El escritor emiratí Salam Hamid, fundador y director del Centro de Estudios e Investigación Al-Mezmaah en Dubái, publicó un artículo en el diario de los Emiratos Árabes Unidos Al-Ittihad, titulado «El costo de la expulsión de los judíos árabes» en el que lamentó la expulsión de los judíos de los países árabes luego de la creación del Estado de Israel en el año de 1948. Esta expulsión, dijo, fue un grave error, ya que los países árabes «perdieron una población considerada élite con importantes riquezas, propiedades, influencia, conocimiento y cultura», que pudo haberlos ayudado, incluso en contra de Israel y perdió la potencial contribución de los judíos en muchas esferas, especialmente en el área financiera. Los árabes, añadió, deberían haber aprendido una lección sobre el tema de la expulsión de los judíos de España en 1492 y sobre la expulsión de los judíos de Europa por causa de Hitler, que finalmente perjudicó a los países que perdieron a su población judía. Hamid afirmó además que el antisemitismo, el cual está profundamente arraigado en las sociedades árabes, deriva de los libros que enseñan la herencia islámica, estudiados en las escuelas de todo el mundo árabe y por ende, pidió una revisión de los planes de estudio para fortalecer la tolerancia y desterrar el extremismo.

Salam Hamid (Fuente: I.ytimg.com)

Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo:[1]

«Durante los años que siguieron a la declaración de la creación del Estado de Israel en el año 1948, la mayoría de los países árabes expulsaron a sus ciudadanos judíos, siendo estos aproximadamente 900.000 personas. Con este comportamiento aparentemente extraño, los países árabes le concedieron un gran regalo a la creciente nación hebrea. Esto me hace preguntarme: ¿Por qué fueron deportadas todas estas personas y cuál fue su crimen?

«Con el tiempo, esta expulsión tuvo repercusiones desastrosas, cuando resultó que los árabes perdieron una población élite con importantes riquezas, propiedades, influencia, conocimiento y cultura. Muy pronto, los árabes libraron guerras inútiles contra Israel, hasta que fueron derrotados en junio de 1967 con grandes e importantes pérdidas, sin embargo, la mentalidad de los líderes árabes persistió, mientras hilaban teorías de conspiración a sus derrotados pueblos y buscaron chivos expiatorios para justificar sus repetidas derrotas ante Israel.

«Si alguna vez usted visita Israel, verá a ciudadanos de diversos colores, al igual que en los Estados Unidos. Estos ciudadanos llegaron como inmigrantes de todo el mundo, de varias razas y casi la mitad de ellos son de países árabes. Cualquier persona inteligente sabe que los judíos vivieron en países árabes durante 2.000 años antes de ser expulsados ​​arbitrariamente; sin embargo, aquí están ahora, constituyendo la mitad de los ciudadanos de Israel.

«El solo ver el número de judíos que permanecen en sus países árabes aclara la diferencia entre el pasado y el presente. En el pasado, había cientos de miles de ciudadanos judíos en Irak, Egipto, Yemen, Siria y el Magreb, mientras que hoy solo quedan muy pocos de ellos. Mientras tanto, los palestinos constituyen el grupo más grande de solicitantes de asilo del mundo. Unos 700.000 de ellos abandonaron sus tierras después de la guerra de 1948, no solo por la guerra, sino por varios líderes árabes que les pidieron abandonar las áreas judías para que pudieran regresar después de que el incipiente estado judío fuese destruido. Cabe señalar que en sus memorias, el entonces primer ministro de Siria Khalid Al-‘Azm, reconoció el papel desempeñado por los árabes para convencer a los palestinos de que se marcharan – un error cuya gravedad los árabes no comprendieron, que creó la crisis de los refugiados palestinos y que motivó la fundación de la UNRWA [Agencia de Ayuda de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente] en 1949…

«Nuestro problema en el mundo árabe es nuestra mentalidad y nuestro odio hacia los judíos. No hemos podido aprender la lección que nos ha provisto la historia, cuando otras naciones antes que nosotros expulsaron a sus ciudadanos judíos. Cuando España expulsó a sus judíos en el año de 1492, el país y sus colonias se vieron privados de un grupo de personas conocidas por su talento en economía, finanzas y préstamos de dinero. En cuanto a Alemania, este hubiera precedido a los Estados Unidos en la creación de la bomba atómica si Hitler no hubiera expulsado a los inventores judíos de la bomba, tales como Albert Einstein y Edward Teller. Si los árabes hubieran dado una mirada de pasada a la contribución hecha por los judíos, especialmente en el sector financiero, durante las épocas omeya y abasí, hubiesen aprendido la lección y no hubieran cometido el error de expulsar a los judíos árabes, que incluso hubiesen podido ayudar a los regímenes árabes en contra de Israel.

«Este odio por los judíos no comenzó con la creación del Estado de Israel. Es una ideología que aún se difunde en los libros que enseñan nuestra herencia, que reflejan los fatuas personales de épocas pasadas y se adaptaban a aquellos tiempos que carecían de la franqueza de hoy día. Por lo tanto, este odio seguirá existiendo mientras nuestros heredados libros de texto sigan incitando el odio contra los judíos, tan temprano como en la escuela primaria.

«Un cambio fundamental a los programas de educación es requerido en todos los países árabes: deben borrarse todos los elementos de incitación, debe fortalecerse un lenguaje de tolerancia y debe evitarse cualquier fanatismo de cualquier escuela de pensamiento o ideología en particular, porque el odio es una enfermedad infecciosa que afecta negativamente a las sociedades y a ambos a la gente simple y a la estudiosa».


[1] Al-Ittihad (EAU), 13 de septiembre, 2020.