El comentarista conservador de Novosti Petr Akopov, contrapone el intento del secretario de Estado Anthony Blinken de construir una alianza en contra de la amenaza rusa y el desafío chino ante las palabras pronunciadas por el canciller chino Wang Yi sobre el tema de la solidaridad chino-rusa en la lucha contra el coronavirus y el «virus político». Las élites estadounidenses globalistas están tratando de representar a China y Rusia como los agresores que invocan a Navalny y la difícil situación de los uigures. Sus esfuerzos servirán simplemente para acercar a Rusia y China. Rusia y China lograrán «vacunar al mundo no solo contra el coronavirus y el «virus político» del excepcionalísmo estadounidense, sino también contra una realidad mucho más falsa; la realidad en la que un defensor se hace pasar por agresor y a los sueños y provocaciones hegemónicas se los confunden como protección a un orden mundial justo».

La columna de Akopov se puede leer a continuación:[1]

«‘China y Rusia van juntos hombro a hombro y cooperan mano a mano en la lucha contra la infección del coronavirus junto al virus político’, dijo el canciller chino Wang Yi. Este mencionó el ‘virus político’, el cual se está propagando en medio de la pandemia, pero no descifró dicho concepto. Sin embargo, es fácil entender lo que significan todas estas palabras. Porque en la misma conferencia de prensa en Pekín, Wang Yi habló no solo sobre la necesidad de expandir e intensificar las relaciones ruso-chinas (enfatizando que, ‘cuanto mayor es la turbulencia y conmoción global, más importante es promover la cooperación chino-rusa’), sino también recomendó a los estadounidenses que pongan los pies sobre la tierra:

«Durante mucho tiempo, Estados Unidos se ha inmiscuido de manera impertinente y continua en los asuntos internos de otros países con el pretexto de promover la democracia y la protección de los derechos humanos. Esto genera muchos problemas en el mundo y en algunos casos, conduce a turbulencias y conflictos. Es importante que Estados Unidos comprenda todo esto lo antes posible».

«La última frase fue retórica. Obviamente, Pekín no se hace ilusiones sobre la posibilidad de un cambio fundamental en la política estadounidense después de que concluya la pandemia.

«Todo lo contrario – la presión sobre China y Rusia solo se incrementará. El término ‘virus político’ es un componente muy complejo, incluye tanto especulaciones sobre los orígenes del coronavirus (‘¡los chinos nos han infectado a todos!’), la competencia entre vacunas (‘!las vacunas rusas son peligrosas!’), el efecto de la pandemia en la geopolítica (‘¡las vacunas son un nuevo método de expansión rusa y china!’), así como también la esencia misma de la estrategia en el área de la política exterior estadounidense, donde la interferencia en los asuntos internos de un país no es más que un medio para mantener la dominación global estadounidense. No es más que una técnica en una política de contención hacia los competidores. Las formas de intervención pueden cambiar, pero la élite estadounidense con una mentalidad globalista no puede renunciar a este enfoque, especialmente en sus relaciones con países tales como Rusia y China, la única forma de derrotarlos es desestabilizarlos y debilitarlos desde sus entrañas.

«Pekín, al igual que Moscú, está muy consciente de este hecho. Tal como dijo Wang Yi,» lucharemos juntos contra cualquier intento de falsificar la realidad, defenderemos nuestra soberanía y nuestra estabilidad política».

«La falsificación de la realidad también se refiere a una campaña en Occidente de presentar a Putin como un envenenador (esta campaña ya dura década y media) y a Navalny – como un salvador, así como también el ‘genocidio del pueblo uigur’ en Xinjiang, China.

«‘Rusia amenaza a Europa y al mundo entero’, ‘China amenaza a Asia y al mundo entero’, estos también son elementos de la falsa realidad, que está siendo creada precisamente por aquellos que no sólo persiguen una política de contener a Rusia y China dentro de sus fronteras, sino que de hecho pretenden dominar el mundo y ni siquiera esconden sus planes y actitudes hacia China y Rusia.

“Últimamente, la administración Biden publicó la ‘Guía Estratégica de Seguridad Nacional Provisional’. El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken explicó cuál es la ‘mayor prueba geopolítica para los Estados Unidos en el siglo 21’, o en otras palabras, ‘cuál es el mayor problema en relación a China’. Es, de hecho, ‘un acercamiento hacia China desde una postura de fuerza’.

«Y el problema aquí no es China per se, sino el deseo de mantener al mundo estadounidense que prontamente se desvanece:

“’Nos guste o no, el mundo no se organiza a sí mismo. Cuando Estados Unidos retroceda, es muy probable que suceda una de dos cosas: u otro país toma nuestro lugar, pero no de una manera que promueva nuestros intereses y valores; o, quizás igual de malo, nadie da un paso al frente y luego se nos viene el caos y todos los peligros que esto crea. De cualquier manera, eso no es nada bueno para los Estados Unidos».

«Washington está convencido de que China es el principal competidor por la dominación mundial y por ende este representa la principal amenaza para los Estados Unidos:

«‘China es el único país, con el poder económico, diplomático, militar y tecnológico que puede desafiar seriamente al ya estable y abierto sistema internacional, en todos los reglamentos, valores y relaciones que hacen que el mundo funcione de la manera que queremos, porque al final, estos sirven a los intereses del pueblo estadounidense y refleja sus valores”.

