Aasia Bibi, cortesía: tribune.com.pk
Aasia Bibi, una mujer cristiana pakistaní y madre de cinco hijos, ha sido condenada a muerte por un tribunal paquistaní por haber cometido un acto de blasfemia contra el Profeta Mahoma. La sentencia a muerte fue dictada bajo al artículo 295 del Código Penal de Pakistán. No son sólo miembros de las minorías cristianas e hindúes, sino también los musulmanes Ahmadi en Pakistán quienes son regularmente acusados por los clérigos islámicos de cometer actos de blasfemia por supuestamente no creer que el profeta Mahoma fue el último profeta de Dios.
Los clérigos exigen que Aasia Bibi sea ahorcada. Hay una lucha pública que está causando estragos en Pakistán entre un vasto sector de la población liderada por ortodoxos, a menudo militantes, clérigos islámicos e intelectuales laicos, quienes están mejor representados por Salman Taseer, el gobernador de la provincia de Punjab de Pakistán. El gobernador Taseer ha tratado de adelantarse a la pena de muerte tratando de obtener un indulto presidencial. El Tribunal Superior de Lahore ha emitido una orden preventiva en contra de un perdón presidencial, diciendo que el caso está siendo escuchado por este.
En los siguientes dos artículos, los escritores pakistaníes Abbas Zaidi y el Dr. Mohammad Taqi debaten las implicaciones y las razones de la polémica ley blasfema en Pakistán. En el primer artículo, titulado «Al Blasfemo no se le Debe Perdonar», Abbas Zaidi, socio-lingüista, sostiene que a los clérigos no se les debería permitir salirse con la suya, ya que alentará a otros clérigos, a causar aún más de tales amenazas a los casi cinco billones de personas que no son musulmanes.
En el segundo artículo, titulado «Leyes Blasfemas: ¿Qué Dice el Corán?» el destacado escritor Dr. Mohammad Taqi sostiene que el Santo Corán y el Sunnah, es decir, los hechos y dichos del Profeta Mahoma, no establecen ningún castigo para un blasfemo. Este piensa que los clérigos están haciendo mal uso de un verso del Corán que trata con la guerra y la sedición en pedir la pena de muerte por blasfemia.
Lo siguiente son extractos de ambos artículos, tal como aparecieron en el diario liberal con sede en Lahore Daily Times. [1]
Abbas Zaidi: «Aasia Bibi no debe ser perdonada – de lo contrario, la vida de alrededor de cinco billones de seres humanos [es decir, no-musulmanes] podría verse en peligro»
«Cientos de Mulás [clérigos] han salido a las calles para advertir contra el posible indulto que el Presidente [Asif] Zardari pudiera concederle a Aasia Bibi, quien presuntamente blasfemó contra el Profeta Mahoma (que la paz esté con él). Estos dicen que si Aasia Bibi, la blasfema cristiana, es perdonada, pondrán en marcha una guerra santa contra el gobierno y todo el mundo y mataran a todos los blasfemos. Aasia Bibi no debe ser perdonada. De lo contrario, la vida de alrededor de cinco billones de seres humanos podría verse en peligro. Y ahora el Tribunal Superior de Lahore ha pasado también una orden sobre la petición de un ciudadano argumentando que el presidente no puede perdonar a Aasia Bibi porque el caso es sub judice. ¿Por qué los Mulás reaccionan tan fanáticamente ante cada caso de supuesta o percibida blasfemia?
«La lógica es muy simple. Los no musulmanes tienen, a grandes rasgos, dos puntos de vista del Profeta Mahoma (que la paz esté con él): Uno, ellos (por ejemplo, los cristianos y judíos) no lo consideran profeta en lo absoluto; y dos, ellos (los hindúes, budistas y el resto) no se molestan por la cuestión en lo absoluto. Ahora bien, esto no es aceptable en referencia a nuestros furiosos Mulás. Estos exigen que el mundo de manera positiva le acepte como el último profeta. ¿Lo qué efectivamente significa que los no musulmanes o se convierten o estén listos para la espada.
