El 10 de diciembre del 2013, tarde por la noche, hombres enmascarados irrumpieron en la oficina de una organización de derechos humanos – el Centro Documentación de Violaciones – en la localidad de Douma, en la gobernación de Rif Damasco, y secuestraron al director de la oficina Razan Zeitouneh, su marido Wael Hamada, y a otros dos activistas de los derechos humanos, Samira Al-Khalil y Nazem Al-Hamadi. Los amigos de Zeitouneh y activistas civiles de la oposición acusaron a Jaysh Al-Islam, un grupo salafista que opera principalmente en la región de Damasco, que forma parte del Frente Islámico y es considerado una de las mayores fuerzas islamistas que luchan contra el régimen de Assad. La organización, por su parte, niega cualquier relación con el incidente.

El secuestro de Zeitouneh, que ha ganado muchos premios en su activismo por los derechos humanos durante la revolución de ambos cuerpos, tanto occidentales y árabes, ejemplifica un fenómeno que ha ido creciendo en los últimos meses, es decir, el secuestro de periodistas y activistas de los derechos humanos. El problema es más agudo en Aleppo, controlada por organizaciones islamistas extremistas encabezadas por el Estado Islámico en Irak y Siria (EIIS). Según Rami ‘Abd Al-Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, muchas brigadas de la oposición «secuestran a cualquier activista que no esté de acuerdo con sus puntos de vista».[1]

Los secuestros, dirigidos paradójicamente a personas que apoyaron la revolución siria desde el principio y se oponen al régimen sirio, ha provocado la ira y la profunda preocupación de los activistas civiles, donde estos últimos sienten que su revolución ha sido secuestrada por las organizaciones islamistas, que aparte del objetivo de derrocar al régimen no tienen nada en común con ellos. Este sentimiento se expresa en carteles y lemas escritos en las redes sociales, en relación al caso Zeitouneh, tales como «Devuelvan el símbolo de la revolución» y «El que haya secuestrado a Zeitouneh secuestró la revolución», así como también en las manifestaciones organizadas por los amigos de Zeitouneh después de su secuestro. Los activistas y sus partidarios afirman que los secuestradores sirven eficazmente al régimen de Assad mediante la eliminación de sus oponentes que trabajan para una Siria democrática, civil y pluralista, y también embadurnando la revolución con el cepillo islámico radical, permitiendo así que el régimen se presente a si mismo a la opinión pública internacional y local como la única alternativa civil y moderada.

El secuestro de Zeitouneh y sus amigos arroja luz sobre la complicada situación y los muchos peligros que los activistas de la oposición civil en Siria deben hacerle frente, incluso en zonas no controladas por el régimen sirio. Tras su secuestro, la crítica se endureció contra los líderes de la oposición que residen en el extranjero y viven una vida fácil en contraste con los activistas locales que arriesgan sus vidas a diario.

Razan Zeitouneh – Activista de los derechos humanos y destinatario de numerosos premios

Zeitouneh (36), licenciada en derecho de la Universidad de Damasco, comenzó su actividad de derechos humanos antes de la revolución siria del 2011, cuando, luego de terminar sus estudios, se unió en defensa de los presos políticos, y fue miembro fundador de la Asociación de Derechos Humanos en Siria. En el 2005 creó un portal que documenta violaciones de los derechos humanos por parte del régimen, y con los años, publicó decenas de artículos e informes sobre diversos portales y diarios relativos a las condiciones de derechos humanos en Siria. Cuando estalló la revolución fue miembro fundador de los comités de coordinación locales de Siria, e informó desde el terreno a los diversos medios de comunicación. En cooperación con la organización «Soriyat para el Desarrollo» Zeitouneh abrió tres centros «Mujeres Ahora» a fin de capacitar a las mujeres que han perdido sus medios de vida como resultado de la guerra.[2]

Su actividad resonó poderosamente no sólo en Siria, sino también fuera de esta, y recibió numerosos premios por parte de diversos organismos, entre ellos Alcancen A Todas las Mujeres en Guerra (una organización que apoya a las mujeres activistas de los derechos humanos en las zonas de conflicto), el Parlamento Europeo, el Departamento de Estado estadounidense y el Fondo Ibn Rushd para la Libertad de Pensamiento.

