El 15 de junio del 2010, el partido del líder druso Walid Jumblatt en el parlamento libanés presentó un proyecto de ley destinado a permitirles a los palestinos en el Líbano recibir beneficios sobre seguridad social y el poder adquirir bienes y raíces. El proyecto de ley fue apoyado por los parlamentarios musulmanes, tanto sunitas y chiítas, de los partidos Amal y Hezbolá y también por los musulmanes de la facción Al-Mustaqbal Al-Hariri. Por otra parte, el proyecto de ley fue rechazado por los diputados cristianos de los partidos de Michel Aoun, Samir Geagea y Al Amin Gemayel, así como por los cristianos en Al-Mustaqbal. De esta manera, por primera vez en años, el parlamento libanés fue testigo de una división entre musulmanes y cristianos, en vez de entre rivales políticos, es decir, las Fuerzas 14 de Marzo frente a las Fuerzas 8 de Marzo lideradas por Hezbolá. La oposición de los cristianos al proyecto de ley se debe a su preocupación de que la concesión de estos derechos a los palestinos sería un paso inicial hacia la reubicación en forma permanente en el Líbano, lo que cambiaría la demografía del país a favor de los musulmanes.
En una reunión de marzo, 2010 de las Fuerzas 14 de Marzo dedicada a la formulación de un proyecto de acuerdo sobre la ley, el parlamentario ‘Imad Al-Khouri de Al-Mustaqbal aclaró que «el debate se centra en los derechos humanitarios y sociales y no en los derechos a la ciudadanía». [1]
El diario de Londres Al-Quds Al-Arabi publicó las ‘demandas principales’ de los palestinos: libertad para trabajar en todas las profesiones y oficios, el derecho a poseer bienes raíces, mejorar los campamentos de refugiados y los servicios del OOPS, organizar la seguridad en los campos de refugiados, la reacomodación de los refugiados cuyos nombres han sido borrados de la lista de registro de la población y una solución al tema de los refugiados cuyos papeles fueron extraviados. [2]
El 17 de agosto del 2010, el parlamento libanés modificó una cláusula en la Ley del Seguro Social, concediéndoles a los refugiados determinados derechos en Seguridad Social y empleo igual a los de los ciudadanos libaneses. Además, este concedió a los refugiados el derecho al trabajo en todas las profesiones abiertas a los extranjeros. [3]
Sí a los derechos de los palestinos – pero no en el Líbano
Durante el debate sobre los derechos de los palestinos, el ex presidente libanés y presidente del partido (Falangista) Kataeb Amin Al-Gemayel dijo: «Existe un plan internacional para reubicar a los palestinos en el Líbano… Nos sentimos plenamente solidarios con la causa palestina, pero debemos permanecer neutrales en relación a elementos regionales e internacionales que [manejan este asunto]». [4] Michel ‘Aoun, jefe del partido Cambio y Reforma, negó las acusaciones de que su oposición al proyecto de ley estuvo motivada por el «racismo» y argumentó que aquellos que deben resolver el problema de los refugiados palestinos son los Estados Unidos, Canadá, Australia y Gran Bretaña. [5]
El Primer Ministro libanés Sa’d Al-Hariri, clarificó que las «obligaciones del Líbano hacia los palestinos no incluyen en modo alguno el reasentamiento de los refugiados [en este país], o cualquier otra gestión que esté en contradicción con el derecho a retorno o con su identidad [independiente]… El tema de los derechos [de los palestinos] no está abierto al debate, [pero el Líbano] no se [inhibirá] de sus obligaciones nacionales y humanitarias respecto al derecho de los palestinos a regresar [a su patria] y establecer un estado independiente con Jerusalén como su capital, [o su derecho] a la libre determinación». [6]
Los derechos para los palestinos en el Líbano no invalidan el derecho a retorno