«Fue el Profeta Mahoma (que la paz esté con él) el último profeta del Islam o del mundo? Este es un tema complicado, que los Mulás no están preparados para manejar. Si este fuera el último profeta del Islam, entonces sería injusto de nuestra parte obligar a los no musulmanes a aceptarlo como el último profeta del Islam. Si el Profeta Mahoma (que la paz esté con él) fue el último profeta de la humanidad, entonces debemos buscar orientación en el Sagrado Corán. Y si el Sagrado Corán dice que él fue el último profeta de la humanidad, entonces debemos buscar la guía del Libro de Alá y ver si Alá nos instruye a nosotros los musulmanes a librar una guerra santa contra aquellos [por ejemplo, los musulmanes Ahmadi] que niegan la finalidad profética del Profeta Mahoma (que la paz esté con él). Si Alá no da ningún tipo de instrucción, entonces los musulmanes deben temer Su ira porque Alá muy, pero muy explícitamente dijo en el comienzo del Corán que todo aquel que asesine a un ser humano es culpable de asesinar a toda la humanidad. Por lo tanto, por querer asesinar a seres humanos en el nombre del Profeta (que la paz este con él), estos Mulás, en letra y espíritu, quieren lanzar una guerra santa en contra de Alá».
«Mi súplica de que Aasia Bibi no debe ser perdonada se basa en una lógica diferente – si es perdonada, establecerá su culpabilidad»
«Pero mi súplica de que Aasia Bibi no debe ser perdonada se basa en una lógica diferente – Si es perdonada, esto establecería su culpabilidad. El Presidente de Pakistán tiene un privilegio constitucional de perdonar a cualquiera que haya sido castigado por alguna ofensa. Ahora bien, esto implica que la persona perdonada es de hecho culpable. Por lo tanto, significaría que Aasia Bibi, de hecho, cometió un delito de carácter sumamente atroz, que resultó en la sentencia de pena de muerte en su contra.
«En 1992, el gobierno de Pakistán formuló la ley a la blasfemia, cuyo fruto Aasia Bibi se le hace degustar hoy. En ese momento, escribí en contra de la ley, diciendo que sería mal utilizada por los delincuentes y personas de mente criminal para ajustar cuentas personales y cometer actos de robo y despojar a la gente de sus pertenencias. Muchos resintieron mi argumento y me culparon de ser un agente judío. Tres Mulás se acercaron a ‘verme’ en la oficina del diario donde trabajaba. Aquellos eran otros tiempos.
«Ahora, yo pudiera ser tratado de una manera diferente. Sin embargo, algunas cosas nunca cambian. En 1992, escribí que la estatura del Profeta Mahoma (que la paz esté con él) no era tan débil que necesitara, de toda la gente y los paquistaníes para su protección. Digo lo mismo hoy día: El grandioso Profeta (que la paz esté con él) no necesita de la protección de un país [es decir, Pakistán], que año tras año, es un contendiente para el primer puesto en la lista internacional de los países más corruptos. El Profeta (que la paz esté con él) no tiene que ser protegido por los fascistas que cometen la última blasfemia contra Alá asesinando gente, Su creación, en el nombre de Su profeta».
Dr. Mohammad Taqi: «[En los versículos del Corán] no existe una orden directa dada para impartir un castigo, ni un castigo conjunto se le ha prescrito [a los infieles]»
«[El] Santo Corán y el Sunna [hechos del Profeta] forman ostensiblemente la premisa del artículo 295 del Código Penal del Pakistán (CPP) y, sin reexaminar lo que realmente dice sobre la blasfemia, el único reto que pudiera tener éxito en contra de esta ley sería que los aspectos del procedimiento fuesen modificados. El Corán y el Sunnah de hecho son las dos fuentes de material de la ley del Sharia, pero fueron complementados con el tiempo por un cuerpo de interpretación en gran medida acordada por la mayoría de los estudiosos musulmanes (ijma) y una analogía deductiva (qiyas) para formar la base de la jurisprudencia islámica…»
«Señalare un verso del [Corán]: ‘Verdaderamente! hemos visto el giro de tu rostro (Mahoma) hacia el cielo. Sin duda, haremos que gires hacia una Qiblah (dirección de los rezos) que te complacerá, así que gira tu rostro en la dirección de Al-Masjid al-Haram’ (2:144) Este es un verso único; mientras que el Corán y otros libros sagrados hablan de lo que los seres humanos, incluyendo a los profetas, deben hacer para ganarse el placer (raza) del Todopoderoso, aquí Alá está haciendo algo puro para ganarse el placer o raza de Su Profeta (que la paz esté con él).
«Entonces, ¿es posible que el Todopoderoso, quien ha exaltado tanto la condición del Santo Profeta (que la paz esté con él), nos dejó sin ninguna orientación sobre cómo tratar con el hablar o las acciones que tratan de desacreditarlo? ¿Podría el Corán estar silente sobre una cuestión de tal importancia vital? ¿Hemos sido dejados a expensas del ijma y qiyas de los clérigos que vinieron unos dos siglos después del Profeta (que la paz esté con él)?
