El debate público se ha intensificado recientemente en Arabia Saudita sobre el tema a favor de las mujeres en el lugar de trabajo, siguiendo a la decisión del gobierno de extender el número de áreas en las cuales las mujeres pueden trabajar, así como también permitir que sólo las mujeres sauditas trabajen como vendedoras en tiendas exclusivamente femeninas, tales como prendas de vestir, ropa interior y tiendas de cosméticos. La decisión del gobierno provocó una fuerte oposición de los clérigos musulmanes, que consideran que una mujer que trabaja fuera de su hogar va en contra del shari’a. Por otro lado, la decisión del gobierno fue bienvenida por los intelectuales – ambos mujeres y hombres – quiénes ven el emplear mujeres como un paso importante hacia mejorar la condición de estas en Arabia Saudita.

Cinco mujeres por cada trabajo disponible

Las cifras del Ministerio de Trabajo saudita muestran que las mujeres constituyen sólo el 5% de la mano de obra saudita – la proporción más baja en el mundo. [1] Esto va en fuerte contraste con el hecho que las mujeres constituyen el 70% de las estudiantes en los institutos de alta educación saudíes. [2] De hecho, existe una fuerte creencia, en Arabia Saudita de que «el número de mujeres que están estudiando actualmente en las universidades y que en un futuro querrán trabajar será mayor que el número de mujeres que hoy laboran. Según las cifras, en los próximos cinco años, habrá cinco mujeres, [candidatas] por cada apertura laboral disponible…» [3]

En un artículo del 3 de junio, 2006 en el diario saudita Al-Riad, el redactor Muhammad Bin Suleiman Al-Uhaidab citó una carta enviada a él por una joven mujer saudita que refleja los problemas de empleo que enfrentan las mujeres. La joven escribió: «Asistí a una universidad de entrenamiento a maestros al igual que todas mis hermanas y amigos y al igual que todas las [otras] jóvenes sauditas, ya que ésta es la única área [de empleo] que nunca nos ha sido [abierta]. Aunque yo no quería ser maestra, finalice mi entrenamiento… y ahora mi certificado se encuentra en una gaveta desde hace cinco años… Hace cuatro años, mi hermana y yo conseguimos un contrato para [enseñar] [como parte del Programa del gobierno] para Combatir el Analfabetismo. [Nos enviaron] a un pequeño pueblo en la montaña en el medio del desierto al que no se le puede llegar en automóvil y no tiene electricidad, [agua] o teléfonos, [y donde la gente vive] en condiciones de la Edad de Piedra… Después de una semana, regrese a [casa]… Dos años después, recibí un contrato [para trabajar] en una escuela en Tabuk en una instalación administrativa, como supervisora. Después de dos años mi contrato fue revocado… y me quedé en casa durante otros tres años. [Hoy día] pinto cuadros y los vendo [para poder vivir]…» [4]

Dificultades en implementar la decisión del gobierno de extender las oportunidades de empleo para mujeres

El tema de otorgar empleo a mujeres fue discutido en la Conferencia del Diálogo Nacional, celebrada en Al-Madina en el 2004. Las recomendaciones formuladas en las discusiones fueron entregadas al Concejo del Shura saudita, que delineo una estrategia comprensiva por tratar con el problema. El gobierno saudita pasó luego la Resolución 120 para expandir las oportunidades de empleo de las mujeres.

La Resolución 120 incluyó las siguientes decisiones: Las instituciones gubernamentales emitirán licencias para mujeres que desean comprometerse en actividades económicas, y pudieran formar departamentos especiales para mujeres; el Concejo de Comercio saudita y La Oficina de la Industria formará un comité de mujeres para identificar varios campos profesionales en los cuales las mujeres pueden entrenar y encontrar empleo; la Fundación Saudita para el Desarrollo de Recursos Humanos entrenara a mujeres en varios campos; las áreas serían preparadas para proyectos industriales especiales que emplearían a mujeres; el Ministerio del Trabajo desarrollara opciones para trabajos a distancia como una de los nuevas formas de empleo conveniente para mujeres, y formulara un programa nacional comprensivo para el empleo de mujeres. La sección 8 de la resolución declara que sólo a las mujeres sauditas se les permitiría trabajar en tiendas de productos femeninos. [5]