En respuesta de informes a la opresión sufrida por los palestinos a manos de los aparatos de seguridad libaneses, especialmente en el campo de refugiados Nahr Al-Bared, Walid Jumblatt se preguntó, «¿Cómo es posible que en teoría, el Líbano esté comprometido con la causa palestina, mientras que en realidad sus [actitud] hacia los refugiados palestinos es racista? ¿Qué frena al [Líbano] a concederles a los palestinos sus mínimos derechos civiles?» [7]
El periodista palestino Ashraf Abd Al-Rahman contrastó sarcásticamente la situación de los palestinos con la situación de los animales en Occidente, indicando que estos últimos tienen más derechos: «Una de las cosas asombrosas que usted ve en Occidente es que todos los animales reciben sus derechos y beneficios. Existen asociaciones especiales que cuidan de ellos, manejan sus asuntos y velan por sus necesidades, incluyendo vivienda, nutrición y ropa… [Los animales] viven en moradas de lujo en seguridad, estabilidad y tranquilidad… [Nadie] impone leyes arbitrarias sobre estos que los obligan a emigrar o abandonar sus hogares. Son libres de vivir como quieran y Alá provee por ellos en su bondad. Comparten su comida, porque viven en hermandad y no sufren de las pesadillas de la pobreza, discriminación o humillación…
«En contraste, el desconocimiento de los [derechos] humanitarios del palestino [que desea] retornar [a su patria] y que, contra su voluntad, es llamado refugiado, mueve [inclusive] a los animales del mundo [a la] compasión y su difícil situación despierta la ira… Si pudieran hablar, expresarían su enojo y disgusto con las leyes discriminatorias raciales y las medidas en [contra de los palestinos].
«Los palestinos han estado sitiados en el Líbano durante 62 años… y privados del [derecho a] una vida digna. No tienen derecho al trabajo y tienen prohibida 70 ocupaciones. No pueden comprar [bienes y raíces], registrar [bienes y raíces] bajo su propio nombre, o legar a sus hijos, incluso si se trata de un miserable apartamento de dos habitaciones. No reciben beneficios por prestaciones sociales o atención sanitaria en los hospitales… Están en un estado de sitio en los campamentos de refugiados, que cada vez más se están llenando de gente…
«Algunos libaneses se aprovechan de esta cuestión humanitaria sensible, explotando a este pueblo oprimido [como parte de] sus propios conflictos internos… mediante la presentación de un argumento tonto y ridículo, es decir, que se debe hacer oposición al reasentamiento de los refugiados [en el Líbano] y apoyar el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares [en Palestina]. Alabado sea Alá, estos asesinos sedientos de sangre se han convertido en guardianes más misericordiosos que una madre [protegiendo] a sus bebés».
«Si un palestino puede ser dueño de un hogar humilde, hará esto que olvide a su patria Palestina?»
«Les preguntamos a ellos: Si a un palestino se le permite poseer un hogar humilde, ¿le hará esto olvidar su tierra natal en Palestina, o eliminara sus sueños de regresar al hogar de sus padres? ¿No escucharon los héroes de los nuevos días a la diáspora palestina en todo el mundo declarando que el retorno [a Palestina] es algo seguro, aunque este sea retardado durante mucho tiempo? ¿Se han vuelto sordos [estos libaneses] a la verdad y ciegos ante la realidad de los niños palestinos que portan consigo la llave de sus hogares [en Palestina], soñando día y noche con el regreso a su patria y que no quieren ninguna otra alternativa – incluso si alguien les promete a todos ellos los tesoros del mundo, incluyendo [el] derecho a permanecer en su hermosa segunda patria el Líbano? ¿Por qué insisten algunos [libaneses] en el regateo, en extorsionar [gente], en comerciar [con la causa palestina] y aprovecharse de ellos con depravación, siempre que aquellos fieles [a la causa palestina] propongan mejorar la situación de los palestinos en el Líbano y tratarlos como seres humanos hasta que regresen a sus tierras, a sus propiedades y a sus medios de vida [en Palestina]? ¿Cómo podemos creer en [sus] declaraciones de solidaridad y [llamadas] a romper el cerco sionista en Gaza, cuando estos continúan apretando la horca y el cerco a los palestinos en el Líbano? Basta ya de odio, arrogancia y racismo…» [8]
