En un artículo titulado «La Shari’a no debe implementarse hoy» publicado en la página web liberal árabe www.metransparent.com, la Dra. Iqbal Al-Gharbi, conferenciante de psicología en la Universidad Al-Zaytouna de Túnez, afirmó que durante los años de formación del Islam, el Profeta Mahoma y los cuatro Califas Virtuosos colocaron los intereses de la nación musulmana antes de la adhesión literal al Corán y la imitación ciega del estilo de vida del Profeta (la Sunna). Aseguró que el principio de primar los intereses de la nación musulmana y el uso de la lógica tiene que guiar al mundo musulmán hoy también. Lo siguiente son extractos del artículo: [1]
«La implementación de la Shari’a en nuestra generación perjudica a la Shari’a y a la nación islámica»
«La Shari’a [ley islámica religiosa] no debe implementarse en el mundo árabe hoy porque su aplicación amenaza el equilibrio cultural que ha existido en esta región durante cientos de años. Por ejemplo, [la implementación de la Shari’a causó] la emigración árabe cristiana a Occidente, que es una marca vergonzosa en la frente de la nación [musulmana].
«Las estadísticas demuestran que la cifra de árabes cristianos, que hoy ronda los 12 millones, ha decaído, y su presencia en la región árabe se ha difuminado. En Siria hoy hay la mitad de cristianos que hubo en los años cincuenta, y en Jerusalén, sólo hay unos cuantos miles, cuando en 1948 llegaban a los 50.000…
«Además, la implementación de la Shari’a en nuestra generación perjudica a la propia Shari’a, así como también a la nación islámica, que se convertirá en una parodia mundial cuando [dicte] la amputación de la mano de alguien por robar » un cuarto de dinar «, la dilapidación de amantes [adúlteros], el azotamiento público con 1.000 latigazos a cualquiera que beba un vaso de vino, o rompa el cuello [de los musulmanes] que adopten otra religión o de los que no actúen según alguna religión.
«Es más, llegará el día en que Estados Unidos utilizará nuestra violación de la Convención de los Derechos Humanos como excusa para ocuparnos y convertirnos en otros indios [y hacernos lo que les hicieron a ellos]. Esto se debe a que hoy, en la era de la globalización, está claro que cualquier problema interno que no sea tratado con una reforma profunda se convierte en un problema internacional…»
«El requisito de implementar la Shari’a hoy es absurdo y enfermizo»
«El requisito de implementar la Shari’a hoy es absurdo y enfermizo. Indica la ignorancia de sus partidarios, tanto con respecto a la historia islámica como a los objetivos de la Shari’a. El Profeta Mahoma no implementó la Shari’a en su totalidad porque la [ Shari’a ] no le fue revelada de una sola vez, sino de forma gradual, durante más de 20 años, en respuesta a los problemas que surgían en la organización de la nueva nación y a los desafíos que los Hijos de Israel en Al-Madina [suponían]…
«[Igualmente], una parte importante del Corán fue derogada [2] debido a que cada vez que las circunstancias sociales, económicas y de seguridad de la nación islámica avanzaban, los versos anteriores, que ya no eran apropiados [a la luz de] los nuevos cambios, eran abolidos…
«[Además,] el Islam insiste en el uso de la lógica y el sentido común. El papel del Profeta no fue solamente el de dar a conocer las revelaciones e interpretar el texto coránico, sino también lograr que [la gente] se acostumbrara a utilizar la lógica… Por este motivo, la derogación de los versos del Corán no terminó con la muerte del Profeta – porque las condiciones sociales no se congelaron donde estaban, sino que continuaron su constante evolución de lo simple a lo complejo».
«Los cuatro Califas Virtuosos prorrogaron [el estilo del Profeta], derogando y enmendando»
«Los cuatro Califas Virtuosos continuaron [el estilo del Profeta] y derogaron y enmendaron los versos vinculados a los mandamientos entre el hombre y sus [correligionarios], según los principios de la Shari’a basados en animar las buenos obras y refrenar los malos impulsos.
«Así, por ejemplo, [el Primer Califa] Abú Bakr, derogó el verso de «Las limosnas son sólo para los pobres y necesitados, y los que las recogen, y para aquellos cuyos corazones se hayan reconciliado [recientemente] con el [Islam] [Corán 9:60]» – es decir, [Abú Bakr eliminó la concesión] a aquéllos que se habían unido recientemente al Islam, mientras que el Profeta continuó dándoles este Zakat [limosna caritativa] durante toda su vida. Es interesante que ninguno de los Compañeros del Profeta discutiera con él acerca de esto, o le acusara de desviarse del Islam – como la gente se apresura a acusar hoy [a otros] de traición y apostasía.
