En un artículo que este publicó el 30 de abril, 2013 en el portal amad.ps, cercano a la OLP, el ex funcionario de Hamas Dr. Mustafa Al-Lidawi escribió que los judíos no han cambiado desde la antigüedad: en el pasado solían drenar la sangre de niños cristianos para mezclarla en sus matzot de pascuas, y hoy sádicamente atormentan y asesinan a los palestinos. Este agregó que la pascua, que una vez introdujo el miedo en los corazones de los cristianos, era ahora una época de sufrimiento y dolor para el pueblo palestino.

A continuación se presentan extractos del artículo, que también fue publicado en el semanario egipcio opositor Masr Al-Gadida:[1]


Dr. Mustafa Al-Lidawi

Los judíos solían «acosar a un niño cristiano puro e inocente», y utilizaban su sangre para hacer sus matzot

«Los palestinos odian la fiesta judía de la pascua… mientras que los judíos se regocijan, intercambian congratulaciones, comen sus horneadas matzas con sangre, toman vino, se congregan, bailan, juegan, celebran fiestas y, condenan a muerte a los palestinos. Los asedian, cierran las rejas y los cruces de las [fronteras], imponen toques de queda, y les impiden viajar y salir y entrar en [los territorios] – incluyendo incluso a estudiantes, pacientes, personas mayores y personas con [necesidades] especiales. El toque de queda que imponen puede durar varios días, dependiendo de los decretos de los comandantes de campo, y mientras la vida llega a un punto muerto y la gente coloca sus intereses en suspenso, en espera de que termine la celebración de pascuas.

«La pascua judía siempre ha estado acompañada por el sufrimiento y el dolor… Cuando los judíos comenzaron a celebrar sus fiestas, la sangre comienza a fluir. Desde la antigüedad, sus festividades siempre han involucrado el dolor por los demás y sus aspiraciones siempre han supuesto el sufrimiento de los demás. En el pasado, sus vecinos cristianos solían temerle a las fechas de pascuas. Ellos no lo anticipaban [por placer], pero temían lo que podría suceder [durante este día de fiesta], y los incidentes violentos que pudieran acompañarlo… Ya que los judíos siempre se aseguraron de hostigar a un niño cristiano puro e inocente, que no había probado el vino y cuya sangre no había sido contaminada con impurezas. Ellos lo llevarían al altar en el templo, donde sería apuñalado, o lo colocaban en un barril lleno de agujas, en las que colocaban un recipiente grande para recoger su sangre. Luego mezclaban la sangre en algo de masa [y horneaban una matza] bizcocho, que sería dividida y repartida a muchos judíos que deseaban participar de la bendición… Luego bebían cuatro copas de vino de uva, sus hijos cantaban y sus hijas bailaban…

«Los judíos consideran la pascua como uno de sus días festivos mas importantes… ya que es el día en que comenzaron su viaje de regreso a la Tierra Prometida, el día en que se libraron de la crueldad del faraón y la tiranía de los líderes de Egipto. Por esta razón, lo consideran como el día fundamental del reino de los hijos de Sión, el día en que salieron de las antiguas madrigueras de la opresión, se despidieron de los emisarios del faraón, quienes les habían esclavizado, y salieron de la tierra que les había mantenido lejos de sus sueños. En la historia judía este es el día de la liberación, el día en que encontraron su identidad, su futuro, y su lugar, y se dieron cuenta de su mayor objetivo. [Es el día] en que regresaron a la tierra de la leche y miel, encontraron un lenguaje común, y se reunieron desde diferentes diásporas. Es el día en que su profeta recibió la Torah y su libro sagrado, el día que los distinguió entre las naciones y los elevó por encima de los demás. [Por ello,] esta festividad es muy importante para ellos y hacen grandes esfuerzos para celebrarla».

