Las sucesivas atrocidades cometidas por el Estado Islámico (EI, anteriormente llamado el Estado Islámico en Irak y Al-Sham – EIIS) han alejado la discusión a un entendimiento del programa político de esta organización, creando la errónea impresión de que se trata simplemente de una versión mucho más viciosa de Al-Qaeda. De acuerdo con este punto de vista, esta organización supuestamente tiene la intención de atacar Occidente a través de sus militantes extranjeros con pasaportes occidentales y que pudiera regresar a los países occidentales a fin de llevar a cabo ataques terroristas – y por lo tanto es de suma importancia destruirla inmediatamente. El Rey saudita ‘Abdallah bin ‘Abd Al-Aziz promovió este enfoque cuando dijo que estaba seguro que los jihadistas «llegarían a Europa en un mes y a Estados Unidos en el plazo de dos meses».[1]

Este informe tiene por objetivo aclarar la doctrina del EI con base en los escritos y discursos de sus líderes oficiales en la organización. Se argumentará que, a diferencia de Al-Qaeda, el EI prioriza no contra el terrorismo global, sino más bien en el establecimiento y consolidación de un estado, y por lo tanto plaza el choque con Occidente a una etapa muy posterior. En esto, está emulando y recreando el modelo islámico de sus comienzos.

A diferencia de Al-Qaeda, el EI da prioridad a la edificación del estado

Aunque el EI y las organizaciones jihad global afiliadas a Al-Qaeda comparten creencias similares acerca de la necesidad de emprender el jihad por la causa de Alá y establecer un califato en el que será instaurada la ley del sharia islámico, existe una distinción importante entre estas en términos al orden de prioridades para la implementación de estos importantes objetivos. Mientras que en Al-Qaeda, se hace hincapié en el jihad a nivel global antes de la declaración de la anhelada doctrina del califato islámico (véase la declaración al jihad por Osama bin Laden el 23 de febrero, 1998 contra los cruzados y los judíos), el EI se caracteriza por dar prioridad a la creación y consolidación del estado del califato como el objetivo inmediato y primordial.[2] Este objetivo es presentado por los líderes como una cuestión de supervivencia[3] que garantiza hacer concesiones dictadas por la realidad, el compromiso principal es el aplazamiento de la lucha con Occidente para un futuro lejano. En otras palabras, la doctrina del EI bajo Abu Bakr Al-Baghdadi abandona explícitamente el choque frontal con Occidente a futuros diferentes, y se concentra en lo inmediato en la región donde se estableció el califato islámico.[4] La revista en inglés del EI en Dabiq dice que el Estado islámico «es una maravilla de la historia que sólo ha llegado a pavimentar el camino a al-Malhamah al-Kubra [la gran batalla contra los cruzados al final de los días]».[5]

Por otra parte, la visión de Al-Baghdadi del Estado islámico está inspirada en la antigua historia del Islam, y por lo tanto no desciende al nivel de revolcarse en la política y las luchas contemporáneas del Medio Oriente. Por lo tanto, se ocupa de cuestiones políticas, tales como la lucha nacional palestina de una manera bastante marginal, e incluso las pospone también para la era del Fin de los Días.[6]

En la etapa actual, el EI se concentra en consolidar su dominio en partes de Irak y Siria ya conquistadas, y en la expansión de su imperio en estos países, comenzando por las zonas donde existe una mayoría sunita.[7] La siguiente etapa será la conquista de los estados musulmanes limítrofes[8] el segundo número de la revista Dabiq cita un hadith fiable del Profeta que define con precisión el orden de prioridades de la organización tras la creación del estado – primero en Arabia Saudita, luego Irán y en última instancia, «Roma»:[9] «Ustedes invadirán la Península Arábiga, y Alá les permitirá conquistarla. Invadirán luego Persia, y Alá les permitirá conquistarla. Luego invadirán Roma, y les permitirá conquistarla. Luego combatirán contra el Dajjal, y Alá les permitirá conquistarla».[10] En su declaración del califato, el portavoz del EI Abu Muhammad Al-‘Adnani declaró que la zona del cual el califato se expandirá es la región actualmente bajo mandato de Al-Baghdadi, extendiéndose desde «Alepo a Diabla».[11]