«¡Genial, todo está patas arriba! ¿China desafía el orden mundial construido por los Estados Unidos? – Sí. Pero Pekín no pretende dominar el mundo. Rusia, Irán, el mundo musulmán, América Latina y África también están desafiando el proyecto Atlántico global». La mayoría de los países del mundo están muy descontentos con el “ya estable y abierto sistema internacional”, que le permitió al Atlántico Oeste dictar sus reglas de juego al mundo entero.

«Además, un número cada vez mayor de estadounidenses está insatisfecho con este orden mundial debido a que, contrariamente a las declaraciones de Blinken, no le sirve a los intereses del pueblo estadounidense ni tampoco refleja sus valores».

“El proyecto globalista sirve a los intereses de las élites supranacionales atlánticas, mientras devora al propio Estados Unidos desde las entrañas. Por eso apareció Trump, que confrontó con China no como el ‘líder del mundo libre’, sino como el encabezado del estado nacional (que este deseaba quería revitalizar) – los Estados Unidos de América.

«Pero ahora llevaron a Biden al poder y ellos (las élites del Atlántico) quieren convertir el conflicto con Pekín de un conflicto chino-estadounidense en uno global. Es decir,» el mundo entero está en contra de la República Popular China, resultando en que ‘intimida a otros países’ y va dirigido contra Rusia, que también amenaza a todos y también es un poder revisionista (o para decirlo en ruso, ‘incontrolable’)’.

«Blinken declaró esto abiertamente, al abordar el cómo la política china de la nueva administración difiere de lo que hizo Trump, ‘ahondaremos en la cooperación con nuestros socios y aliados y los colocaremos en un primer plano’. ¿O quiso decir, ‘alinearemos a todos aquellos que podamos en contra de China?’

«Ya hemos escuchado esto en alguna parte… ¡Ah, por supuesto! Esta es la vieja estrategia estadounidense en contener a Moscú, implementada en la época soviética y que se mantuvo igual después del año 2014, ‘bloquearemos, aislaremos y castigaremos’. No se preocupen que esta estrategia no tuvo éxito contra Rusia (y posiblemente no funcionará). No importa que a través de esta política, los Estados Unidos solamente fortalecieran la alianza ruso-china.

«Ahora los Estados Unidos intentará lo mismo con China. La única diferencia es que ellos hablaron de Rusia deplorablemente y con desprecio (‘potencia regional’, ‘país de gasolineras’), pero China aún no ha sido nombrado abiertamente como enemigo. Estados Unidos prefiere confiar en el temor que estos países vecinos le tienen al miedo del creciente poder de China, sin olvidar recordarles a estos «países vecinos» la dependencia que tienen con los Estados Unidos.

«Los anglosajones en la OTAN, aún buscando redactar nuevos conceptos estratégicos, ya llaman el ascenso de China una amenaza y hablan sobre la necesidad de contenerlo. Estos intentan quebrar la resistencia de los países europeos, ya que no desean llamar a China ni siquiera como un adversario potencial.

«Sin embargo, la situación en Asia es aún más difícil.

«El Pentágono propuso duplicar el gasto en el Comando Indo-Pacífico de los Estados Unidos. En el próximo año con el fin de fortalecer su potencial para la contención convencional a la disuasión ejercida por China mediante el despliegue de una red de misiles guiados de precisión a lo largo de la» Primera cadena de islas «en las cercanías de la República Popular China. La primera cadena de islas incluye a Taiwán, la isla japonesa Okinawa y las Filipinas. Durante los próximos seis años, este programa gastará la mayor parte de los 27 billones de dólares solicitados para el Teatro de Guerra Indo-Pacífico.

«No es un fracaso que Estados Unidos pueda, de hecho, desplegar una red de lanzadores de misiles a lo largo de toda la cadena de la Primera Isla y crear un sistema integrado de defensa antimisiles en la segunda cadena de islas (que incluye islas desde el sureste de Japón hasta Indonesia). Habrá grandes problemas con los gobiernos nacionales.

«Pero la mera existencia de tal estrategia sin duda agravará la situación, incluyendo las relaciones de China con sus vecinos. Y los estadounidenses están apostando a que esto sea así, «Les estamos protegiendo de la China agresiva. ¿Despleguemos nuevos misiles? Pero los chinos estarán en contra de ello, ¿dicen ustedes? Eso es porque ellos son demasiado agresivos!»

«Es como el diálogo entre los anglosajones y los europeos, «Rusia quiere atacarles. Así que hagamos también a Ucrania y Georgia parte de la OTAN para de esta manera detener la amenaza rusa».

«A los globalizadores no les importa el hecho de que Rusia y China vean que los estadounidenses no solo les han cercado dentro de sus fronteras, sino que también están aumentando su presencia militar allí.

Después de todo, ellos creen que el resto del mundo solo verá su propia versión de la realidad. Sin embargo, Moscú y Pekín vacunarán al mundo no solo contra el coronavirus y contra el “virus político” de la excepcionalidad estadounidense, sino también contra una realidad muy falsificada; la realidad en la que un defensor se hace pasar como agresor y los sueños hegemónicos y las provocaciones se confunden con la protección de un orden mundial justo. Y no existen motivos para dudar del éxito de la campaña de «vacunación» ruso-china.

Petr Akopov (Fuente: Tsargrad.tv) 


[1] Ria.ru, 9 de marzo, 2021.