de este año. En consecuencia, esto significará que se le asignará menos dinero a proyectos de infraestructura, a la atención médica y al área de educación. No existe necesidad alguna de albergar ilusiones sobre este punto».

La entrevista completa puede leerse a continuación:[2]

Turquía, Suecia y Finlandia firman un acuerdo que allana el camino para que Finlandia y Suecia se adhieran a la OTAN (Fuente: Nato.int)
Turquía, Suecia y Finlandia firman un acuerdo que allana el camino para que Finlandia y Suecia se adhieran a la OTAN (Fuente: Nato.int)

En este preciso momento se producen declaraciones bastante contradictorias sobre el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN. Varios analistas políticos afirman que esto no presenta ninguna amenaza seria para nosotros en Rusia, algunos creen que necesitamos fortalecer nuestras fronteras, al punto de desplegar armas nucleares tácticas en el lugar. ¿Qué significa para nosotros, a su manera de ver, esta entrada de ellos en esta alianza?

Sin lugar a dudas, esto significa un deterioro de nuestra posición estratégica. Y no porque de repente y de una buena vez estos estados se hayan vuelto anti-rusos; incluso antes de la operación especial nos amaban tanto como un perro ama un pedacito de madera. Sin embargo, estos no estaban integrados en las instituciones de la OTAN (al menos de jure), por lo que se comportaron con mucha cautela y muy correctamente con nosotros.

Ahora bien, el hecho de que su unión a la Alianza pudiera resultar en que su liderazgo (especialmente cuando los gobiernos cambien de ser más sensatos a menos sensatos) pudiera comenzar a provocarnos, incrementando así el riesgo de que estalle una guerra. Sea como fuere, esta acción de Estocolmo y de Helsinki no conducirá a nada bueno. Y creo que quien diga que su adhesión a la OTAN no significa prácticamente nada para nosotros, miente.

La situación es bastante grave. Por ejemplo, los finlandeses decidieron comprar aviones de combate estadounidenses F-35. Con armas altamente modernas a bordo, es una fuerza militar formidable, que representa un peligro incluso para nuestro avión de 5ta generación, que nosotros en el ejército ruso ahora tenemos en cantidades muy limitadas.

Yo creo que los finlandeses, probablemente, han perfeccionado en gran medida los protocolos para suprimir nuestros sistemas de defensa aérea. Por lo tanto, no es de extrañar que la posibilidad de utilizar armas nucleares tácticas en esta región sea cada vez más relevante para nosotros.

Se sabe que el ejército finlandés no es muy grande, con tan solo 21.500 soldados. ¿Cómo evalúa usted sus capacidades en general?

El ejército finlandés es un cuerpo de combate muy poderoso. No porque haya combatido mucho, sino porque ha estado bien preparado durante toda su existencia para combatir contra nosotros. Y en caso de que suceda cualquier cosa, su ejército estará muy motivado. Los finlandeses poseen buenas unidades de tanques; tienen una infantería maravillosa. Este, en general, es un enemigo realmente serio.

¿Y qué se puede decir del ejército sueco?

Los suecos poseen un ejército mucho más pequeño que el de los finlandeses. Su ejército, en términos relativos, pudiera llamarse menos preparado para el combate. Después de todo, a diferencia de Finlandia, no tenemos frontera terrestre con los suecos. Déjeme recordarle que la frontera con Finlandia tiene más de mil kilómetros de largo.

Sin embargo, los suecos tienen una profunda tradición rusofóbica que se remonta a siglos atrás. Y este hecho también los convierte en un oponente muy desagradable. Si tienen que combatir contra nosotros, lo harán de forma muy motivada.

Ambos países, por cierto, disfrutan de una industria militar bastante fuerte y poderosa.

Es cierto que poseen su propio complejo militar-industrial. Los suecos, por ejemplo, producen aviones, incluyendo aviones de detección de radar de largo alcance, es decir, los puestos de comando aéreos. Estos disfrutan de un complejo militar-industrial muy bien desarrollado. Históricamente, los suecos han enfatizado una importante auto-suficiencia en este sentido.

Los aviones «Gripen» también son de fabricación sueca, ¿no?

