Introducción

Un examen a los desarrollos que pueden esperarse en la confrontación Irán-Estados Unidos requiere primero comprender la política del Presidente estadounidense Donald Trump, tanto en general como en el cómo refleja dicha política en su enfoque hacia Irán.

La política de Trump

Los rivales políticos del Presidente Trump dentro y fuera de Estados Unidos han calificado su política de inconsistente, contradictoria e impulsiva. Sin embargo, más allá de las críticas políticas legítimas, es posible distinguir líneas bien claras y detalladas de objetivos definidos a una política coherente, cuyos elementos son:

  1. Su negativa a aceptar la condición heredada de sus predecesores (incluyendo la negativa a aceptar la existencia del propio régimen iraní, o al menos sus actividades en la región y en el campo internacional);
  1. Su disposición de participar en una confrontación abierta, tanto política como en el ámbito económico;
  1. Su trato en cambiar la situación heredada por medio de negociaciones, como resultado de presiones económicas y políticas y no a través de medios militares;
  1. El ofrecerles elegir – a los países con los que este se encuentra en conflicto – llegar a un nuevo entendimiento a través de negociaciones, o a través de un conflicto agravado que puede extenderse hacia otras áreas, incluso si esto no es por iniciativa estadounidense. Cabe destacar que en todas las etapas de la negociación, Trump parece estar luchando no por conseguir un máximo beneficio, sino por logros parciales con concesiones recíprocas, por ejemplo, con Europa, Canadá y China.

Estos lineamientos políticos son aplicables a todos los países con los que Trump se halla en conflicto, ya sean económicos, como Europa o China, o aquellos que constituyen una amenaza militar tales como Corea del Norte, Rusia e Irán, con el objetivo de cambiar la situación. Una limitación de este enfoque político es que no se adapta a todos los países por varias razones.

  • Europa y Canadá, que comparten una cultura política con los Estados Unidos y también se encuentran en una posición más débil frente a ello, están dispuestos a negociar nuevos entendimientos e incluso a alcanzar concesiones recíprocas con ellos. En contraste,
  • China, considerada lo suficientemente fuerte como para producir un choque con los Estados Unidos aún no ha emitido advertencias políticas respecto a las negociaciones sobre el cambio en las relaciones económicas con los Estados Unidos. Además:
  • Rusia, con quien el Presidente Trump busca llegar a un nuevo entendimiento, para hacer que enfrente de manera integral la verdadera amenaza global, es decir China, se siente lo suficientemente confiado, a pesar de sus debilidades, como para no cumplir con las presiones de Trump, quien lo necesita como socio. Cabe señalar que Trump advirtió que si las cosas no funcionan de esa manera, «Seré el peor enemigo que [Putin] haya tenido».
  • Corea del Norte, aunque es un estado totalitario con una ideología extremista, no se opone a las negociaciones. Durante años ha estado aprovechando las negociaciones con las administraciones estadounidenses para fortalecerse a sí mismo, a través de diversos medios engañosos. Esto se debe a que su cultura política no impide negociar con un enemigo o incluso recibir ayuda de este mientras le engaña.

El caso de Irán

En lo que respecta a Irán, el Presidente Trump busca un cambio fundamental: no solo se retira del acuerdo PIDAC y como resultado, le restituye la condición de estado con capacidad nuclear a Irán, sino que también cambia el régimen anti-Occidente y anti-Estados Unidos de la Revolución Islámica establecido hace casi 4 décadas. Aunque la administración Trump argumenta que todo lo que desea es que Irán cambie la forma en que el régimen de los ayatolás actúa regional e internacionalmente, este comportamiento anti-Occidente y anti-Estados Unidos es el elemento más fundamental de su identidad y cambiarlo significa cambiar al propio régimen. Además, las declaraciones del régimen anti-iraní por funcionarios de la administración estadounidense reflejan una negativa básica a aceptar al propio régimen iraní.

Aunque según el principio de su política, tal como fue establecido anteriormente, es decir, un nuevo entendimiento o conflicto, Trump y su administración piden reunirse con el Presidente iraní Hassan Rohani, también está claro para su administración que tal reunión, bajo presión sobre la cual Trump habla abiertamente, como parte de las negociaciones, constituirá la rendición de la República Islámica de Irán a las demandas estadounidenses

La respuesta iraní

El desarrollo del conflicto político interno en Irán sobre el tema de «reunirse o no reunirse»

