Recientemente, el escritor afgano Zahid Aria escribió un artículo en el que examina el reciente giro pro-talibán en la política exterior de Irán. Delegaciones del Emirato Islámico de Afganistán (la organización de los talibanes) visitaron Teherán en los últimos años, en ocasión especial cuando los talibanes y los Estados Unidos estuvieron involucrados durante 18 meses en negociaciones en Doha.

En el artículo titulado «Relaciones Irán-Talibán: ¿Asociación estratégica o conjunto de herramientas estratégicas?» – Zahid Aria argumentó que en los años posteriores al 11-S el gobierno iraní cambió su política hacia los talibanes de una de hostilidades a acoger y apoyar al grupo yihadista.

Lo siguiente son extractos del artículo:

«¿Son las relaciones entre los talibanes e Irán una sociedad estratégica o un conjunto de herramientas estratégicas? Histórica e ideológicamente, Irán y los talibanes son muy diferentes»

«El 27 de noviembre, 2019 el jefe del Buró Político del Talibán, Mullah Abdul Ghani Baradar, visitó Teherán y se reunió con el canciller de Irán Javad Zarif. Según el canal de televisión iraní Press, hablaron sobre la disposición de Teherán en facilitar un diálogo interno afgano. Basados en una declaración de Suhail Shaheen publicada en Twitter, el portavoz del Talibán en Doha, la delegación Talibán y el canciller iraní discutieron una solución pacífica al tema de Afganistán y el problema de los inmigrantes afganos en Irán, aunque no fue el primer viaje de los líderes políticos talibanes en reunirse con funcionarios iraníes.

«Cuando Donald J. Trump, el Presidente de los Estados Unidos, declaró ‘muerta’ las conversaciones de paz entre los Estados Unidos y los talibanes y suspendió [en septiembre del 2019] las negociaciones debido al ataque mortal perpetrado por los talibanes en Kabul, que mató a 12 civiles y a un soldado estadounidense, los talibanes comenzaron sus visitas regionales a China, Pakistán, Irán y Uzbekistán. A finales de septiembre del 2019, el mulá Abdul Salam Hanafi, delegado del Politburó Talibán junto a sus cuatro colegas viajaron a Teherán y se reunieron con funcionarios de la cancillería iraní.

«La pregunta que surge aquí es: ¿son las relaciones entre los talibanes e Irán una asociación estratégica o un conjunto de herramientas estratégicas? Histórica e ideológicamente, Irán y los talibanes son diferentes. Ideológicamente, los talibanes son extremistas sunitas que siguen la Escuela del Islam Deobandi, mientras que Irán es un país musulmán chiita mayoritario seguidor de la fe chiita Jafari [es decir, secta]. Además de sus diferencias sectarias e ideológicas, la República Islámica de Irán prefiere describirse como el tener una amarga historia de rivalidad geopolítica.

«Cuando en 1996 los talibanes tomaron Kabul y establecieron el Emirato Islámico de Afganistán [que gobernó el país hasta unas pocas semanas después del 11-S], estos fueron reconocidos por los rivales regionales de Irán tales como Pakistán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. En reverso, Irán apoyó el frente de la Alianza Norte contra los talibanes bajo el liderazgo del comandante Ahmad Shah Massoud. En agosto de 1998, los talibanes capturaron la ciudad de Mazar-e-Sharif en la provincia norteña Balkh en Afganistán y asesinaron a 10 diplomáticos iraníes así como también un corresponsal iraní. Después de este incidente, Irán desplegó miles de sus tropas en el límite fronterizo entre los dos países, pero evitó cualquier intrusión directa en Afganistán».

Después del 11-S, Irán «comenzó a apoyar financieramente a los talibanes y les proveyó de armamentos, equipos e instalaciones de salud a sus combatientes en suelo iraní»

«Por lo tanto, debido a la cambiante situación política en Afganistán y en la región [luego de los sucesos del 11-S], los iraníes también cambiaron la dirección de su política exterior e intereses y comenzaron a apoyar financieramente a los talibanes y les proveyeron armas, equipos e instalaciones sanitarias a sus combatientes en suelo iraní. Funcionarios afganos al oeste de Afganistán afirman que los talibanes en las provincias occidentales del país están siendo respaldados por Irán en muchos de sus hábitos y costumbres.

«Dados los hechos anteriores, ¿qué impulsa a Irán a hacerse amigo de los talibanes? ¿Se ha olvidado Irán del incidente de Mazar-e-Sharif y ha perdonado a los talibanes? ¿Ha cambiado Irán su estrategia de relaciones hostiles a amistosas hacia los talibanes debido a sus intereses creados? Existen ciertos puntos en común que acercan a Irán y los talibanes, tal como sigue.

«Primero, la presencia de las fuerzas estadounidenses en Afganistán:

«Luego de los ataques del 11-S, los estadounidenses invadieron Afganistán, derrocaron al régimen Talibán, poniendo fin a su gobierno autocrático en Kabul. Desde ese entonces, los talibanes resurgieron y continuaron luchando contra las fuerzas militares internacionales – todo esto fuera de las defectuosas estrategias estadounidenses posteriores al colapso del régimen- Talibán.

