Tras la muerte del prominente historiador e investigador del Medio Oriente Prof. Bernard Lewis de la Universidad de Princeton, muchos artículos fueron publicados en los medios de comunicación árabes sobre sus actividades y actitud hacia los países árabes e islámicos. La mayoría de los artículos expresaron oposición a este y a sus ideas, pero algunos le elogiaron, afirmando que poseía un conocimiento profundo y un enfoque racional, de que siempre fue un conferencista esclarecedor y que simpatizaba con el Islam y que fue uno de los historiadores más importantes de la era moderna. Estos escritores también rechazaron las afirmaciones de sus críticos, quienes afirmaron que Lewis, como judío, había contribuido al supuesto plan occidental de dividir el mundo árabe y a la invasión estadounidense de Irak en el 2003, aun reconociendo que el mundo árabe se había ido desintegrando desde los albores de la historia musulmana.

Prof. Bernard Lewis (Fuente: arab48.com)

Las siguientes son citas compiladas de artículos en los medios de comunicación árabes en referencia al Prof. Bernard Lewis:

Elogios para el Prof. Lewis: uno de los historiadores más importantes de la era moderna

El periodista libanés Nadim Qutaish habló de su reunión en el 2005 con el Profesor Lewis en su casa en Princeton, Nueva Jersey y afirmó que fue Lewis quien acuñó el término «choque de civilizaciones» y no el científico político Samuel Huntington, como comúnmente se piensa. Este escribió: «El [Profesor Lewis] elogió al Islam por su legado de tolerancia y de reconocimiento al otro y lo llamó ‘una de las grandes religiones del mundo… [que] le ha dado dignidad y significado a las monótonas y empobrecidas vidas del hombre’.[i] Tal afirmación es inconsistente con la reputación de Lewis en el Medio Oriente como enemigo del Islam y de los musulmanes… y particularmente no con su papel de darle un peso cultural a la decisión de la administración Bush de invadir Irak, que fue realizada sin tener en cuenta la opinión de Bernard Lewis…

«Lewis nunca dejó de sorprender y de presentar preguntas desafiantes a las convenciones. Su pregunta más alarmante fue: ‘La mayoría de los musulmanes no son terroristas. Pero, ¿por qué la mayoría de los terroristas son musulmanes?’ Realmente, ¿por qué es eso?»[ii]

En un artículo titulado «Bernard Lewis, Ingeniero de la Partición del Medio Oriente», el periodista saudita Muhammad Al-‘Adadi escribió: «Lewis se opuso a la invasión de Irak y lo dijo en más de una entrevista en la prensa y en la televisión». Al criticar el argumento de que Lewis había contribuido al supuesto plan para dividir el mundo árabe, este escribió: «El mundo árabe e islámico se ha estado dividiendo y desmoronando desde la reunión en la choza de los Banu Sa’ida, hasta nuestros días,[iii] [y esto continuará] mañana… y tal situación precede a Lewis, Estados Unidos e Israel por siglos. Esto se debe a que el Islam provee terreno fértil para la explotación de sus textos por parte de todos los poderes políticos que luchan [por] la lujuria del poder y por el control del ummah [nación islámica]. El ejemplo más destacado de esto es la división entre sunitas y chiitas, que no es más que el resultado directo de una disputa sangrienta por la sede del poder entre ‘Ali y A’isha, y luego entre’ Ali y Mu’awiya, entre Yazid y Hussein y así sucesivamente,[iv] a lo largo de la historia árabe e islámica, hasta el día de hoy…

«Por lo tanto, en gran medida estoy de acuerdo con Bernard Lewis respecto a las declaraciones atribuidas a él, según el cual los países árabes no son estructuralmente aptos para la democracia, debido a los remanentes del pasado y la profundidad de lo heredado del control tiránico a través de la explotación de la región por todos los elementos, incluyendo las armas letales que ciertamente retrasaron [la posibilidad de una futura democracia] durante décadas, si no siglos. Prueba de esto pueden ser las revoluciones de la Primavera Árabe y sus catastróficos resultados, que presenciamos en Libia, Siria y Yemen…

«Los cismas de estados, o de unidad, emanan desde dentro, de acuerdo a la composición social, política e histórica de cada estado; estos no son causados por un académico llamado Bernard Lewis…»[v]

El periodista saudita Mamdouh Al-Muhaini, de Al-Arabiya TV, escribió: «… Bernard Lewis enseñó en las universidades más importantes y publicó importantes ensayos sobre el patrimonio islámico… Fue bendecido con un profundo conocimiento histórico y [la capacidad de] analizar racionalmente. Algunos están en desacuerdo con él y han modificado algunas de sus conclusiones. Pero él es un historiador célebre [que, sin embargo, ha sido denominado] fascista e imperialista… La campaña de [difamación] [contra él] le impide a las sociedades [árabes] conducir libremente el debate intelectual y aceptar nuevas ideas sin prejuicios, intensificando [de esta manera] las condenas e injurias, reforzando la cultura de las [teorías] de conspiración y [observando] a intelectuales racionales con respuestas a nuestros problemas como traidores y agentes… En este mundo, Lewis se mantendrá para siempre como uno de los historiadores más importantes de la era moderna».[vi]