Sin embargo, la aplicación de la Resolución 120 se encontró con dificultades cuando el Ministerio de Trabajo la pospuso y luego revocó la resolución en conjunto. La explicación dada fue que los dueños de tiendas «habían encontrado difícil el implementar la resolución dentro del tiempo especificado, y necesitaban más tiempo para preparar sus tiendas [para los cambios]…», [6] pero algunos dijeron que el gobierno se había rendido a las presiones de varios elementos religiosos opuestos a la resolución. [7] El Ministro del Trabajo saudita Dr. Ghazi Al-Qusaibi declaró el 28 de julio del 2006 que «el Ministerio del [Trabajo] no está actuando para [promover] el empleo de mujeres… [ya que] el mejor lugar para que una mujer sirva es en su [propio] hogar…» [8] Dos meses después, negó que la Resolución 120 hubiera sido revocada, declarando que «no existe ninguna otra opción sino la de empezar a [buscarle] empleo a las millones de mujeres [en Arabia Saudita]». [9] Recientemente, él clarificó que «ninguna mujer será empleada sin el consentimiento explícito de su guardián. Nosotros también nos aseguraremos que el trabajo de la [mujer] no interferirá con el trabajo en el hogar con su familia, o con su deber eterno de criar a sus hijos…» [10]

Al mismo tiempo, las autoridades sauditas han comenzado a tomar algunas medidas alentando a las mujeres a unirse a la fuerza laboral. En noviembre del 2006, el Centro de Información de Mujeres Sauditas está planeando realizar un simposio en Riad, patrocinado por la familia real saudita, en tratar con «la importancia del empleo de mujeres en promover el desarrollo social». [11] Además, un proyecto pionero en Jeddah entrenó a un grupo de 20 mujeres para trabajar como cajeras en supermercados. Los entrenadores en el proyecto dijeron que estaban felices de tomar parte en esta actividad… [y] de poder desarrollar habilidades femeninas en este nuevo campo [de empleo]. [12] En luz al éxito de la primera sesión, el curso abrió una segunda sesión y se entrenaron a mujeres adicionales para trabajar como cajeras. [13]

El debate público sobre el emplear a mujeres en tiendas de ropa: ¿Es opuesto al shari’a el emplear a mujeres?

La decisión del gobierno saudita de permitirle trabajar a las mujeres en tiendas de ropa, que fue pospuesta, revocada, reintroducida, y luego pospuesta una vez más, encendió un debate público sobre si el emplear a mujeres estaba permitió por el shari’a. Algunas de las preguntas debatidas eran si el trabajar fuera del hogar compromete el honor de una mujer, así permita el shari’a a las mujeres trabajar con hombres, y si el shari’a diferencia entre el trabajo apropiado para los hombres y el trabajo apropiado para las mujeres.

*Prominente jeque saudita: Una mujer debería quedarse en casa

El prominente Jeque Salah Bin Fawzan Al-Fawzan, miembro del Concejo Saudita de Antiguos ‘Ulama, escribió en el diario saudita Al-Watan: «Alá creó al hombre y a la mujer, y dotó a cada uno con una inclinación innata para ciertos tipos de trabajo – ya que la sociedad humana necesita a ambos hombres y mujeres para que trabajen en sus [áreas] designadas: los hombres trabajan fuera del hogar y las mujeres trabajan dentro de esta… Si cada uno hace su trabajo en su ambiente apropiado, esto es lo mejor para la sociedad…

«[Algunos] dicen que una mujer que no posee trabajo alguno fuera del hogar está desempleada. Nosotros les decimos que es la mujer que posee un trabajo fuera del hogar la que está [verdaderamente] desempleada, [ya que] ella no hace su trabajo en el hogar, y así la sociedad no se beneficia del trabajo que nadie [puede] hacer salvo ella. A aquéllos que defienden el [contratar] una sirvienta para hacer el trabajo de [la mujer] [en el hogar], nosotros decimos que una sirvienta no hará el trabajo con el mismo [compromiso] emocional al igual que la señora de la casa, y el trabajo no será perfecto… Aquéllos que llaman a las mujeres a tomar trabajos que son impropios para ellas no están realmente interesados en emplear a mujeres como tal – ellos [meramente] quieren despojarle a las mujeres de su honor». [14]

