El renombrado escritor liberal británico/iraquí Dr. Abdul Khaliq Hussein es un cirujano nacido en Irak, quien reside actualmente en el Reino Unido. Este es considerado uno de los pensadores y escritores liberales más destacados en el mundo árabe.

En un artículo reciente, publicado el 31 de julio, 2011 en su portal [1] El Dr. Hussein analiza los factores culturales, religiosos, políticos y sociales que pudieran impedir la transformación del despotismo a la democracia en los países árabes. Este destaca, en particular, la profundidad de los peligros que plantea el Islam político bajo la bandera de «Islam es la Solución» – un lema que resuena con grandes segmentos de la población que sufren de pobreza, desempleo, analfabetismo e ignorancia.

A pesar de los graves obstáculos para la transformación hacia la democracia, el liberalismo y los derechos humanos, el Dr. Hussein sigue siendo optimista de que en un mundo globalizado ningún país puede permanecer aislado durante mucho tiempo y que el cambio es inevitable.

Lo siguiente son extractos del artículo:

Al igual que en Europa oriental, la democracia sólo tendrá éxito sólo después de una ardua lucha y sacrificio

«Los alzamientos y revoluciones populares que han barrido a lo largo de Túnez, Egipto, Jordania, Yemen, Bahrein, Libia y más recientemente en Siria, son similares en gran medida a los acontecimientos en la Europa oriental (socialista). Ellos tenían algo en común: deshacerse de los regímenes despóticos y petrificados y establecer sistemas democráticos que respeten la diversidad y el derecho a disentir de una manera pacifica por el gobierno y los derechos humanos. Las naciones de Europa oriental han tenido éxito en su lucha y ahora gozan de sistemas democráticos no muy diferentes de los que prevalecían en Europa occidental durante cientos de años. Ha llegado el momento para el pueblo árabe de jugar el mismo papel y estar destinado a tener éxito porque la evolución es la regla de la vida.

«Pero la democracia no viene sin un precio. La democracia nació después de largos dolores de parto y cesáreas. La democracia no nace completa sino que es más bien una entidad acumulada, a partir de los derechos fundamentales y va creciendo con el tiempo y con las luchas populares.

«La demanda popular por la democracia y la libertad viene después de haber cumplido con sus necesidades básicas. Pareciera ser que el pueblo árabe se ha acercado a esta etapa, no sólo porque alcanzó el mínimo en términos de necesidades básicas, sino por al crecimiento de la conciencia social y política entre las nuevas generaciones gracias a la revolución de la informática y el desarrollo de las herramientas de comunicación. También existe la creciente interacción entre las naciones como resultado de la inmigración masiva y el turismo, Internet y la televisión por satélite que han convertido al mundo en una pequeña aldea global y lo han vinculado a los intereses económicos y culturales de las naciones en un sistema globalizado. Todos estos factores han acelerado el desarrollo de la conciencia entre los jóvenes, dado que el 70% de la población en el mundo árabe está por debajo de los 31 años. La mayoría de ellos son educados y todos sufren de problemas similares, tales como el desempleo y de los regímenes despóticos pero aspiran a una vida mejor».

Los diversos obstáculos hacia la democracia en el mundo árabe

«Existen muchos impedimentos para la transición a la democracia en el mundo árabe. A continuación se presentan algunos aspectos destacados:

«Un sistema de valores tradicionales heredados

«La predominante cultura árabe-islámica tiene raíces profundas en las sociedades conocidas por su aversión a la democracia, el liberalismo, los derechos individuales y los derechos de las mujeres. Este fenómeno no surgió de un vacío, sino que es el producto de acontecimientos que se internan muy dentro del nomadismo en el desierto de la Península Arábiga. El historiador británico Arnold Toynbee describe el nomadismo como una «cultura congelada» resistente al desarrollo y al cambio. Esto se refleja en la autoridad absoluta del padre (patriarcado) y su dominio en las vidas de su familia, incluyendo el asesinarlos si así lo desea. Estos valores culturales son transmitidos a los jefes de las tribus y, finalmente, a los jefes de estado mientras ejercen un mandato despótico sobre su pueblo. El estado árabe es una imagen magnificada de una tribu y como la autoridad es legada en la tribu esta es también legada a través de la transferencia de la autoridad del jefe de estado a su hijo.