«Cronológicamente, las rivalidades entre Estados Unidos e Irán se remontan a la Revolución Islámica de 1979 y al cambio de régimen, cuando los revolucionarios iraníes tomaron como rehenes a los diplomáticos de la embajada estadounidenses en Teherán. Este no fue el único motivo de disputa entre los Estados Unidos e Irán, sino el ir tras la bomba atómica, la presencia de Sepah Quds (Ejército Quds), Lashkar Fatemyioun (División Fatemiyoun) en el Medio Oriente y el apoyo a diferentes grupos militantes chiitas tales como Hezbolá del Líbano (un grupo militante chiita en el Líbano), al-Hashd ash-Shabi (Unidad de Movilización Popular) en Irak y el grupo militante chiita houtie en el Yemen devastado por la guerra, son los otros factores importantes en las tumultuosas relaciones entre Estados Unidos e Irán. Dados los actuales desarrollos políticos en la región y Afganistán en particular, Irán apoyando su colaboración con los talibanes es contrarrestar la influencia de los Estados Unidos en la región en todas sus formas posibles».

«La razón detrás del apoyo iraní a los talibanes en las provincias occidentales es evitar la construcción de más represas; tal inestabilidad en efecto ayudará a Irán»

«Segundo, la presencia del Estado Islámico de la provincia de Jorasán (ISKP) en Afganistán

«En el 2015, el autoproclamado Estado Islámico del Levant [EIIS] anunció su presencia en la parte oriental de Afganistán bajo el título de ISKP. Esta área geográfica teórica abarca partes de Irán, China, Asia Central, Pakistán, el Subcontinente Hindú y el Sudeste Asiático hasta cierto punto. Desde el surgimiento de ISKP, los talibanes anunciaron su oposición y declararon el yihad contra ellos; mientras que en ese momento, militantes chiitas respaldados por Irán combatían contra el EIIS en Irak y Siria. Por lo tanto, para contrarrestar la amenaza del ISKP, Los iraníes cambiaron su política de lucha contra los talibanes en su frontera oriental y comenzaron una colaboración con los talibanes para lograr este fin.

«Tercero, la disputa por el agua entre Irán y Afganistán

«El alarmante nivel de escasez de agua y de sequía es de gran preocupación tanto para Irán como para Afganistán. Cada bando sufre sequías agudas debido al cambio climático y la falta de una gestión adecuada del agua. El río Helmand, que se origina en las montañas de Baba e Hindukush en Afganistán, fluye hacia el este de la provincia iraní de Seistán y Beluchistán, debido a la disminución del nivel de nieve y de lluvia en las montañas Hindukush y Baba y la construcción de represas en el río Helmand, el flujo de agua se ha reducido notablemente hacia Irán.

«Sin embargo, en 1973, Irán y Afganistán firmaron un acuerdo en el que Afganistán aceptó el flujo de agua hacia Irán a 22 metros cúbicos de agua por segundo con una opción para que Irán compre cuatro metros cúbicos adicionales de agua. A cambio, Irán acordó permitir que los comerciantes de Afganistán utilicen los puertos de Bandar Abbas y Chabahar sin ningún tipo de condición previa, pero el acuerdo no fue ratificado ni implementado debido a los disturbios políticos en ambos países, particularmente en Afganistán.

«Recientemente, Afganistán a través del apoyo financiero de India construyó la represa de Salma en el distrito de Chishti Sharif en la provincia de Herat y comenzó a construir la represa de Kamal Khan en la provincia de Nimroz, a la que Irán se opone estrictamente. Por lo tanto, la razón detrás del apoyo iraní a los talibanes en las provincias occidentales es evitar la construcción de más represas; tal inestabilidad en efecto ayudará a Irán a aprovechar el río Helmand, de manera poco sistemática y sin ningún tipo de acuerdo».

«Cuando los talibanes se encontraban en el poder en Afganistán, rechazaron cualquier vínculo cultural entre Irán y Afganistán e ignoraron los intereses de Irán».

«En consecuencia, el problema de Afganistán requiere de una solución política, porque la historia ha demostrado el hecho de que ningún bando puede eliminar totalmente al otro y ser el vencedor final. De todos modos, Irán ve al Talibán como un actor potencial en el futuro de la arena política de Kabul, donde su canciller Javad Zarif, sostuvo: «Creo que sería imposible tener un futuro Afganistán sin ninguna participación de los talibanes». Por lo tanto, Irán desea mantener sus relaciones con los talibanes antes de que se llegue a un acuerdo de paz entre los talibanes, Estados Unidos y el gobierno afgano.

«Finalmente y aún así importante, la relación entre Irán y los talibanes no es una asociación estratégica; más bien es un conjunto de herramientas estratégicas. Debido a que existen enormes diferencias ideológicas e históricas irreconciliables entre los dos, pero por el bien de los intereses mutuos, este matrimonio de conveniencia es, en el mejor de los casos, un juego estratégico de herramientas. Dicho esto, ni los talibanes son amigos confiables de Irán debido a su asociación estratégica con Arabia Saudita, Pakistán y los Emiratos Árabes Unidos, todos los rivales regionales de Irán más la ideología revolucionaria chiita [opuesta a ellos] – ni Irán es amigo confiable de los talibanes debido a sus diferencias ideológicas y sus vínculos con los grupos étnicos tayikos y hazaras en Afganistán.

«Aparte de otros temas, los talibanes nunca se han mostrado contentos con la influencia cultural de Irán en Afganistán. Por ejemplo, cuando los talibanes estaban en el poder en Afganistán, rechazaron cualquier vínculo cultural entre Irán y Afganistán e ignoraron los intereses de Irán. En total, en caso de cualquier acuerdo político en Afganistán, ni Irán ni los talibanes se verán como socios estratégicos; más bien, su colaboración girará en torno a la proporcionalidad estacional de intereses en un tiempo determinado de manera que logre realizar sus propios objetivos».

Fuente: Khaama.com (Afganistán), 6 de abril, 2020. El idioma original del artículo ha sido ligeramente editado para su claridad y comprensión.