«Ni Siria ni Irak pueden reclamar los ríos de Turquía más de lo que Ankara pudiera reclamar su petróleo. Se trata de una cuestión de soberanía. Tenemos derecho a hacer lo que nos plazca. Los recursos de agua son de Turquía, los recursos del petróleo son de ellos. No decimos que compartimos sus recursos petroleros y ellos no pueden decir que comparten los recursos de agua».

– Ex presidente turco Suleyman Demirel [1]

«Estados con curso de aguas deberían al utilizar un curso de agua internacional en sus Territorios, adoptar todas las medidas apropiadas para impedir que causen Daños Significativos a otros Estados con curso de agua». [2]

Introducción

La tierra que hoy conocemos como Irak fue llamada, en tiempos antiguos, Mesopotamia, o la tierra de los dos ríos – una referencia a los dos grandes ríos, el Tigris y el Éufrates, los cuales alimentan a la región con agua, permitiendo el crecimiento de una gran civilización, y que han facilitado a Irak con agua hasta el día de hoy. Ambos ríos son alimentados por nieve y precipitaciones al este de Turquía y al noroeste de Irán, y liberan los picos en marzo y mayo, demasiado tarde para los cultivos de invierno y demasiado temprano para los cultivos de verano. El Éufrates, 1.730 millas de largo, fluye a través de Siria, mientras que el Tigris, de 1.150 millas de largo, baja desde Turquía a Irak. Existe también una red de pequeños ríos de Irán, algunos de los cuales se alimentan del Tigris. El flujo anual combinado de los dos grandes ríos fue de alrededor de 80 millones de metros cúbicos. Sin embargo, existe un amplio sistema de desviaciones y canales de riego que datan de siglos, con más de una docena de importantes proyectos en embalses, algunos sobre los principales sistemas fluviales, pero la mayoría, de los afluentes.

Irak acusa a Turquía, y en menor grado a Siria, de reducir grandemente el flujo de agua del Éufrates colocando sobre estos diques hidroeléctricos que han restringido el flujo de agua, dañando el sector agrícola iraquí que ya padece de décadas de guerra, sanciones y abandono. Este acusa a Irán de desviar los principales afluentes del Tigris que han cortado el flujo de agua en el otro río principal.

Según el ministro de recursos hidráulicos de Irak Dr. Abdul Latif Jamal Rashid, el estimado anual de lo que necesita Irak son aproximadamente 50 billones de metros cúbicos, el 60% que proviene de la cuenca del Tigris y el resto del Éufrates. La necesidad del país al agua se estima que crecerá a 77 millones de metros cúbicos para el año 2015, en un momento en que el flujo de agua se espera disminuya a 43 millones de metros cúbicos al año. [3]

La creciente necesidad de agua por los países ribereños hace de la distribución justa de esta fuente finita una fuente potencial de conflicto, si no por las guerras. En Irak, la creciente escasez de agua es una amenaza a la desertificación de tierras fértiles.


Mapa de la moderna Irak mostrando los ríos Tigris y Eúfrates
Mapa cortesía del libro fuente de
la CIA.

De la abundancia a la escasez

Hace medio siglo, la región trató de controlar las inundaciones. El Banco Mundial llevó a cabo un amplio examen y análisis económico de Irak en 1951. El Banco se afianzó en el informe de seguimiento de que «el almacenamiento de las aguas del Éufrates y Tigris y sus afluentes es el principal problema». [4] Hoy día, el tema de las inundaciones, en particular la causada por el Éufrates, se ha desvanecido en la memoria, en su lugar, los asuntos gemelos de la escasez de agua y la desertificación enfrentan a los encargados de formular las políticas de hoy en Irak (ver foto abajo).


Mujer iraquí sentada en suelo reseco al sur de Irak.
Fuente: Al-Sharq Al-Awsat, 16 de julio, 2009

De hecho, un informe publicado recientemente por la Asociación Europea del Agua advirtió que Irak podría perder completamente las aguas de los dos ríos antes del 2040. El informe fue especialmente pesimista sobre el río Tigris, el cual podría perder 33 millones de metros cúbicos de agua por año a causa de la política del agua adoptada por Turquía. [5] La reducción en la cantidad de agua río abajo tendría un impacto significativo en las actuales instalaciones hidráulicas en el río Tigris y pudiera causar un cambio en el patrón natural del flujo de agua del río, con repercusiones en los suministros de energía a partir de dos importantes sistemas de generadores de energía. [6] Según el informe de la Asociación Europea del Agua, la proporción de agua que fluye hacia Irak se ha reducido a tercios en los últimos 25 años, complicándose más el problema aún por la grave sequía en los últimos años. Irak, advierte el informe, se enfrenta a «un verdadero desastre» que significaría que el país se convertirá en una extensión del desierto de la Península Arábiga.