Lo que suplanta la lucha contra Occidente en esta etapa son los deberes del hijra [migración al estado del califato islámico] y bay’ah [promesa de lealtad al Califa], ambos componentes centrales en la construcción del califato. En un mensaje de audio publicado inmediatamente después de la declaración del califato, Al-Baghdadi le dijo a los musulmanes en todos lugares, incluyendo Occidente: «Cualquiera de ustedes que pueda emigrar al Estado Islámico debería emigrar. El Hijra en Dar Al-Islam es obligatorio».[12] En su primera aparición pública, su sermón de los viernes en Mosul,[13] este se refirió a la aplicación del sharia como «una obligación religiosa», evitando al mismo tiempo cualquier llamada al jihad global o de perjudicar a Occidente. Tanto Al-‘Adnani en la declaración del califato y Al-Baghdadi en su sermón en Mosul se refieren al califato como una «obligación que ha sido olvidada por generaciones». En esta, su discurso contrasta fuertemente, por ejemplo, con el discurso de Muhammad ‘Abd Al-Salam Faraj, un importante teórico del movimiento del jihad egipcio en la década de los 80, que denominó el jihad (en lugar de la creación de un califato) la obligación olvidada.

En su discurso seguido a la declaración del califato, Al-Baghdadi presentó la visión del califato tras el hijra. Este dijo: «Alzad vuestras cabezas en alto. Ustedes ahora tienen un estado y un califato que restaura su honor, su poder, sus derechos y su soberanía. El estado forma un lazo de hermandad entre árabes y no árabes, blancos y negros, dente de Oriente y de Occidente. El califato reúne a los caucásicos, hindúes, chinos, shami, iraquíes, yemenitas, egipcios, africanos del norte, estadounidenses, franceses, alemanes y australianos… Todos ellos están en la misma zanja, en defensa unos a otros, protegiéndose entre sí y sacrificándose por el otro. Su sangre se mezcla bajo una sola bandera [con] un sólo objetivo y en un sólo bando…»[14]

Mientras que las publicaciones de Al-Qaeda en Inglés, tales como su revista Inspire, están repletas de incitación, consejos prácticos e información profesional para llevar a cabo ataques terroristas en Occidente – ya sea en grupos organizados o al estilo de «lobos solitarios» – no aparece nada de eso en las publicaciones del EI y en los discursos de sus líderes. Al contrario, portavoces del EI imploran constantemente a musulmanes que residen en Occidente a que realicen el hijra al Estado islámico – que necesita expertos y personal calificado (médicos, ingenieros, expertos militares, clérigos y administradores)[15] a fin de asegurar su consolidación y éxito. El orden secuencial es claro: El hijra es el camino al jihad (específicamente, el jihad apuntado a custodiar el naciente califato y sus fronteras cambiantes), y «el [Estado Islámico [viene] antes del al-malhama [la batalla contra los cruzados]».[16] Dabiq, que, al ser en inglés, está claramente dirigida a los lectores occidentales y afirma además: «Una vida de jihad es imposible hasta que empaquen sus pertenencias y se muden al califato».[17] Otro artículo en la misma edición declara que «la vida entre los infieles es desgarradora».[18]

La edición también dice: «Muchos lectores probablemente se estará preguntando acerca de sus obligaciones con el Califato en este momento. Por lo tanto el equipo de Dabiq quiere transmitir la postura del liderazgo del Estado Islámico en este importante asunto. La primera prioridad es llevar a cabo el hijra desde donde se encuentren en el Estado Islámico, desde darul-kufr a darul-Islam. Apuren en llevarla a cabo como Musa (‘alayhis-salam) apresurándose a su Señor, diciendo: {y me apresuré a Ti, mi Señor, para que Tú estés complacido} [Taha:84]. Apresuran a la sombra del estado islámico con sus padres, hermanos, cónyuges e hijos. Hay casas aquí para ustedes y sus familias. Ustedes pueden ser un importante contribuyente a la liberación de la Meca, Medina, y Al-Quds. ¿No les gustaría alcanzar el Día del Juicio Final con estas grandes obras en sus balanzas[?] Por último, si no pueden hacer nada de lo anterior, por razones muy fuera de su control, inshallah su intención y creencia de que el Estado Islámico es el califato para todos los musulmanes será suficiente para salvarlos de la advertencia mencionada en el hadith: «El que muere sin haberse obligado a sí mismo por un bay’ah muere al estilo jahiliyya‘».[19]