Cierto, pero además de aviones, también tienen sus hermosas corbetas, submarinos y misiles de producción local… En general, tanto Suecia como Finlandia son países ricos. Cualquier cosa que les falte a sus ejércitos, lo pueden comprar en otros países europeos o en los Estados Unidos, tal como lo están haciendo los finlandeses al comprar los aviones «F-35» allí.

Ahora bien, en el contexto de nuestra operación especial, se incrementarán los presupuestos militares de estos dos estados. Además, en el área de defensa comenzarán a integrarse más estrechamente con el resto de los estados miembros europeos pertenecientes a la OTAN.

Antes de la adhesión, estos desarrollaron principalmente dichos lazos con sus vecinos, es decir, Noruega y Dinamarca. Ahora la cooperación militar será mucho más amplia y se extenderá hacia Europa y los Estados Unidos, lo cual, naturalmente, no es nada bueno para nosotros.

Esto nos obligará a invertir mucho más financieramente en una «carrera armamentista». Ya hemos sido arrastrados a ello. Y ahora no importa en lo absoluto si lo hicimos nosotros mismos o si fueron ellos los que nos arrastraron a ello. El señalador de conteo es visible. Tendremos que gastar más en defensa que antes de febrero de este año. En consecuencia, esto significará que se le asignará menos dinero a proyectos de infraestructura, salud y de educación. No existe necesidad de albergar ilusiones aquí.

Tras la expansión de la OTAN a Finlandia y Suecia, el mar Báltico se convertirá prácticamente en un mar interior de la alianza. ¿Cuáles son las amenazas militares de esta situación para nosotros?

Sí, correctamente identificado. Desde la década de los años 1990, el mar Báltico en gran medida ha sido desmilitarizado. La mayoría de los países, incluyendo Rusia, mantuvieron contingentes simbólicos de sus fuerzas navales en el lugar. Ahora se comenzará con una carrera armamentista naval y de misiles en el mar Báltico.

Lo peor de todo es que ante el tema de Suecia y Finlandia uniéndose a la OTAN, San Petersburgo se convierte en una ciudad objetivo del primer frente. Esto pone a la ciudad bajo riesgo de un ataque, ya que los brazos modernos de las naves de la Alianza les otorgan la capacidad de asestarle un golpe devastador a la ciudad. Para evitar esto, tendremos que fortalecer seriamente el sistema de defensa aérea y de antimisiles allí.

¿Pudiera atribuírsele la adhesión acelerada de estos estados a la alianza al hecho de que los estados miembros de la OTAN ya se están quedando sin armas debido al suministro de armas enviado a Ucrania? Esto ha debilitado al bloque. A su vez, Finlandia y Suecia son países ricos con su propia industria de defensa. Siempre que se unan a la alianza en tiempos difíciles, ellos mismos pudieran convertirse en un activo bastante decente para la alianza.

Estoy de acuerdo. Sin embargo, existen dos componentes principales en la estructura de la OTAN: el primero es una organización militar, el segundo es un componente político. A través de este último, los estadounidenses llevan a cabo su política europea, es una especie de acoplamiento ante Washington.

En cuanto a este segundo componente, en el gran esquema de cosas, nada cambia con la adhesión de estos dos países. Así como Washington dictó su voluntad a través de la OTAN, este lo seguirá haciendo. Simplemente hablando, dos países más que se nieguen a seguir una política independiente de los Estados Unidos serán agregados a la lista europea de tales estados.

Sin embargo, el componente militar de la OTAN sentirá un marcado aumento a causa de Suecia y Finlandia. La adhesión de muchos recién llegados al bloque no proporcionó ningún beneficio a la Alianza, porque estos países no «donaban ningún tipo de seguridad en lo absoluto». En cambio, estos se convirtieron en consumidores de seguridad y no podían aportarle nada a la organización militar de la OTAN.

En el pasado, incluso se contaba una broma de que para hacer colapsar a esta organización, todos deberían dejarla o todos deberían unirse a la vez. Como organización militar, la OTAN, resultando en el aceptar tales miembros, simplemente se infló, convirtiéndose en algo sin forma y no-manejable en lo absoluto.

