El 1 de mayo, 2016, las fuerzas de seguridad egipcias irrumpieron en las oficinas de la Unión de Periodistas del Cairo, para arrestar a dos periodistas que escriben en la página «Portal Enero», Amr Badr y Mahmoud Al-Sakka. Los dos llegaron a las oficinas para realizar una huelga de brazos caídos en protesta a las órdenes de detención dictadas contra ellos luego de haber hecho pública su oposición al acuerdo de frontera marítima Arabia Saudita-Egipto, anunciado el 9 de abril, 2016, bajo el cual Egipto cede control de la Islas del Mar rojo de Tirán y Sanafir a Arabia Saudita.[1] La oposición al acuerdo, firmada durante la visita del Rey saudí Salman bin Abd Al-Aziz en Egipto, cobró impulso entre muchos sectores del país, provocando protestas de la oposición en el transcurso del mes de abril.
‘La incursión de las fuerzas de seguridad a las oficinas de la Unión de Periodistas provocó fuertes críticas contra las fuerzas de seguridad y el Ministerio del Interior, el cual está a cargo de ellos, considerando especialmente que, de acuerdo al artículo 70 de la Ley de Medios de Comunicación de Egipto, las fuerzas de seguridad no pueden entrar en las premisas de la Unión de Periodistas sin el consentimiento de la oficina del fiscal general y en ausencia del presidente de la unión.[2]
El consejo de la Unión de Periodistas exigió la destitución de aquellos responsables de la incursión, principalmente el Ministro del Interior Magdy ‘Abd Al-Ghaffar[3]. Además, el 4 de mayo unos 1.000 miembros de la asamblea general del sindicato se reunieron y aprobaron una serie de resoluciones: estos reiteraron la demanda de despedir al ministro de interior y también exigieron una disculpa del presidente y del primer ministro; decidieron no mencionar el nombre del ministro del interior en informes sobre su persona mencionando sólo su título y también imprimir su foto en la forma de un negativo. Por otra parte, se decidió que los documentos egipcios imprimirían sus portadas completamente de negro el próximo domingo (8 de mayo). La mayoría de los diarios de Egipto se comprometieron a cumplir con las decisiones de la asamblea.[4]
Portada de la edición de Al-Maqal del 5 de mayo con la foto de Magdy ‘Abd Al-Ghaffar en negativo
portada de la edición de Al-Masri Al-Yawm del 5 de mayo titulada «La Voluntad de los Periodistas Ha Vencido a la Coalición del Ministerio del Interior y a los Violentos»; «No dejaremos caer [nuestra demanda] a la destitución del ministro y a una disculpa del Presidente»
A la unión se le unieron a sus protestas figuras públicas, políticos y miembros de los medios de comunicación, así como también los sindicatos de médicos, abogados e ingenieros. Todos ellos condenaron al ministerio del interior, llamando a la incursión una acción sin precedentes e inaceptable.[5]
Entre los medios de comunicación egipcios, la reacción del diario oficial Al-Ahram particularmente se destacó. En su editorial del 3 de mayo el diario condenó duramente el ataque y se unió a la exigencia del despido del ministro del interior. También advirtió que el perjudicar la libertad de expresión le costara muy caro al estado. Este observó que el pueblo egipcio ha aprendido que su destino está en sus propias manos y que cuando se alza nada puede interponerse en su camino.
Cabe señalar que tras la convención Unión de Periodistas el diario tomó una postura más reservada, tal vez por temor a que el tema podría derivar en una protesta general contra el régimen. El redactor jefe de Al-Ahram Muhammad ‘Abd Al-Hadi’ Allam, expresó su preocupación por la politización de la unión y el diario no se unió a los demás en imprimir la foto de Al-Ghaffar en negativo.[6] Sin embargo, la decisión de Al-Ahram – que es en su mayor parte un vocero leales del régimen – a unirse a las protestas en su totalidad es indicativo de la gravedad de la crisis entre el Ministerio del Interior y muchos elementos, incluyendo elementos mediáticos, en la sociedad egipcia.