En un artículo en el diario libanés Al-Nahar, Jihad Al-Zain escribió: «Bernard Lewis… fue uno de los [responsables] de mi modesta educación. Fue uno de los que me animó a adherirme a una fórmula que se ha vuelto fundamental para mí, – que cuando leo a cualquier escritor importante, me abstengo de conectar [lo que estoy leyendo] a sus inclinaciones políticas o con algunos o todos los prejuicios que impulsan sus instintos culturales – de hecho, [hago] lo contrario…

«A pesar de las críticas políticas de Lewis hacia los árabes, [a pesar de] su entusiasta parcialidad pro-Israel y a pesar de su declaración estridente e incluso cruel de que nosotros [los árabes] somos fundamentalmente inferiores en nuestra capacidad de adaptarnos a la modernidad… uno también puede leer su reconocimiento… a la efectividad de la Intifada palestina…

«Llamo [a usted Sr. lector] para que lo lea y luego tome cualquier postura que usted desee. Como político, Lewis fue uno de los rivales más instructivos… y como cualquier estudioso verdadero, fue [un] esclarecedor e indispensable conferencista y yo les recomiendo a esta clase de rival».[vii]

Escritores anti-Lewis: Fue un sionista que contribuyó a la desintegración de los estados árabes

Hani ‘Asal, columnista del diario del gobierno egipcio Al-Ahram, escribió: «Bernard Lewis está muerto, pero sus ideas no morirán. Hace varios días, el escritor, investigador, orientalista, académico e intelectual británico-estadounidense murió en un centro médico en Nueva Jersey, 12 días antes de su cumpleaños número 102. Este dejó atrás un mundo complejo y un Medio Oriente en llamas, exactamente tal como lo deseaba.

«El fallecido Edward Sa’id no exageró cuando acusó a [Lewis] de prejuicio antiárabe y anti-musulmán y de ‘no entender el Medio Oriente [tan bien como cree lo entiende]’. Sin embargo, Occidente continuará viéndonos [al menos] el próximo siglo desde el punto de vista de este hombre, ya que lo que escribió sobre la región es la base ideológica de la política y las decisiones actuales de Occidente respecto a nuestros países y hay poco [de lo que escribió] que aún no se haya implementado en la práctica.

«El nombre y la ideología de Lewis… están conectados a los desastres en nuestro mundo árabe desde la guerra de Irak en el 2003, a través de [la Primavera Árabe] la ola de ruina árabe que comenzó con flores… en Túnez y terminó amarga y espinosamente en Siria, Yemen y Libia, a la que Egipto escapó, aunque temporalmente. En su libro Fe y Poder,[viii] este dijo de los pueblos del Medio Oriente, ‘O les traemos libertad o ellos nos destruyen’. En otro contexto, aconsejando a los líderes occidentales, dijo: ‘Envalentónense o márchense’.

«Por lo tanto, fue él quien colocó el primer ladrillo del plan para invadir a la región árabe, saquear sus recursos y dividirlo en pequeños estados [basados ​​en] etnias, ahora en nombre de difundir la democracia, ahora en nombre de la lucha contra el terrorismo. También se le atribuye un conocido grupo de mapas que muestran los grandes estados de la región (Egipto, Arabia Saudita, Siria, Irak y Sudán) divididos en 20 partes. Lo que ha sido implementado en Irak, Sudán y Siria sigue estos mapas al pie de la letra. Egipto apareció específicamente en el mapa Sykes-Picot II[ix], dividido en cuatro minúsculos estados…

«Gracias a su origen judío y su feroz amor por el Estado de Israel, Lewis siempre estuvo parcializado hacia su corriente pro-occidental y apoyó su intervención [en el Medio Oriente] para forzar la libertad y la democracia sobre los pueblos árabes e islámicos. Sus puntos de vista fueron la base de la corriente neo-conservadora en los Estados Unidos, en particular el grupo de halcones encabezado por George Bush hijo, su vicepresidente Dick Cheney, [el subsecretario de Defensa] Paul Wolfowitz y otros. La teoría del caos creativo de la ex-secretaria de Estado Condoleezza Rice es un producto de este tipo de pensamiento…

«Bernard Lewis, descanse en paz, ya que el Medio Oriente se está desintegrando y cambiando a manos de sus hijos y no a manos de otros».[x]

