El 15 de febrero, 2020 Hezbolá dio a conocer en la aldea de Maroun Al-Ras al sur del Líbano una gran estatua de Qassem Soleimani, el comandante de las Fuerzas Qods del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní quien falleció en un ataque aéreo perpetrado por los estadounidenses el 3 de enero, 2020 en Bagdad. La estatua, que se encuentra cercana a la frontera entre el Líbano e Israel, muestra a Soleimani apuntando hacia Israel mientras una bandera palestina ondea tras de este. A la ceremonia de inauguración asistieron los hijos de Soleimani y muchos funcionarios y simpatizantes de Hezbolá.[1]
La acción de Hezbolá de erigir la estatua generó considerables críticas por parte de figuras públicas libanesas, de políticos, periodistas y ciudadanos, quienes la describieron como otra expresión del actual patrocinio que ejerce Irán sobre el Líbano a través de su agente estado, Hezbolá. Estos acusaron a esta organización de ser iraní en lugar de libanesa y de ignorar la existencia del estado. Algunos también criticaron a los líderes libaneses, quienes dijeron permitían que Hezbolá hiciera lo que le viniera en ganas en el Líbano y nunca es responsabilizado por ello.
En respuesta a las críticas, un parlamentario de Hezbolá defendió la decisión de erigir la estatua y preguntó el por qué Beirut puede tener calles que llevan el nombre de los generales franceses de la Primera Guerra Mundial, pero una estatua del combatiente Soleimani genera objeciones.
Cabe señalar que esta no es la primera vez que Hezbolá ha honrado a funcionarios iraníes y a comandantes de Hezbolá que estuvieron involucrados en terrorismo al conmemorarlos en lugares públicos en el Líbano. Las instancias anteriores también provocaron críticas públicas.
Este informe presenta extractos traducidos de algunas de las reacciones en erigir la estatua de Soleimani.
Políticos libaneses: Esto confirma el patrocinio que ejerce Irán sobre el Líbano
La política y periodista May Chidiac, ex-ministra de Desarrollo Administrativo y miembro del partido de las Fuerzas Libanesas de Samir Geagea, conocida por sus duras posturas anti-Hezbolá, tuiteó con enojo: «¿Estamos en el Líbano o en Irán? Después de llamar el camino al aeropuerto de [Beirut] en honor al Ayatolá Jomeini [en febrero, 2019] ¡Hezbolá ha celebrado el descubrimiento de una estatua de Soleimani en el sur del Líbano! ¿Por qué esta insistencia en cambiar la identidad del Líbano e involucrarla en la lucha entre los diferentes ejes?! ¿Dónde está [la política] de disociar [al Líbano de los conflictos]?[2] ¡Todos los días, Hezbolá confirma que es una filial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní y del Mandato del Jurisprudente iraní, en lugar de un organismo puramente libanés!»[3]
Georges Hayak, también del partido de las Fuerzas Libanesas tuiteó: «Yo hubiese podido entender si hubiesen erigido una estatua de un difunto líder de Hezbolá en la frontera libanesa, incluso sin el consentimiento de todos los libaneses. Pero el erigir una estatua de una figura del ejército iraní tal como Qassem Soleimani [solo] confirma lo dicho de que el Líbano está bajo control iraní. Esto también es una ofensa a la voluntad de la totalidad del pueblo libanés».[4]
El ex ministro de justicia Ashraf Rifi tuiteó: «La construcción de un monumento a Soleimani en el sur [Líbano] no tiene nada que ver con el conflicto con Israel, sino que es meramente la confirmación del patrocinio de Irán al Líbano. Las Fuerzas Qods de [Soleimani] no combatieron por Jerusalén, pero devastaron Siria e Irak y convirtieron al Líbano en un estado fallido. El patrocinio de Irán empeora nuestra crisis económica. Esto es un tema que el presidente, el primer ministro y [otros] funcionarios libaneses deben abordar.[5]
Diana Mukalled, columnista del diario libanés Al-Hayat tuiteó lo siguiente: «Una estatua de Qassem Soleimani ha sido erigida al sur del Líbano… Como de costumbre, [estos son] intentos inútiles y despreciables de darle a este asesino criminal un falso halo de santidad».[6]
