En un artículo el 26 de marzo del 2009 publicado en el diario electrónico liberal árabe Elaph, el escritor jordano-americano Dr. Shaker Al-Nabulsi criticó a los países árabes por rechazar la normalización de relaciones con Israel, en donde argumentó, que estas estaban motivadas por el negativismo que es inculcado por los líderes políticos que se sirven a si mismos de la mentalidad árabe. Al-Nabulsi declaró que eran Egipto y Jordania en lugar de Israel que se beneficiarían de sus tratados de paz con Israel, de que Israel estaba desilusionada y descorazonada por la actitud de los árabes hacia esta y que no tenía ningún incentivo firmar más tratados de paz con los árabes.

A continuación se presentan extractos del artículo de Al-Nabulsi: [1]

Si no fuera por el «insolente negativismo» de los árabes, una solución al problema palestino no tardaría en venir

«El 26 de marzo de 1979, Egipto e Israel firmaron un tratado de paz. De esta manera Egipto – el estado más grande y más importante involucrado en el conflicto árabe-israelí – se convirtió en el primer país en tener relaciones pacíficas con Israel. Esto tomó al mundo entero por sorpresa, causó una insurrección en la calle árabe, y conmocionó las bases del mundo árabe y musulmán. Este alzamiento, sin embargo, no fue nada más que una conmoción surgida por una bandada de gallos que cayeron en un charco de agua, se revolcaron y estaban ahora agitando sus plumas para que se sequen. Los árabes, que no están acostumbrados a los giros racionales abruptos de la civilización se volvieron frenéticos. Se resistieron a la inminente paz, encarnada en la persona de su valeroso y racional líder, el Presidente [Anwar] Al-Sadat, quién había restaurado a Egipto todo lo que este había perdido a causa de las aventuras políticas y militares de Abd Al-Nasser, que la habían [llevado] a la destrucción y devastación.

«Aunque Sadat instaló a Egipto en un lugar que este bien se merecía en el Medio Oriente y a nivel mundial, los árabes fueron engullidos por una enfadada rabia que no conocía límites. Hoy, 30 años después de la histórica acción de Sadat, han comenzado a entrar en sus sentidos y lamentar todo lo que le hicieron a Egipto y el rechazar la paz [con Israel]. Se están mordiendo los nudillos en remordimiento por sus acciones pasadas de locura: Expulsar a Egipto de la Liga Árabe (aka el Café de los Necios) y el transferir el cuartel general de la Liga Árabe del Cairo a Túnez; boicotear los libros de Naguib Mahfouz y películas basadas en ellos; emplear toda clase de horribles medidas contra Egipto y colocándolo en el mismo contenedor de la balanza con su peor enemigo, Israel.

«Los árabes rechazaron la normalización de relaciones [con Israel] porque [aceptarla habría sido] una [acción] positiva, mientras que resistirla era una [acción] negativa. Es mucho más fácil decir ‘No’ en árabe, [ya que] los árabes son un pueblo negativo. [De hecho], si no fuera por este insolente negativismo, una solución al problema palestino y el establecimiento del estado palestino no hubiese quedado atrás en estos últimos 60 años. Los palestinos nunca lograrán algo mientras que los árabes persistan en su fanatismo y su negativismo, [no ganen] confianza en sí mismos, continúe nutriendo en sus mentes la cultura de guerra, y sean incapaces de formar un punto vista correcto y realista del futuro».

«La cultura de paz en los países árabes es inexistente»

«¿Por qué actuaron de esta manera los árabes en 1979 y después – [como si] estuviesen controlados por demonios [destruyendo] la paz y ángeles [instigando] la guerra? La respuesta más obvia es que, en el mundo árabe, la cultura de paz es virtualmente inexistente, mientras la cultura de la guerra predomina, debido a las declaraciones de líderes políticos falsos concerniente a la obligación de [todos] en apoyar la lucha armada. En sus propios países, estos políticos están plagados con problemas sociales y políticos, así como también [la falta de] desarrollo económico – qué [los incita] a optar por apoyar la lucha armada, con el fin de desviar la atención de sus asuntos a los problemas que se siguen amontonando en sus países…