«Los judíos no han olvidado su pasado ensangrentado y sus rituales pervertidos»

Los judíos no han olvidado su pasado sangriento y sus rituales perversos. En el pasado, buscaban a un niño cristiano con el fin de drenar su sangre para sus matzot, con los que alimentaban a sus hijos, grandes y pequeños, con el fin de alegrarlos, y hoy asesinan a todos los niños palestinos e hieren a todo [palestino] hombres y jóvenes y a todo niño y niña. Asesinan a [su víctima] a sangre fría, le disparan, le bombardean con morteros, los arrastran por el suelo, los atropellan con coches, les rasgan sus estómagos con cuchillos, les golpean en la cabeza con piedras, les rompen los huesos con bates, y le rompen el cráneo con la culata de sus armas. Los colonos compiten entre sí en técnicas de asesinato y tortura.

«Nada ha cambiado en los judíos y sus costumbres. Su naturaleza antigua sigue siendo la misma, [aunque] el odio ha crecido y ha echado raíces… En el pasado, utilizaban solo su injusticia, sin ayuda de nadie, mientras que hoy otros los ayudan en contra de nosotros, proporcionándoles con medios de opresión, herramientas para asesinar, y métodos de tortura».

«En sus pascuas, los judíos disfrutan de una vida de confort y placer» mientras torturan sádicamente a los palestinos

«En pascuas, la judíos disfrutan de una vida de comodidad y placer en nuestra patria, beneficiándose de su suelo y de sus recursos, [mientras] se roban nuestros [tesoro] históricos y los remanentes de nuestro pasado. Hurgan en nuestros lugares sagrados, los destruyen y los profanan. Excavan huesos de las tumbas y las desentierran con bulldozers, echando de lado los huesos de nuestros dirigentes y antepasados. En su lugar plantan una semilla alienígena que no crece en nuestra tierra y no puede prosperar allí, pero afirman que es nativa y que es sólo de ellos, y que nadie puede competir con ellos sobre esta.

«Durante la pascua judía, nuestras mezquitas están cerradas y los musulmanes no pueden realizar sus rezos en ellas. Los judíos cierran Al-Haram Al-Ibrahimi [La Cueva de los Patriarcas] en Hebrón y prohíben a los musulmanes entrar en ella. Ellos [incluso] sellan las ventanas de las casas [palestinas] ocultándolas de su vista y prohíben al muecín llamar a los musulmanes a los rezos. Llenan las instalaciones fuera [del edificio] con centenares de niños judíos y celebran una ceremonia de circuncisión en masa, así como también la celebración de matrimonios para cientos de jóvenes y mujeres judías… que bailan y realizan rituales religiosos. Visitan las tumbas de los santos y las de los profetas… y Al-Haram Al-Ibrahimi permanece cerrada durante varios días hasta que se les permite a los musulmanes rezar allí [de nuevo]… Las autoridades de la ocupación están tratando de crear una situación similar en Al-Aqsa, y emplear la misma política allí. Las instalaciones fuera de la mezquita y de las zonas cercanas se han convertido en un lugar de peregrinación para los judíos, donde rezan, celebrar y se realizan matrimonios.

«Nosotros los palestinos no podemos congratular a los judíos de Israel en sus festividades de pascuas… ¿Cómo podemos congratular al verdugo que sostiene el látigo que severa nuestros cuerpos…? ¿Cómo podemos congratular al que sostiene el cuchillo que degolla las gargantas de nuestros hijos y de nuestro pueblo? ¿Cómo podemos compartir su alegría en estos días, cuando nos limitan, refuerzan las paredes que nos rodean con [más] muros y las cercas de alambre de púas con nuevos alambres…? Ellos celebran esta fiesta de una manera sádica, odiosa, pervertida y patológica. Sus ropas festivas son negras, y su comida es hecha de nuestra sangre y cocinada sobre el fuego de nuestra opresión y las llamas de nuestro sufrimiento. ¿Cómo podemos ser felices por ellos y saludarlos?… Imploramos a Alá a que les regrese al desierto, que huyan, rompa sus filas, cree la división entre ellos y los debilite. Le pedimos a Alá que no los bendiga, no les de una larga vida y no llene sus noches con celebración».


[1] Amad.ps., Masr Al-Gadida (Egipto), 30 de abril, 2013.