En un artículo publicado en el diario árabe de Londres Al-Quds Al-Arabi, el Dr. Muhriz Al-Husseini, director del Centro para el Diálogo e Investigación y editor de la publicación americana Al-Minassa Al-‘Arabiya, advierte que el extremismo religioso y la ignorancia se están esparciendo entre la generación de jóvenes musulmanes en los Estados Unidos.

Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

Algunos Imams le hacen un lavado cerebral a los adolescentes musulmanes y le plantan en sus mentes ideas falsas sobre el Islam

«Para el momento en que organizaciones y líderes árabes e islámicos están invirtiendo grandes esfuerzos y grandes cantidades de dinero y tiempo para mejorar la imagen del Islam y de los musulmanes, algunos Imams están trabajando de una manera organizada para lavarle el cerebro a los adolescentes en la comunidad musulmana y plantarles en sus mentes ideas ficticias acerca del Islam, del jihad, del takfir [acusar a otros musulmanes de apostasía], de herejía y la manera en que la sociedad [musulmana] se ha desviado del camino correcto. Le dan interpretaciones de los versos del Corán que han sido [deliberadamente] escogidos para llevarlos a rebelarse contra sus padres, sus familias, e incluso contra la sociedad en la cual viven.

«[Los jóvenes] abandonan sus estudios y pasan su tiempo viendo vídeos y escuchando cintas de audio – la mayoría sin costo alguno – en maneras de entrenar a la juventud musulmana en el jihad militar e ideológico, junto con informes del sufrimiento de musulmanes en algunos de sus propios países, al igual que los versos del Corán y los sermones que fomentan el jihad, el martirio, el auto-sacrificio, y el impactar terror en los corazones del enemigo».

«Muchas familias musulmanas están en riesgo de desmoronarse

«La consecuencia natural de estas acciones engañosas es que muchas familias musulmanas están en riesgo de desmoronarse debido al giro equivocado que ha tomado el pensamiento religioso de sus hijos. Algunos de estos jóvenes – víctimas [de un lavado cerebral religioso] – están en espera a ser juzgados, y algunos están sirviendo tiempo en prisiones juveniles o están bajo continua vigilancia de seguridad, ya que se relacionan a otros con agresión y están intentando expandir el Islam] a través de la violencia y las llamadas al jihad…

«Hay agentes de varias nacionalidades – ambos árabes y no-árabes – quiénes se mezclan con estos adolescentes y escogen de entre ellos a los individuos con rasgos específicos que los hacen susceptibles al lavado cerebral – gente muy joven que tienen una tendencia natural a la mala conducta y quiénes aceptan la violencia como un medio para imponer sus puntos de vista y su manera de ser».

«El criterio más importante para escoger a estos jóvenes es: ser propensos a la rebelión, a la falta de fluidez en árabe, y a los sentimientos de alienación»

«[Estos agentes] luego se los envían a los propagandistas religiosos, quienes viven en varias ciudades americanas. El criterio más importante para escoger a estos jóvenes es su tendencia natural a la rebelión, su falta de fluidez en árabe… [Y] sus sentimientos de alienación y sufrimiento debido a su indeterminada identidad – es decir, [su] identidad que ni es Oriental ni Occidental, sino dividida…

«Bajo la influencia de falsas ideas religiosas, [estos jóvenes] son atacados con un sentimiento de rechazo por sus medios ambientes – rechazo de sus familias y de la sociedad. Más [tarde], las relaciones con sus padres y sus amigos se tornan mal; estallan las esculturas en sus casas, rasgan las pinturas de las paredes, y destruyen los aparatos de televisión – ya que, en su opinión, éstas son herramientas satánicas que inculcan herejía, politeísmo, y desviación de la religión y del shari’a. Ellos exigen que sus padres… usen pantalones y túnicas especiales, se dejen crecer largas barbas, y se peinen el cabello de acuerdo con el sunna. Insisten que sus madres lleven puesto una banda a la cabeza, o incluso un velo completo, y que se abstengan de salir del hogar. Todo esto ocurre no sólo en sus países árabes de origen, sino en algunas familias [que viven] en los Estados Unidos»!.

Tales jóvenes no están familiarizados ni siquiera con los principios básicos del Islam

«Para descubrir las causas de este fenómeno, que ha sido presentado al lector sin ninguna exageración… me reuní con un joven cuyo manera de pensar y conducta ejemplifica este fenómeno, para oír sus puntos de vista, las justificaciones por su conducta, y su comprensión de los principios básicos de la religión… Descubrí que incluso no estaba familiarizado con los principios básicos del Islam… y que en los asuntos del pensamiento islámico y las enseñanzas él se sabe de memoria sólo unos versos de los capítulos del ‘Al-Anfal’ y del ‘Al-Tawbah’ [del Corán] – en particular, los versos concernientes al jihad, al takfir, los infieles, el aterrorizar los corazones del enemigo, y el establecimiento de una fuerza [militar musulmana].

«Él insistió que la obligación fundamental de cada musulmán en su vida es combatir contra los infieles – ambos musulmanes y no-musulmanes. Cuando le pregunté cómo defines a un infiel, él respondió sin vacilar: cualquiera que no cumpla la obligación del jihad. Cuando le pregunté contra quienes debería dirigirse el jihad, él respondió, de nuevo sin vacilar: el jihad debería ser dirigido contra los infieles. Cuando intenté entender quién, en su opinión, son los infieles, dijo: Todo el que no crea en la verdad que yo creo.