«En realidad no, pero eso es algo que los que van tras el cuero cabelludo de una pobre mujer nos quieren hacer creer. Consideremos el Sura Al-Ahzab, versículo 57: Bajos son! ‘Aquellos malignos a Alá y a Su mensajero, Alá les ha maldecido en el mundo y en la Vida por Venir y les ha preparado a ellos el castigo del desprecio’.
. «El Corán también menciona el caso más importante de blasfemia jamás cometido contra Mahoma (que la paz esté con él) El Corán dice en Sura Al-Massad: ‘El poder de Abu Lahab perecerá y él perecerá. Su riqueza y ganancias no le servirán de nada. Arderá en las llamas del fuego. Y su esposa, la cargadora de madera, tendrá en su cuello una cuerda hecha de fibra de palma».
«El tema común entre los versos señalados anteriormente es que mientras la mayor condena ha sido acumulada en cualquiera que insulte o intente vilipendiar al Santo Profeta (que la paz esté con él) y la condena eterna es prometida para el perpetrador, no existe una orden directa (amr) que se haya dado para impartir un castigo ni se ha establecido una pena – ni siquiera para Abu Lahab»
«[Un verso del Corán] que trata con la guerra, la sedición y la rebelión es invocado para castigar lo que no pueden ni siquiera calificar como teocrático o disidencia religiosa [por ejemplo, sobre la blasfemia]»
«Consideremos también los términos en árabe utilizados para describir la blasfemia contra Alá y el Profeta (que la paz esté con él). Las palabras árabes sabba (abuso, insulto) y shatm (difamación) denotan la blasfemia y han sido adoptadas en persa y urdu también. Debe señalarse que la palabra shatm no existe en el Corán en lo absoluto, mientras que un derivado de sabba se utiliza sólo en un verso y esa también para prohibir a los musulmanes de lanzar el sabba sobre los dioses de otras personas y deidades (capítulo 6:108).
«Entonces, ¿de dónde salen castigos como la muerte o cortarle los miembros por blasfemia? Por lo general, informes anecdóticos son citados en un hadith en el que el Profeta (que la paz esté con él) habría supuestamente perdonado la muerte o el castigo de un blasfemo. Sin embargo, para cada incidente de este tipo – generalmente este se reporto a una autoridad débil – hay otros dos, donde el Profeta (que la paz esté con él) toleró e incluso perdonó insultos contra él. Ni un solo incidente aislado puede ser citado en las tradiciones Sirah [es decir, el Sunnah] donde los cargos por blasfemia fueron presentados, un juicio celebrado y el castigo impuesto.
«Casi todos los defensores de los castigos severos o capitales por blasfemia, por lo tanto, citan el versículo 33 del Surah Al-Maidah, en apoyo a su argumentación: ‘El castigo de aquellos que emprenden la guerra a Alá y a Su Enviado y se esfuerzan con todo su poder por el mal a través de la tierra es: la ejecución, o la crucifixión, o la amputación de manos y pies de lados opuestos, o el exilio de la tierra: esa es su desgracia en este mundo y un castigo pesado el suyo en el Más Allá’.
«Es una parodia de la justicia que un verso que trata sobre la guerra, la sedición y la rebelión sea invocado para castigar lo que ni siquiera puede calificarse como disidencia teocrática o religiosa. De hecho, el artículo 295 no es sólo una parodia de la justicia, es una iftira (calumnia) contra el Todopoderoso y el Profeta (que la paz esté con él), ya que les atribuye lo que ellos nunca mandaron. El perdón presidencial es lo más recomendable en el caso actual y los cambios de procedimiento a las leyes sobre la blasfemia serían bienvenidos.
«Sin embargo, el artículo 295 es incompatible con el Corán y el Sunnah y, siempre y cuando se mantenga en los libros, será una negación directa del verso ‘Wama arsalnaka illa Rehmatan-lil-alameen‘ (no te hemos enviado, sino como misericordia para todas las criaturas – 21:107) Al no prescribir penas severas, el Todopoderoso evitó este estado exaltado de Mahoma (que la paz esté con él) de ser socavado…»
[1] Daily Times, Pakistán, 3 de diciembre, 2010. El texto de los artículos ha sido ligeramente editado para mayor claridad.