Por otra parte, esta lucha por establecer el Estado Islámico también implica una gran confrontación con las organizaciones jihadistas rivales, a quien el EI espera disolver y jurar lealtad al Califa. Esto obliga a retrasar aún más las últimas etapas de la lucha. En su declaración del califato, el portavoz del EI Al-‘Adnani se dirigió a las otras organizaciones, diciendo: «Ahora que el califato ha sido establecido, la legitimidad de sus grupos y organizaciones es nulo y queda sin efecto. Ninguno de ustedes que creen en Alá pueden permanecer incluso una sola noche sin declararle lealtad al califa». Esta demanda implica necesariamente una serie de enfrentamientos sangrientos que se extienden desde la primera etapa de la construcción del califato y el aplazar la batalla para realizar las etapas dos y tres. Dabiq a menudo hace hincapié en la lucha ideológica interna y la ilegitimidad de las organizaciones rivales, incluyendo el burlarse de sus líderes, cuyo comportamiento, el IS cree, se desvía del verdadero modelo islámico. Este desprecio se extiende incluso al líder de Al-Qaeda Ayman Al-Zawahiri y al líder de Jabhat Al-Nusra Abu Muhammad Al-Joulani.

El EI dirige incluso críticas oblicuas al movimiento del jihad global para asesorar a los musulmanes en Occidente a estar atentos a fin de llevar a cabo ataques terroristas. Así, por ejemplo, de acuerdo a la tercera edición de la revista Dabiq, cualquiera que quede en Occidente es un hipócrita que goza de los placeres ilícitos de la vida occidental y se contenta con navegar los foros jihadistas en lugar de participar en la preservación y defensa del Estado islámico. Además, se argumenta que quien se niegue a apoyar al Estado Islámico se asocia falsamente a sí mismo con el jihad: «Aquellos que están falsamente asociados al jihad se alejan del Estado Islámico, incluso declarando públicamente su enemistad contra este en competencia bizarra con los cruzados y los apóstatas».[20]

Buscando un estado como primera prioridad, incluso a costa de compromisos – emulando la estrategia de Mahoma

En su enfoque que da prioridad a la consolidación del Estado Islámico en una batalla general y amplia con los enemigos del Islam, Al-Baghdadi está emulando al Profeta Mahoma – el último modelo de conducta islámica[21] El Profeta, al tiempo que muestra crueldad en la batalla – crueldad reflejada por el EI – el postergar batallas con sus enemigos y compromisos y acuerdos tácticos integrados en su política, a fin de recuperar fuerzas antes de renovar las acciones para obtener sus objetivos finales.[22] El EI, gobernando desde su capital informal Al-Raqqa en Siria, se comporta de una manera similar, aplicando las leyes del sharia mientras le vende petróleo a Europa a través del mercado negro.[23]

Evaluando la amenaza planteada por el Estado Islámico a Occidente

La ideología y discurso y conducta del EI demuestra así que los ataques terroristas en Occidente se encuentran al final de su orden de prioridades. Sin embargo, es igualmente claro que, una vez que el enemigo cercano e inmediato ha sido derrotado, el turno de Occidente llegará. Por otra parte, si se les permite poner en práctica su estrategia de etapas, al alcanzar la tercera etapa, la etapa de la guerra contra Occidente, el Estado islámico ya no reunirá sólo unos cuantos miles de combatientes viajando en camionetas. En cambio, es probable que atraiga a una amplia gama de militares modernos activos, incluyendo posiblemente incluyendo, misiles guiados, y armas químicas o algún otro tipo de armas de destrucción masiva. Por lo tanto, posponer el enfrentamiento con Occidente sirve a los intereses del EI «más que a Occidente (que es precisamente el por qué opta por posponerlo en primer lugar). [24]

Por otra parte, mientras que la amenaza terrorista en Occidente no es parte de la agenda inmediata del EI, la amenaza a los intereses occidentales en el Medio Oriente, por ejemplo, en los Estados del Golfo, Yemen y Jordania, se materializa en la segunda etapa, un buen acuerdo antes de las batallas milenarias.