«Cuando escuche estas cosas, comprendí el horrible desastre que le podría ocurrir al Islam y a los musulmanes en América y en otros países con la inmigración [musulmana], si la generación de jóvenes musulmanes fuera a acoger estas ideas…

«La dolorosa verdad es que tal joven – de sólo 16 años de edad – quién no tiene ninguna experiencia en la vida, ningún verdadero conocimiento en asuntos de religión, o algún criterio sólido para entender los principios de la ley religiosa y del shari’a – es una víctima de las circunstancias que él no creó. Es un joven que ha intentado encontrar una identidad para si mismo en la religión, y se ha dado interpretaciones incorrectas de las revelaciones monoteístas. Él recibió su conocimiento de gente quienes él considera autoridades en religión y en ley religiosa… y al mismo tiempo, no encuentra a nadie que pueda corregir sus puntos de vista y su comprensión. Por consiguiente, está convencido de que el camino a la vida eterna y al Paraíso es [solo] a través del jihad…

«Quién es responsable de esta tragedia? ¿Quién les da el apoyo material a estos agentes y propagandista religiosos? ¿Por qué gastan ellos todo este dinero? Sirve este acercamiento a los intereses del Islam y a los musulmanes, o le sirve a los intereses de otros?…»

Las comunidades musulmanas culpan a los servicios de seguridad americanos – ambos si intervienen y si se mantienen apartados de las mezquitas

«Merece la pena mencionar el dilema de los servicios de seguridad americanos que enfrentan este peligroso fenómeno… Si los servicios secretos se apartan de las mezquitas y no se entrometen en sus asuntos, la comunidad musulmana se quejará de que los servicios de seguridad no muestran interés por el destino de sus hijos y que intencionalmente les están permitiendo a los propagandista religiosos llevar por el camino equivocado a la juventud, confundir su manera de pensar, y arruinar sus futuros… Por otro lado, si los servicios de seguridad interfieren, la comunidad musulmana se quejará de nuevo, y expresará su oposición a la interferencia de los servicios de seguridad americanos en los asuntos de las mezquitas, en el trabajo de los propagandistas, y en el esparcir del Islam, y condenarán el perjudicar la libertad de religión y culto…»

Una de las causas que previenen el tratamiento eficaz es la escuela de pensamiento que cree en las teorías de conspiración

«Sin duda alguna, existen muchas causas interrelacionadas que previenen este fenómeno de ser tratado de una manera realista y eficaz… Una de las causas más importantes es la existencia de una escuela de pensamiento que cree en las teorías de conspiración. Esta [denuncia] de que existen fuerzas ocultas que aborrecen y le temen al desarrollo del Islam y a los musulmanes en América. Estas fuerzas están intentando distorsionar la imagen de los musulmanes antes de que se tornen fuertes, y antes de que su influencia en la sociedad crezca. Algunos van inclusive más allá, y dicen que estas fuerzas están intentando convertir la idea del enfrentamiento entre las civilizaciones occidentales y orientales en una realidad, nutriendo las causas y justificaciones para este enfrentamiento, y creando una nueva generación de musulmanes que actúan de una forma extremista y violenta… El resultado natural de esta manera de pensamiento [conspirativo] es que la comunidad musulmana moviliza sus esfuerzos y su pensamiento hacia una lucha contra algún vago enemigo externo…

«No hay ninguna duda de que este fenómeno, que se está esparciendo en la comunidad musulmana en América, coloca una enorme responsabilidad en los miembros de la propia comunidad, y especialmente en los padres y en aquéllos en posiciones de autoridad, que le permiten al pensamiento y a la conducta de sus hijos convertirse en presa fácil para otros…

«Esta responsabilidad exige de los padres a no permitirle a sus hijos jóvenes participar solos en reuniones religiosas. En cambio, deberían ir con ellos para escuchar lo que les dicen en las mezquitas. Deberían investigar muy bien las biografías y puntos de vista de los predicadores religiosos en las mezquitas, y deberían exigir… la remoción de cualquiera que distorsione la interpretación de [la religión], y conduzca a desencaminar a la juventud».

Los padres, no los servicios de seguridad o las instituciones educativas y religiosas, son responsables de cultivar una generación madura, realista y razonable

«Esta responsabilidad requiere la edificación de un puente de diálogo con la juventud, y requiere darles un ejemplo [positivo], ambos en el pensamiento y en la conducta. La crisis de identidad debería ser discutida objetivamente, racionalmente, y en un lenguaje que los jóvenes puedan entender, y deberían ser guiados en lo mejor en tratar con la vida en América y sus exigencias… Los padres necesitan conocer a los amigos de sus hijos y a todos con quienes ellos se mezclan, en la escuela y en su tiempo libre… Necesitan supervisar todo lo que sus hijos ven en la computadora…

«[La responsabilidad para] la educación y el cultivo de una nueva generación que será [madura], realista y razonable, en países con inmigración [musulmana], yace en los hombros de los padres y en la familia – más que en cualquier servicio de seguridad o institución religiosa o educativa…»


[1] Al-Quds Al-‘Arabi (Londres), 30 de enero, 2006.