El columnista de Al-Hayat Daud Al-Shiryan escribió que la cuestión del reasentamiento ha dado lugar a una red de mentiras y que en el pasado los refugiados palestinos se habían reasentado en el Líbano sobre una base sectaria. Según Shiryan, antes de la guerra civil, cuando el Líbano estaba dominado por los cristianos maronitas, todos los cristianos palestinos así como también los palestinos ricos fueron reasentados allí. Seguido a la guerra civil, con el surgimiento del chiísmo político, a los palestinos chiítas de siete pueblos se les concedió la ciudadanía y se reasentaron en el Líbano «y hoy día ambos bandos [es decir, tanto maronitas y chiítas] se oponen a la reubicación de los refugiados». Al-Shiryan explicó que, más de lo que deseaba alentar a los palestinos a que se aferren al derecho a retorno, aquellos que se oponen al reasentamiento deseaban deshacerse de los refugiados del Líbano y exilarlos en una diáspora a distancia: «… Cualquiera que esté familiarizado con la historia del Líbano sabe que los chiítas y los maronitas colaboran en este asunto, incluso si lo disputan en el parlamento». [9]
En el diario Al-Akhbar, cercano al Hezbolá, el periodista árabe Salama Qila escribió: «La amenaza demográfica [que enfrentan] los cristianos ya no es una consideración en lo que respecta a los derechos de los refugiados… Los musulmanes han constituido durante mucho tiempo una mayoría [en el Líbano], incluso sin que los palestinos hayan obtenido la ciudadanía… Parecería ser que los cristianos [simplemente] no quieren a los palestinos en el Líbano… Dejando a los refugiados en su estado [actual] – sin poder trabajar, construir, estudiar u obtener bienes y raíces – que [les] causará inevitablemente el tener que buscar otro suelo. Por lo tanto, la postura de los [cristianos], más que ser un rechazo al reasentamiento, es un mensaje de que los [refugiados] deben marcharse… Todo el temor al reasentamiento tiene por objeto, más que nada, perpetuar esta trágica situación». [10]
‘Abdallah’ Abdallah, representante de la Autoridad Palestina en el Líbano, explicó que resultaría beneficioso para el Líbano otorgarle a los refugiados la ciudadanía: «Es nuestro deber como palestinos ser socios iguales en cargar con la responsabilidad [de la ciudadanía] y exigimos estos derechos, siempre que no perjudiquen la seguridad, estabilidad y soberanía del Líbano». [11] En una entrevista en Al-Quds Al-Arabi, este dijo:» Ni nosotros ni ninguno de los palestinos aspiran al reasentamiento en el Líbano o a la participación en su vida política, ni [tampoco deseamos] unirnos a cualquier alianza en la arena libanesa. Honramos la hospitalidad del Líbano y a lo largo de nuestra historia aquí nunca hemos interferido en sus asuntos [internos]. Somos conscientes del peligro que representa la reubicación para la [demografía] del Líbano. Somos los más grandes opositores a la reubicación de los refugiados palestinos fuera de su patria…» [12]
«¿Por qué el concederle los derechos a los ciudadanos palestinos perjudicará al Líbano?»
‘Adel ‘Abd Al-Rahman, redactor para el diario de la Autoridad Palestina Al-Hayat Al-Jadida, escribió: «Hay quienes, especialmente de entre las distintas facciones cristianas, que tratan de ajustar la realidad y usar varias excusas sin fundamento con el fin de denegarle a los palestinos sus derechos ciudadanos. La excusa más absurda evocada por [algunos] miembros del parlamento es [el tema] del reasentamiento. [Ellos lo evocan] a pesar que los dirigentes palestinos y especialmente los dirigentes legítimos, han declarado una y otra vez que están en contra de la opción de reubicación y han subrayado – en el Líbano, Ramala y en cualquier parte donde se les haya hecho esta pregunta – de que están en contra del reasentamiento y harán todo lo posible para garantizar el retorno de los refugiados a sus tierras.