En respuesta a las declaraciones del Jeque Al-Fawzan, Zina ‘Abdullah Aal ‘Ubeid escribió en Al-Watan: «Es triste que el [Jeque Al-Fawzan] condene a todas [las mujeres] que trabajan fuera de sus hogares. ¿Considera el jeque a una doctora mujer, quien es necesitada enormemente [por nuestra sociedad], como indecente? ¿Considera él a un maestro que educa [niños] y forma las mentes de la generación futura como indecente? ¿Es indecente una empleada que se esfuerza por su vida… [ante sus ojos]? Cómo espera usted que una mujer sea una buena esposa, consciente de sus derechos? ¿Cómo espera usted que sea una [buena] madre y críe a las generaciones futuras?… Cómo espera usted que ella sea un miembro activo de la sociedad y trabaje por su religión y su fe? Diciéndole que se quede en casa, nosotros le estamos consignando un papel marginal en la sociedad, con una importancia limitada…» [15]

* Intervención de la policía religiosa en el tema de otorgar empleo a mujeres

En julio del 2006, la policía religiosa le ordenó a la compañía de perfumes saudita Al-Qazaz que despidiera a 69 mujeres que estaban empleadas en ventas y a las que eran trabajadoras en laboratorios. [16] Siguiendo a las críticas en los diarios sauditas, la policía religiosa publicó una clarificación, declarando: «Nosotros no interferiremos en el camino de emplear a mujeres, mientras no viole los principios del shari’a [como cuando las mujeres trabajan con el velo removido, o con hombres]…» [17] Dos meses después, el Ministerio de Trabajo instruyó a Al-Qazaz a reenganchar a las mujeres que habían sido despedidas. [18]

Artículos en la prensa saudita refutaron la denuncia policial religiosa de que el Islam les prohíbe a las mujeres trabajar junto a hombres. El redactor Shteiwi Al-Gheithi escribió: «Podemos nosotros condenar a todas las enfermeras a lo largo de la historia [musulmana] a quien le importaban los [soldados] musulmanes durante las guerras y conquistas?… Podemos nosotros acusar a todas las enfermeras en nuestros hospitales de tener relaciones con hombres, directa o indirectamente? ¿Podemos nosotros acusar a todas las mujeres [en nuestra sociedad] de mezclarse con hombres en los mercados y [en otros] lugares públicos? Si hacemos esto, habrá algunas mujeres que no sean culpables [de este ‘crimen’]?…» [19]

*Comunicado firmado por 130 hombres hace estallar controversia

En respuesta a la Resolución 120, algunos portales islamistas anunciaron un comunicado firmado por 130 individuos – todos ellos hombres – oponiéndose al principio de igualdad entre hombres y mujeres. El comunicado declara: «Cualquier llamada a completar la igualdad entre hombres y mujeres es absurda en luz al shari’a y al sentido común, ya que [hombres y mujeres] tiene roles diferentes… El shari’a, nuestra razón, y nuestro sentidos todos apuntan a la superioridad de los hombres por encima de las mujeres… Una mujer que frecuentemente sale de su [hogar] innecesariamente es una mujer indecente… mientras una mujer que se queda en su hogar y realiza su deber a su Dios, a su marido, y a sus hijos es una mujer loable. [Los musulmanes] occidentalizados seducen y engañan a la mujer musulmana de la manera más horrible [posible] glorificando a [las mujeres] que trabajan fuera del hogar – incluyendo a las sobrecargos en los vuelos – y desacreditando a mujeres que se quedan en el hogar, cumpliendo con el deber a sus maridos y en el criar a sus hijos…» [20]

Amira Kashghari, maestra inglesa en la universidad de mujeres sauditas, respondió en Al-Watan: «El Islam explica que… los hombres no son superiores a las mujeres… Las Mujeres y los hombres se complementan a si mismos… Está opuesto el empleo de mujeres, de acuerdo con la Resolución 120, al shari’a? Quisieran las mujeres trabajar en tiendas de ropa si no tuvieran la necesidad [de trabajar?] Así que por qué esparcir actitudes negativas entre los hombres y mujeres musulmanas acusando injustamente a las mujeres [trabajadoras] de violar el shari’a? Por qué representar a la Resolución [120] como un desastre, cuándo esta [sólo] busca ayudar a las mujeres permitiéndoles que trabajen de una manera dignificada que preserva su honor y su fe? Por qué fallarle a la resolución intimidando a [personas] y tomando una posición condescendiente que asume que las mujeres son fuente de toda maldad y corrupción?…» [21]

