En un artículo publicado el 3 de junio, 2020 en el diario en Londres Al-Arabi Al-Jadid, el analista político sirio Marwan Kabalan, quien reside en Gran Bretaña, destaca las similitudes entre los conflictos en Siria y Libia, incluso en términos de los poderes extranjeros involucrados en ambos países. Kabalan le advierte a los libios que si continúan con sus guerras internas, es muy probable que pierdan por completo su independencia y se encuentren en la misma situación que Siria: las potencias extranjeras que han interferido en su guerra derramarán sangre libia, destruirán a su país y finalmente también se harán cargo de las negociaciones destinadas a encontrar una solución a su conflicto. Estas potencias extranjeras, agregó, están haciendo todo lo posible para promover sus propios intereses en Libia, apropiarse de su petróleo y dividir sus recursos entre ellos una vez que finalice la guerra. Kabalan insta a los líderes libios de ambos bandos a aprender de los errores de los sirios y llegar a un acuerdo lo antes posible, para evitar de esta manera repetir el escenario sirio.
Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo:[1]
Marwan Kabalan (Fuente: Madardaily.com, 12 de octubre, 2017)
«Siria ha atraído considerable atención mundial en los últimos años como el escenario del gran conflicto en el Medio Oriente, entre las fuerzas que aspiran fortalecer su postura en medio de un cambio en el orden regional e internacional. Pero ahora parece ser que la campaña se ha movido de lugar, casi que con idénticos actores – hacia Libia al sur de la [cuenca] del Mediterráneo que, desde una perspectiva económica, es un premio mucho mayor que Siria, porque posee las mayores reservas de petróleo en África: alrededor de 48 billones de barriles de petróleo.
«Al igual que en Siria, el conflicto libio comenzó como una revolución popular y un alzamiento contra un régimen opresivo, que [respondió] con una política de violencia, proporcionándole de esta manera a las ambiciosas fuerzas regionales e internacionales la oportunidad de intervenir para hacer realidad sus propios intereses». El conflicto se intensificó recientemente luego de varios acontecimientos que se sucedieron, entre ellos el anuncio de Egipto el mes pasado al establecimiento de una coalición que integran Egipto, Grecia, Chipre, los Emiratos Árabes Unidos y Francia para enfrentarse a Turquía e impedir su creciente influencia en Libia y sobre [toda] la cuenca del Mediterráneo.
«En respuesta, la compañía petrolera nacional turca [la Corporación Petrolera Turca] acusó al Gobierno de Acuerdo Nacional [libio] [GAN] en Trípoli [encabezado por Fayez Mustafa Al-Sarraj] de otorgarle el permiso inmediato para comenzar a perforar petróleo en la zona económica exclusiva [del Mediterráneo] en Libia, que fue delineada a finales del año pasado en un acuerdo que establece la frontera marítima [de Libia] con Turquía…[2] Además, el apoyo militar turco al GAN comenzó a dar sus frutos, ya que le permitió al GAN enfrentar una serie de derrotas propinadas a las fuerzas del general retirado Khalifa Haftar en el área de Trípoli y a lo largo de la costa occidental.
“[Pero] el reciente desarrollo más destacado es que existen signos tempranos de una intervención militar rusa directa en Libia [en apoyo a] las fuerzas de Haftar, que hasta ahora han sido apoyadas por Rusia [solo] de manera informal, a través de mercenarios del [Grupo] Wagner…[3] Rusia de repente envió aviones MiG y Sukhoi a Libia, aparentemente en preparación para intervenir directamente en la campaña al oeste del país.
«Todos estos acontecimientos nos recuerdan lo sucedido en Siria en el año 2015 [cuando Rusia envió fuerzas por primera vez a ese país], con solo algunas pequeñas diferencias. Por ejemplo, en Libia, Francia se puso del lado de Rusia en contra de Turquía… a pesar de su oposición a la política rusa de establecer su influencia en Siria. En cuanto a los Estados Unidos, al igual que en el caso de Siria, este se encuentra dividido internamente y duda en involucrarse directa y profundamente en el conflicto libio. Esto a pesar del hecho de que, en el 2011, estuvo detrás de la caída del [entonces líder libio Muammar] Gadafi, cuando dirigió los ataques aéreos de la OTAN [contra Libia, es decir, la Operación Protector Unificado] que marcó el final del mandato de 40 años del tal miserable coronel. Las diferencias de opinión entre los estadounidenses son reveladas en la postura tomada por el Presidente Trump, que parece estar más cerca a la de los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Francia, en comparación con la postura de la institución estadounidense, en especial el Departamento de Defensa, que se opone a la propagación de la [influencia] rusa en la cuenca del Mediterráneo… Si bien el Departamento de Defensa no está muy contento con la política turca en Siria, este tiende a apoyar la postura de Turquía en el conflicto con Rusia en Libia, como sustituto de la directa participación estadounidense en el lugar…
«El espacio no permite especificar [todas] las diferentes similitudes entre las situaciones de Siria y Libia. Pero para decirlo brevemente, el conflicto dentro y sobre Libia va en dirección a otra escalada. Uno no necesita ser un experto analista para ver lo qué viene, porque es suficiente leer un libro [de historia] siria para saber lo que sucederá en Libia: Muy pronto los libios perderán por completo la capacidad de tomar decisiones [independientes] y se convertirán en expertos, observadores y comentaristas sobre la intervención extranjera en los asuntos de su país. Luego, cuando [las potencias extranjeras] se cansen de combatir derramando sangre libia; cuando hayan probado sus armas sobre los libios y su país, a fin de incrementar su participación en el mercado mundial de armas; y cuando hayan demolido el muro final que quedo de pie en el país, se sentarán alrededor de la mesa de negociaciones [para proponer] las iniciativas de una reconstrucción nacional.
«Si los políticos libios tuviesen una pizca de perspicacia, algo que le falta a sus hermanos sirios, deberían darse prisa y resolver sus diferencias y llegar a un acuerdo sobre la distribución de recursos y poder entre ellos – antes que los demás [es decir, los extranjeros] se dividan entre ellos. El sabio es el que aprende de [los errores de] los demás».
[1] Al-Arabi Al-Jadid (Londres), 3 de junio, 2020.
[2] Para más información, consulte la serie de MEMRI Despacho Especial No. 8418 – Medios de comunicación de Egipto y aliados: Memorandos de entendimiento (MDE) entre Turquía y el gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) de Libia reflejan ambiciones belicistas y hegemónicas de Turquía, 17 de diciembre, 2019.
[3] El Grupo Wagner es una compañía privada militar rusa cuyo director es conocido por sus vínculos cercanos con el Presidente ruso Vladimir Putin y cuyas actividades conforman la política exterior rusa. Para obtener más información sobre la participación militar rusa en Libia, consulte la serie de MEMRI Despacho Especial No. 8771 – Tras derrota del aliado ruso Khalifa Haftar, Rusia envía sus aviones para proteger a Haftar y su inversión en Libia en medio de críticas internas, 28 de mayo, 2020.