«Es más, patrocinar a los movimientos de resistencia le hace a estos regímenes un gran servicio, en que refuerzan su poder e influencia, y al mismo tiempo les permite que cuelguen sus distintos problemas en un perchero, el cual es Israel y Norteamérica. Esto, [a su vez], desensibiliza a las masas e inculca en sus mentes con las nociones de que Occidente e Israel son débiles, que Israel desaparecerá en un futuro cercano y que una figura política milagrosa está a punto de venir y restaurarle a los palestinos sus tierras [ocupadas]. De esta manera, la cultura de paz en estos países no existe, ni puede ser cultivada, debido a una falta de educación y medios de comunicación libres que inculcarían en las mentes de los ciudadanos valores humanistas que – como Lafif Lakhdar han mostrado – son la columna vertebral de la cultura de paz. Estos estados ni le enseñan a la generación joven a pensar independientemente, razonar realista y racionalmente o librarse a si mismos de la obsesión con las afiliaciones [políticas] y la lucha religiosa.

«La política de rechazar la normalización de relaciones con Israel perseguida por los dos países árabes que firmaron tratados de paz con esta (Egipto y en especial Jordania) es un crimen político horrendo contra los palestinos, el cual está siendo cometido [aunque] inconscientemente, por los árabes. Esta política que es promovida por las corrientes islamistas y pan-arabistas y por los defensores de la corriente del rechazo y la decepción, es una decisión política de incomparable estupidez e imprudencia. Esta política idiota de rechazar la normalización de relaciones ha demostrado ser de gran beneficio para Israel, lo cual se manifiesta de varias maneras:

1. Israel ha podido converger a la opinión pública mundial el mensaje siguiente: Queremos la paz, pero los árabes la niegan, aunque los gobernantes [árabes] la hayan aceptado.

2. Israel se presenta a si mismo como un país que está siendo hostigado y en necesidad de protección por Occidente y los Estados Unidos, ya que todos los árabes están en contra de este. Por consiguiente, [clama], que el apoyo político, financiero y militar a esta debe crecer en lugar de disminuir o detenerse en su totalidad.

3. La extrema derecha de Israel, liderada por Likud e Israel Beiteinu, ha demostrado al mundo que tienen razón mientras el partido Obrero y aquéllos que firmaron los dos tratados de paz con los árabes estaban engañados y cometieron un grave error. Esto resultó en un número mayor de declaraciones de Netanyahu al efecto de que la idea de ‘tierra por paz’ ya no existe, y que si Israel acuerda a una paz hoy, debe hacerla a cambio de paz en lugar de tierra. Lo que incitó a Netanyahu a hacer esta denuncia es la experiencia de Israel durante los últimos 30 años, es decir, desde el tratado de Camp David de 1979 – es decir, el rechazo y reserva de los árabes, que no han alentado a Israel a que firme más de los tales tratados».

«Israel ha comprendido que un tratado de paz con los árabes no vale ni un higo»

«4. Israel – su gobierno, su opinión pública, su Knesset, y sus medios de comunicación – han comprendido y se han convencido que un [tratado] de paz con los árabes no vale un higo, o el papel en que está escrito. Consideren a Egipto. Recuperó todo el desierto del Sinaí y también Taba, sin perder ni un penique o un soldado. Es más, no sólo hizo asignar los fondos que habría gastado por otra parte en el ejército y en las armas en varios proyectos de desarrollo, pero en los últimos 30 años ha recibido también ayuda de los [Estados Unidos] que suma centenares de billones [de liras egipcias] (aproximadamente 50 billones de dólares americanos). Aun así lo único que Israel obtuvo a cambio es un apartamento en el Cairo, que ellos convirtieron en una embajada, y en donde el embajador [israelí] y el personal de la embajada viven [efectivamente] encarcelados. [De hecho], sólo pueden moverse bajo la protección del servicio de inteligencia [egipcio] y la guardia de seguridad. A Israel se le prohíbe participar en la vida pública egipcia, incluso en las ferias de libros. De hecho, Israel no tiene ninguna parte en lo absoluto en la vida pública egipcia y lo mismo se sostiene para Jordania.