Su actividad enfureció al régimen, y en mayo del 2011, los aparatos de seguridad allanaron su casa, arrestaron a su yerno y se apoderaron de muchos documentos. Su esposo también fue detenido pocos días después y estuvo detenido durante tres meses.

Incluso después que las fuerzas armadas de la oposición encabezadas por Jaysh Al-Islam tomaron partes del este de Al-Ghouta, Zeitouneh continuó su actividad humana, y al parecer enfureció a estas organizaciones. En septiembre, 2013 se informó que hombres armados dispararon contra su casa y dejaron un mensaje de que su vida estaba en peligro a menos que saliera de la zona en los próximos días.

Tal como se mencionó, el ​​10 de diciembre, 2013 personas no identificadas irrumpieron en su oficina y la secuestraron junto a su esposo y a otros dos activistas. Jaysh Al-Islam, de quien los activistas locales sospechan por el secuestro, negó esto, y su portavoz Muhammad ‘Alloush, declaró que la organización no secuestra gente sino los convoca para ser interrogados. Este agregó que Zeitouneh había de hecho entrado en la región con la ayuda de Jaysh Al-Islam, y que había trabajado en la localidad de Douma lejos de la zona normal a las actividades de la organización. Este elogió la actividad de Zeitouneh y dijo que ella y otros activistas sirvieron a la revolución, y no había ninguna justificación por su arresto.[3]


Los cuatro secuestrados: (a la derecha) Razan Zeitouneh, Wael Hamada, Samira Al-Khalil y Nazem Al-Hamadi (facebook.com/LCCSy)

Activistas de la oposición civil en Facebook «Devuélvanos el símbolo de la revolución»

Elementos dentro y fuera de Siria se apresuraron a condenar el secuestro de Zeitouneh y sus colegas. El Consejo Shura local de Douma condenó el «acto cobarde» diseñado» para debilitar las filas y distraer a la opinión pública del sufrimiento, de las redadas y la guerra que el pueblo sirio está soportando.[4] El enviado de la ONU y la Liga Árabe a Siria Lakhdar Brahimi también condenaron el secuestro e hizo un llamamiento a la liberación de los activistas.[5]

El secuestro les causó una profunda preocupación a los activistas civiles locales ya que lo vieron como un indicio más de que los islamistas radicales estaban secuestrando la revolución. Los activistas que trabajan por la liberación de Zeitouneh abrieron páginas y hashtags en ​​los medios de comunicación social y publicaron muchos anuncios instando a la liberación del «Símbolo de la Revolución», tal como la llamaban.[6]


«Devuélvanos al símbolo de la Revolución» (Facebook.com/R.Zeitouneh?hc_location=stream)

Los activistas expresaron su preocupación por el destino de la revolución. Un post publicado en la página Facebook de la propia Zeitouneh cuyo nombre seguido al secuestro fue cambiado a «Libertad para el símbolo de la revolución», dijo: «El secuestro de Razan no es sólo un golpe a los derechos humanos, descuartiza la revolución»[7]


De la página Facebook «Libertad para el símbolo de la revolución» (Facebook.com/R.Zeitouneh)


Manifestantes sostienen carteles dicen «Zeitouneh-el espíritu de la revolución siria (Facebook.com/R.Zeitouneh?hc_location=stream 16 de diciembre, 2013)


«El que secuestró a Zeitouneh secuestró la revolución».
(Facebook.com/R.Zeitouneh? hc_location=stream 24 de diciembre, 2013)

