A fin de conmemorar el 25 aniversario de los Acuerdos de Oslo, el periodista palestino Abd Al-Bari Atwan, editor del diario en la red Rai Al-Yawm, reveló en un artículo que el fallecido presidente de la Autoridad Palestina (AP) y líder de la OLP Yasser Arafat, le había dicho en secreto de que no creía en el camino de los Acuerdos de Oslo, pero que acordó a estos porque era una oportunidad «para traer de vuelta a la OLP y la resistencia a Palestina» y expulsar a los judíos «como ratas que abandonan un barco que se hunde». Atwan también señaló en su artículo que Arafat había cooperado con el financiamiento y el armar a miembros de Hamas y coordinó con Hezbolá para despachar barcos que traían armas a la costa de Gaza. Arafat, agregó, pagó por esto con su vida, porque «causó el estallido de la Segunda Intifada armada y trajo armamentos de todas los lugares posibles».
El Primer Ministro israelí Yitzhak Rabin, el canciller de Israel Shimon Peres y Arafat (Fuente: Raialyoum.com, 13 de septiembre, 2018)
Lo siguiente son extractos del artículo de Atwan, publicado el 13 de septiembre, 2018:
«Hace un cuarto de siglo, el liderazgo de la OLP y el pueblo palestino cayeron en la trampa más grande de la historia árabe moderna, establecida por los israelíes y sus aliados occidentales y algunos árabes [también]. Caminaron hacia esta con su ojos abiertos, creyendo la mentira de la paz y del establecimiento de un estado palestino independiente, una mentira expuesta más tarde por los hechos sobre el terreno.
«Éramos tres amigos de una minoría que dudaba de la credibilidad de esta celebración de falsedad y autoengaño y públicamente nos oponíamos a ello. El primero fue el gran poeta y autor Mahmoud Darwish, el segundo fue [miembro del Comité Ejecutivo de la OLP] Abdallah Hourani y el tercero fue su servidor de este escrito. Darwish renunció al Comité Ejecutivo de la OLP y Hourani le siguió. No encontré manera de expresar mi oposición a este error, excepto escribir un editorial para el diario que edité para ese momento [el diario Al-Quds Al-Arabi en Londres] sobre el tema de la situación en Somalia, para ser publicado en la mañana del día de la firma [de los Acuerdos de Oslo], cuando hubiese apretones de manos y sonrisas en el césped de la Casa Blanca…
«El Presidente Arafat estaba aislado de la mayoría de los árabes, particularmente en los países del Golfo, porque había apoyado a Irak durante su invasión a Kuwait… Los países del Golfo, Egipto y Siria le eran hostiles y estaba siendo presionado por varios lobistas, algunos de ellos financieros palestinos y algunos de ellos árabes, así como también algunos europeos. Este sostuvo que el carril de Oslo, cuyo arquitecto fue [el actual Presidente de la AP] Mahmoud Abbas, podía proteger a la OLP, sacarla de su aislamiento, traerla de vuelta a la arena internacional y plantar en ella las primeras semillas del estado palestino.
«Recuerdo que cuando dejamos su cuartel general en el barrio de Jugurtha en Túnez, él me apartó con el pretexto de que quería ir a caminar, alejarse de los dispositivos de escucha y luego dijo: ‘Quiero contarte algo que te pido no menciones o que no me lo atribuyas hasta después de mi muerte’. Suspirando, continuó: ‘Voy a Palestina a través de la puerta de Oslo, a pesar de mis reservas [sobre este camino], para traer de vuelta allí [es decir, a Palestina] a la OLP y la resistencia. Te prometo que los judíos se marcharan de Palestina como ratas abandonando un barco que se hunde. Esto no se hará realidad en mi vida, pero lo será en tu vida». Él me dijo que no confiaba en los israelíes en lo absoluto. Yo confirmo con certeza de que él dijo la verdad…
«Tal como éste deseó, Arafat alcanzó el martirio, a través del envenenamiento por parte de Israel, luego de ser acosado en su cuartel general [en Ramala] durante meses por negarse a firmar los acuerdos de Camp David o renunciar a Jerusalén y al derecho a retornar y por causar el estallido de la Segunda Intifada armada y traer armas desde todas partes. Sé muy bien que cooperó con los combatientes de Hamas en Gaza y en Cisjordania y que los financió y les entregó armamento. En este marco, estableció un puente con Hezbolá y sus líderes al sur del Líbano. Enviaban armas en barcos, dentro de barriles arrojados por la borda cerca de la costa de Gaza. Esto se debía a que entendía que los israelíes no desean la paz ni hacen concesiones y no quieren el establecimiento de un estado [palestino] independiente.
«No estoy revelando esta información, parte de la cual ya se conoce, a fin proteger al fallecido Arafat, sino para que sea un testimonio histórico. Estoy plenamente convencido de que los Acuerdos de Oslo fueron un error histórico y una daga envenenada al corazón de la causa palestina y que condujeron a las catástrofes actuales, comenzando con una mayor coordinación en el área de seguridad [AP-Israel], a través de darle luz verde a la normalización de relaciones con Israel y concluyendo con el ‘Acuerdo del Siglo’ [del Presidente Trump] cuya implementación en etapas ha comenzado: la primera etapa es el reconocimiento de la Jerusalén ocupada como la capital eterna del mundo judío; la segunda es la eliminación del derecho al retorno; y la tercera es la confederación con Jordania, la tahdiya [calma] en Gaza y tal vez la anexión de la mayoría de los asentamientos y los 800.000 colonos en estos por Israel…»