Razones por la escasez de agua

Irak depende en gran medida de las aguas superficiales de los dos ríos, que comparte con otros dos países – Turquía y Siria – y, en menor medida, con Irán. Cada uno de estos países tiene sus propios planes operativos para el almacenamiento de agua y su utilización. La construcción de presas y plantas de almacenamiento de agua en los dos ríos y sus afluentes, por parte de Turquía, en particular, y en menor medida por Siria e Irán, han sido la principal causa de la escasez de agua en Irak. El programa GAP turco ya ha tenido un gran impacto negativo sobre la situación del agua en Irak, la cual se verá muy agravada cuando la represa Aliso esté terminada.

Turquía, en violación de la Convención de Naciones Unidas sobre la Ley de los Usos de No-navegación de las Corrientes de Agua Internacionales, continúa construyendo diques río arriba que privan a países fronterizos de sus derechos sobre los límites transnacionales de los ríos, ya que considera a las aguas del Tigris como propias. El profesor de ley internacional en la Universidad de Bagdad Muna al-Rifa’i ha rastreado los orígenes del GAP a marzo de 1933, cuando el gobierno turco llevó a cabo estudios hidrológicos de las áreas en donde los proyectos GAP serían construidos y donde establecen firmemente esas aguas como propiedad de Turquía. [7]

El programa GAP turco y su impacto sobre los recursos de agua en Irak

Al igual que Siria y Egipto, la mayor parte del agua de Irak es transfronteriza, en la medida que provenga de otros países. Las aguas de Irak provienen principalmente de Turquía y en parte de Irán. Irak y en menor medida, Siria, se ve afectada por las decisiones tomadas aguas arriba con los reclamos de los rivales sobre el compartir el agua por parte de los países ribereños. Irak ya está siendo afectado negativamente por el Proyecto Anatolia del Sudeste Turco, conocido en turco como GAP, el cual ha sido responsable por la disminución de las corrientes de agua hacia los dos ríos.

El GAP es uno de los más ambiciosos y costosos proyectos de desarrollo en el mundo. Los estimados son que va a costar $ 32 millones cuando esté completado. El plan es utilizar las aguas de los ríos Tigris y Éufrates, con la construcción de 22 represas y 19 centrales hidroeléctricas. Con la ayuda de grandes túneles, los planes de Turquía para desviar las aguas de la cuenca hacia el campo Harran, donde 1,7 millones de hectáreas de tierra serán regadas. Turquía, al igual que la parte superior ribereña, quiere utilizar las aguas de la cuenca con grandes represas como la de Ataturk y la de Aliso. La Represa de Ataturk, la sexta más grande represa en el mundo, es la estructura clave para el desarrollo de la región baja del río Éufrates. Concluida en 1993, genera actualmente 8,9 millones de Kwh. de electricidad y es responsable de la apertura de más de 180.000 acres de tierras agrícolas para el riego en la planicie Harran. Los agricultores de los campos Harran ya cosechar sus cultivos, especialmente el algodón turco de excelente calidad. [8] Sin embargo, la construcción de la represa de Atatürk ha reducido el flujo de agua en el Éufrates en una quinta parte.

La represa Aliso es el más controversial y, una vez terminada, tendrá graves efectos sobre la disponibilidad de agua de Irak. Según los expertos, la represa Aliso, cuya construcción comenzó en el río Tigris en el 2006, tendrá una capacidad de almacenamiento de 11.14 millones de metros cúbicos, y privara a Irak de un tercio de sus tierras de cultivo y hará que los agricultores deserten sus granjas. La represa Aliso fue inicialmente programada para ser completada en el 2020, pero la construcción fue suspendida en diciembre del 2008 por 180 días a petición de los tres países europeos, Alemania, Austria y Suiza, que ofrecen garantías a las empresas de ingeniería involucradas en la construcción de la represa, sobre la base de que Turquía ha «violado persistentemente las disposiciones culturales y sociales que formaban parte de la operación». La construcción de la represa habría significado «inundar a la arqueológica ciudad antigua de Hasankeyf sobre el río Tigris, así como también la reubicación forzada de más de 10.000 personas». [9] Turquía ha anunciado que seguirá adelante con la construcción de su represa, pero existen dudas sobre si tiene los recursos para hacerlo en el plazo previsto.