«Entonces cómo podemos nosotros esperar que Israel firme más acuerdos de paz con el resto de los países árabes, y especialmente Siria, después de su [descorazonada y] amarga experiencia con Egipto y Jordania. Y no obstante, sin una paz comprensiva y a pesar de todo lo anterior, durante los últimos 30 años, Israel ha progresado política, militar, cultural y económicamente – mientras los árabes han quedado rezagados. La [política árabe de] aislar a Israel le ha dado a esta fuerza y ha activado su avance. Salvo algunos países árabes, Israel es reconocido por el mundo entero. El ejército de Israel se ha convertido en el ejército más fuerte en el Medio Oriente. Su ingreso anual per cápita ha alcanzado los $18,000, que totaliza la suma del ingreso per cápita de todos los países árabes juntos, con excepción de los estados del Golfo. Cultural y científicamente, Israel es uno de los países más avanzados del mundo… Tres de sus universidades (la Universidad Hebrea [de Jerusalén], la Universidad de Tel Aviv, y la Universidad de Haifa) están catalogadas entre las 20 mejores universidades en el mundo, mientras ninguna universidad árabe esta en alguna lista entre [incluso] las 400 mejores universidades en el mundo (la universidad del Cairo está en el puesto numero 401)».

«El éxito de Israel y la mayoría de sus logros puede atribuirse a los fracasos y derrotas de los árabes y palestinos»

«Todo esto ha logrado Israel a la sombra de la hostilidad [árabe] y la guerra mediática emprendida contra esta por los árabes. Entonces qué interés tiene Israel de hacer la paz con los árabes la cual es ilusoria y frágil, qué [deba comprar] con las preciadas tierras árabes, y qué – repito – no vale ni un higo, o el papel en que [los tratados de paz] sean firmados. Por consiguiente, podemos concluir que el éxito de Israel y la mayoría de sus logros puede atribuirse a los fracasos y derrotas de los árabes y palestinos. Si el oponente de Israel no fueran los palestinos con su liderazgo cobarde y entupido, sino alguna otra nación, habrían establecido un estado independiente hace mucho tiempo.

«[Quiénes fueron estos líderes palestinos?] Haj Amin Al-Husseini (un estudiante de Al-Azhar, que fue expulsado de la universidad durante su primer año), Ahmad Al-Shuqeiri (un abogado mediocre), Yasser Arafat (un ingeniero civil trabajando para la municipalidad de Kuwait) e Isma’il Haniyya (imam en una mezquita) – mientras, en el lado de Israel, estaban [Teodoro] Herzl (doctor en leyes) y la familia Rothschild (el cofre del oro del mundo). Es de notar, [a propósito], que los Rothschilds le dieron a Harry Truman dos millones de dólares para su campaña en las elecciones como condición de que reconozca a Israel inmediatamente a su elección – y esto precisamente es lo que sucedió. Luego vino Ben Gurion, el sobresaliente líder que acabó con el terrorismo sionista derechista.

«Cualquiera que lea mi libro Tren del AsentamientoUn estudio en el compromiso palestino, publicado en 1986, comprenderá el gran número de oportunidades doradas para establecer el estado palestino que el liderazgo palestino y árabe han perdido. El liderazgo palestino puso sus esperanzas en la Guerra Fría entre las dos superpotencias, los Estados Unidos y la Unión Soviética, y no anticipó a la súbita caída del Bloque Oriental. [Como consecuencia], en los años noventa, se volvieron dependientes de los Estados Unidos. Para esa época, sin embargo, los Estados Unidos ya se habían aliado a Israel con varios tratados estratégicos (comenzando en 1967), a causa de la cual llegó a ser considerado el estado número 51 de Norteamérica.

«Para resumir, tal como hemos mostrado, fueron los árabes quienes se beneficiaron de la paz parcial entre Israel y Jordania, mientras Israel fue el perdedor. Por consiguiente, Israel no firmará más ningún acuerdo de paz con los árabes en un futuro cercano – y si lo hace, será en extrema cautela y en condiciones exigentes. Y que la paz esté en ustedes todos».


[1] www.elaph.com, 26 de marzo, 2009.