Redactor saudita: Las objeciones religiosas a la Resolución 120 son motivadas por intereses económicos

Después de pasar la Resolución 120, muchos empresarios y dueños de tienda la criticaron en los medios de comunicación, presentando argumentos religiosos y advirtiendo que causaría corrupción moral. En respuesta, algunos argumentaron que esta oposición fue motivada por consideraciones económicas, en lugar de consideraciones morales. La Resolución 120, explicaron ellos, decreta que algunas posturas sólo deben ser reservadas a las mujeres, y esto le impedirá a los dueños de comercios de emplear a (trabajadores masculinos) extranjeros que ganan mucho menos de los que una mujer saudita espera ganar.

‘Abd Al-Rahman Bin ‘Abd Al-‘Aziz Aal Al-Sheikh, redactor para el diario Al-Riad, argumento que el discurso religioso contra la resolución fue realmente generado por «un grupo de dueños de establecimientos comerciales y comerciantes que están acostumbrados a reversar decisiones de este tipo y siempre lo han hecho en el pasado, y por una sola razón: Ellos piensan que esta resolución, y las resoluciones pasadas para la saudetización de la fuerza laboral, corren opuestas a su interés [financiero]… Un saudita [en su negocio] – hombre o mujer – descubrirá las condiciones [bajo las cuales emplean a sus obreros] y sus despreciables métodos de trabajo, y [esto] les costará mucho de su ingreso. [El sueldo de un obrero saudita] es mucho más alto que el de un no-saudita – que obedece cada orden de ellos, trabaja largas horas, y está dispuesto a trabajar por menos salario [que un obrero saudita]… Ésta es su principal razón para rechazar la Resolución [120]. Su rechazo no proviene de ‘consideraciones religiosas… [Ellos están] aprovechándose de su religión para propósitos de beneficiarse [financieramente]…» [22]

La Resolución 120 mejora el estatus económico de las mujeres y resguarda su castidad

Los partidarios de la Resolución 120 dijeron que la resolución no sólo mejoraría la condición de las mujeres en la sociedad saudita, sino que también mejoraría la condición económica de las mujeres y ayudaría a salvaguardar su castidad. Amira Kashghari se dirigió al tema económico, diciendo: «Cualquiera que supervise el estatus de las mujeres en la sociedad saudita entiende los cambios sociales y económicos que… la mujer ha enfrentado, en términos a su necesidad de apoyar a sus familias y en términos de la necesidad económica de la nación para que se unan a la fuerza laboral. Muchas mujeres no tienen a nadie quien las apoye, tales como viudas, divorciadas, o mujeres cuyos maridos no pueden trabajar por alguna razón física o psicológica. Nosotros les dejaremos que rueguen o se degraden a si mismos? O les damos [otras] opciones [permitiéndoles] trabajar en áreas que les concierne por su naturaleza y su dignidad, en una atmósfera saludable, limpia, y tolerante?… El shari’a le permite a las mujeres trabajar, y nuestra sociedad necesita que ellas trabajen [para mejorar sus] condiciones de vida, estatus económico, y su condición social…» [23]

*Periodista saudita: No conozco ningún otro país dónde la ropa interior para mujeres es vendida por hombres

La periodista Ghada ‘Abd Al-‘Aziz Al-Huti dijo que una mujer que trabaja, por ejemplo, en una tienda de ropa intima para mujeres haría que las mujeres que van de compras no fuesen acosadas por los vendedores. Ella escribió en Al-Watan: «Yo no sé de ningún otro [país] donde la ropa de mujeres es vendida por hombres, salvo en este país. Esta es una de las paradojas más extrañas y más tontas [en la que me he encontrado alguna vez]. Nuestra sociedad, [la cual es] conocida por su absoluta y a menudo injustificada manera de ser conservadora, en el qué todos tratamos de darle refugio a las mujeres de cualquier acto vergonzoso o sospechoso… somete a las mujeres al acoso indecente por obreros extranjeros que son los únicos a quienes se les permite vender ropa de mujeres – y ustedes saben muy bien exactamente a qué tipo de prenda me estoy refiriendo… No sería preferible si la vendedora fuese una mujer, que sabe sobre estas cosas y si la [compradora] se le acercara sola, o acompañada por su marido? O es preferible para una mujer entrar en una tienda [en la qué hay] un vendedor que está por lo general solo, y hacerle que este cierre la puerta tras de ella?…» [24]

