En un artículo publicado el 16 de junio, 2020 en el diario en Londres Al-Arab, el escritor iraquí Majid Al-Samara’i argumentó que el nuevo Primer Ministro iraquí Mustafa Al-Kadhimi puede ser la última y mejor esperanza para conducir a Irak hacia una mejor dirección, lejos de la hegemonía iraní.[1] Al-Samara’i, ex-diplomático de carrera, discutió la visita de Al-Kadhimi a Mosul el 10 de junio, la cual celebró seis años desde la invasión a la ciudad, perpetrada por el Estado Islámico (EIIS). Al-Samara’i vio la visita como evidencia de los esfuerzos realizados por Al-Kadhimi para combatir la corrupción, incompetencias y las amenazas a la seguridad nacional.[2]
El escritor argumentó que la agenda de reformas del nuevo primer ministro pudieran ser el tan esperado golpe de estado suave que pondrá fin al sufrimiento del pueblo iraquí bajo los corruptos partidos islamistas chiitas, siempre que consolide su poder sobre las fuerzas armadas iraquíes y alcance un mejor entendimiento con los manifestantes que derrocaron a su predecesor Adel Abul Mahdi y allanaron el camino a su nombramiento.
Al-Samara’i acusó a los representantes de Irán en Irak de lanzar una campaña mediática patrocinada por Teherán diseñada para poner en duda la capacidad de Al-Kadhimi a fin de realizar reformas y obstruir su agenda. Este afirmó que están utilizando la frustración de la población y la crisis financiera de Irak para representar a Al-Kadhimi como un líder débil, para luego manipularlo como deseen. Al-Samara’i concluyó instando al pueblo iraquí a extender su apoyo a Al-Kadhimi y a abstenerse de realizar críticas destructivas.
Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo:[3]
Al-Kadhimi durante su visita a Mosul (Fuente: Pmo.iq)
«No es algo malo, ni decepcionante, ver al nuevo Primer Ministro iraquí Mustafa Al-Kadhimi, visitar Mosul en conmemoración del sexto aniversario de la ocupación por el EIIS […] aunque no tenga la solución que traerá la alegría de vuelta a la ciudad.
«Si bien su visita tuvo dos dimensiones: táctica y ética, también pudo haber sido una oportunidad para que este viera la magnitud de la destrucción que tuvo lugar en los vecindarios de Mosul, en el terreno y tal vez le haya alentado a revelar finalmente quién fue principalmente el responsable de la invasión a Mosul y enjuiciarlo.
«El único consuelo en la visita fue que el visitante [Al-Kadhimi] es de descendencia iraquí, a diferencia del General iraní Qassem Soleimani, que solía deambular por las ciudades árabes sunitas durante las operaciones militares contra el EIIS, alardeando como un emperador liberador y alegando que fue Irán el que liberó Irak y no el ejército iraquí y su gran pueblo, incluyendo sunitas, chiitas, kurdos, turcomanos y cristianos.
«No se espera que los iraquíes, que han sido maldecidos por los desastres, le den la bienvenida y celebren a Al-Kadhimi, que acaba de terminar su primer mes en el cargo. Él mismo no espera tal cosa de ellos. Él mismo se da cuenta de que está rodeado de tiburones, que monitorean cada movimiento que este hace y que muy astutamente plantan a sus entrenados agentes dentro de sus aparatos.
«Los partidos políticos vigilan y espían sus reuniones y contactos, con el propósito de enviar información diariamente a las salas políticas y operativas en Teherán, que a su vez los instruyen a operar en el terreno y en los medios de comunicación para obstruir a [Al-Kadhimi], a pesar de que fue y sigue siendo el jefe de los servicios de inteligencia.
«Es ilógico representar a Al-Kadhimi como un salvador, como el genio de su época, o como un genio que emergió del útero del patriotismo iraquí y de la resistencia a la ocupación y al sectarismo. Este simplemente representa a la segunda generación de políticos iraquíes. Sin embargo, para su haber, no es ningún corrupto, es un producto de las condiciones más duras presenciadas por los partidos políticos, gracias a su propia corrupción.
«Un espectador tranquilo y sensato de la conferencia de prensa que este dio hace unos días concluyó que Al-Kadhimi está buscando independientemente una agenda que genere cambios. Si aprovechara hábilmente los recursos logísticos disponibles, este pudiese muy bien liderar un golpe de estado suave contra los partidos islamistas políticos chiitas y sus corruptos líderes.
«Hay dos herramientas que ayudarán a Al-Kadhimi a llevar a cabo su golpe de estado suave: la institución militar, la mayoría de cuyos comandantes ahora son leales a él y los movimientos de protesta, con su deseo revolucionario de cambio, siempre que pueda unificar sus agendas y protegerlos de posibles infiltraciones.
«No habrá mayor oportunidad que esta para lograr un cambio fundamental, particularmente cuando las fuerzas armadas iraquíes son incapaces de llevar a cabo un golpe de estado militar por si mismos contra los partidos corruptos.
«Ante este complicado entorno político y en medio de la frustración de la población en general, es fácil cuestionar la capacidad de Al-Kadhimi para generar cambios y es igual de fácil decir que él es tal cual como sus predecesores, particularmente cuando los motivos [detrás de tal juicio] se superponen con tales objetivos.
«Existen indicios de que la actual campaña de escepticismo [de Al-Kadhimi] está siendo lanzada por partidos que buscan mantener subordinado a Irak a la hegemonía iraní. Esta prematura y manufacturada campaña puede convertirlo, al igual que a sus predecesores, en una herramienta peligrosa en manos de estos partidos, aunque este ha prometido públicamente que siempre estará del lado del pueblo iraquí.
«Sin embargo, fue sorprendente ver las acusaciones que intercambiaron [Al-Kadhimi] e Iyad Allawi, líder de la Coalición Nacional del bloque parlamentario. Parecía algo más personal que político […] Parece ser que existe una brecha generacional entre los dos.
«No se debe culpar a los iraquíes que se ven frustrados con el proceso político y con sus símbolos por sentirse así […] pero las críticas no proveerán soluciones […] reales y quien piense que existen mejores opciones que Al-Kadhimi en este momento está delirando. Apoyar su programa de reformas puede ser la única oportunidad para lograr el cambio deseado y proporcionarle a Irak un alivio temporal».
[1] Véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 1515 – Irak en camino a la recuperación nacional de la hegemonía iraní – Parte III: Los primeros 30 días, 8 de junio, 2020.
[2] Pmo.iq, 10 de junio, 2020.
[3] Alarab.co.uk, 16 de junio, 2020.