En su opinión, Suecia y Finlandia no pueden considerarse simplemente «consumidores en materia de seguridad».

Luego que Polonia se uniera a la OTAN en 1997, todos los demás países que ingresaron posteriormente eran en su mayoría considerados de sobrecarga. En algunos casos, una carga bastante flagrante, como, por ejemplo, Montenegro, Croacia o Albania; en algunos casos, los nuevos estados miembros eran considerados solo de “carga” parcial, como Eslovaquia o la República Checa.

Está claro que en los 25 años transcurridos desde la primera ola de ampliación en la OTAN, esta institución, por primera vez, se está expandiendo gracias a un activo, en lugar de un pasivo. En este sentido, es, sin lugar a dudas, una valiosa adquisición para la alianza.

No estoy del todo de acuerdo con su argumento sobre el problema de la rusofobia. Ni Finlandia ni Suecia parecen haber sobresalido en dicha cualidad.

Cómo decirlo… Los suecos dicen que no han olvidado el cómo hace 300 años las tropas de Pedro I gobernaron sus tierras (Suecia combatió contra una coalición de estados europeos, incluyendo Rusia). Ellos nos recuerdan a alguna iglesia incinerada.

Pero nosotros también tenemos buena memoria, y recordamos el cómo en el año de 1706 en Polonia los suecos trataron a los soldados rusos cautivos, que combatieron en las filas del ejército sajón. Después de la batalla, los suecos separaron metódicamente a los rusos de los sajones y luego todos nuestros soldados fueron apuñalados con bayonetas en el acto, cometiendo así un crimen de guerra.

En la Segunda Guerra Mundial, Suecia fue de facto (aunque no de jure) un aliado de Hitler. Si bien formalmente era un estado neutral, este adoptó una postura hostil hacia nosotros y ayudó a los nazis.

Eso sucedió hace mucho tiempo, es historia remota. También combatimos contra los finlandeses. Pero en las últimas décadas, las relaciones han mejorado y el negocio conjunto se ha desarrollado activamente.

Considerando el lado doméstico del problema, naturalmente, los finlandeses son gente rica y civilizada. Cualquier xenofobia suele nacer de la pobreza, cuando todo el mundo está resentido con todo el mundo. Pero estamos hablando de política. Las cosas son totalmente diferentes allí.

A pesar de que Finlandia formalmente no tenía reclamos territoriales contra Rusia y reconoció los resultados de la Segunda Guerra Mundial, la institución política finlandesa y muchos ciudadanos finlandeses no han olvidado que la ciudad de Vyborg fue una vez la segunda ciudad más grande de Finlandia después de Helsinki, llamada Viipuri. Los finlandeses lo perdieron por primera vez en 1940 y luego se retiraron en 1944. Y en la menor oportunidad, naturalmente, intentarán recuperarla.

¿Cree usted que albergan tales planes?

Estoy seguro de que si se presenta la más mínima oportunidad de recuperar el control de sus antiguos territorios, sin duda la aprovecharán. No tengo ninguna duda de que intentarán «arrebatarnos» Vyborg y la mitad de Karelia.

No permitiremos que hagan eso, ¿no es cierto?

Todo depende de la situación. Y esta empeorará con la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN. Es cierto que antes no había ilusiones sobre estos países. Por lo tanto, ahora solo tendremos que maniobrar con mucha sagacidad las capacidades disponibles y frenar los impulsos injustificados o provocadores por parte de estos países.

Tanto los suecos como los finlandeses ya experimentaron el poder de las armas rusas. Estos poseen recuerdos desagradables de ello. Todavía recuerdan bastante bien la forma en cómo les pateamos los dientes. Y si por alguna manera se olvidan, podemos recordárselos. Así que, pueden hincarnos los dientes, solo si abiertamente nos vemos como débiles. Esto significa que no podemos ser vistos como débiles.

Ruslan Pukhov (Fuente: Vpk.name)
Ruslan Pukhov (Fuente: Vpk.name)

[1] Kremlin.ru, 29 de junio, 2022.

[2] Mk.ru, 5 de julio, 2022.