La festividad musulmana de Eid Al-Adha es habitualmente celebrada por la matanza de un animal y el distribuir su carne entre la familia, los amigos, los vecinos y los pobres. En un artículo publicado en el diario egipcio Al-Masri Al-Yawm antes de la festividad, titulado «Se los ruego, por favor prevengan la matanza en las calles», la escritora y periodista feminista Iqbal Baraka instó al Ministerio del Medio Ambiente egipcio a prohibir el desempeño de estas matanzas rituales en lugares públicos, tal como lo hizo ya Arabia Saudita. La costumbre de sacrificar a los animales en la calle, escribió, traumatiza a los chicos, que en general aman a los animales y los acostumbra a vistas de crueldad y derramamiento de sangre. También crea un peligro para la higiene y la salud y daña la imagen de Egipto como país civilizado.

Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]

Iqbal Baraka (imagen: elfagr.com)

«Tuve esperanzas de que la Dra. Yasmin Fouad, quien se convirtió en ministra del medio ambiente hace dos meses, iniciara sus actividades [como ministra] prohibiendo la matanza de animales que son sacrificados en las calles debido a las festividades, designando esto como una ofensa criminal y castigando a los perpetradores. El espectáculo de la sangre que fluye seguramente asusta a los chicos, especialmente si lo ven fluir del cuello de un animal que hace un momento respiraba, corría y rebuznaba. El amor de los chicos más pequeños por los animales y el apego a ellos es bien conocido. Entonces, ¿por qué causarles angustia emocional al [exponerlos ante] la vista del que ejecuta la matanza, quien coloca al animal indefenso en el suelo y luego le degolla? Hay muchos adultos que no pueden soportan ver esta imagen.

«La [costumbre de] realizar un sacrificio no se disputada en la religión [islámica], [ya que el Corán 2:108 dice]: ‘Así que rézale a tu Señor y haz un sacrificio’. Pero no tiene que suceder en la calle, frente a edificios habitados por adultos y niños, egipcios y extranjeros. Esto causa disgusto y daña [nuestra imagen de] país civilizado. A veces los que ejecutan la matanza terminan su tarea y luego se van sin molestarse en limpiar la calle de la sangre que fluye del sacrificio y el resultado es una fiesta para las moscas, [gatos callejeros] y otros animales callejeros en la ciudad.

«Los médicos del servicio de salud pública del Ministerio de Salud deben educar a la población sobre el efecto de este mal hábito en la calle, al efecto producido a los adultos transeúntes y sobre todo los chicos inocentes que juegan en el lugar.

«Permitir que nuestros chicos inocentes presencien este espectáculo dañino e incivilizado perpetrado por aquellos [que matan al animal], con sus ropas, caras y manos cubiertas de sangre y sus ropas desgarradas, puede acostumbrar a los chicos a la crueldad, al derramamiento de sangre además del crimen y los horrendos crímenes que algunos de nuestros jóvenes cometen en estos días son suficientes para nosotros.

«El darnos cuenta de los desastrosos efectos de esta actividad dañina, Arabia Saudita prohibió la matanza [de animales] en la calle ya en 1988, y estableció el Proyecto Civilizado para la Utilización de Carne Hajj, [cuyo objetivo es hacer el mejor uso de la carne de los sacrificios] que los peregrinos [que se dirigen a Meca] deben realizar, como parte de los cuales son sacrificados cientos de miles de cabezas de ganado. Para ello instalan 3 mataderos abiertos a los peregrinos, así como también 2 mataderos cerrados solo para ovejas. Para facilitar las cosas a la gente que desea hacer sacrificios, los [sauditas] permiten que estos mataderos funcionen a través de agentes, de modo que los peregrinos pueden autorizar al comité supervisor del matadero [a realizar la matanza en su nombre] a través de cupones distribuidos en muchas entradas [al complejo de la Meca]. En los mataderos, los veterinarios examinan al animal antes del sacrificio, para asegurarse de que no está enfermo. Luego de realizarse la matanza de acuerdo a las reglas del Islam, la carne es distribuida entre los pobres del complejo de [Meca] y entre las organizaciones benéficas y [parte de ello] es distribuida entre los 23 países musulmanes. En cuanto a la piel del animal sacrificado y los órganos internos, estos se venden y los ingresos se distribuyen entre los pobres del complejo de Meca una vez al año… Yo espero que [nosotros los egipcios] eliminemos de la vista a las ovejas sacrificadas en las aceras, comunes en toda la república [egipcia]…

«Escribí sobre esto muchas veces, pero no recibí respuesta de los ministros u [otros] funcionarios del Ministerio del Ambiente, a pesar de que existe más [de una] mujer entre los altos funcionarios de este ministerio. No sé si alguno de los ministros leyó [lo que escribí], pero ¿es mi solicitud irrazonable o aberrante, o necesariamente opuesta a las costumbres religiosas? Una última cosa: ¿debemos apelar a Al-Azhar y pedirle que emita un anuncio que prohíba a los musulmanes sacrificar [animales] fuera de los mataderos oficiales, tal como lo ha hecho Arabia Saudita?


[1] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 22 de agosto, 2018.