«El argumento de Abú Bakr cuando anuló este verso se basaba en la lógica, no en la tradición: «El Islam se ha hecho más fuerte, y no tenemos necesidad de ellos [es decir, de los que se han unido recientemente al Islam]». ¿Por qué?. Porque el equilibrio de poder entre los musulmanes y los politeístas había cambiado de la situación que existía cuando el verso fue revelado. Previamente, la nación [musulmana] era débil y necesitaba atraer a la gente con tentaciones materiales para que se unieran. Pero cuando se hizo más fuerte, tanto numéricamente como respecto a su preparación [militar], ya no precisó de esto más…
«Según esta lógica, que está abierta a las innovaciones de la vida y normas de [bienestar] social a lo largo de todo el texto del Corán y de la Sunna, [el Segundo Califa], Omar bin Al-Khattab, derogó el castigo coránico por robo en la era de Al-Ramada [XVIII en el calendario musulmán], la era en que el hambre golpeó la Península Arábiga. [Lo hizo] aunque el verso dicta clara y terminantemente la amputación de la mano: «En cuanto al ladrón, tanto varón como mujer, amputad las manos. Es la recompensa por sus propias obras «. [Corán 5:38]
«La razón por la que [este castigo fue anulado] es un cambio en la situación estratégica de la nación musulmana en los días de Omar, en contraste con la situación de los días del Profeta. La nación se había convertido en una [nación] conquistadora, y había [desarrollado] un poderoso programa militar: para derrocar a los imperios persa y bizantino. Tales objetivos no podrían lograrse con un ejército consistente en un sólo hombre armado, y en el año de Al-Ramada, solamente La Meca y Al-Madina contaban con 15.000 bandoleros, e indudablemente el número [de bandoleros] en el resto de la Península Arábiga era muchas veces superior …
«[El Tercer Califa], Uthman bin ‘Affan, fue bastante más lejos que sus dos predecesores en la anulación de textos de la Sunna y el Corán – incluso en la esfera del ritual entre el hombre y Dios. Rezó a Mina, [3] mientras que el Profeta y [los Califas anteriores], Abu Bakr y Omar, abandonaron esta oración. También, introdujo muchos cambios poco familiares para los musulmanes en los designios entre el hombre y sus [correligionarios] – que provocaron rebeliones contra él y llevaron a su cruel asesinato.
«Por ejemplo, introdujo nuevos impuestos [al estilo] persa, cuando el Corán y la Sunna reconocían solamente el Zakat y el Kharaj [impuesto sobre la tierra], y prefirió entregar a su familia empleos en el estado y fondos del tesoro musulmán…
«Tampoco el Cuarto Califa, Alí bin Abu Taleb, actuó de modo diferente con respecto a sus tres predecesores, al colocar lo que creyó eran los intereses de la nación [musulmana] por encima de los textos del Corán y de la Sunna… [Así por ejemplo] inventó el castigo por [beber] vino… [Beber vino] está prohibido en el Corán…: «Los tóxicos y el juego, los monumentos (dedicados), y (la adivinación mediante) flechas son una abominación [y] la obra de Satanás: Evitad tal (abominación) [Corán 5:90]». Sin embargo, el Corán no determinó un castigo para cualquiera que violara estas prohibiciones […]. El Profeta no hubo determinado un castigo para alguien que bebiera vino y ni siquiera Abu Bakr lo hizo, y aparentemente tampoco Omar…
«Pero el Imán Alí [lo hizo porque] estaba horrorizado por el deterioro del consumo de alcohol y por los graves pecados que se cometieron por su culpa durante el período tras la expansión de la ocupación [musulmana], en un momento en el que el botín fluía abundantemente desde La Meca y a Al-Madina, y la corrupción y el alcoholismo proliferaban por ello.
«En un intento por librarse de esta corrupción, no dudó en desmarcarse de lo dicho en el Corán y la Sunna, e inventar un castigo para los bebedores de vino…»
«El fracaso yace en la dependencia de una lectura literal del Corán y la Sunna»
«El fracaso [en la comprensión de la Shari’a ] yace en la dependencia de una lectura literal del Corán y la Sunna, en lugar de una lectura alegórica y racional que pusiera el interés de la nación por encima de los textos de su legado – como hicieron los mejores de entre [nuestros] antiguos y virtuosos patriarcas, que nos colocaron como nación entre las más avanzadas, que colocaron la lógica por encima de la tradición, y los intereses del hombre de carne y hueso por encima de los rituales de sus antepasados.
«Si no cambiamos rápidamente y con la máxima determinación [de dirección], seguiremos siendo una nación de la era agrícola que no tiene lugar alguno en una era de revoluciones industriales continuas…».
[1] http://www.metransparent.com/texts/ikbal_algharbi_application_of_sharia_today.htm, 9 de septiembre del 2004.
[2] La derogación es un método conocido en el Islam con los nombres técnicos de Nasekh y mansoukh, que ofrece una solución a las contradicciones entre versos coránicos. Según este método, el Corán incluye versos que fueron sustituidos posteriormente por versos revelados más tarde, y sólo los versos finales son los que los musulmanes deben respetar.
[3] Un valle cerca de La Meca que era la última parada de los peregrinos [antes de llegar], donde realizaban un sacrificio.