El diario londinense Al-Quds Al-‘Arabí publicó recientemente un artículo [firmado] por Nasser ‘Uweis, un comandante de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa que cumple una pena de prisión en Israel. En su artículo, ‘Uweis debate las condiciones de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa con respecto al cese de la violencia. Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

«Una vez más vamos a dar una oportunidad a la actividad política, pero la ocupación debe saber que este pueblo tiene soldados leales»

«Mucha gente se pregunta estos días la posición de las Brigadas [de los Mártires de Al-Aqsa] con respecto a los sucesos posteriores a la muerte del rais Arafat, el acceso de Abú Mazén a las presidencias de la AP y de la OLP y el acceso de Faruq Qaddumi a la presidencia de Fatah. Quizá nos preguntemos todos nosotros si las Brigadas depondrán las armas. ¿Ha llegado a su fin el motivo de su existencia?. ¿Quizá la directiva de Fatah lo encuentre un marco [organizativo] no deseado?. ¿Acordarán las Brigadas un nuevo alto el fuego [hudna] ?.

«Esto tiene que quedar claro: no hubo resolución para establecer las Brigadas y no habrá resolución para desmantelarlas. Todos estos problemas, tan graves como son, son independientes de avances posteriores. Las Brigadas no son un fin en sí mismas, sino más bien unos medios que quisimos [emplear] para pasar del estado de silencio al de acción para poner fin a la ocupación, para provocar la reforma nacional palestina y para impulsar el movimiento. En consecuencia, las Brigadas no serán desmanteladas por mandato y sus acciones no terminarán mientras exista ocupación israelí que ataque a nuestro pueblo y a nuestra tierra, asesine a nuestros pelotones, a nuestra juventud, a nuestros hijos, a nuestras mujeres y a nuestros ancianos.

«Nosotros, las Brigadas, a pesar del hecho de que pagamos un alto precio por el bien de Fatah y por nuestra causa justa, trataremos seriamente con las propuestas serias referentes al futuro que nos sean presentadas. Sin embargo, no permitiremos que se desperdicie ninguna solución. Por otra parte, respaldaremos todos los esfuerzos de reforma, [todos los esfuerzos] de terminar la ocupación y [todos los esfuerzos] de defensa de los principios nacionales que ha anunciado Abú Mazén. Una vez más vamos a dar una oportunidad a la actividad política. No nos interpondremos en el camino de algo que sea positivo y productivo y [que] sirva a los intereses de nuestro pueblo, pero la ocupación debe saber que este pueblo tiene soldados leales y que continúan dispuestos [a defenderlo] y a responder a cualquier ofensa contra nuestro pueblo, y [a] cualquier intento de dañar al nuevo ejército y [a la nueva] cúpula política. En este contexto, los mandos de las Brigadas encarcelados aprecian mucho la propuesta [del comandante de las Brigadas] Zakaria Al-Zubeidi de no acordar una tregua sino tras la consulta con todos los mandos de las Brigadas sobre el terreno, tanto en las prisiones como fuera de ellas».

«No se evita cerrar la discusión y dialogar con los miembros de Hamas»

«En el período venidero hay una necesidad imperiosa de adherirse firmemente a los programas electorales anunciados, que son programas de Fatah. Ha llegado el momento de juzgar al corrupto, sustituirlos y aleccionarles. Son un grupo reducido pero sus actividades son serias más allá de la imaginación. Ha llegado el momento de paliar la anarquía de las masas y de dejar de manifestarse [disparando] armas, que no sirve a la resistencia, y de disuadir a todos aquellos que explotan la situación para robar a los ciudadanos, [privarlos] de su seguridad y de sus fuentes de ingresos. Ha llegado el momento de ver caras nuevas en los ministerios, cualificadas y verdaderamente patriotas. De poner fin al favoritismo, a recibir bienes y servicios gracias a las conexiones de uno y [ha llegado la hora] de poner fin al desperdicio de fondos públicos que encuentra su expresión en la distribución arbitraria de fondos entre relaciones y socios y grupos e instituciones ficticias. Ha llegado el momento de empezar a trabajar con el estamento [político] y de actuar según la ley. La ciudadanía quiere ver acciones reales y palpables. Abú Mazén no necesita que la panda de corruptos le rodee, dado que ellos son la muerte de toda persona sincera y son una enfermedad que pudre la tierra y sus frutos.

