Recientemente, varias llamadas cautelosas han surgido en Siria en favor a las reformas y cambios en la arena política. El jefe de redacción del diario del partido de gobierno Ba’ath Al-Ba’ath, Mahdi Dakhlallah, consagro dos editoriales a este asunto: «Reforma: Política o Económica?» [1] y «Desarrollando la Base Social: Mucho Trabajo se Espera.» [2] Lo siguiente son las citas de los editoriales:
‘Reforma: Política o Económica?’
«Todos los sistemas en Siria – políticos, económicos, legales, y culturales – operan mutuamente y de acuerdo dentro del sistema social global. Cualquier cambio significante en un sistema afecta directamente a los otros y al sistema social global… no hay ninguna duda de que es imposible traer cambios económicos significantes sin desarrollar el sector político pleno, especialmente en un país como Siria, en que el régimen político es considerado la fuerza motivadora primaria en la sociedad.
«Dando prioridad temporal a la reforma económica siendo ‘la primera entre iguales,’ no cambia esta verdad. Más bien, está basada en una verdad diferente que plantea una pregunta diferente: Es el sistema político [en Siria] – el factor más importante en la vida política como un todo – todavía capaz de producir desarrollo [económico]? Hay espacio suficiente en la infraestructura del sistema político y sus actividades para absorber las innovaciones y avanzar junto con ellos?
«La respuesta es definitivamente afirmativa. Es el sistema político e ideológico en Siria que empezó a elevar el asunto del desarrollo [económico], y es la fuerza primaria que promueve el desarrollo económico y lo dirige… Se piensa que no hay ninguna duda de que el anuncio de leyes específicas que apuntan a acelerar la reforma económica es un cambio en el contenido del sistema político… sin embargo, esto no cambia la estructura del sistema en si mismo.
«… No hay ninguna duda de que [más] etapas avanzadas de reformas [económicas] [también] requerirán [alteraciones] en la estructura del sistema político, que ayudará a continuar el empujón hacia adelante. Lo que es sorprendente es que nuestro sistema político [mismo] es capaz de desarrollar sus actividades en la fase apropiada.
«Esta habilidad proviene desde la experiencia ideológica con el que el sistema [político sirio] cuenta, y particularmente de la textura ideológica del partido Ba’ath. Este partido no es un sistema de facciones o sectario sino un movimiento popular que incluye una variedad de escuelas de pensamiento, partidos, y grupos. Por consiguiente, su pensamiento es amplio y capaz de acomodar los cambios y la iniciativa [en el nivel económico] y para tenerlos en cuenta en cada etapa. A pesar de su amplio alcance popular, el partido siempre ha enfatizado que la verdad es propiedad de todos… al principio de los años setenta, en la plenitud de su fuerza, el partido invitó a los otros partidos [a participar] en un diálogo amplio y abierto, del cual el Frente [es decir el Frente Nacional Progresivo – una coalición de ocho partidos guiada por el partido Ba’ath] surgió, fuera de una creencia de que [nadie] tiene un monopolio sobre la opinión del pueblo, y fuera de un reconocimiento de que el otro existe, sin tener en cuenta su tamaño real en la sociedad…
«Nuestro sistema político fue construido sobre un acercamiento abierto, y tiene el apoyo ideológico conveniente para el amplio diálogo nacional… Nuestro sistema político no constituye una barrera al desarrollo y reforma; es la base para la reforma y su fuerza» motivadora.
‘Desarrollando la Base Social: Mucho Trabajo se Espera’
En otro editorial que apareció aproximadamente tres semanas después, Dakhlallah declaró que el cambio económico o político debe de ser precedido por el desarrollo de la sociedad: «… Es imposible de construir un sistema de desarrollo político o económico sobre una base social en reverso… El problema principal de desarrollo económico yace en la sociedad… Por consiguiente, enfocándose en desarrollar los sistemas [políticos, económicos, etc.] serán inútiles hasta que las fuerzas influyentes en la sociedad guiadas por el partido Ba’ath, los otros partidos, y las organizaciones populares, no sean atractivas a la ancha base social…
«Hoy, incluso los ‘intelectuales’ levantan dudas acerca de [las oportunidades para] el desarrollo del sistema financiero o político, acerca del rol del partido Ba’ath y el Frente Nacional Progresivo, acerca del establecimiento del gobierno y el parlamento, y acerca de la administración y aquellos que están de pie en su dirección. [Pero] nadie pregunta: ¿Cuál es [el problema] en [el centro] de nuestra sociedad? ¿[Cuál es el problema] con la calle, con la gente, con sus relaciones, y con sus valores? ¿Porqué nuestro sistema educativo es todavía tan retrogrado, cuándo los niños y los estudiantes reciben pero no participan, escuchan pero no hacen ningún sonido? ¿Cuál [es el problema con la] liberación de la sociedad, por ejemplo, con la plena igualdad entre mujeres y hombres – cual es un derecho constitucional? Y son las soluciones constitucionales suficientes para cambiar la realidad sin las campañas educativas masivas y de renovación? ¿Cuál es el sistema de valores de la sociedad? Está relacionado al desempeño, esfuerzo, obediencia, e innovación, o a la habilidad [para amasar] riqueza, honor, y poder? El verdadero papel de los intelectuales es educar, iluminar, e inculcar valores que han demostrado ser esenciales al progreso – los valores de desempeño, innovación, cohesión social, y benevolencia.
«Hará algún día nuestra preocupación excesiva con los sistemas económicos y políticos olvidarnos de todo el resto, incluyendo nuestro Golan, la parte de nuestro espíritu que gime bajo la ocupación y es, esencialmente, el problema nacional principal de cada ciudadano sirio? Si el desarrollo en el sentido económico es un movimiento cualitativo hacia adelante, no hay ninguna opción sino de regresar a la ancha base social, al enfoque principal del movimiento. Hay mucho trabajo que debe hacerse ahí.»