Cabe señalar que la indignada respuesta a la redada se extendió más allá de las fronteras de Egipto. El Secretario General de la ONU Ban Ki-moon expresó su preocupación por la detención de los dos periodistas e hizo hincapié en la importancia de salvaguardar los derechos de los medios de comunicación egipcios,[7] y la Ministro de Asuntos Exteriores de la UE Federica Mogherini también condenó las detenciones.[8]
Lo siguiente son extractos del Al-Ahram editorial del 3 de mayo, 2016 :
«… Los aparatos del Ministerio del Interior llevaron a cabo una operación ilegítima contra la libertad. Los funcionarios del ministerio y sus supervisores no comprendieron que el vergonzoso ataque a la edificación de la Unión de Periodistas es una acción sin precedente inaceptable para los periodistas, otros sindicatos profesionales y el público en general.
«El Ministerio del Interior ha cometido recientemente una serie de errores, el último de ellos esta lamentable acción contra periodistas y miembros de los medios de comunicación. [El ministerio] nunca se las arreglará para llevar a cabo su despreciable intención de silenciar al pueblo y suprimir la libertad de opinión y expresión consolidada en la constitución. Los funcionarios de los aparatos de seguridad que aún no lo han leído [la constitución] se representan a sí mismos falsamente al liderazgo político como defensores de la existencia y seguridad del estado.
«Hoy ellos [los funcionarios del aparato de seguridad] están de hecho en posiciones de liderazgo, pero, quién sabe dónde estarán mañana? La experiencia nos ha enseñado algo que los mecanismos de seguridad por desgracia no entienden – [Es decir] que es el pueblo que elige su destino y no el liderazgo y que cuando el pueblo se alza para tomar su libertad, nada puede detenerlo, ni siquiera las más fuertes barreras de seguridad y las armas.
«El Ministerio del Interior, con todos sus mecanismos, incurrió en un error al asaltar el edificio de la Unión de Periodistas, el bastión de la libertad egipcia. Desafortunadamente, [el ataque se llevó a cabo] mientras los periodistas celebran el 60 aniversario de la fundación de su unión, la cual incluye todos los matices del espectro político y partidista. Los periodistas no son terroristas y no existe ningún justificativo para que el personal de seguridad arremeta contra su glorioso bastión por cualquiera que sea el motivo y para que el portavoz del ministerio del interior luego niegue que lo hicieron.
«El siguiente paso debería ser la destitución del ministro del interior en respuesta a esta acción criminal que causó indignación en todo Egipto – y en un momento en que muchas familias se quejan de que sus hijos han desaparecido tras las rejas de la prisión sin beneficio de un juicio, sobre la falsa afirmación de que trabajan en contra del estado. Todavía no sabemos cual estado es, de los cuales hablan los aparatos de seguridad y cuya seguridad estos afirman está haciendo esfuerzos para que ocurra. ¿Nos hemos convertido nosotros y nuestros hijos en enemigos del estado?
«Ellos [los aparatos de seguridad] tienen que detener este antiguo juego, porque si tiene éxito, este en última instancia, representa el fin – no para nosotros, nuestros hijos y nuestro pueblo, sino más bien para aquellos que lo realizan. Un estado verdadero, cuyo suelo es amado por los periodistas, debería curar estas heridas e investigar y velozmente[el incidente] a fin de desactivar la crisis entre la prensa y el régimen.
«En cada una de sus intervenciones, el presidente habla de la libertad de opinión y de expresión; esto también es un principio constitucional fundamental de que las fuerzas de seguridad violaron bajo pretextos obsoletos y sin fundamento. Todo lo que queremos [de] este estado son reformas que sólo pueden ser posibles si la libertad de opinión es preservada, [porque] es un elemento fundamental en el progreso de un pueblo. De lo contrario, el estado será el primero en pagar el precio de la violación a la libertad [de opinión] y del sacrificio de los principios del progreso humano.
«Debemos hacerle frente a esta crisis sabiamente y debemos evitar que los agentes del caos y la división se aprovechen de esta a fin de perjudicar al estado».
[1] Al-Masri Al-Yawm (Arabia Saudita), 1 de mayo, 2016.
[2] Al-Watan (Egipto) 4 de mayo, 2016.
[3] Al-Watan (Egipto), 2 de mayo, 2016.
[4] Al-Ahram (Egipto) 5 de mayo, 2016.
[5] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 2 de mayo, 2016; Al-Shorouq (Egipto), 2 de mayo, 2016.
[6] Al-Ahram, Al-Masri Al-Yawm (Egipto) 5 de mayo, 2016.
[7] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 2 de mayo, 2016.
[8] Al-Quds Al-Arabi (Londres) 4 de mayo, 2016.