Preocupación similar también fue expresada por el activista de la oposición siria Muluk Shanawani en una columna en el diario saudita Al-Hayat de Londres: «Seguido al secuestro de [Zeitouneh] la sitiada [parte oriental] de Al-Ghouta quedó sola. Razan transmitió a sus sufridos habitantes a todos los medios [de comunicación] a los cuales pudo llegar… Ella dejó atrás un modelo de «revolución civil» que todavía estamos defendiendo…» Shanawani especuló sobre las posibles repercusiones del secuestro en Zeitouneh por sí misma y sobre la revolución civil en Siria: «Si Razan Zeitouneh, con su estatus en la revolución, no escatimó daño a sus derechos, entonces, ¿quién está luchando contra quienes en Siria y que [tipo de] lucha está se está realizando en el país? Se verá obligada [Zeitouneh] a ceder a las demandas religiosas? ¿Se le obligará a colocarse un hijab? ¿Se detendrá su actividad para documentar las violaciones a los derechos humanos, y qué quedará? ¿Qué influencia tendrá [su secuestro] sobre los otros activistas civiles en Al-Ghouta…?[8]

El secuestrar a activistas de derechos humanos perjudica a la revolución e incita al régimen sirio

El secuestro de Zeitouneh sensibilizó al secuestro de activistas de derechos humanos, clérigos y periodistas, que ha ido creciendo en los últimos meses. El portavoz del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad condenó el daño a activistas civiles, periodistas y miembros de la sociedad civil, que dedican sus vidas a mejorar el futuro de Siria.[9]

Elementos de la oposición siria también condenaron el fenómeno, haciendo hincapié en que perjudicó los objetivos de la revolución. El Consejo Nacional de Siria, en un comunicado publicado después del secuestro de Zeitouneh, dijo que recientemente se ha producido un repunte en las actividades contra activistas de derechos humanos, clérigos y periodistas, que van desde las amenazas y presiones por secuestro y asesinato. El consejo añadió que, «sin duda, el régimen, sus agentes y grupos, ajenos a la sociedad siria y sus valores y a los valores de nuestra revolución, están detrás de muchas de estas acciones. [Pero], sin importar quienes están cometiendo, estos crímenes son imperdonables e inaceptables. Estos son crímenes de guerra… «El consejo expresó su temor de que el asunto mancharía la imagen de la revolución y los revolucionarios, y pidió a las fuerzas armadas de oposición que operan en las zonas donde se han producido secuestros de activistas a que persigan a los autores, liberen a los rehenes y eviten que el asunto reaparezca.[10]

Zuhair Salem, miembro de la Hermandad Musulmana siria (HM), criticó severamente a los secuestradores en un artículo que publicó en el portal del movimiento: «…Los opresores han cruzado todas las líneas. Estos se especializaron y se fueron de bruces en dañar a la revolución y a los insurgentes… Decenas de aquellos que llevan la carga de la revolución en Siria me han estado escribiendo durante varios meses… [diciendo] ‘Renuncio. me secuestraron… me encuentro alejada de lo que está sucediendo en mi país…’Ay de la revolución si su victoria llegará a manos de los que vienen en contra de nosotros e [indiscriminadamente] atacan a los creyentes y a los infieles, aquellos que no respetan a los ancianos y no se apiadan de los menores… No reconocemos la ley religiosa que estos herejes extremistas presentan. Esta revolución que están llevando a cabo no es nuestra revolución y no queremos asistirla…»[11]

El columnista libanés Hazem Al-Amin argumentó en el diario saudita Al-Hayat con sede en Londres que eventos de este tipo le sirven al régimen de Assad, que quiere convencer a la opinión pública mundial y local que está luchando contra organizaciones terroristas en vez de una revolución popular: «Imaginemos la siguiente escena en la conferencia de Ginebra: [Sentado] en la mesa de negociaciones, el jefe de la delegación del régimen sirio abre su maletín y extrae de este una foto de Razan Zeitouneh, Samira Al-Khalil, Wael Hamada y Nazem Al-Hamadi y se las presenta al jefe de la delegación de la oposición siria diciendo: ‘sus fuerzas secuestraron a cuatro civiles sirios…’ [Este escenario muestra] que se puede aprovechar fácilmente este caso con el fin de reforzar la postura del régimen en las negociaciones. Este es un caso de los cientos en que las brigadas islamistas han proporcionado como regalo al régimen sirio… Los islamistas que luchan en Siria secuestraron al padre Paolo[12], y a decenas de otros activistas y periodistas, [a algunos de] los cuales asesinaron, y amenazaron a la población en muchas regiones que controlan. Todas estas actividades suministran efectivamente municiones al régimen, [ayudándola] a mercadear la afirmación de que está luchando contra las organizaciones terroristas y difunden el miedo por las posibles alternativas, si llegara a caer…