«Vale la pena señalar que el despotismo en los países árabes y musulmanes se consagra a través de los clérigos que marchan junto a los gobernantes despóticos en busca de tranquilidad y medios de subsistencia. Los clérigos han inventado muchos dichos que se le atribuyen al Profeta Mahoma sobre la obediencia al gobernante incluso si fuese un déspota a fondo. Uno de los presuntos dichos atribuidos al Profeta es ‘Escuchen y Obedezcan’ refiriéndose al gobernante – así este les despelleje y le quite sus propiedades». Ellos son conocidos a través de la historia por emitir fatuas [edictos religiosos] con el propósito de justificar las decisiones tomadas por los gobernantes, incluso si las decisiones fueron tomadas en violación de la religión. Estos clérigos siguen ejerciendo la autoridad espiritual en dirigir a la sociedad árabe-islámica de acuerdo a sus caprichos o de acuerdo con los deseos del gobernante despótico. La mayoría de sus fatuas niegan la democracia y son particularmente contrarios a las mujeres, a las bellas artes, a la libertad de expresión, a la libertad de los individuos y el derecho a disentir.

«A pesar de estos obstáculos, las naciones árabes no están aisladas de lo que está sucediendo en el mundo. La cultura árabe contemporánea es una amalgama de nomadismo y civilización moderna, incluso si se encuentran en proporciones desiguales. Los alzamientos recientes han demostrado que las naciones árabes han llegado a una etapa en que la civilización está sobreponiéndose al nomadismo sin deponer del nomadismo por completo.

«Islam político

«Este es quizás el obstáculo más peligroso para el surgimiento de la democracia en el mundo árabe. La subida de la marea del Islam político, representado por la Hermandad Musulmana y sus vástagos en los países árabes bajo diversas nomenclaturas tales como Hamas en Gaza y en Argelia, al-Nahdha [despertar] en Túnez y tahrir (Liberación) en otros países, han servido como un importante obstáculo para la democracia. Vale la pena señalar que la doctrina religiosa de la Hermandad Musulmana se deriva de la estricta doctrina wahabí que cree en la cancelaciones de los demás y la práctica del Jihad [guerra santa] por la causa de Alá y contra los que no están de acuerdo o se oponen a la consecución del objetivo final de crear el califato islámico y la aplicación del principio del «Gobierno de Alá».

«Los partidos políticos islámicos han crecido de forma concomitante con el crecimiento de la riqueza del petróleo en los países del Golfo que han comprometido miles de millones de dólares a favor del Islam político y la difusión de la extremista doctrina wahabí en el mundo árabe y el mundo en general. Aprovechándose del rápido desarrollo de la tecnología de las comunicaciones los partidos islámicos fueron capaces de difundir el extremismo religioso entre los jóvenes musulmanes, aprovechando sus difíciles condiciones de vida, que los regímenes despóticos no han podido resolver. Ellos han levantado la bandera del «Islam es la Solución». El gran número de trabajadores pobres de los países árabes quienes buscaron trabajo en los países ricos en petróleo que defienden el wahabismo estricto regresaron a sus hogares llevando consigo el extremismo religioso incluyendo el hijab (velo) y el niqab [que cubre al cuerpo femenino desde los pies a la cabeza].

«Los regímenes árabes despóticos han establecido alianzas no escritas con las instituciones religiosas, por un lado, discriminando en contra de partidos políticos seculares de oposición y en contra de los sectores liberales y democráticos de la sociedad y, por otro lado, la apertura de las puertas para que el Islam político utilice las mezquitas, escuelas religiosas y los medios de comunicación e incluso las calles y plazas públicas para difundir sus enseñanzas religiosas extremistas.