Cabe destacar que, si bien la doctrina de posponer el enfrentamiento con Occidente está sólidamente atrincherada, tal como se refleja en los escritos y acciones de la organización, no se puede descartar que algunos acontecimientos, tales como un ataque occidental masivo, pudieran cambiar el orden de la organización a las prioridades y avanzar la etapa del conflicto con Occidente. La estrategia occidental de pellizcar al Estado Islámico desde la raíz puede provocar contraataques no previstos por la organización desde el principio. Esto coloca a Occidente en un aprieto: la falta de acción pone en peligro a Occidente a largo plazo, mientras que la acción inmediata puede exigir un alto precio que Al-Baghdadi no planeo exigir en la etapa actual.

De hecho, las partes que deberían haber contrarrestado al califato, obviando así la necesidad de una intervención occidental en primer lugar, son los estados musulmanes regionales que se ven amenazados por el ES. Sin embargo, estos países son incapaces de actuar por sí mismos. Necesitan a los Estados Unidos para formar una coalición anti-EI, e incluso con la ayuda norteamericana y otras alianzas occidentales, el trabajo está resultando difícil, tal como se desprende de la negativa de Egipto, Jordania y Turquía en comprometerse a sí mismos al esfuerzo en el terreno.[25]

* Y. Carmon es el Presidente de MEMRI; Y. Yehoshua es Vicepresidente de Investigación y Director de MEMRI Israel; A. Leona es editor en MEMRI.


[1] ‘Okaz (Arabia Saudita), 30 de agosto, 2014.

[2] En la práctica, las bases de las ideas de Abu Bakr Al-Baghdadi en el establecimiento de la Organización Islámica fueron establecidas por sus predecesores, principalmente Abu Mus’ab Al-Zarqawi, y los portavoces del EI han reconocido esta deuda ideológica. Fue Al-Zarqawi, quien prometió «la creación de un emirato islámico» en vida. En una entrevista que concedió, este describió las etapas que su organización seguirá en esta «empresa política»: «Primero eliminaremos al enemigo y estableceremos el Estado Islámico, luego saldremos con ebullición de [este estado] para conquistar los países musulmanes y restaurar el Islam allí, y [finalmente] combatiremos contra los infieles. «(Al-hesbah.org, 7 de diciembre, 2006). El primer número de la revista en inglés del EI Dabiq también declaró que Al-Zarqawi había allanado el camino hacia el establecimiento del Estado islámico.

Bajo los sucesores de Al-Zarqawi, Abu Hamza Al-Muhajir y Abu Omar Al-Baghdadi, la organización anunció en octubre del 2006 el establecimiento del «Estado Islámico en Irak» (EII). Abu Omar fue proclamado «Amir al Muminin» (Comendador de los Creyentes, el título de un gobernante musulmán soberano), y más tarde otros altos funcionarios fueron nombrados «ministros». Sin embargo, a pesar autodenominarse un estado y conferir títulos apropiados a sus líderes, el EII no «liberó» a territorios, ni estableció instituciones de gobierno. Funcionaba como una organización terrorista que actúa en contra de la ocupación estadounidense y más tarde en contra (del predominantemente) régimen iraquí chiita.

Abu Bakr Al-Baghdadi, quien sucedió a Abu Omar Al-Baghdadi en mayo, 2010 fue más carismático que Abu Hamza y Abu Omar, y también subió al escenario en circunstancias mucho más favorables para la organización. Esto, desde que las fuerzas estadounidenses que habían maniobrado las actividades de la organización o bien se habían ido o estaban en camino a su salida, dejando tras de sí un vacío y inestabilidad. Esta inestabilidad se agravó aún más por los hechos de la Primavera Árabe, que desencadenó una guerra civil en Siria. Por otra parte, el entonces primer ministro iraquí Nouri Al-Maliki le hizo el juego a la organización por su política discriminatoria y represiva hacia los sunitas y por su subordinación a Irán. Sin embargo, otro elemento fue la disminución propiciamente cronometrada de Al-Qaeda, que causó que los islamistas esperaran un nuevo salvador.

En total, las aspiraciones de los cuatro líderes de la organización eran idénticas, pero fue Abu Bakr Al-Baghdadi, quien tuvo la oportunidad de realizar esta visión conjunta y tuvo la fuerte personalidad y carisma para llevarla a cabo.