La suspensión expiró a comienzos de julio. Ahora Irak ha montado una campaña entre los tres donantes para retener fondos adicionales del proyecto, cuyo costo se estima en $ 1.68 billones, en un intento por obligar a Turquía a aumentar la cantidad de agua que llega a Irak a través del río Éufrates. [10]

Irán y Siria se unen a los problemas de agua de Irak

Irán y Siria también han construido numerosas represas e instalaciones de almacenamiento de agua que reducen la cantidad de agua que llega a Irak. Irán ha sido un factor en la reducción del agua a Irak desviando los principales afluentes dentro de Irán. En un comentario más crítico, el Dr. Abdul-Latif Jamal Rashid, ministro iraquí de recursos hidráulicos, dijo en una entrevista sobre el problema del agua en Irak: «La parte iraní participa activamente en el deterioro de la condiciones del agua al sur de Irak y en particular a la pérdida de su agricultura y ganado… Desviándolo, dentro de Irán, los afluentes que antes corrían en el río Tigris, y los Ríos Karun y Karkha que fluían hacia Shatt-Al-Arab, Irán ha participado de una manera directa a la pérdida de las tierras agrícolas provocando una escasez de agua e incrementando la salinidad». En su política de agua, Irán también está dañando los pantanos de Irak y socavando los esfuerzos para revitalizarlos. [11] Una de las consecuencias imprevistas de la caída de los niveles de agua en los pantanos es que enormes serpientes venenosas han comenzado a invadir las casas de los habitantes de los pantanales – un motivo más para acelerar su abandono de las zonas pantanosas y una forma de vida que se remonta a miles de años. [12]

Los residentes de la ciudad de Faw, 60 millas al sur de Basora y la ciudad más al sur en Irak, se han quejado de que, al desviar el río Karun de Shatt-Al-Arab hacia el río iraní Bahman Shir, Irán ha creado una grave escasez de agua potable para los residentes de la ciudad. [13] De hecho, los comerciantes en la ciudad de Basora están importando agua desalada de los EAU para satisfacer las necesidades de la gente.

Siria también ha limitado el flujo de agua en Irak. Siria creó el Buhayrat Assad [el lago Assad] con la construcción de la represa Tabaqah sobre el río Éufrates, el cual fue completado en 1973, río arriba a la ciudad de Al-Raqqah. El depósito es de unos 50 kilómetros de largo y un promedio de 1,6 millas de ancho.

Irak debe compartir la responsabilidad por sus problemas de agua

Irak reconoce que, aun así, Turquía, Irán y Siria no constituyen los únicos responsables por la disminución del nivel de agua en los dos ríos. Existen otros factores que están contribuyendo a la crisis de agua que deberían tenerse en cuenta:

  • Cambios climáticos: Irak es un país árido, con una alta variabilidad de precipitaciones y un alto de grado de evaporación. Irak, al igual que la mayoría de los países del Medio Oriente, ha experimentado durante varios años una grave sequía. La región kurda de Irak, cuyos agricultores dependen casi exclusivamente de las lluvias, tuvieron una estación seca completa en el 2008.
  • Abandono del gobierno: Años de guerra y los conflictos han desviado la atención del gobierno del sector de agua. Si bien Irak participó en guerras o en conflictos internos, sus vecinos estaban ocupados construyendo sus represas y embalses. Turquía se negó a convocar un panel tripartito creado en la década de años 60 para examinar los temas sobre el reparto de agua. Saddam Hussein podía gobernar a Irak con un puño de hierro, pero cuando se trata de cuestiones relacionadas con el agua fue ignorado por Turquía, injuriado por Siria, y tratado como un enemigo mortal por parte de Irán.
  • Crecimiento de la población: Según un estudio de las Naciones Unidas, la población mundial se ha cuadruplicado en los últimos cien años, pero el consumo de agua se ha aumentado en un factor de siete. Irak no es una excepción. El aumento del nivel de vida ha aumentado la demanda de agua tanto para uso doméstico y para la producción de alimentos cada vez más. Al mismo tiempo, existe una considerable pérdida de agua debido a los obsoletos métodos de riego y drenaje
  • La ausencia de políticas de precios del agua: Los años de abundancia de agua apaciguaron la necesidad de tratar el agua como un bien escaso, que debe ser tasada de una manera que fomente el uso racional del agua y desaliente el despilfarro.
  • Factores ambientales: la calidad del agua ha ido disminuyendo como consecuencia de la salinidad de esta y su contaminación. Una disminución en los niveles de agua, en particular en Chatt al-Arab, creado por la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates, ha significado un mayor nivel de agua salada del Golfo mezclada al agua fresca del río. El aumento de la salinidad del agua, en particular, es un factor importante que contribuye a la desertificación. [14] Además, la contaminación del agua en gran escala, provocada por la difusión de objetos extraños en el suelo del río y el verter residuos y aguas sin tratar en los ríos y lagos, reduce el agua potable y causa riesgos para la salud pública. La situación ha llegado a tales extremos que la gente al sur de Irak está importando agua potable de plantas de desalinización de los EAU. [15]
  • Sedimentos río abajo: el Tigris y el Éufrates llevan grandes cantidades de sedimentos río abajo. Este es depositado en los canales de río, en canales y sobre las llanuras desbordadas. En Irak, el suelo tiene un alto contenido salino y el agua desbordada era necesaria para lavar el suelo y prepararlo para la próxima temporada de siembra. Sin embargo, el Ministerio del Agua carece de equipos de dragado para limpiar los canales de agua.