Subhi Hadidi, escritor sirio que reside en París, escribió en el diario de Londres Al-Quds Al-Arabi: «Existe una diferencia entre la profundización de Lewis en la historia islámica y su profundo [conocimiento] al servicio de un plan imperialista racista como la entidad sionista en Palestina… Nació en Gran Bretaña, luego vivió en los Estados Unidos y obtuvo la ciudadanía allí y ahí murió recientemente, pero en su testamento solicitó que lo enterraran en otro lugar que no fuese Tel Aviv. ..»[xi]

El miembro y periodista del Consejo Shura saudita Muhammad Reda Nasrallah escribió en el diario Saudita Al-Riyadh: «Cuando teclean ‘Bernard Lewis’ en Google, rápidamente observan que se esparce ante ustedes, información sobre su ideología sionista que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial influyó sobre las investigaciones académicas de temas en el Oriente islámico, especialmente de Turquía junto a los de los árabes…

«Bernard Lewis compara el principio de justicia islámica con la democracia europea, que cree no puede existir en el mundo árabe… y solo puede existir [en el Medio Oriente] en Israel. [Lewis] adquirió este tesoro de conocimiento y sus herramientas para investigar la historia del Cercano y del Medio Oriente, por el bien a su expansión sionista [israelí]…

«[Lewis] invirtió su vasta experiencia de investigación, durante décadas después, en servir al [elemento] que asumió el papel de los británicos en la región [es decir, Israel] cuando mostró un entusiasmo descaradamente sionista al respecto basado en la Tora y en la estúpida expectativa del regreso del mesías pro-sionista a la tierra de Palestina»[xii]

Ahmad Al-Muslimani, personalidad de los medios de comunicación egipcios y columnista del diario egipcio Al-Masri Al-Yawm, escribió: «Bernard Lewis vivió y murió como un extremista; fue la joya de la corona de la inmoralidad en el pensamiento sociológico mundial y pasó toda su vida al servicio de una política de agresión e imperialismo. Nunca se mantuvo firme sobre los principios del bien o el amor ni tampoco abordó humanamente el sufrimiento de los pueblos y los países, pero [se acercó a ellos] como si estuviera en un laboratorio de química inventando [sus percepciones,] sin una pizca de emoción.

«En su juventud, fue oficial de la inteligencia británica en la Segunda Guerra Mundial y su misión fue sembrar discordia en las regiones colonialistas…

«Su trabajo está plagado de arrogancia y de bajo nivel de conocimiento. En su libro Fe y Poder: Religión y Política en el Medio Oriente, declaró sin saberlo aún con certeza que ‘el período de ocupación británica en Egipto fue el más libre en toda su historia multi-milenial de antes y después’.[xiii] Cuando habló sobre las guerras de los cruzados, les elogió y las llamó guerras comprensibles y que era una estupidez pedir disculpas por estas»[xiv]


[i] Bernard Lewis, «Las Raíces de la Ira Musulmana», The Atlantic (Estados Unidos), Septiembre, 1990.

[ii] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 25 de mayo, 2018.

[iii] Una referencia a la reunión sostenida por partidarios del Profeta Mahoma después de su muerte para discutir quién le sucedería. Véase Islamstory.com/ar, 29 de agosto, 2017.

[iv] Una referencia a las luchas de poder luego de la muerte de Mahoma entre su tercera esposa

‘Aisha y’ Ali bin ‘Abi Talib, el Cuarto Califa; entre ‘Ali y Mu’awiya, el primer califa omeya; y entre Yazid hijo de Mu’awiya y Hussein bin Ali, hijo de Ali bin Abi Talib, que quería recuperar el califato para su familia.

[v] Elaph.com, 29 de mayo, 2018.

[vi] Alarabiya.net, 23 de mayo, 2018.

[vii] Al-Nahar (Líbano), 24 de mayo, 2018.

[viii] Una referencia al libro de Lewis Fe y Poder: Religión y Política en el Medio Oriente, Oxford University Press, 2010.

[ix] El acuerdo Sikes-Picot, firmado en 1916 durante la Primera Guerra Mundial por Francia y Gran Bretaña, establece las partes del Imperio Otomano que cada una de las superpotencias controlaría al final de la guerra. En este contexto, el escritor se está refiriendo al argumento árabe común de que Occidente ha elaborado un nuevo acuerdo Sykes-Picot que divide a los países de la región en estados más pequeños basados ​​en su etnicidad. Véase, por ejemplo, la serie de MEMRI Despacho Especial No. 6461, En el centésimo aniversario del acuerdo Sykes-Picot, algunos escritores árabes temen un nuevo Sykes-Picot impuesto por Estados Unidos, Rusia; otros argumentan que la lucha árabe interna es el verdadero peligro, 7 de junio, 2018.

[x] Al-Ahram (Egipto), 23 de mayo, 2018.

[xi] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 25 de mayo, 2018.

[xii] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 23 de mayo, 2018.

[xiii] Lewis en realidad escribió que «los egipcios le aseguraron, cuando no había nadie más alrededor», de que este era el caso. Fe y Poder, pp. 142-3.

[xiv] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 30 de mayo, 2018.