[3] El segundo número de Dabiq, llamado «La Inundación», afirma en la página 5: «Es o bien [establecer] el Estado Islámico o [ser aniquilado por] la inundación».

[4] Cabe señalar que, en los casos raros en los que Al-Baghdadi se refiere a Estados Unidos en sus discursos y la amenaza, este lo coloca en la forma de una amenaza reactiva, que Estados Unidos debería cesar y desistir de atacar al Islam. Véase su discurso de enero, 2014 (Twitter.com/wa3tasimo 19 de enero, 2014) y su discurso de julio, 2012 donde dijo que el EI atacaría a los Estados Unidos «de inmediato» (Shamikh1.info, 22 de julio, 2012). Más de dos años de inacción han pasado desde que realizo esa amenaza.

[5] Dabiq 3, p. 6.

[6] Dabiq 2 afirma en la página 4: «En cuanto a las masacres que tienen lugar en Gaza en contra de hombres, mujeres y niños musulmanes, el Estado Islámico hará todo lo que esté a su alcance para continuar atacando a cada apóstata que se erija como obstáculo en su camino hacia Palestina. No es la manera del Estado Islámico la de lanzar palabras vacías, secas e hipócritas de condena y de condolencias como los tawaghit [tiranos] árabes lo hacen en la ONU y en la Liga Árabe. Más bien, sus acciones hablan más que sus palabras, y es sólo una cuestión de tiempo antes de que lleguen a Palestina para combatir contra los brutales judíos y maten a aquellos que se escondan detrás de los árboles Gharqad – los árboles de los judíos». Noten que Al-Baghdadi hizo hincapié en que, en esta etapa, este está luchando contra los apóstatas que le impiden llegar a Palestina (es decir, los regímenes árabes, en lugar de Israel). Por otra parte, la referencia a los arboles Gharqad coloca claramente la confrontación con los judíos en la era del Día del Juicio Final, de acuerdo con el muy conocido hadith que dice: «El Día del Juicio Final no vendrá hasta que los musulmanes combatan a los judíos y le den muerte. Los judíos se esconderán detrás de las piedras y los árboles, y las piedras y los árboles exclamaran: Oh musulmán, Oh siervo de Alá, hay un judío detrás de mí, ven y dale muerte – excepto por el árbol gharqad, que es el árbol de los judíos».

Sin embargo, en otras ocasiones el EI se refiere a Palestina como parte de Al-Sham, a ser liberada en un futuro próximo.

[7] Después de conquistar Mosul, en junio del 2014, el EI amenazó con que su próximo objetivo sería Bagdad. Sin embargo, no lo hizo, de hecho, avanzó hacia la capital, pero se amplió en su lugar en otras regiones dominadas por los sunitas.

[8] El lema del Estado Islamista es «dawlat al-islam baqiya» («El estado de Islam llegó para quedarse»), subrayando que es eterno. Este lema aparentemente fue acuñado el 17 de abril, 2007 por el anterior líder de la organización Abu Omar Al-Baghdadi, y fue adoptado por Abu Bakr Al-Baghdadi el 15 de junio, 2013 El 19 de agosto del 2013, el último se amplió a «dawlat al-islam baqiya watatamaddad» («El Estado Islámico está aquí para quedarse y se expandirá»), como una burla más a los rivales de la organización, lo que implica que el EI se extenderá más allá de Irak y Siria, donde opera actualmente.

[9] En los textos islámicos del siglo siete, «Roma» se refiere al imperio bizantino cristiano. En los textos islámicos contemporáneos, se refiere a la cristiandad en general.

[10] Dabiq 2, p. 44.

[11] Al-I’tisam cuenta Twitter, 29 de junio, 2014. Véase el informe del PSATJ en MEMRI, «ISIS declara el establecimiento del Califato islámico y nombra de líder del EIIS a Abu Bakr Al-Baghdadi Como ‘Califa’: ‘Nos corresponde a todos los musulmanes prometerle lealtad al Califa… y apoyarlo'», 29 de junio, 2014.