El tema de «reunirse o no reunirse» se ha convertido en un nuevo foco del conflicto prolongado entre los dos bandos iraníes, el ideológico y el pragmático/reformista. Aunque el objetivo del Presidente Trump es estratégico, lograr un cambio en la situación hereditaria de Irán, con su política de combinar presiones económicas y políticas, e incluso amenazas, con una invitación a reunirse y negociar, este ya ha acumulado el logro táctico de exacerbar una disputa interna dentro de Irán. Elementos pertenecientes al bando ideológico, tales como los funcionarios del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) y el diario iraní Kayhan, regularmente y ahora con mayor vehemencia, acusan al gobierno pragmático de Rohani de tratar de reunirse con los Estados Unidos para centrarse en las conversaciones. Estos consideran los viajes a Washington del canciller de Omán Yusuf bin Alawi bin Abdullah, como una señal de que se están llevando a cabo reuniones para tratar el tema de Irán. Otros signos que les preocupan son los informes de los medios de comunicación occidentales e iraníes sobre la necesidad de tener una línea directa Estados Unidos-Irán y el nombramiento de un representante estadounidense aceptable a los líderes iraníes para cumplir con las negociaciones.[1]

Cabe señalar que las declaraciones de los funcionarios iraníes, principalmente de representantes del gobierno de Rohani, así como también un informe del 3 de agosto, 2018 en el diario kuwaití Al-Jarida, muestran que las negociaciones ya comienzan a formarse y los mensajes son transferidos desde Irán hacia los Estados Unidos a través de la cancillería de Omán. El principal impulso de los mensajes, dijo el informe de Al-Jarida, fueron 7 condiciones iraníes para las negociaciones: los Estados Unidos deben regresar al acuerdo PIDAC y cumplir todas sus condiciones; deben detener las amenazas militares; deben detener sus actividades para derrocar al régimen iraní; deben dejar de fomentar las disputas entre Irán y los países árabes; deben detener las nuevas sanciones económicas; deben detener la presión económica que ejercen; y deben dejar de presionar a las empresas europeas para que reanuden sus operaciones en Irán.[2] A cambio, Irán ha ofrecido, de acuerdo al informe, cooperar con Estados Unidos para encontrar una solución a las crisis en Yemen y Siria y coordinar con ella sobre los temas de Irak y Afganistán. El mensaje, dijo, fue transmitido por el canciller iraní Javad Zarif a comienzos de junio, 2018 al intermediario omaní, quien lo entregó a los estadounidenses en su última visita a Washington. El informe también señaló que los estadounidenses, por su parte, habían propuesto una reunión preliminar entre el canciller iraní y el secretario de estado estadounidense en Singapur, al margen de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a finales de julio, 2018 y una reunión entre los presidentes de los dos países al margen de la Asamblea General de la ONU en septiembre, sin hacer referencia a la lista de condiciones iraníes. También afirmó que hubo disputas entre los miembros del Comité Supremo de Seguridad Nacional de Irán cuando se discutió la propuesta de Trump a unas negociaciones directas.

En cuanto a la postura del Líder Supremo iraní Ali Jamenei respecto a la reunión/negociación con Estados Unidos, este no prohibió explícitamente la reunión con los representantes estadounidenses. En un discurso del 21 de julio, 2018 solo señaló que tales conversaciones con los Estados Unidos eran «inútiles». Además, expresó sus declaraciones de tal manera que, de hecho, le permitieron al Presidente Rohani y al canciller Zarif mantener conversaciones con la administración estadounidense a fin de levantar las duras sanciones que amenazan al régimen iraní.

Twitter.com/khamenei_ir/status/1020618444046258176, 21 de julio, 2018.

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/us-iran-confrontation-%E2%80%93-possible-developments-advance-november-sanctions

*A. Savyon es Director del Proyecto de Medios de Comunicación de Irán en MEMRI; Y. Carmon es Presidente de MEMRI.

 


[1] Destaca en sus llamados a negociar con los Estados Unidos el miembro del Comité de Seguridad Nacional del Majlis Hashmatollah Falahat-Pisheh, quien dijo el 25 de julio, 2018 que «los estadounidenses siempre han pedido negociar con Irán, pero actualmente las conversaciones con Estados Unidos no están en la agenda iraní, porque Irán ha visto que los estadounidenses no han cumplido con sus obligaciones. [Pero] eso no significa que la falta de conversaciones con Irán continuará para siempre». Asr-e Iran (Irán), 25 de julio, 2018. El 31 de julio este dijo: «Mientras no haya una línea directa entre Estados Unidos e Irán, los intereses de Teherán y Washington están a merced de la manipulación por parte de otros que se benefician de la creciente crisis entre Irán y Estados Unidos. Las conversaciones no deben convertirse en un tema tabú en las relaciones entre Irán y Estados Unidos». ISNA (Irán), 31 de julio, 2018.

[2] En un tuit el 30 de julio, 2018, el asesor de Rohani Hamid Abu Talbi enumeró condiciones similares para la negociación con los Estados Unidos: el derecho de la nación iraní a respetar, una disminución de las hostilidades y una reanudación al acuerdo PIDAC. Twitter.com/DrAboutalebi, 30 de julio, 2018.