«El peligro de la Hermandad Musulmana, particularmente en Egipto, se basa en que es una organización de 80 años de antigüedad. Es uno de los partidos políticos en términos de experiencia, financiación, organización y su familiaridad con la sociedad y sus problemas. Sabe cómo tocar la cuerda sensible religiosa para despertar los sentimientos del pueblo para sus propios fines políticos. La hermandad habla con dos lenguas. A principios de la revolución del 25 de Enero [en Egipto] tomaron una postura neutral y no participaron en esta hasta estar seguros de su éxito. Para entonces, han tomado parte en ella con extrema precaución, pero no izaron la bandera del ‘Islam es la Solución, el Profeta es nuestro líder y el Corán es nuestra Constitución’. Han simplemente aprovechado la ola de exigir un cambio en el régimen y hablaron extensamente sobre democracia, los derechos humanos y el modernismo. Posteriormente, invitaron al predicador islamista Jeque Yusuf al-Qaradhawi de Qatar para que condujera los rezos públicos en la plaza Tahrir del Cairo, como un intento de secuestrar la revolución a sus legítimos propietarios – los jóvenes egipcios que perdieron más de 800 mártires y miles de heridos.

«Creemos que la mayoría de los votantes árabes, habiendo sido testigo de la violencia causada por la organización terrorista al-Qaeda, han cambiado su postura respecto a los partidos islámicos. Como resultado, las recientes elecciones en Jordania, Kuwait y Argelia el número de representantes islámicos en sus respectivos parlamentos se ha reducido a un nivel que les niega un peso parlamentario. Lo mismo sucedió en las recientes elecciones legislativas de Pakistán en la que los islamistas fueron capaces de reunir sólo el 11% de los votos.

«Conflictos religiosos y sectarios y pugnas

«Los conflictos religiosos amenazan la democracia en los países árabes. Son como bombas de tiempo. En Egipto, por ejemplo, existe la lucha entre los salafistas musulmanes y los coptos cristianos, resultando en los enfrentamientos en el famoso vecindario «Ambaba» en el Cairo, que llevó al ministro de justicia egipcio Abdul Aziz al-Jundi a declarar que «la nación egipcia estaba en peligro». Después de la revolución del 25 de Enero, los salafistas se han vuelto más activos mediante la imposición por la fuerza de su control sobre algunas mezquitas.

«Ausencia de organizaciones de la sociedad civil

«Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel importante en el apoyo a la democracia ya que juegan un papel de intermediarios entre el gobierno y el pueblo. Junto con los medios de comunicación y los partidos de la oposición. Estas organizaciones monitorean el desempeño del gobierno y llaman su atención para que atiendan sus errores. El problema es que los regímenes despóticos o bien prohíben a las organizaciones de la sociedad civil o las someten a un control completo de los partidos gobernantes. Como resultado, pierden su importancia y se convierten en una red de espionaje contra el pueblo.

«Difusión del analfabetismo y la ignorancia

«El analfabetismo es alto en el mundo árabe contabilizando el 40% entre los hombres y el 60% entre las mujeres. Esto es un obstáculo para la democracia. La democracia no sólo significa elecciones libres, sino también significa la libertad de pensamiento, de organización y de protesta y el derecho a disentir… Es fácil para los enemigos de la democracia aprovecharse del analfabetismo y la ignorancia entre amplios sectores de la sociedad desviándolos acerca de la naturaleza de la democracia y la gente que está detrás de esta.

«Discriminación contra la mujer

«Las mujeres representan el 50% de la sociedad pero son discriminadas y sus derechos despreciados en los países árabes. Al hablar de patrones de pensamiento, costumbres y tradiciones heredadas obsoletas, una mujer es colocada en un nivel inferior al del hombre. Otros enlazan la situación de inferioridad de las mujeres a la religión y a la ley islámica Sharia. Como resultado, el 50% de la gente está paralizada y no puede participar en la construcción de sus naciones. Es un obstáculo para la democracia y el progreso social desde una perspectiva política, cultural, económica social y educativa. El nivel de la civilización es medido por la situación de la mujer y su participación en diversos aspectos de la sociedad.