La escritora saudita Maram ‘Abd Al-Rahman Makkawi, quien vive en G. Bretaña y está trabajando en su Ph.D., también expresó apoyo por la Resolución 120, pero al mismo tiempo expresó algo de duda acerca de su efectividad. En un artículo en Al-Watan, preguntó: ¿Ha considerado alguien el problema de transporte, por ejemplo? Además, puede esta resolución [realmente] ser llevada a cabo en todas las tiendas y en todas las ciudades y regiones? Puedo ver las tiendas en la calle Al-Tahliya en Jeddah [empleando] a mujeres sin demasiada dificultad, pero no puedo ver este acontecimiento en, por ejemplo, los mercados tradicionales… Yo [también] pienso que intentos por abrir nuevas áreas [de empleo] para ellas sin resolver los otros problemas de las [mujeres], y sin una campaña intensiva para cambiar la actitud de la sociedad hacia las mujeres, desde los libros escolares a los púlpitos de los predicadores… sólo agravará nuestros problemas en lugar de aliviarlos, y proporcionará una oportunidad dorada para [los defensores de la consigna] ‘se bonita… y quédate en casa’ para que anuncien su victoria…

«En G. Bretaña, leí todos los días acerca de las oportunidades de trabajo en las compañías internacionales como la British Petroleum, Shell, y Microsoft, incluyendo compañías con subsidiarias [en Arabia Saudita] – pero allá, [estos trabajos están abiertos] sólo a los hombres. Aquí en G. Bretaña, tienen un programa que intenta reajustar la baja representación de las mujeres [en la fuerza laboral], particularmente en las esferas de la ciencia y la tecnología, para que le den la bienvenida a [candidatas] como yo. Mi supervisor, quien está planeando trabajar en Nueva Zelanda, me preguntó si me gustara trabajar allí también después de que termine mis estudios. Afortunadamente, me han ofrecido trabajos en todos los confines de la tierra, menos en mi propio país, [los mismos trabajos] no están abiertos para mí…

«Debemos promover a las compañías e instituciones que ofrecen trabajos convenientes a mujeres y son considerados por sus [necesidades] especiales, y asegurarle a [estas compañías] que el [emplear a mujeres] es legítimo e incluso necesario… Yo espero que mi mensaje llegue a los oídos del Ministro del Trabajo [saudita], para que no regrese a Arabia Saudita [sólo] para encontrar que las puertas están cerradas [para mí]. Quiero estar cerca de mi madre en Jeddah, pero me encuentro viajando lejos para poder trabajar para vivir…» [25]

Llamadas para permitirles a las mujeres practicar leyes

Junto con el debate público sobre el permitirles a las mujeres trabajar en el detal, ha habido también llamadas para permitirles practicar leyes, una profesión del cual están actualmente excluidas. Fatma Kabil, quien hace 27 años obtuvo un grado en leyes de la Universidad del Cairo y quién fue la primera mujer saudita en calificar como abogada, recurrió al Ministerio de Justicia para obtener una licencia para practicar la profesión de abogado en Arabia Saudita, argumentando que tenía todas las calificaciones necesarias y la experiencia. En un artículo en Al-Watan, ella escribió: «Me negué a [trabajar] en la empresa de abogados de un hombre. Quiero una licencia para trabajar mi propia empresa y practicar leyes. La ley es muy clara y precisa en este asunto. No existe ninguna ley contra una mujer que abre una empresa… además, dónde se [supone] que [las mujeres] graduadas en leyes hagan su pasantía?» Kabil enfatizó que el problema no yace ni en el shari’a ni en la ley saudita, sino en la costumbre saudita, y preguntó: «Por qué debemos viajar a otros países para ganar experiencia [en nuestra profesión]? Por qué no deberíamos traer orgullo a nuestro país y beneficiar nuestra patria con nuestro conocimiento, experiencia, y especialización? Es un error el decir que las mujeres [sauditas] no pueden ser aun abogadas, y esa ley debería seguir siendo un dominio exclusivamente masculino. Esta profesión no tiene nada que ver con [el sexo de la persona]… Nuestras cortes [deberían tener] departamentos especiales para ayudar a las mujeres… a que no sean explotadas…» [26]