[12] Al-I’tisam cuenta Twitter, 1 de julio, 2014 Véase el informe del PSATJ en MEMRI, «En nuevo mensaje tras ser declarado ‘Califa’, el líder del Estado Islámico Abu Bakr Al-Baghdadi promete apoyo a los musulmanes oprimidos en todas partes y le cuenta a su soldados: ‘Ustedes conquistarán Roma [Si siguen mi consejo]'» 1 de julio, 2014.

[13] Al-I’tisam cuenta Twitter, 4 de julio, 2014. Véase MEMRI TV Clip No. 4335, «Líder del EIIS Al-Baghdadi llama en musulmanes al jihad y dice: Convertirse en califa es una responsabilidad mayor», 4 de julio, 2014.

[14] Cuenta Twitter Al-I’tisam 1 de julio, 2014

[15] Véase Dabiq 3, p. 26.

[16] Dabiq 3, p. 5.

[17] Dabiq 3, p. 31.

[18] Dabiq 3, p. 32.

[19] Dabiq 3, p. 3-4.

[20] Dabiq 3, p. 6.

[21] Al-Baghdadi también afirma compartir el linaje del Profeta cuando este se auto-denomina Al-Qurayshi, un miembro de la tribu Quraysh, a la que pertenecía el Profeta.

[22] Esto se ejemplifica por la Constitución de Al-Medina del año 622, que extendió los derechos a los judíos para asegurar su absorción política. Estos derechos fueron retirados posteriormente cuando Mahoma fue capaz de expulsarlos de la ciudad en el 628. Otro ejemplo es la Paz de Hudaibiya en el 628 con los meccans, que duró 18 meses, hasta que el Profeta fue capaz de darse cuenta de su objetivo más preciado de hacerse cargo de la Meca y de la santa Ka’ba.

[23] Middleeastmonitor.com, 3 de septiembre, 2014. Otro ejemplo histórico a un enfoque similar es la doctrina de Josef Stalin que priorizó el «socialismo en un solo país» – en contraposición a la visión de la Revolución Mundial defendida por Trotski y Zinoviev. Stalin comprendió que, mientras más se consolidaba el modelo comunista y realizaba los principios del socialismo, tal como los entendía, en el territorio bajo su control, mientras mayor era la influencia de la Unión Soviética. Durante la Segunda Guerra Mundial, a fin de ganarse el apoyo de sus aliados estadounidenses y británicos por sus demandas territoriales, Stalin incluso disuelve la Internacional Comunista – el Movimiento Comunista Internacional, y mandó asesinar a Trotsky y a Zinoviev, sus oponentes dentro del movimiento comunista. Su lucha en contra de ellos es una reminiscencia de la guerra interna a muerte que libra el EI contra sus oponentes dentro del movimiento del jihad global.

[24] Algunos podrían objetar que las acciones brutales de la organización, tales como las decapitaciones de periodistas, ponen en duda el análisis presentado aquí. Si el EI desea consolidar su dominio antes de enfrentar Occidente, ¿por qué participa en un comportamiento brutal contra occidentales en la etapa actual? Sin embargo, cabe señalar que los dos periodistas decapitados recientemente estuvieron cautivos por el EI durante dos años. Su ejecución fue una respuesta a los bombardeos estadounidenses y constituyó un intento de lograr una disuasión rudimentaria. Así se desprende claramente de los vídeos publicados por la organización. En cuanto a las atrocidades en contra de los yazidis y la tribu Al-Shaitat, y la persecución de los cristianos, éstos se ajustan a las antiguas doctrinas islámicas en relación con los idólatras, los cristianos y los apóstatas a los que el Estado islámico está comprometido – las mismas doctrinas que constituyen las bases del aplazamiento a un enfrentamiento con Occidente.

[25] Incluso hubo quienes esperaban que Irán tomaría parte en el esfuerzo. Sin embargo, las declaraciones de funcionarios iraníes pronto hicieron añicos esta esperanza. Dirigiéndose a la Conferencia Internacional del Clero Musulmán, celebrada el 10 de septiembre, 2014 en Teherán, Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, presidente del Consejo de Conveniencia de Irán, se burló de la incapacidad de los estados sunitas para enfrentar el fenómeno del EI, al tiempo que destaca que la chiita Irán debe permanecer al margen en este problema sunita. IRNA (Irán), 10 de septiembre, 2014.