«La crisis de los partidos de oposición

«La mayoría de los partidos de oposición representan la otra cara de la moneda de los regímenes despóticos en los países árabes. Estos partidos apoyan la democracia mientras están en la oposición pero en cuanto llegan al poder reniegan la democracia y continúan con el despotismo. La mayoría de estos partidos son propiedad del «líder fundador» y su familia y este atributo no excluye a los partidos comunistas en los países árabes. Por ejemplo, cuando el líder del Partido Comunista de Siria Khaled Bikdash falleció el liderazgo pasó a su esposa Wissal Farha de la misma manera en que el liderazgo del Partido Ba’th de Siria pasó a Bashar al-Assad tras el fallecimiento de su padre, Hafidh al-Assad. La herencia del liderazgo del partido o del estado es una extensión de la costumbre de legar el liderazgo de la tribu en la sociedad paternalista.

«Luchas entre las fuerzas de la revolución y su fragmentación

«La mayoría de los que recientemente provocaron las revueltas y las revoluciones populares en los países árabes son jóvenes, o lo que se describe la generación de Internet, Facebook y Twitter. Ellos representan un gran segmento de la sociedad y buscan un sistema democrático que les garantice una vida de libertad y dignidad. Su problema es que no están organizados como los partidos políticos y les falta un liderazgo carismático que le de forma a su pensamiento y les lleve a alcanzar los objetivos comunes en la construcción de un sistema democrático y un estado institucional. La fragmentación de las energías de los jóvenes no es ventaja de la recién nacida revolución democrática. Estos jóvenes tienen que organizarse para que puedan cerrar la puerta antes que los partidos islamistas que disfrutan de la unidad de mando, experiencia y capacidad de maniobra secuestren la revolución de sus legítimos propietarios.

«Explosión demográfica

«Este factor no es menos peligroso que el Islam político en el impedir la transición a la democracia. La población árabe se duplica cada cuarto de siglo. A la vuelta del siglo XX la población de los países árabes era de unos 28 millones, pero subió a 350 millones en la actualidad, lo que representa la mayor tasa de fecundidad en el mundo. Esta explosión demográfica contribuye al deterioro de la fertilidad de la tierra, incrementa la salinización, la escasez de agua, la expansión de la desertificación y la crisis asfixiante de vivienda.

«La mayoría de los países árabes no son capaces de producir alimentos para su pueblo. Existe una correlación directa entre la suficiencia económica, la estabilidad política, el desarrollo humano, la paz social y el éxito del sistema democrático.

«La explosión demográfica, junto al deterioro de la situación económica podría llevar a la explosión de las minas silentes en la sociedad. La solución es una estricta planificación familiar así como también una campaña para convencer a la gente sobre los beneficios del control de la población. Es difícil para cualquier gobierno, ya sea democrático o despótico, crear millones de nuevos puestos de trabajo para los graduados universitarios y otros. Es inevitable que la decepción será la suerte de los jóvenes que no logran alcanzar las recompensas que esperan de su revolución.

«Los seguidores del régimen despótico

«Uno de los obstáculos que enfrenta la democracia es que el régimen despótico que se ha basado durante mucho tiempo en una política de «divide y vencerás» y la creación de una gran parte de beneficiarios en dinero, altos cargos, estatus y otros privilegios. Estos individuos plenamente conscientes de que con la caída del régimen la retención de sus privilegios y su propia seguridad requerirán de una defensa desesperada del régimen despótico, la fuente de su sustento. Esto es lo que ocurrió con el lanzamiento de la guerra terrorista contra Irak después de la muerte de Saddam. Esto es lo que está sucediendo en Siria, Yemen y Libia».

«Resumen y conclusiones

«Las naciones árabes sufren de pobreza en sus tradiciones democráticas, la ausencia de una sociedad civil, la propagación de la corrupción, del clientelismo y el favoritismo en el gobierno, además de Islam político, la explosión demográfica, la crisis económica y el desempleo, las divisiones religiosas, sectarias y tribales. Todos estos factores son impedimentos para la transición del despotismo a la democracia».


[1] www.abdulkhaliqhussein.nl/print_version.php?id=472.