«El que conozca a Razan Zeitouneh se da cuenta lo que significa su secuestro. Aparte del hecho de que es el rostro civil más importante de la revolución siria, su presencia en Siria desafió seriamente la afirmación del régimen de que está combatiendo a las organizaciones terroristas. Además, ella es la única activista [conocida que trabaja] dentro de Siria que la revolución aún no ha perdido…»[13]

A diferencia de la oposición política en el exterior, Zeitouneh se quedó en Siria y luchó

El tema del secuestro de Zeitouneh fue una oportunidad para criticar a la oposición política en el exterior, a diferencia de los activistas civiles que permanecen en Siria y luchan a diario en riesgo por sus vidas. Un mensaje en la página Facebook «Libertad para el Símbolo de la Revolución» llamado Zeitouneh «una de las pocas voces civiles que prefirieron permanecer dentro de Siria y trabajar en las zonas liberadas… Ella fue la voz que no permaneció en silencio ni un solo día a la opresión que los sirios soportaron a manos de sus verdugos. Zeitouneh es la voz de la verdad, la voz de la revolución y la voz que trabajó por conservar nuestra dignidad».[14]

El columnista Jihad Al-Zayn también atacó a los opositores sirios en el extranjero en un artículo en el diario libanés Al-Nahar: «El secuestro de la valiente activista siria Razan Zeitouneh avergüenza a muchos, por dos razones. La primera es que esta acción contra Razan y sus amigas en la gobernación de Damasco Rif puede marcar simbólicamente el fin del papel civil en la oposición siria… [y] muchos líderes de la oposición civil en el extranjero ya no pueden ignorar esto, después que lo han hecho durante mucho tiempo. La segunda razón es que Razan se ha convertido en un símbolo no sólo por su lucha democrática civil… sino también, y quizás principalmente, por pertenecer a un pequeño grupo de líderes civiles que eligieron permanecer en Siria, mientras que la mayoría de [los líderes] de la lucha civil están en el extranjero, en lugar de estar dentro [del país] con el pueblo sirio y entre ellos…

«Razan Zeitouneh proporcionó un ejemplo práctico y no teórico – de [permanecer] comprometida, y hasta donde se rechazó propuestas atractivas para abandonar Siria. No sucumbió a estas en momentos en que otros activistas sucumbieron [y optaron por] la buena vida política en hoteles cinco estrellas…»[15]

*N. Mozes es compañero investigador en MEMRI.


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 30 de noviembre, 2013.

[2] Now.nmedia.me, 12 de enero, 2014.

[3] All4syria.info, 10 de diciembre, 2013.

[4] All4syria.info, 18 de diciembre, 2013.

[5] Siria-news.com 19 de diciembre, 2013.

[6] Facebook.com/R.Zeitouneh?hc_location=stream; facebook.com/hashtag/freerazan; Zeitouneh

Facebook hashtag.

[7] Facebook.com/R.Zeitouneh?hc_location=stream, 17 de diciembre, 2013.

[8] Al-Hayat (Londres), 22 de diciembre, 2013.

[9] Siria-news.com 17 de diciembre, 2013.

[10] All4syria.info, 18 de diciembre, 2013.

[11] Ikhwansyria.com, 12 de diciembre, 2013.

[12] Paolo Dall’Oglio, sacerdote jesuita italiano fue secuestrado en agosto del 2013, en la controlada región de Al-Raqqa por el EIIS.

[13] Al-Hayat (Londres), 15 de diciembre, 2013.

[14] Facebook.com/R.Zeitouneh?hc_location=stream 15 de diciembre, 2013.

[15] Al-Nahar (Líbano), 17 de diciembre, 2013.