Imagen cortesía: gwal.org

Entre 1947 y 1971, Pakistán se componía de dos partes separadas: Pakistán occidental y Pakistán oriental, con las dos regiones separadas territorialmente por India. Durante este período, los paquistaníes de habla bengalí, que viven principalmente al este de Pakistán, desarrollaron quejas en contra de la elite gobernante de Pakistán occidental. En 1971, Mukti Bahini, una fuerza guerrillera, encabezó una lucha armada contra el ejército paquistaní y fue apoyado por el ejército de India a raíz del éxodo masivo de refugiados bengalíes hacia India. El Ejército de Pakistán se rindió el 16 de diciembre de 1971, conduciendo al nacimiento de Bangladesh como nación soberana.

En las últimas cuatro décadas, la República Popular de Bangladesh, que es una nación islámica densamente poblada de alrededor de 165 millones de personas, ha luchado para hacer evolucionar una identidad y un sentido de dirección. La experiencia de Bangladesh con la democracia sufrió un revés en 1982 tras un golpe de estado por el jefe del ejército General H.M. Ershad. El mandatario militar gobernó hasta 1992. En la actualidad, el gobierno está encabezado por el Primer Ministro Sheikh Hasina Wajid (en la foto), quien llegó al poder por segunda vez después de la victoria de su partido Liga Awami en las elecciones del 2009. En los últimos meses, su gobierno ha hecho una campaña singular en contra del extremismo islámico.

El 16 de diciembre del 2010, el país celebró su 40 aniversario del Día de la Victoria, que marca el surgimiento de Pakistán oriental como Bangladesh. En esta ocasión, varios diarios de Bangladesh escribieron editoriales, examinando diversos problemas que enfrenta Bangladesh. En un editorial, titulado «La Resolución del Día de la Victoria«, el diario Nueva Era acusó a la élite gobernante por no defender los derechos democráticos del pueblo. El diario Daily Star, en un editorial titulado «Nuestro Recuerdo y Promesa en el Día de la Victoria«, también acusó al gobernante partido Liga Awami y al opositor Partido Nacionalista de Bangladesh de caer en la política de confrontación en detrimento de la democracia en Bangladesh.

Sin embargo, el diario The Financial Express dio una visión poco optimista del progreso de Bangladesh y señalando en un editorial, titulado «Esperando por la Metamorfosis» de que el país está avanzando en el sector agrícola y es capaz de alimentar a su población, que se ha duplicado desde su libertad.

A continuación se presentan extractos de los editoriales.

«El cuarteto gobernante, independientemente de su inclinación ideológica y afiliación partidista, ha intentado reprimir los derechos democráticos del pueblo»

A continuación se presentan extractos del editorial en Nueva Era: [1]

«Mientras Bangladesh entra en su 40º aniversario de existencia independiente hoy, con un gobierno secular, democrático y de igualitario orden económico y libertad cultural del pueblo sigue siendo una realidad remota, debería ser obvio, especialmente para aquellos que aún no han perdido la capacidad de distinguir entre las ganancias más pequeñas y las causas mayores, que la construcción de una nación es más difícil que garantizar su independencia. Que Bangladesh tomó poco más de 24 años para ganarse su libertad de Pakistán, pero no se ha desarrollado lo suficiente en el país, de acuerdo con los principios rectores de su lucha de liberación que culminó en nueve largos meses de sangrientas batallas con las fuerzas de ocupación y, sus colaboradores locales ciertamente corroboran esta conclusión.

«Desde la partición del subcontinente en India y Pakistán en 1947, la clase dominante de esta última, con sede en el entonces Pakistán occidental, le había negado los derechos a la mayoría de los bengalíes a gobernar, socavando y suprimiendo el concepto mismo de la democracia representativa. La negación de sus derechos políticos se complementó con la disparidad económica entre las alas de oeste y oriente del país y la explotación económica de los gobernantes con sede en Pakistán occidental al pueblo en el Pakistán oriental.

«Peor aún, los gobernantes represivos habían sido inescrupulosos en el uso de la religión para perpetuar la negación política y la explotación económica del pueblo en el Pakistán oriental. Los principios rectores para el movimiento político del pueblo y eventualmente, la lucha armada, para ese entonces fueron la libertad política y la aspiración predominante fue para un país de orden político laico-democrático y económicamente igualitario.

. «Lamentablemente, después de casi cuatro décadas de independencia, aquellos ideales definidos de Bangladesh permanecer dentro del ámbito de lo inalcanzable ¿Lo qué es, quizás, aún más lamentable es que los sucesivos gobiernos – elegidos o no elegidos, civiles o militares – parecen de alguna manera que han heredado el tóxico legado de los gobernantes de la Pakistán occidental y replicada, en estilo y sustancia, su forma de represión y su forma de gobernar la explotación. Intrínsecamente antidemocráticas tal como son, el cuarteto gobernante, independientemente de su inclinación ideológica y afiliación partidista, ha tratado de reducir los derechos democráticos de la población, facilitar la concentración de la riqueza en manos de unos pocos elegidos y jugar la carta de la religión, en diversos grados, para mantener o perpetuar el control sobre el poder del estado.

«En el curso de tal cruda lucha de poder, ellos, por una parte, han facilitado la rehabilitación y el refuerzo de la decidida lucha anti-independencia y las fuerzas religiosas extremistas en el panorama político y, por otra representa el proceso político vulnerable a la intervención extra-constitucional por las fuerzas militares y cuasi-militares».

«Dos días antes del Día de la Victoria, un pedazo de tierra, muy dentro de nuestro territorio, si bien en disputa, fue sometido a la incursión y ocupación por, irónicamente, las Fuerzas de Seguridad Fronterizas de India»

«Lo que es peor, la clase dominante no ha sido capaz de garantizar la protección de la soberanía territorial del país. Es una vergüenza que, a menos de dos días antes del Día de la Victoria, un pedazo de tierra, muy adentro de nuestro territorio, aunque disputado, fue sometido a la incursión y ocupación, irónicamente, por las Fuerzas de Seguridad Fronterizas [FSF] de India, un país que extendía una mano de ayuda a Bangladesh mientras luchaba por la independencia en 1971.

«No es la primera vez que las FSF irrumpieron en Padua. En el 2001, los guardias de frontera de India realizaron una incursión similar, pero se retiraron ante la resistencia de los Rifles de Bangladesh. Es una vergüenza que el hombre que lideró la resistencia fue posteriormente sacudido.

«En general, las últimas cuatro décadas más o menos desde la independencia de Bangladesh, la clase política dominante, inexorablemente se dividieron en dos bandos donde se han alternado en el poder, se han desviado poco a poco de los ideales y el espíritu de la guerra de independencia y han demostrado de que son incapaces de ofrecerle a la gente el país en el que cientos de miles de personas perdieron la vida. Por lo tanto, la aparición de una fuerza política alternativa, imbuida de patriotismo y compromiso con los ideales de la guerra de independencia, es imprescindible. La conciencia política y las secciones democráticamente orientadas de la sociedad tienen que trabajar con diligencia para facilitar la aparición de una fuerza democrática; que debería ser su resolución del Día de la Victoria»

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/4892.htm


[1] Nueva Era (Bangladesh), 16 de diciembre, 2010. El texto de los editoriales ha sido ligeramente editado para mayor claridad.