«A pesar de esto, el Patriarca libanés [Nasrallah Boutros] Sfeir dijo que ‘la patria del Líbano sólo puede incluir a sus propios hijos, no hay espacio para los demás’. En otra ocasión, [Michel] ‘Aoun confirmó la declaración del patriarca, haciendo hincapié en su oposición al reasentamiento y también lo hizo [Samir] Geagea y los demás miembros del coro cristiano… Los palestinos han declarado que no tienen parte en [la controversia] y que favorecen la independencia del Líbano y el respeto a la ley libanesa.
«[Sin embargo], la primera pregunta es, ¿por qué el concederle a los palestinos sus derechos ciudadanos perjudicará al Líbano? Donde [ve usted] un problema de tierras, honorable patriarca [Sfeir]? No han vivido los palestinos en su territorio por más de 60 años? Entonces ¿por qué existe un problema de tierra o de espacio? ¿Por qué suponer el peor de los casos y poner la carreta delante del caballo? Los derechos al trabajo, herencia y [bienes y raíces] no tienen nada que ver con la demografía del Líbano y no afectarán los [patrones] de votación de los diferentes sectores.
«Si los Estados Unidos y las [otras] superpotencia deciden imponer [la opción del] reasentamiento de [los refugiados] en el Líbano, en otros países árabes y en [países] que no son árabes, podrá alguno de los oponentes [a esta opción] ser capaz de expresar su opinión? ¿Se atreverá el honorable patriarca [Sfeir] a decir lo que está diciendo ahora? Se atrevería el General [Samir] Geagea, o [el jefe del Movimiento Patriótico Libre] Dori Chamoun, o [el jefe del movimiento Al-Marda Suleiman] Faranjia, o cualquier otra persona del coro a proferir una palabra [y hablar] en contra de la decisión de Estados Unidos?
«Ninguno de ustedes se atreverá a proferir una palabra… el Tío Sam no les dejará expresar [sus opiniones] y hacer descarriar al público libanés con sus mentiras. Los Estados Unidos (y su protegido, Israel) no se interesan en sus pequeñas y estrechas consideraciones sectarias, aunque [sin duda] están complacidos por su terca rigidez, su insistencia [sin fin] y su emirato talibán disfrazado de cristiano. Ellos no quieren que los árabes… formen una nación unificada, sino que [prefieren que estén] divididos en sus afiliaciones y lealtades». [13]
Khalil Al-Mis, muftí de la región Beqa, comparó la situación de los palestinos en el Líbano a la de los armenios allí, diciendo que no había que distinguir entre los dos grupos minoritarios: «Los armenios llegaron al Líbano como refugiados, al igual que los palestinos. Tienen su propia patria, que es un estado reconocido [internacionalmente] y su propia nacionalidad, pero aún así se establecieron en el Líbano, recibieron [el estatus] de residente y de ciudadanos e incluso son [miembros de] la administración. Tienen representantes en el parlamento libanés y en el gobierno y están presentes y activos en la arena política. Los palestinos, por otra parte, están encerrados en sus campamentos de refugiados, al igual que los habitantes de Gaza [que viven] bajo el asedio israelí. Los palestinos en el Líbano no tienen el derecho a comprar, heredar o legar bienes y raíces. ¿Puede esto ser cierto?…» [14]
* C. Jacob es compañero de investigación en MEMRI.
[1] Al-Mustaqbal (Líbano), 9 de julio, 2010.
[2] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 22 de enero, 2010.
[3] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 18 de agosto, 2010.
[4] Al-Hayat (Londres), 20 de junio, 2010.
[5] Al-Hayat (Londres), 23 de junio, 2010.
[6] Al-Mustaqbal (Líbano), 30 de junio, 2010.
[7] Al-Anbaa (Líbano), 15 de junio, 2010.
[8] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 28 de enero, 2010.
[9] Al-Hayat (Londres), 23 de junio, 2010.
[10] Al-Akhbar (Líbano), 29 de julio, 2010.
[11] Al-Mustaqbal (Líbano), 30 de junio, 2010.
[12] Al-Quds Al-Arabi (Líbano), 10 de febrero, 2010.
[13] Al-Hayat Al-Jadida (Autoridad Palestina), 23 de julio, 2010.
[14] www.elaph.com, 31 de julio, 2010.