En un artículo publicado en el diario en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el escritor y periodista iraquí Khalid Al-Kishtainy pidió emitir un fatua contra el terrorismo unificado y acordado por los estudiosos islámicos de todo el mundo, que será ampliamente distribuido en los medios de comunicación y en lugares públicos y será enseñado en instituciones religiosas y educativas. Este escribió que la responsabilidad de eliminar el terrorismo islámico y la ideología que lo sustenta está en manos únicamente de los musulmanes y que sólo los esfuerzos persistentes en esta dirección darán los resultados requeridos.[1]
Khalid Al-Kishtainy (imagen: Al-Sharq Al-Awsat, Londres)
«El 21 de diciembre, 2016 la secretaría general del Consejo Superior de Clérigos de Arabia Saudita emitió una fatua que denuncia como infieles a todos los musulmanes que asesinan a sus compañeros musulmanes o aliados [de los musulmanes] cuya sangre está protegida y que no pueden ser asesinados [según el sharia]. [El fatua proclama] que cualquiera que lo haga cometerá una de las violaciones más graves, que no puede ser justificada de ninguna manera y le está prohibido entrar en el Paraíso. Este es un mensaje claro, pero lamentablemente no obtuvo la distribución y la atención que se merecía. El fatua fue emitido [precisamente] en un momento en que yo estuve pensando y pidiendo se emita un fatua a nivel global de este tipo, porque el terrorismo de los extremistas musulmanes se ha convertido en un monstruo cuya sombra se cierne sobre el mundo entero, amenazando a todas las sociedades humanas. No pasa ni un día sin que escuchemos noticias de una catástrofe [causada por este terrorismo], ningún país islámico y ningún país que intervenga en un país islámico, se salva de estos ataques terroristas].
«El terrorismo de los extremistas islámicos se ha convertido en un conocido [flagelo] y por lo tanto requiere de una respuesta rotunda y contundente. Los otros países [no-islámicos] [del mundo] han tratado de tomar varias medidas para vigilar a estos extremistas musulmanes, perseguirlos, cercar sus lugares de escondite y arrestar a sus líderes y partidarios. Pero la realidad demuestra que estos esfuerzos han sido inútiles, ya que los partidarios de Al-Qaeda, el EIIS, Boko Haram y sus congéneres se han multiplicado y se han difundido [en todo el mundo]. Su principal arma son sus creencias desviadas… y nosotros debemos combatirles utilizando la misma arma [es decir, la ideología religiosa]… [Para este fin] necesitamos un fatua global, acordado por todos los estudiosos islámicos de todos los países y sectas islámicas. Estos deben emitir un fallo notable que será distribuido en todas las mezquitas, escuelas, prisiones, instalaciones educativas y ejércitos y colocado en lugares públicos. Los maestros y clérigos lo leerán y lo explicarán desde los púlpitos de las mezquitas y en la televisión, radio, Internet y las redes [sociales]. Es importante persistir en estos esfuerzos, pues [sólo] reiterando obstinadamente [el mensaje], una y otra vez, lograremos obtener los resultados deseados.
«Debemos purgar las mentes enfermas de estas creencias fraudulentas y sin fundamento. Esta es una guerra que debemos librar. La gente en Occidente no puede hacerlo [por nosotros], la responsabilidad recae sobre nosotros. Si el EIIS alcanza sus objetivos lavándole el cerebro a los jóvenes [y llenándole sus mentes] de veneno, nosotros debemos purgar [sus mentes] utilizando el verdadero desinfectante, es decir, la verdadera fe que fortalece la mente y el conocimiento de uno».
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 1 de enero, 2017.