Irak también sospecha que los países vecinos están deliberadamente reduciendo el suministro de agua para socavar su agricultura y hacerla dependiente de ellas para los productos agrícolas, carne de ganado y aves. [16] Irak, históricamente la tierra de la abundancia, debe ahora importar gran parte de lo que el país necesita para alimentar a su pueblo.

La creciente desertificación de Irak

Después de años de abandono, la disminución del flujo de agua, y las repetidas frecuencias de sequía, grandes áreas de Irak, particularmente en la región sur, se enfrentan a un grave problema de desertificación. Este fenómeno, según el ministerio de recursos hídricos, significa la propagación de las dunas de arena y los cambios en el clima, además de la reducción de los pastizales naturales, el deterioro de la calidad del agua y el aumento de la contaminación. El jefe del departamento medio ambiental en la provincia de Basora ha estimado que el 45% del país ha sido afectado por la desertificación, otros expertos sostienen que hasta el 90% del Irak se ha visto afectado en alguna medida. [17]

Las guerras de Irak y la presencia de unidades militares en las tierras agrícolas se han sumado a la desertificación. [18] Se sabe, por ejemplo, que durante los ocho años de guerra entre Irak e Irán, las partes intercambiaron fuego de artillería que diezmaron las dos terceras partes de las palmeras que proporcionan ambos ingresos a los agricultores y una barrera de protección natural contra la expansión del desierto. [19] Con la escasez de agua y la alta salinidad, muchos agricultores han abandonado sus tierras, abandonándolas para ser colmadas por matorrales y hierbas silvestres.

La desertificación de Irak se ha extendido también hacia el norte del país. En la provincia de Nínive, los aldeanos han desertado 70 aldeas en busca de agua porque la arena ha cubierto las casas, carreteras y el suelo. [20] Una de las ironías de la situación es que estos pobladores temen perforar en búsqueda de agua, porque en una ocasión la perforación no hizo brotar agua cerca de la superficie sino gas natural el cual explotó, causando un incendio que tomó varios días en extinguir. [21]

La desertificación está aumentando la frecuencia de las tormentas de arena durante la temporada de verano, a tal punto que el aeropuerto internacional de Bagdad es cerrado de vez en cuando por más de dos o tres días debido a la mala visibilidad. El Dr. Fadhel Al-Farraji, jefe de la Autoridad para la Lucha contra la Desertificación, atribuye el problema, entre otras cosas, al movimiento de equipos militares pesados en suelo desértico desde 1990 el cual ha aplastado la firme corteza del desierto, deshaciendo la compactación de décadas y de inflexión en la superficie de arena suave, capaz de ser transportada por el viento. Debido a este aplastamiento de la superficie, que él ha denominado «viento de-cobertor», el Dr. Al-Faraji espera que las tormentas de arena prevalezcan sobre Irak durante toda la temporada de verano. [22] Por ejemplo, el Vicepresidente Joe Biden se vio obligado, durante su visita a Bagdad durante la primera semana de julio del 2009, a cancelar un viaje previsto hacia el norte para reunirse con los líderes kurdos debido a una grave tormenta de arena que causó que los aeropuertos fuesen cerrados. Los iraquíes usaban máscaras fuera de sus hogares y los hospitales han sido inundados con pacientes que sufren de problemas respiratorios.