El ex-primer ministro libanés Fouad Al-Siniora dijo que las carreteras eran espacios públicos y que ninguna facción tenía derecho a colocar estatuas allí sin al menos consultar con el gobierno libanés. «El país no tiene escasez [de problemas] y la construcción de esta estatua es una acción inútil e imprudente», este agregó.[7]
Crítica de las autoridades: El estado no tiene presencia; sus funcionarios ignoran la ocupación iraní
Algunos ex-políticos dirigieron sus críticas hacia las autoridades y funcionarios actuales, que permiten que Hezbolá haga lo que le plazca. Antoine Zahra, ex-parlamentario del partido de las fuerzas libanesas de Samir Geagea, se preguntó: «¿No son las estatuas consideradas ídolos? Hasta donde yo sé, [Hezbolá] no cree en ídolos y considera a las estatuas [como forma de] paganismo y herejía… El problema es que el estado no parece existir [y sus jefes] piensan que es prudente abstenerse de hacerle preguntas [a Hezbolá], como si esto pudiera distanciarlos de cualquier problema. [Los miembros de Hezbolá] reconocen la existencia del estado solo cuando lo necesitan y lo eluden cuando no lo necesitan. Cuando comienzan las guerras en la región sin preguntarle a nadie, Nasrallah espera que lleguemos a un acuerdo y apoyemos al gobierno, [advirtiendo que de lo contrario] el techo pudiera derrumbarse sobre nuestras propias cabezas. ¿Cómo podemos hacer que esta gente rinda cuentas?… Hezbolá trata de imponer un cierto tipo de comportamiento, para que los libaneses se acostumbren a abstenerse de realizar preguntas, protestar o responsabilizarlo por sus acciones ilegales. Esta organización piensa que la ley es aplicable a los demás, pero no a sí mismo».[8]
El ex-parlamentario Fares Souaid también dirigió severas críticas hacia los funcionarios libaneses, que permiten la ocupación iraní, tal como este lo llamó. Souaid tuiteó: «La crítica expresada por algunos sobre el erigir la estatua de Qassem Soleimani es absurda. El Líbano está bajo ocupación iraní, [pero] nadie tiene la honestidad de admitirlo. Además, [incluso] algunos [funcionarios del estado] dan su visto bueno a ello, con el pretexto de ser «pragmáticos». Ustedes [los funcionarios] se sientan junto a representantes de la ocupación iraní en los consejos municipales, en el parlamento, en el gobierno y en [otros] organismos administrativos, y no expresan ninguna objeción a ello. Y ¿se ponen en posición de firmes cuando se trata de una estatua? Eliminen el patrocinio de Irán [del Líbano]».[9]
Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes, oprima aquí.
[1] Raialyoum.com, 16 de febrero, 2020.
[2] En agosto, 2011, luego de discusiones del CSNU sobre los eventos en Siria, el Líbano – para ese momento encabezado por la administración del primer ministro Najib Mikati, que comprende principalmente a los aliados de Siria y también para el momento en que un miembro del CSNU – tomó un cargo oficial de «desvincularse de» los eventos en Siria. El CSNU aprobó, 14 a 1 (Líbano), una declaración presidencial que condena a Siria. El Líbano «se separó» del consenso, evitando así criticar a Siria, pero tampoco frustrando la condena por parte del CSNU. Desde ese entonces, todo gobierno libanés ha definido su política como una de «desasociarse» de los acontecimientos en Siria y de las disputas en la región, es decir, también de la disputa entre Arabia Saudita e Irán. Esta solución, que esencialmente se abstiene de adoptar alguna postura, ha superado con éxito las tremendas brechas entre el bando pro-saudí en el país dirigido por el primer ministro Sa’d Al-Hariri y el bando pro-iraní liderado por Hezbolá.
[3] Twitter.com/may_chidiac, 16 de febrero, 2020.
[4] Twitter.com/georgeshayak712, 15 de febrero, 2020.
[5] Twitter.com/Ashraf_Rifi, 16 de febrero, 2020.
[6] Twitter.com/dianamoukalled, 16 de febrero, 2020.
[7] Al-Jumhouriyya (Líbano), 17 de febrero, 2020.
[8] Al-Jumhouriyya (Líbano), 17 de febrero, 2020.
[9] Twitter.com/FaresSouaid, 17 de febrero, 2020.