«Lo que se necesita es [abrir] una nueva era en el sentido más textual de la palabra, que continúe lo bueno y se deshaga de lo malo y [que] sea respetada en temas sagrados. La gente será igual ante la ley y todas las causas [policiales] que tengan que ver con [los] desfalcos y robos que plagaban las instituciones de la autoridad serán reabiertas, igual que todos los casos que tengan que ver con crímenes y ataques a la seguridad de los ciudadanos. La unidad nacional será reforzada y debemos mantenernos alejados de luchas internas. Los principios democráticos serán consolidados acudiendo a las urnas para elegir democráticamente a los verdaderos representantes de nuestro pueblo y de todos sus grupos, estratos [sociales] y formaciones políticas…

«Con respecto a la organización [de la OLP], el Consejo Nacional Palestino debería ser convocado. Es irracional que la OLP ignore a nuestro pueblo fuera del país. Existe una diáspora enorme en los cuatro puntos cardinales a la que sin embargo se presta poca atención. Claramente necesita una verdadera representación en el PNC. No se evita cerrar la discusión y el diálogo con miembros del movimiento de Hamas, para presentar un programa nacional unificado que nos mueva a todos a participar en la OLP, el único representante legítimo del pueblo palestino en todo el mundo. Todos nosotros debemos saber que la OLP y su legitimidad son el límite que no debe cruzarse. Establecer la legitimidad de la OLP ha costado a nuestro pueblo guerras difíciles y un río de sangre de mártires.

«Con respecto a Fatah, Abú Mazén, Faruq Qaddumi y Abú Maher Ghneim [un alto funcionario de Fatah a nivel mundial] deben trabajar en serio convocando a la asamblea general para apuntalar el movimiento y a sus organismos como gente nueva, y hacerlo al margen del principio de que ‘Ingresar en el comité central o en el consejo revolucionario [es ingresar] hasta la muerte’.

«Esta asamblea será un punto de inflexión cualitativo y [proporcionará la] continuidad inter generacional, al contrario de lo que lleva sucediendo desde hace tantos años: [que es la existencia de] un vacío generacional dentro del movimiento y la separación y división entre la directiva y los miembros. En la misma línea, Fatah tiene que ser consciente de la magnitud del reto al que se enfrenta en las próximas elecciones legislativas. Es irracional que el movimiento presente candidatos que han perjudicado a nuestro pueblo o se han hecho con sus propiedades o su seguridad. Dentro del movimiento de Fatah hay muchas personas de fiar cuyas manos continúan limpias y no han sido manchadas con fondos públicos o con la sangre de los nobles hijos de nuestra nación. Uno debe detenerse antes de presentar candidatos cuya catadura no haya sido establecida previamente».

«Tenemos que actuar ordenadamente para dar una oportunidad a las medidas políticas y nacionales que tome Abú Mazén»

«Debemos actuar sin vacilar y sin trucos para dar una oportunidad a las medidas políticas y nacionales que tome Abú Mazén. Consideraremos a cualquiera que intente frustrar estas medidas como alguien que quiere preservar el estado de anarquía, para escapar desmarcándose o dando explicaciones de alguna negligencia, crimen o corrupción aquí y allá. Los corruptos y los que [intentan explotar] la historia de las Brigadas, intentan alterar la trayectoria de acción de Abú Mazén y su plan político, que es el plan de Fatah, que es claro, fiable y firme. Las Brigadas permanecerán siempre unidas como uno, igual que lo han estado en el pasado, siempre preparadas en las horas más oscuras para actuar y tomar la iniciativa y adherirse a las resoluciones… protegiendo a su pueblo contra cualquier agresión.

«Volveremos a nuestros pupitres en las escuelas, a nuestros puestos y a nuestro empleo, pero continuaremos preparados para actuar cuando quiera que pensemos que el diálogo con el enemigo es improductivo. Ninguna tregua o hudna llega sin recompensa. La recompensa es que debería haber retirada israelí, el fin de los asesinatos, la liberación de los presos de todas las facciones, el juicio al corrupto, la marcha hacia la reforma nacional, y la consolidación de la supervisión de los fondos públicos y el rechazo a cualquier solución parcial, la preservación de los principios nacionales y la garantía de una vida respetable para los luchadores que ponen sus vidas en juego por la defensa de la libertad. Este paso debe lograrse de un modo apropiado que garantice el honor y el amor propio del luchador; esto no es negociable. ¿Significa esto que las Brigadas serán desmanteladas y que llegarán al final [de sus días]?. No, las Brigadas, como seres humanos, no pueden llegar al final dado que son una parte de este pueblo y estarán preparadas para actuar en cualquier batalla futura [que tenga lugar] como resultado de una agresión o ataque israelí.

Finalmente, uno tiene que afirmar que el movimiento Fatah está pasando por las difíciles contracciones del parto y nadie sabe con certeza adónde llevarán estos temas internos. La situación sugiere la existencia de tan sólo dos opciones para el movimiento Fatah. [Una opción es] superar su propia condición y la de su gente, llevar a cabo un repaso serio y sincero de su funcionamiento, mirar al futuro a través de ojos sinceros y cualificados y reemplazar a los que obraron mal y sean corruptos. [La otra opción es] ser borrado completamente y desaparecer, lo que sería un golpe al movimiento nacional palestino quizá hasta las próximas generaciones».


[1] Al-Quds Al-‘Arabí (Londres), 3 de febrero del 2005.