Acuerdos legales que cubren los derechos al agua

Existen muchos tratados, acuerdos y convenios que regulan los derechos de agua de Turquía, Siria, Irak e Irán, los cuales se remontan al Tratado de Paz entre los Aliados y Turquía, firmado en Lausana, Suiza el 24 de julio, 1932 que llama a la protección de los derechos adquiridos por Siria e Irak en las aguas del Tigris y el Éufrates. Existe un acuerdo firmado sirio-iraquí en Bagdad del 17 de abril, 1989 que llama a la distribución del Eufrates en la frontera sirio-turco con el 58% para Irak y el 42% para Siria. Existe el acuerdo entre Irán e Irak firmado en Argelia en 1975 el cual pidió un estudio completo de la tierra y los derechos de navegación fluvial [en Shatt-Al-Arab] y que fue derogado por Saddam Hussein tras el estallido de la guerra entre los dos países. [23] Por último, está la Convención de las Naciones Unidas sobre el Agua, ya antes mencionado.

«Un barril de petróleo por un barril de agua»

Aunque Turquía ha prometido aumentar la cantidad de agua en el Éufrates, esta no lo ha hecho, exceptuando algunas veces y en cortas duraciones. El flujo del Éufrates, el cual corre a través de Siria antes de llegar a Irak se está efectuando en algo más de la mitad de su nivel del año 2000 de 950 m3/segundo. El Ministro de Recursos del Petróleo Dr. Abdul Latif Jamal Rashid ha cuestionado si Turquía sigue adhiriéndose a una consigna pronunciada por algunos de sus dirigentes acerca de «un barril de petróleo por un barril de agua». [24]

No satisfechos con su tímida postura del gobierno para hacer frente a Turquía sobre las cuestiones relacionadas con el agua, el parlamento iraquí mantiene la ratificación de un acuerdo de comercio y cooperación entre los dos países. Miembros del parlamento insisten en que una disposición que garantice la cuota de agua de Irak de los dos ríos se debería incluir en el acuerdo. [25]

Conclusión

El agua es la clave para la guerra o la paz. Las fronteras se puede redibujar, los refugiados reasentarse, las barreras comerciales removidas y la agricultura reformada y hecha más eficiente. Pero debe haber agua para satisfacer las necesidades humanas básicas. El crecimiento de la población con un rápido cambio hacia la urbanización hace aún más grande estas necesidades y los riesgos de los conflictos armados más imaginables en el futuro. En palabras de un estudio del PNUD, «El agua es poder – y cuando el agua escasea, las relaciones de poder ocupan un lugar destacado en la determinación de quién obtiene el acceso al agua y en qué condiciones. [26]

La región del Medio Oriente, ya es una de las regiones más volátiles del mundo y podría llegar a ser aún más volátil si millones de personas no pueden encontrar agua para beber, mucho menos cultivar alimentos.

* El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior (eméritas) en MEMRI.


[1] John Bulloch y Adel Darwish, Las Guerras por Agua: Próximo Conflicto en el Medio Oriente. Londres: Víctor Gollancz, 1993, Pág. 74.

[2] Naciones Unidas, «Convención sobre la ley de Usos No Navegables del Flujo de Aguas Internacionales», Artículo 7. Política Medioambiental y Leyes, 27/3 (1997), pp.233-337.

[3] Al-Hayat (Londres), 8 de julio, 2008.

[4] Banco Internacional para la Reconstrucción y Desarrollo, El Desarrollo Económico de Irak. Prensa Johns Hopkins, 1952, Pág. 183.

[5] Al-Mada (Irak), 28 de octubre del 2008, y Al-Sabah (Irak), 9 de junio del 2009, citando a un oficial en el Ministerio de Recursos de Agua.

[6] PUKMedia, Irak, 17 de septiembre, 2007.

[7] Al-Mada (Irak), 28 de octubre, 2008.

[8] www.allaboutturkey.com/gap.htm

[9] Spiegel Online, 8 de julio, 2009.

[10] Al-Rafidayn (Irak), 5 de julio, 2009.

[11] Al-Hayat, 17 de julio, 2009.

[12] Al-Mada, 15 de junio, 2009.

[13] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 28 de junio, 2009.

[14] Al-Sabah, 17 de julio, 2008.

[15] Sotiliraq, 11 de julio, 2009.

[16] Al-Mada, 1 y 20 de julio.

[17] Al-Sabah, 4 de julio, 2009.

[18] Al-Mada, 6 de julio, 2009.

[19] Al-Zaman (Irak), 14 de julio, 2009.

[20] Al-Mada, 16 de junio, 2009.

[21] Al-Mada, 16 de junio, 2009.

[22] Al-Sabah, 4 de julio, 2009.

[23] Al-Mada, 10 de junio, 2009.

[24] Al-Mada, 17 de junio, 2009.

[25] Al-Mada, 11 de julio, 2009.

[26] PNUD, Más Allá de la Escasez: poder, pobreza y la crisis de agua global, 1966, Pág. 173.