Rim Al-Habib, una mujer saudita de 29 años quien consiguió un grado de abogacía de Harvard y es miembro del equipo que defiende al ex presidente iraquí Saddam Hussein, también protestó el hecho que las abogadas mujeres sauditas no pudieran hacer practica en su país. «Es extraño», dijo, «que la Universidad ‘Abd Al-‘Aziz tiene un departamento de leyes [abierto a las mujeres] cuando no se les permite trabajar en esta profesión. Serán empleadas las graduadas de este departamento como médicos veterinarios?»

‘Abd Khazindar, redactor para los diarios sauditas Al-Riad y ‘Ukaz, escribió en apoyo a las abogadas sauditas: «Si existe una ley que le prohíbe a las mujeres [practicar la abogacía en Arabia Saudita], está basada en la tradición o en un montón de excusas? Hasta donde yo sé, una mujer solía discutir los temas con el Profeta [Muhammad], e incluso argumentó con él en defensa de sus derechos… Si una mujer pudo presentar argumentos al Profeta, por qué no puede ella defender un caso delante de un juez? No todas las mujeres son capaces de defenderse a si misma [en la corte], ya que existen muchas leyes y regulaciones cambiantes. Así que por qué no puede [una mujer] contratar a otra mujer, quien está versada en las leyes y regulaciones del estado, para defenderla? Una mujer no puede abrir su corazón a un [abogado], pero puede hacerlo con una [mujer abogado]». [27]

* L. Azuri es compañero de investigación en MEMRI.


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 23 de julio, 2006.

[2] Las cifras citadas por el Dr. ‘Abd Al-Wahid Khalid Al-Hamid son de un documento oficial del Ministerio de Economía Saudita. Las estadísticas fueron compiladas como parte del octavo plan quinquenal de desarrollo de Arabia Saudita, y fue dado a conocer con la aprobación de altos oficiales del estado. Al-Riad (Arabia Saudita), 10 de mayo, 2006.

[3] Al-Watan (Arabia Saudita), 24 de mayo, 2006

[4] Al-Riad (Arabia Saudita), 3 de junio, 2006.

[5] ‘Ukaz (Arabia Saudita), 1 de junio, 2004.

[6] ‘Ukaz (Arabia Saudita), 15 de mayo del 2004; Al-Riad (Arabia Saudita), 22 de mayo del 2006.

[7] Al-Watan (Arabia Saudita), 18 de mayo, 2006.

[8] ‘Ukaz (Arabia Saudita), 28 de julio, 2006.

[9] Al-Quds Al-‘Arabi (Londres), 25 de septiembre, 2006.

[10] Al-Watan (Arabia Saudita), 5 de noviembre, 2006.

[11] Al-Riad (Arabia Saudita), 9 de noviembre, 2006.

[12] ‘Ukaz (Arabia Saudita), 14 de agosto, 2006.

[13] ‘Ukaz (Arabia Saudita), 17 de agosto, 2006.

[14] Al-Watan (Arabia Saudita), 26 de junio, 2006.

[15] Al-Watan (Arabia Saudita), 20 de julio, 2006.

[16] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de julio, 2006.

[17] Portal de la Policía Religiosa Saudita, 22 de julio del 2006, http://www.hesbah.gov.sa/NewsDetails.asp?id=497.

[18] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 10 de septiembre, 2006.

[19] Al-Watan (Arabia Saudita), 21 de julio, 2006.

[20] http://www.islamlight.net/index.php?option=content&task=view&id=2519&Itemid=27.

[21] Al-Watan (Arabia Saudita), 18 de abril, 2006.

[22] Al-Riad (Arabia Saudita), 19 de mayo, 2005.

[23] Al-Watan (Arabia Saudita), 18 de abril, 2006.

[24] Al-Watan (Arabia Saudita), 29 de mayo, 2006.

[25] Al-Watan (Arabia Saudita), 17 de mayo, 2006.

[26] Al-Watan (Arabia Saudita), 23 de diciembre, 2005.

[27] Al-Riad (Arabia Saudita), 23 de abril, 2006.